-esa noche Aomine llego a su casa y realmente se sorprendió al no ser recibido ni por su pareja ni su cachorro, pero dejo su bolso en la entrada, ese día le había tocado patrullar y todo fue muy movido, solo quería acostarse con sus amores y eso haría, tal vez habían ido con la madre de su Tetsu, entonces ¿debería ir por ellos?, no, no le dijo que iban a salir, seguro y estaban dormidos, con ese pensar camino a la habitación de ambos y sonrió al ver a un precioso Husky con una pantera pequeña en la cama, el cachorro solo se acurruco más contra su madre cuando el luego de desvestirse y sentarse en la cama cambio a la fiera y enorme pantera, rodeando a su amada familia.-
Buenas noches, los amo mucho a los tres. - susurro el alfa de la manada sintiendo como sus adoraciones buscaban su calor y se acurrucaban en él. -
-------------------HimuAka-------------------
-Akashi brincaba sobre la erección de su alfa, afianzado a los muslos de este, tenía sus brazos hacia atrás y así tenía junto a sus pies el apoyo de sus cuatro extremidades para poder moverse en todo su esplendor, dándole una excelente vista a su alfa de como su entrada se tragaba su polla, si, el alfa era Himuro, pero ya sabía a lo que se atenía a tener a tremenda omega bajo su brazo. – anda, muévete más precioso. – pese que Himuro uso su voz alfa el otro no se asustó, solo se pudo ponerse más caliente y dejando salir sus orejas, cola y garras las cuales encajo en la piel de su macho aumento el movimiento, terminando en círculos y dejándose caer. Himuro no podía ocultar el amor que le profesaba a ese león, lo amaba con cada fibra de su ser, ese fue su ultimo pensamiento antes de correrse dentro del menor, pero SIGUIO DURO, MUY DURO y como no si ahora su hembra dejaba su aroma salir por completo, sin supresores encima, y ahora de su entrada salía el aroma del alfa y el semen del mismo.
Himuro, aun quiero más. -afirmo el león mientras con su cola al aire se inclinaba a besarlo frotando su capullo contra esa hinchada polla, a Himuro su pene ya le ardía, pero no podía detenerse, el celo de Akashi venia contadas veces al año, por lo que siempre lo aprovechaba en toda la palabra. -
Todas las que mi emperador dictamine. -susurro cambiando lugares y dejando a Akashi debajo suyo y alzándole las piernas a sus hombros para poder penetrarlo de nueva cuenta. -
------------------MuraKaga-------------------
-Murasakibara se encontraba sentado en la alfombra abrazando por la espalda a Kagami que frotaba su enorme barriga con una sonrisa, estaba el omega realmente contento, no tenía uno, sino dos bebes dentro de si y estos estaban muy sanos según el doctor y el sentía que serían dos nenes, esperaba que fuera de mínimo un omega, así ya no sería el centro de atención en la casa. –
Kaga-chin me hizo feliz, me dará dos bebitos y sé que serán hermosos que él, espero que sean dos alfas, no soportaría los celos de tener otro dulce omega en casa. -eso hizo que le diera un tic en el ojo y el pelimorado supo que algo iba a pasar por que olio a peligro y mas cuando el menor volteo a verlo con sus ojos brillando, sí, eso era peligro, si le brillaban los ojos a Kaga-chin y no quería sexo era malo, muy, muy malo. –
-----------------MidoKise-------------------
-Midorima acariciaba los cabellos rubios de su omega, el cual estaba acostado casi encima suyo, ahora sorprendente mente era más cuidadoso, cuidaba de no aplastar su vientre, no era atrabancado, ni tan impulsivo, debía ser el instinto omega de cuidar a su hijo, le menor veía embelesado las estrellas y como estas al tener poca luz cerca se veían aún mejor que en la ciudad, el mirador estaba perfecto para ambos, eran solo ellos dos y su cachorro, sobre el cofre del auto mientras el menor le sujetaba a él. –
Esta noche fue una maravilla Midorimacchi. - susurro el ojimiel alzando su mano al aire y viendo el anillo de promesa y compromiso que le dio su alfa, estaba tan contento, estaba en cinta e iba a casarse mas adelante con su alfa, lo prometió, cuando saliera de la universidad seria el omega de ese peliverde por todas las de la ley, seria Kise Ryouta de Midorima, “que bien se escuchaba eso”, pensó el menor mientras cerraba los ojos aspirando el fuerte aroma y recordaba unas horas atrás.-
------------------------RECUERDOS DE KISE. -------------------------
-Midorima había pasado por su omega como lo prometió y le llevo a un buen restaurante donde anterior mente había apartado un mesa, ya estando ahí había charlado de su día, entre risas, mimos y ese estilo de conversaciones, hasta que el alfa se quedó en silencio unos momentos y el rubio estaba en su mundo comiendo su adorada sopa, solo fue sacado de su mundo cuando olfateo a muchos betas cerca y le sorprendió y aún más cuando estos rodeaban la mesa donde se encontraban cargando marcos donde había fotos de ambos desde que se conocieron, teniendo dos más grandes que las demás y eran la primera que se tomaron en su primera cita, la otra era de su viaje, el rubio dejo caer la cuchara y se cubrió la boca. –
Dios… esto… NO LO PUEDO CREER.- Soltó el rubio al leer la manta donde hacia la gran pregunta, “¿Quieres casarte conmigo y estar a mi lado por siempre?”. – leyó el menor buscando a su novio en la silla, no estaba ahí sino sobre su rodilla diestra frente a él, estaba muy nervioso y eso el rubio lo sentía, pero se quedó corto mientras leía una y otra vez aquella manta donde estaba el dibujo de los gemelos géminis alrededor de cáncer en forma chibi, eso fue muy lindo. -
El hombre propone y Dios dispone. -susurro señalándose primero a si mismo el referirse a hombre y al techo con la mirada al decir Dios, Kise sonrió y le estiro su mano propia para que acomodara su anillo asintiendo a la respuesta. -
Pues me ha dicho que estará bien nuestra unión. – sonrió y más al ver como el mayor le posaba ambos anillos.- luego de eso el menor se arrojó a su ahora prometido llenándole de besos para luego poner se de acuerdo de los demás temas referentes a su boda.-
---------------------------------fin del recuerdo. ------------------------------------------
-el rubio ahora quería que los años de espera pasaran e igual cuidaría más su figura por que quedaría muy gordo seguro luego de su cachorrito naciera, pero según hace tiempo escucho de su hermana se adelgaza al amamantarlos y amamantaría a su cachorro, no solo por volver a su figura, si no para poder tener ese lindo lazo de mami y cachorro.
Con ese pensar el menor se quedo dormido entre los brazos de su amado. -