Narro Shoooooooo!!
Las cortinas fueron movidas dejando entrar los rayos del sol mañanero, el cuerpo en la cama se removió y cubrió su cabeza con las sabanas para evitar que la molesta luz continuará picando sus ojos.
-Yuu-sama, es hora de levantarse.
-Déjame dormir Ren...
-Son las 10 am, creo que sus padres se preocuparán si no va a desayunar...
Como si fuera un gato perezoso Yuu destapó su cabeza observando a Ren con los ojos entrecerrados. Lentamente levanto su cuerpo hasta terminar sentada en el futón.
Frotó sus ojos perezosamente y observo su entorno.
-Buenos días Ren...
-Buenos días. Ya prepare su ropa, luego de que se cambie la peinare si gusta Yuu-sama.
-Mmmmh... - Fue todo lo que dijo.
La de cabello bicolor se dirigió a paso lento al baño, lavo su rostro, sus dientes, ordenó un poco su cabelo, cambio su ropa de dormir por un hermoso kimono negro con crisantemos rojos y espero a que el cambia-formas terminará de peinarla.
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(Elegí esos porque son lindos b28; son el estampado del kimono)
Una vez lista se dirigió al comedor dónde pidió que sirvieran su desayuno en su habitación.
Preguntó por el resto de su familia y se le informo que ya todos habían desayunado y se encontraban ocupándose de sus deberes.
Pronto su hermano Makoto cumpliría 22 años y debían preparar la fiesta, también debía elegir una prometida para heredar el trono y que sus padres pudieran descansar el resto de su vida, ayudándolo al principio y en las decisiones difíciles claro está.
Mientras esperaba el desayuno se perdió en sus pensamientos.
-Buenos días Yuu!!
-Buenos días Ferid...
-Por lo que oí ayer ya escogiste un nombre para tu arma.
-Así es, Asuramaru...
-Ya veo, un nombre muy hermoso. Y dime, ¿cuando partidas a Sanguinem?
-Mañana, el viaje dura varias horas, por eso nos iremos temprano. Es una suerte que el castillo este cerca de la frontera entre Japón y Sanguinem.
-Mmm, me pregunto como reaccionará Mika-kun cuando te ves así.
-No lo se, pero tendré que usar mucho perfume, aun tengo un leve olor a sangre, el olor delata que la sangre no es mía.
-Eso se soluciona, ve está noche a la cueva, puedes usar las aguas termales, sabes que quita todos los rastros, desde sangre hasta olores.
-Lo se, anoche debería haberme tomado un baño más largo hasta que desapareciera, pero estaba demasiado cansada.
-No hay problema, puedes tomarte unos días de la cacería cuando estés en Sanguinem, seria peligroso que alguien notará que no estas.
-Lo se... Alguien viene, adiós.
-Adiós.
Yuu volvió al mundo real justo cuando un sirviente golpeo la puerta.
-Adelante.
-Traigo su desayuno Yuuichiro-sama.
-Muchas gracias, puedes dejarlo sobre la mesa.
El sirviente dejo la bandeja con el desayuno en la mesa ratona que había en la habitación de Yuu y se retiró.
La princesa desayuno tranquila en silencio, pensando en que la comida humana no se compara al delicioso sabor de la sangre.
Una vez termino de desayunar salio de su habitación y pidió a una sirvienta que la limpiará y llevará la bandeja a la cocina.
Se dirigió al despacho de su padre quien la mando llamar. Luego de golpear la puerta ingreso a la habitación despues de recibir un pase de parte del pelinegro.
-Padre, ¿que se te ofrece?
-Yuu, quiero darte un regalo.
-¿Regalo?
-Si, no tenia idea de que supieras utilizar una espada, nunca mostraste interés ni nada parecido, pero ahora que pude apreciar tu habilidad creo que no estaría mal darte esto.
-Papa... esto...
Frente a Yuu, Guren sostenía una hermosa espada en sus manos.
La funda era negra como la noche.
Tomo la espada entre sus manos y la desenfundo. Una hoja brillante y filosa en un hermoso color negro con verde, muy parecida a la que ella materializó.
-Así es, es una de las espadas demoníacas de la familia real. Confío en que sabrás usarla. Su nombre es Asuramaru...
Yuu lo sabia, conocía esa espada, después de todo su espada esta basada en esa, incluso le puso el mismo nombre a su materialización, consideraba que jamás podría utilizar la espada demoníaca. Pero esto lo cambiaba todo...
-Muchas gracias papa, te prometo que la utilizare bien.
-Confío en ti Yuuichiro, se que la utilizarás bien.
La princesa salio de la oficina luego de de hacer una reverencia a su padre.
Se dirigió a la sala de entrenamiento dónde su hermano entrena cada día y la cual ahora se encontraba vacía.
Se posicionó en el centro de la sala y desenfundo la espada.
Realizó varios movimientos para probar su compatibilidad con la espada y luego de diez minutos se detuvo. Definitivamente... no hay mejor espada para ella.
Salió del salon y continuo con su rutina, estudio por la tarde y realizo una misión por la noche. Fue rapido, el objetivo era un enano idiota y masoquista de primera.
Callo en un segundo y gemía de placer mientras Yuu lo golpeaba y cortaba, fue tan repugnante que Yuu bebió su sangre hasta matarlo, solo lamento haber tenido que oírlo gemir en su oído cuando lo mordió con extrema furia y asco.
Luego de un baño en las aguas termales y borrar todo rastro de sangre de su cuerpo se dirigió a dormir con el estómago lleno.
Al día siguiente Ren la despertó temprano, se alistó, se despidió de su familia y salio rumbo a Sanguinem.
Luego de cruzar la frontera debían transitar un camino en medio de un bosque, el sol no llegaba a ellos gracias a los grandes y hermosos árboles que los rodeaban.
Poco despues de ingresar en el bosque, aproximadamente 15 minutos después, Yuuichiro sintió el carruaje detenerse, cosa que le extraño.
-¿Qué sucede?
-Yuuichiro-sama no salga!!
Luego de mover las cortinas pudo observar que eran rodeados por un grupo de personas vestidas completamente de negro que les apuntaban con arcos y espadas.
-Maldición, ¿por que justo cuando voy a visitar a Mika? - susurro mientras sentía la furia crecer en el.
-Yuuichiro-sama, por favor, permanezca dentro del carruaje!!! - grito uno de los soldados mientras atravesaba a uno de los atacantes con su espada.
Los guardias de Yuu eran apenas 15, los atacantes eran cerca de 30. La diferencia numérica les ponía las cosas difíciles, tres minutos después 13 de los atacantes estaban muertos o inmovilizados, 2 guardias estaban heridos de gravedad, 4 estaban muertos, quedando 9 guardias para proteger a Yuu, quien sólo observaba desde el carruaje.
Harta de la situación la princesa tomo su nueva espada y bajo del carruaje mientras oía a los guardias gritar que no lo hiciera.
Llamando la atención de 10 de los 17 atacantes que quedaban corrió para adentrarse en el bosque. Los 9 guardias que quedaban pelearon con los 7 restantes.
Una vez lo suficientemente lejos Yuu dejo de correr. Se detuvo en seco y espero que los 10 que la perseguían la alcanzarán. No esperaba tener la oportunidad de utilizar la espada Asuramaru tan pronto.
Lo siguiente fue rápido, todos quisieron atacarla y ella los asesino de a uno. Después del sexto muerto los 4 aun vivos dejaron de atacar, observándola como si fuera un maldito monstruo.
Algo que confirmaron al verla acercarse a uno de los cuerpos para mostrar unos filosos colmillos que se clavaron en el cuello del cadáver.
El sonido de la sangre siendo sorvida los asustó, Yuu lo noto al ver como poco a poco retrocedían. Soltó el cuerpo que choco sonoramente con el suelo para comenzar la caza de los 4 restantes. Antes de que pudieran dar un paso ella se encontraba frente a uno, le atravesó el corazón, los otros 3 estaban paralizados.
Corrio hacia otro y le corto el cuello.
Los dos restantes comenzaron a correr. Alcanzo a uno de ellos con una patada, dejándolo en el suelo con 5 costillas rotas, perforó su pulmón derecho con la espada dejando que se ahogara en su propia sangre.
El último.
El no dejo de correr en ningún momento. Realmente quería vivir...
Pero que mala suerte la suya ya que Yuu lo alcanzo en apenas unos segundos, solo para atravesar su abdomen con su mano.
Podía oír las espadas chocando a lo lejos, por lo que asumió que sus guardias seguían luchando.
Aprovechando la ocasión decidió beber un poco de sangre, ya que no podría hacerlo por varios días mientras estuviera en casa de Mika.
Bebió la poca sangre que quedaba en los cadáveres hasta dejarlos medio secos. Luego sacudió su espada y limpio su boca con su ropa, la cual estaba bañada en sangre... una vez más.
Observo indiferente los cadáveres mientras persivia personas acercándose mientras la llamaban.
-Yuuichiro-sama!!! -Gritaron al verla.
Los 8 guardias que estaban vivos o al menos podían moverse corrieron a buscar a Yuuichiro, casi les da un infarto al verla cubierta de sangre. De solo imaginar que estuviera herida... ya querían firmar sus testamentos porque Guren los decapitaría...
Para su enorme suerte comprobaron que la sangre era de los hombres de negro y no de ella. Observaron los cadáveres regados y agradecieron no ser ellos.
Tomaron a Yuuichiro y volvieron al carruaje dónde 3 soldados heridos los esperaban junto al los 4 cadáveres de sus compañeros. 15 personas vencieron a 20 con apenas 4 bajas, ya que los otros 10 fueron vencidos por Yuu, obviamente debido a su habilidad, no por nada son guardias reales (me refiero a la realeza, no a la realidad, por las dudas)
Al volver los 3 heridos palidecieron al ver a su hermosa princesa cubierta de sangre. Aunque cobraron color al saber que no era suya.
Yuuichiro se apresuró a atender a los heridos, siempre llevaban consigo implementos de primeros auxilios por las grandes dudas.
Luego de parar las hemorragias y venderlos los subieron al carruaje aunque ellos no lo querían. El carruaje era grande, muy grande, tirado por cuatro caballos. En una parte pusieron a los heridos junto a Yuu y en frente de estos los cadáveres de los 4 muertos.
Nuevamente avanzaron con alerta máxima. Cuanto antes llegaran mejor.
Horas después llegaron a las puertas del castillo dónde los vampiros que hacían guardia se alteraron al oler la sangre.
Les explicaron minimamente la situación y pidieron ayuda para los heridos.
Guiaron el carruaje a las puertas del castillo dónde se encontraban los reyes y príncipes, quienes corrieron al lugar al oler la sangre.
Los reyes y Mikaela palidecieron al ver llegar el carruaje de Yuu con tan solo 8 guardias cubiertos de sangre.
Al abrir la puerta el olor a sangre se intensificó, poniendo nerviosos al muchos de los vampiros en el lugar.
En primer lugar bajaron los 3 guardias heridos, quienes fueron ayudados por los sirvientes.
Mikaela estaba en extremo pálido al ver a Yuu bajar del carruaje.
Su ropa cubierta de sangre al punto de no poder verse el diseño del kimono dejo en shock a más de uno.
Mikaela corrió a abrazar a Yuu y reviso que no tuviera heridas, pero la sangre no era suya, el olor era diferente, por lo que se calmo.
Yuuichiro les pidió que le permitieran cambiarse y atender a sus soldados heridos.
Mikaela la llevo rápidamente a la habitación que Yuu suele ocupar cuando viaja a Sanguinem. La princesa de la raza humana se ducho rápidamente procurando quitarse lo mejor que pudo el olor a sangre. Se vistió rápidamente con algo simple y se encamino a la habitación donde sus soldados descansaban.
Al llegar pudo ver a dos médicos atendiéndolos. Se acerco a ellos y los ayudo lo mejor que pudo para luego darle las gracias a los 11 sobrevivientes.
Luego de que los tres más heridos se durmieran y los otros 8 los acompañaran en su muy merecido descanso se dirigió a la sala donde los reyes y príncipes la esperaban.
Dio una explicación lo más detallada posible, omitiendo ciertas cosas sobre su masacre, tales como los métodos que implementó y el echo de haber bebido sangre.
Los reyes satisfechos enviaron a un mensajero a Japón para informar a sus viejos amigos sobre el atentado a su hija y junto a el enviaron los 4 cadáveres para que se les diera una honrada sepultura.
Al llegar Yuu al castillo era apenas media tarde, mientras cuidaba de los heridos y hablaba con la familia real la noche callo.
Todos acudieron al comedor para tener una tranquila cena.
Los principes y reyes no lo habían notado antes por el alboroto, pero Yuu estaba muy cambiada, se veía más hermosa y madura, incluso su cabello era muy diferente.
Los otros príncipes envidiaron a Mikaela por su ENORME suerte al tener semejante belleza por futura esposa.
La cena termino y Yuu fue a ver como se encontraban los guardias, luego se dirigió a su habitación donde se encontró a Mikaela esperándola en la puerta...
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