Loki percibía la tensión mal contenida en los ojos de su padre. Llevaba poco más de dos semanas en Jotunheim, y podía admitir que ese poco tiempo que pasó había sido mejor que una buena parte de su infancia y toda su vida de adulto, y no estaba acostumbrado a que las personas no lo maltratan o se burlaran de el. Pero ese no era un problema, al menos a su parecer. En fin, Loki presentía algo más en aquella figura imponente que era su padre, era algo más que la Terrible guerra que se cernía sobre sus cabezas. Casi se palpaba en el y sus hermanos una tensión demasiado parecida al miedo.
En parte lo entendía, el mismo compartía un poco de aquella intranquilidad, recordando las heridas de aquellos guerreros que regresaban de las batallas, lesiones que el ayudaba a curar y que le dolían como si fuesen propias, y como olvidar las historias de las batallas en las que su aun esposo participaba, masacrado a su pueblo sin contemplaciones, llenando así su mente de imágenes que de tan solo evocarlas agitaban algo en sus entrañas, además de hacer inecesarios insultos proclamados a los cuatro vientos dirigidos a el y su hijo, esto no eran solamente hechos por Thor si no también por sus soldados. Sin embargo, aun a pesar de todo aquella refriega tan hostil parecía lejana a el, de manera que durante algunas noches incluso lograba alejarla de su mente.
O eso fue hasta esta noche. La oscuridad tenía un matiz que le erizaba el vello de la nuca, era una sensación que estaba carcomiendo su interior y que le gritaba sobre un terrible acontecimiento que sucedería más temprano que tardé, y esa sensación aumentaba con el pasar de cada minuto.
Existía además una línea de pensamiento silencioso que carcomia la mente del más joven y que se vio pronunciando sin siquiera notarlo.
-¿Crees que valga la pena?- Pregunto en un susurro inconsciente, que tomo fuerza y razón al notar que su padre se tensaba ante sus palabras- No creó que mi vida valga tanto puesto que estoy al borde de la muerto, no pienso que alguien crea que valga la pena sacrificar a todo un pueblo por la vida de uno moribundo, es ilógico y no pienso dejar que mi pueblo y mi familia continúe siendo masacrado solo para defenderme.
-Esto no es solo por ti, ni por mí, esto es por hono... por amor- afirma su padre aún dándole la espalda con una voz temblorosa- Durante la primera guerra perdimos mucho de lo que amábamos, fuimos humillados sin piedad alguna, heridos hasta estar al borde de la muerte mientras ellos se mofaban de nuestro sufrir, así que no, esto no es solo un intento vano de protegerte, es un último intento de venganza, un intento de recuperar un poco de nuestro orgullo perdido, aunque esto nos cueste todo sabremos que nuestro fin fue digno.
-Sin embargo podemos evitar este martirio, solo entrégame y ríndanse, solo manténganse con vida- Suplico mientras se ponía de rodillas ante su padre llorando.
-El rendirse dejó de ser una opción desde el momento en que tu padre fue tomado de mis manos solo para ser asesinado sin piedad, no conformes con eso mancillaron y trataron sin respeto alguno su cuerpo cuando este estaba sin vida.- Le respondió, levantadolo del suelo y acercandole a su cuerpo en un tipo de abrazo.
-!No lo vale¡, no puedo creer que puedas seguir con esto, el no querría que nuestro pueblo sea masacrado sin razón, has perdido el juicio si tu unica razón de pelear son quienes no estan o aquellos que pronto ya no estarán.- dijo de una forma casi histérica aferrándose a su progenitor, el cual lo miraba con tristeza.
-Mi niño, es importante que entiendas que aquello que vale la pena, vale la pena para siempre, no pierde su valor solamente porque ya no esta-Beso su frente y puso entre las manos de loki aquel anillo que el sabía, era de su fallecido padre para después susurrar en su oído -Recuerda que no hay tesoro más valioso que aquel que se ha perdido.