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Mío. por Milusa

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Notas del fanfic:

¡Qué sea de su disfrute!

William se mordió los labios por el nerviosismo, esa semana qué tenía de vacaciones en la casa de campo de la familia Moore, haría lo que se había trazado hace meses.
 
Tener al señor Moore.
 
¿Obsesión? Tal vez.
 
Era una historia bastante larga, pero desde que vio los dulces ojos de ese hombre, supo que era para él, sólo para él.
 
Tocó la puerta con suavidad, esperando ser recibido por la Señora Moore, pues ella amaba hacer de ama de casa.
 
Y con suerte no fue así, fue su mejor amigo quien lo recibió con un gran abrazo.
 
—¡Willy!~ ¡tardaste demasiado! Estábamos esperándote.
 
—Ah, Adán, sabes como es mí padre.
 
Manifestó William mientras accedía a la estancia.
 
Era una sala muy cómoda, los colores que resaltaban era colores oscuros, eso lo hacía más acogedor.
 
Sus ojos pasaron del piso de madera a los azules y claros ojos del Señor de la casa.
 
"Peter Moore".
 
—Oh, Willy, bienvenido, Sofía está haciendo panes y chocolate caliente, pronto vamos a hacer, pero mientras tanto Adán enseñale la habitación que compartirán.
 
La voz de mando de ese hombre hacía que sus manos sudaran,era perfecto.
 
Aveces se sentía enfermo por desear tanto al padre de su mejor amigo... Pero luego se le pasaba al recordar sus manos y el vigor de su deseo.
 
Mientras pensaba todas sus penurias, Adán aferró su mano y lo llevó a una deleitosa habitación con un gran ventanal, que dejaba ver como el sol se ocultaba.
 
—Es hermosa ¿Verdad?~ 
 
Cuchicheó Adán entretanto se acostaba en la cama y alzaba los pies.
 
—¿Cómo lo tomó tu padre? 
 
Prosiguió preguntando Adán.
La situación de su padre era enfermiza, era posesivo con William... Lo maltrataba cada vez que sentía que su pequeño y "Dulce" hijo se iba de su lado.
 
Pero para sorpresa de Willy, este lo tomó muy suave... Y eso le preocupaba inmensamente.
 
—Nada del otro mundo Adán, fumando y bebiendo, es lo que siempre hace.
 
Willy movió con suavidad sus afilados y negros orbes a la puerta de madera, de repente se escuchó la voz de la madre de Adán vocear qué ya estaba lista la cena.
 
—Vamos a bajar.
 
Exclamó Adán de un salto.
 
—No, yo... Yo quiero descansar un rato, el viaje que di hasta aquí en bus me ha dejado exhausto.
Disculpame con tu padre.
 
Adán con desgana asintió dejándolo sólo.
 
—Está bien, pero sí necesitas algo, solo dímelo.
 
—Vale, vale~ ahora vete.
 
Susurró antes de dejarse caer en una cama y cerrar los ojos.
 
 
                                          [...]
 
El calor lo despertó, todo estaba oscuro y solo escuchaba los suaves ronquidos de su amigo.
 
—Joder...
 
Maldijo en cuanto se paró y sintió un leve mareo, tenía hambre.
 
Con delicadeza abrió la puerta y a tientas en el pasillo caminó hacía la cocina, ahí debería De haber algo que comer.
 
Pero no se percató que había alguien más ahí y era a quien más adoraba... Peter.
 
El ya mencionado estaba sin camisa, sudado y con un vaso lleno de whisky en la mano derecha.
 
Estaba muy enfoscado en un punto inexistente en la cocina, nunca lo había visto así.
 
—Señor Moore.
 
—Willy ¿Qué haces despierto a estas horas? 
 
—Eso no importa... Tan sólo tenía hambre, pero usted está muy borracho.
 
Con cuidado Willy se acercó y le quitó con suavidad el vaso de la mano.
 
Sabía por experiencia tratar a borrachos, era el estado natural de su padre.
 
—No, dámelo.
 
Reclamó con un gruñido el señor Moore.
 
—No.
 
El hombre lo miró y con suavidad agarró la mandíbula del pequeño.
 
—Eres muy travieso. Los niños así deberían de tener un castigo.
 
El aliento del padre de su mejor amigo lo volvía loco y lo ponía a temblar, nunca había tenido tanto contacto con él.
 
 
—Solo está hablando borracho, señor Moore.
 
—Peter para ti, Willy... 
 
Su voz rozaba y erizaba toda su piel, sus finos labios con sabor a alcohol lo volvían loco y lo tentaban a pecar.
 
—Debería ir a su habitación... 
 
—No quiero...
 
Al decir eso, Peter puso su cara en el níveo cuello de Willy, aspiró su aroma y sonrió voluptuosamente.
 
—Hueles delicioso... 
 
Las grandes manos de peter se aferraron a la  espalda de Willy, para repentinamente morderlo en el cuello.
 
Willy se revolcó de dolor y extrañamente placer por eso.
 
 
Con su mayor fuerza se separó del hombre que ahora no parecía para nada al dulce Peter.
 
—¿Q-qué? 
 
—Nos vemos mañana Willy.
 
Acarició con suavidad el cuello del adolescente y lo apretó con algo de fuerza.
 
—Tu pediste esto a gritos desde hace mucho ¿Crees que nunca me di cuenta de tus miradas? ~ ... Preparate, esto tan solo es el comienzo.
 
Y con este comentario lo soltó para darle la espalda y dejar a un Willy levemente excitado y muy confundido.
Notas finales:

¡Se agradecen los Comentarios!


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