-como pudo se removió en la cama, sentía un dolorcito en todo su cuerpo pero seguro se le pasaría como siempre después de intimar con su Midorimacchi, o eso esperaba y después de estirarse y acomodarse iba a dormir otro rato pues vio el reloj que marcaba menos de las seis y despertaba a las seis treinta para ir a la escuela, de no ser que el rubio omega al sentir un aroma distinto se sentó de golpe en la cama, sintiendo ahora igual como la cama está muy húmeda, ¿ se había orinado?. ¡Que vergüenza !, su amor estaba al lado y él había tenido un accidente, no, eso era mucho para el pobre corazón del omega que comenzó a llorar a moco tendido, despertando así al peliverde que rápidamente lo abrazo. -
Ryota, Ryota, pequeño… ¿Qué pasa? – cuestiono algo o mejor dicho muy sorprendido por que el menor llorara o bueno que lo hiciera tan temprano, sabía que era mimado pero que llorara antes de las seis era nuevo y más el que le alejara, él no quería alejarse del menor y menos ahora que olía tan bien, tan dulce… olía a preña, estaba preñado su amado kitsune, estaba gestando, eso le saco una hermosa y grata sonrisa al peliverde que lo abrazo con mucha fuerza, aunque volvió a la realidad cuando el menor aun lloraba y le empujaba intentando bajar de su regazo. Lugar donde le había sentado y no le dejaba bajar. -
Midorimacchi, no, no ... basta, he tenido un accidente, bájame. - el peliverde estaba muy retardado, o eso creía el rubio. - Tuve un accidente, bájame tengo que ir al baño y creo que alguien entro a la casa. -
- el ojiverde le vio extrañado, primero porque no entendía a que accidente se refería y lo otro por que no olía a nadie extraño en la casa, solo estaban ellos dos. - amor, ¿de qué hablas? – le hablo con tanta ternura que Kise se calmó, pero seguía algo consternado y se aferró al mayor, no sabía cómo, pero la voz de su pareja ahora le daba más calma, como ayer que le dejo dormir encima suyo mientras le hablaba igual… igual, luego de terminar de intimar, ayer lo hicieron y muchas veces, lo hicieron muchas, muchas veces luego de que Kasamatsu se fuera enojado, enojado porque no pudo aparearse con el, el sempai se había descontrolado por su celo, celo que compartió con su Midorimacchi. El rubio por fin ato cabos, no, no podía ser o tal vez sí. Con cuidado levanto la cobija y vio con ojos grandes y saltados de la impresión como donde antes estaba acostado había una cantidad un tanto considerable de semen, en parte seca, bajo la vista y vio de sus piernas había aún más semen seco y su entrada seguía húmeda, con miedo reflejando en sus ojos volteo al ver al ojiperla, sabía que hablaba, pero no sabía que decía por que no escuchaba, después de la “sordera repentina”, todo se volvió negro. Midorima lo tomo entre sus brazos y le acostó con exagerada delicadeza en el centro de la cama, viendo detallada mente el cuerpo de su pareja-destino, pese a ser alto, tanto como un beta o incluso más alto que algunos alfas era la representación de la perfección y delicadeza encarnada, sus rubios y sedosos cabellos, su fino rostro que parecía tallado por los mismos ángeles, esa piel de un blanco casi inmaculado de no ser por esos rosados y carnosos pezones, el mayor se inclinó para besar uno, pasando a besar la frente del contrario y de nuevo bajo, besando su plano vientre, quedándose ahí sin detallar más, estaba más cálido que otras veces, era obvio por que, ahora era un vientre o mejor dicho su omega era uno gestante y se sentía el de maravilla.-
Vamos a ser padres, vamos a ser papas de un hermoso o hermosa cachorro de zorro o búho . – susurro con los ojos cerrado y recargando su mejilla contra el vientre plano adverso, acariciando la piel que quedaba a la vista de la misma parte del cuerpo, sentía que ya amaba a su hijo, sentía un amor tan inmenso que podría llorar, sería la segunda vez que lo haría la primera fue cuando acepto abierta mente que amaba a su hembra rubia, ambas de felicidad, Midorima no se dio por enterado que sus lágrimas salían de sus lagrimales, aun así se volteo de forma que se arrodillo y pego sus labios a la piel donde antes reposaba su cabeza.- Hola bebe, sé que aún no escuchas… por eso te lo repetiré todos los días, te amo, te amo y mucho, yo cuidare de ti y de tu mama…ambos son mi vida ahora, mis tesoros y más grande dicha, si eres niño te enseñare todo lo que se, serás el rey de casa, tocaras el piano como yo, cuidaras a mami cuando tenga que ir a trabajar, deberás morder a quien se acerque a él y hare como si te regañara frente a él , pero cuando estemos solos te felicitare y abrazare muy fuerte y si eres niña igual, solo que te amare de forma más delicada como a tu mami y claro que no te dejare nunca irte de mi lado, serás la princesa de la casa…- no sabía que decir, nunca le había pasado en la vida, pero ahora con un cachorro en camino se abría una puerta nueva de un mundo inexplorado por él, pero que él quería recorrer de norte a sur y este a este, el peliverde se perdió en su mundo alejando todo lo que haría con su hijo, olvido incluso el tsunderismo, solo eran él y su hijo en esos momentos, Kise que recién despertaba escucho la mayoría de lo que decía y sonrió complacido, volviendo a enamorarse, si era posible enamorarse de la misma persona de nuevo, el ver esa faceta en el peliverde le hizo sentirse calmado, sabia ya que el otro no se arrepentía de lo recién ocurrido e incluso comenzaría a contar los días para la llegada de su amado cachorro, si amado, el igual ya amaba a su hijo gestante y sabía que serían una pequeña pero feliz familia.-
---------------- unas pocas horas después -------------------
-ambos ya listos iban en el auto del peliverde, camino a la escuela del menor, la música clásica en el auto era tan relajante y más por el dulce aroma que desprendía el omega, combinado al aroma del alfa, era una mezcla única para ambos, el aroma de los tres encajaba a la perfección, si de los tres porque ya los mayores se contaban como tres, el rubio no apartaba la mano de la caja de velocidades, porque al conducir era el contacto que tenían el y el oji verde, todo era tan relajante que al llegar a la preparatoria hizo un puchero, quería ir a trabajar con su novio, pero el mayor no le dejo faltar, prometiéndole que después de la escuela y el trabajo lo llevaría a una cita, y aun aso bufo algo hastiado, más cuando el mayor rompió el contacto entre ambos y soltando su mano, salió del auto, rodeando el mismo, abrió la puerta trasera y tomo el maletín de su pareja, luego llego a la puerta de copiloto para abrirla y ayudarle a salir.- Midorimacchi, quiero ir contigo a trabajar. – no había tomado la mano del mayor porque se le colgó al cuello haciendo ligeros pucheros, cosa que solo hizo sonrojar al mayor, quien rara mente no se alejó en lo más mínimo y le tomo de la cintura apegándolo mas a él, incluso se frotaba con él, no de manera sexual, de forma cariño y eso no era muy propio del otro en público, pero él no dejaría pasar la oportunidad, tal vez por su estado lo mimaba más, con una gran sonrisa comenzó a frotar ambas narices de forma mimada.- te amo, no, te amamos ambos Midorimacchi, muchísimo.
Lo sé, yo igual los amo a los dos y mucho, a la mami y cachorro más hermosos del mundo. – sonriendo el peliverde bajo a besar la frente del menor y se alejó de a poco y de forma cuidadosa, pasándole el maletín a su menor. –Pero ya basta, no me lo hagas más difícil que debes ir a estudiar y yo a trabajar, aunque no me molestaría que aceptes mi oferta.
Midorimacchi es un celoso. – soltó entre risas jalando con dulzura la corbata del mayor para que bajara y darle un tierno beso en los labios. - no dejare la escuela y no dejare de trabajar, cuando nos casemos y tengamos más bebes quiero ayudar con los gastos de la casa. – el peliverde se tensó unos segundos al escuchar la palabra “casemos”, no es que no quisiera presumir de su omega, del amor y adoración que le tenía, pero aun tenía muchos “problemas” que arreglar para contraer nupcias con el menor, aun así, aunque fuera poco el tiempo que se quedó perdido, el otro se dio cuenta y su autoestima bajo a grandes niveles, tal vez era por el embarazo que sus hormonas comenzaban a alborotarse. - bueno, tal vez aun ….aun no pensabas o no quieres.
-no tenía sentido el hecho que dijera nada mas o eso pensó el de ojos miel, su felicidad se fue tan fácil que ahora pensaba que cuando era feliz en la mañana pudo haber sido un sueño, tal vez Midorimacchi por ser un caballero se haría cargo de el y su hijo , tal vez no tenía planeado tener cachorros porque en si nuca hablo sobre querer tener, tal vez …- Basta Ryota, no pienses estupideces. – soltó el de lentes con voz de alfa, haciendo temblar al delicado omega entre sus brazos, aun así lo refugio entre ellos y pego su frente a la contraria, cerrando los ojos y meciéndole con suavidad.- no debes dudar del amor que te tengo, lo daría todo por ti y ahora por nuestro hijo, no hay nadie para mí que no sean ustedes dos y aun así ame mucho a nuestro pequeño, solo es una persona mi mundo y amare más que a nadie y esa persona eres tu, en el presente y en el futuro y así te hubiese conocido antes hubieras sido tu desde el pasado.- no era romántico pero lo dijo de todo su corazón apapachando a su zorrito que parecía querer meterse a su camisa, no le importo que arrugara esta o llenara de los moquillos de su pareja, que seguro dejaría ahí.-
Midorimacchi… es…es que tengo mucho miedo. – susurro alzando el rostro, por fin, lo había soltado y el solo pudo apresarle con más dulzura entre su brazos, besando esa pequeña frente. -
La verdad es que yo también tengo algo de miedo. - aclaro abiertamente y algo apenado, pero le dio un pico en los labios al menor haciéndole sonrojar. - pero si es a tu lado, sé que podre con lo que venga y tener un cachorro solo hará más fuerte nuestra unión. -el menor asintió y volvió a juntar sus labios con su amado, aceptando la promesa de que iría por el al salir del trabajo, que le esperara e irían a una cita, vio como el mayor se despedía de él, de su hijo y de nuevo de el para luego entrar a su auto e irse, Kise suspiraba enamorado y con cara de idiota, dio la vuelta y grande fue su sorpresa al ver a su mejor amigo Kurokocchi estaba a su lado con su pequeño hijo en brazos quien se aferraba a su madre y su negro esposo abrazándole por detrás, sí que ambos eran celosos, de tal palo tal atilla, en fin, seguro que cuando su bebe tuviera esas edad sería igual o más mono.-
Buenos días Kise-kun. – sonrio de forma suave el pequeño omega fantasma acariciando los cabellos de su cachorro, pero fue cuestión de segundos para que tanto el como los alfa pantera hijo y padre movieran su nariz, notando el aroma a preña y no era el propio si no el de su casi hermano. -kise-kun, tu… estas preñado. – afirmo el mas pequeño sonriendo como pocas veces, pues la espera de un bebe siempre era signo de alegría, con cuidado le paso su hijo a su esposo y abriendo sus brazos corrió al rubio omega abrazándole muy contento y felicitándole, los peli azul eléctrico solo veían a su mama/hembra abrazar al rubio, si, algo celosos, pero entendían la situación e igual se alegraban, Kise se aferro al menor escondiendo su nariz en los celestes cabellos, el igual olía muy lindo …-
Kurokocchi también espera un bebe, aww, ambos chocaremos pancitas, ¡ESO ME HACE FELIZ!.- una gotita al estilo anime casi les salía a los alfa Aomine, pero su Tetsu sorpresiva mente estaba muy alegre y asintió a lo que dijo el “omega idiota” como el le decía, vio cómo su amado can se acercó a besar sus labios y los de su hijo, tomo la mano del rubio y les despidió entrando a la escuela aun con una gran sonrisa hablando de cómo podrían ser sus bebes.-
Omegas. – bufo el moreno besando la cabeza de su cachorro.- cuando te enamores…- vio que su hijo le prestaba total atención y le sonrió. – espero que sea de alguien como tu madre. – el pequeño no entendía pero sonrió al escuchar “madre, asintiendo luego.