Murasakibara es el tipo de persona que no abre la boca si no es para comer o para quejarse de algo que no acaba de gustarle.
Y quizás por eso es extraño que se encuentre ahí, con la boca abierta, observando el rostro de "Akachin" a tan pocos centímetros de su rostro, con una expresión de entre angustia, reclamo y pasmo que no le había conocido jamás.
Será eso o que simplemente no puede cerrar la boca que ha ido a parar en la contraria, casi haciendo chocar los dientes propios con los labios del otro y, por si poco fuera, con un trozo de fritura entre ambos, apenas separando sus bocas.
¿Cómo habían terminado así?
Eso lo puede responder fácilmente Aomine, pues es quien ha iniciado el reto de atrapar cualesquiera fritura tras lanzarla al aire. Kise y otros dos de segundo año se le han unido de inmediato, sonaba divertido, pero allá al barullo ha ido a parar Murasakibara también, por más extraño que les resultara a todos.
Todo sea por ponerle un poco de emoción a su aperitivo.
Así que ahí estaban, jugando, lanzando y dejando caer frituras al suelo como si no hubiese un mañana, como si su capitán no estuviera observándolos.
Murasakibara tiene buen tino, cabe aclarar, pues en ninguna ocasión se le ha ido una sola fritura. Por otra parte, Aomine y Kise son del tipo que si ven que no podrán alcanzar su fritura en el sitio en donde están, corren, saltan y empujan sin ton ni son para conseguirlo.
Y así es como llegamos hasta este punto, donde Murasakibara ha sido empujado y la fritura se le ha pasado de largo, pero por no rendirse ha acabado prácticamente pegado a la boca del capitán de Teiko.
Akashi no deja de observarlo, Murasakibara no sabe qué hacer. Siente su respiración ligera en la fritura pero, aparte de eso, el pelirrojo parece no dar señales de vida.
Llegados este punto, Murasakibara decide que ha vivido bien, y que si este es el modo en que se despedirá del mundo, está bien para él. Acaba de masticar la fritura y el movimiento hace que roce apenas sus labios con los del otro. Se irgue y retoma sus dos metros de estatura, esperando por lo que sea que esté por llegar.
No obstante, y a pesar de que en ningún momento deja de hacer contacto visual con Akashi, nada sucede.
Absolutamente nada.
Murasakibara continúa esperando -un regaño, un gesto, algo, lo que sea-, pero Akashi se limita a clavar su mirada en él, y el más alto no sabe por qué le da la impresión de que los ojos de Akashi están bailando por lo que pierde la paciencia un poco más.
"¿Akachin?", le llama, pero no basta para sacarlo del trance.
Murasakibara es el tipo de persona que no abre la boca si no es para comer o para quejarse de algo que no acaba de gustarle. No lo es, pero esta vez hará una excepción y le dará razones a su capitán para mirarlo de ese modo y no querer responderle.
Se inclina hacia él, entreabriendo la boca y cerrando los ojos para atrapar los labios de su capitán y cuando está a nada de poder probarlos, siente una mano en su rostro que le detiene a medio camino. Así como está, puede entrever a través de los delgados dedos el ceño ligeramente fruncido de un pelirrojo y la mirada que le dirige basta para enderezarle.
"¿Akachin?", vuelve a llamarle, pero esta vez -y a pesar de que ha salido de su pasmo inicial-, el pelirrojo se limita a negar. Murasakibara lo observa tras sus párpados caídos y cuando está a nada de volver a hablar, escucha el murmuro de su capitán diciendo:
"Ten más cuidado, Murasakibara-kun. Puede ser peligroso..."
El nombrado permanece unos segundos en su sitio hasta que vuelve a asentir y se retira.
Akashi permanece en su sitio, observando al resto de su equipo divirtiéndose y a Atsushi uniéndoseles.
Murasakibara-kun es el tipo de persona que no abre la boca si no es para comer o para quejarse de algo que no acaba de gustarle, ¿eh? Vaya.
Piensa Akashi mientras se le escapa una sonrisa y un ligero sonrojo le colorea el rostro. Murasakibara puede ser muy interesante a veces.