Adoro dormir, el perderme en este mundo de multipes realidades es de lo mejor, el ver tus mas profundos deseos hacerse realidad es increible.
Pero a veces tus sueños tienen otros planes para ti, te muestran deseos y annhelos que nunca te imaginaste que tenias, el querer saltar de un avion y sentir las nubes entre tus dedos, o el poder bailar en los escenarios de broadway recibiendo una oleada de aplausos.
pero a veces esos anhelos suelen tornarse oscuros, llegas a pensar que son una simple confunción, que llegas a ello por accidente, mera curiosidad, o...
¿es que en realidad simpre tuviste ese lado retorcido y morboso que soñamos probar?...
La luz del sol dio contra mi rostro a través de la ventana semi-abierta de mi cuarto, me encontraba sentado en mi "escritorio" el cual, parecía más bien un holocausto de libros y papeles.
Empiezo a abrir los ojos, por culpa de la molesta luz natural que atravesaba la hendidura de la ventana contra mis ojos, entre gruñidos y quejas me levanto de mi escrito terminando de abrir mi ventana para lograr acostumbrándome a la claridad.
-¿Que... hora es?...-digo mientras mis ojos terminan de acostumbrarse a la claridad -(De seguro tengo unas enormes bolsas bajo mis ojos)-pienso mientras mi vista ronda por la habitación hasta que al fin me fijo en la hora en el reloj de pared de mi cuarto... ¡¡maldición!! -¡¡Llegare tarde!!!!- grito mientras empiezo el torbellino de arreglarme para ir al instituto.
*mi nombre es Rio Yamazaki, tengo 16 años y vivo en las afueras de Tokyo, y como pueden ver, estoy en una carrera para llegar a tiempo a clases para el estúpido examen para el cual estuve toda la noche estudiando, y por el cual termine cayendo inconsistente en medio de la madrugada. Mi cabello es café oscuro casi negro, mido 1.68 cm lo cual creo que es bastante normal, aunque mi amigo Hotarumi dice que soy algo bajo, soy algo pálido y esbelto creo que porque no me gusta salir mucho y mis ojos son azules al igual que los de mi padre, diría que soy bastante ordinario*
Corro y meto todos los libros y cuadernos en mi maletín causando un desastre total dentro de él, pero en ese momento no me importo mucho ¡tengo que apresurarme!, corro a la cocina y tomo el dinero que mi madre siempre deja en la mesa junto a su habitual nota de "que te vaya bien hoy en el instituto querido" o algo por el estilo, corro fuera de la casa cerrando con llave la puerta y empezar a correr como si no hubiera un mañana.
-llegare tarde, llegare tarde...-repitiendo una y otra vez todo el camino al instituto corriendo sin parar resoplando por todo el camino por mi pesimo estado fisico, hasta termine chocando contra un chico y apenas pude gritarle unas disculpas.
*Como pueden ver, vivo con mi madre Kuriko Yamazaki, ella trabaja por las noches como barman... si es barman en un club nocturno, pero solo es eso, nada más empezó a trabajar ahí gracias a que un amigo cercano a mama se lo recomendó ya que pagaban muy bien, y tenía razón y desde que mi padre falleció... ha sido algo difícil pagar las cuentas*
Las campanas anunciaban el comienzo de las clases y yo, por los pelos llegue a tiempo, puedo ver a Hotarumi viéndome con una sonrisa burlona desde su pupitre, después hablare con él, me siento en mi mesa tratando de recobrar el aliento.
-por... poco...-susurro entre jadeos por la carrera que di para llegar, el profesor empieza las clases.
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-¡¡Ya me voy!!!-grito inútilmente cerrando la puerta -(Como si me fueran a responder…)-pienso mientras empiezo mi caminata al instituto, llegare tarde… pero no me importa.
Solo es un miserable dia mas, en mi aun mas miserable vida despues de todo, en mi desesperante y apartada mirada, ¿acaso hoy sera? lo dudo.
Las hojas de los árboles se empiezan a teñir de un naranja atardecer que contrastaba con un cielo semi-nublado dando una mañana fresca y deprimente a mi vista, las calles estaban prácticamente vacías ya que la mayoría estaba ya en sus escuelas, universidades y trabajos solo había una que otra persona caminando entre las pequeñas tiendas que supongo eran panaderías ocupandose de lo suyo sin interes alguno de la persona que pase a su lado, mis pasos son lentos, solo quiero tomarme mi tiempo.
*Me llamo kuro Hitoshi y vivo en las afueras de Tokyo, tengo 17 años y vivo con mis padres de los cuales... no me gusta hablar solo diré que vivo con ellos por ahora. Soy pellirrojo y mido 1.78 cm diría que soy alto, mi piel es de un tono normal, ya que no soy moreno, pero tampoco soy un puto fantasma y mis ojos son sencillamente verdes, los cuales extrañamente llaman mucho la atención*
-Se está nublando mucho... tal vez llueva h!!!- susurraba para mí mismo mientras caminaba viendo al cielo por unos segundos, en eso siento a alguien chocar contra mí.
-¡¡Lo siento!! ¡¡Tengo prisa lo siento mucho!!-gritó mientras seguía corriendo como alma que lleva el diablo.
-¿Qué le pasa?...-digo para mí mismo mientras veo al chico de obscura cabellera correr hacia la misma dirección que yo voy a recorrer, "tal vez vaya al mismo instituto que yo" pienso mientras froto la zona en donde me golpeó, sintiendo frio de repente.
Después del incidente y unos 15 minutos más caminando llegue al fin a mi clase, tarde obviamente, pero al menos vine eso es algo.
-Llega tarde señor Hitoshi, tome asiento... es su segundo retardo uno más y será castigado-me sermoneo el anciano mientras tomaba asiento, mientras escuchaba los murmullos de los demás alumnos de mi clases o “compañeros”.
-Si señor (estúpido viejo)-me siento mientras empiezan las clases … y ya quiero que terminen.
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Termino de desayunar y me levanto de la mesa.
-¡¡Gracias por la comida!! Ya me voy mamá o llegare tarde-digo mientras me dirijo a la puerta, no sin antes despedirme de mi hermanita Mako-chan, la cual estaba sentada en su sillita alta con un besito en la frente.
-¡Muy bien hijo! ¿Tomaste tu bento?-me dice con una sonrisa en su cara desde la puerta de la cocina.
-¡Si mama! ¡Nos vemos!-le regreso la sonrisa, y después de ponerme los zapatos salgo de la casa.
-¡Que te vaya bien hoy!-la escucho gritar desde las afueras de mi casa mientras caminaba camino al instituto.
*¡Ohayo! me llamo Hotarumi Tashibana, tengo 16 años y vivo a las afueras de Tokyo, mi vida es muy normal y tranquila, mi madre Akame es ama de casa para cuidar de mi hermana de 1 año Makoto y de mí, y mi padre Ushio trabaja como contador público, creo que puedo decir que mi vida es bastante feliz. Soy rubio y mido 1.73 cm si no mal recuerdo, soy algo pálido pero no mucho y mis ojos son color celeste*
El cielo se empezaba a nublar poco a poco y empezaban los suaves vientos fríos chocar contra mi rostro, normal en el comienzo del otoño.
"¿Rio ya se habrá levantado? ojala no se allá desvelado por el examen" pienso un tanto preocupado, él es tan propenso a desvelarse estudiando cuando se trata de exámenes, realmente quiere salir lo mejor posible en cada uno de ellos, sonrió ante la idea de que él se allá quedado dormido de nuevo en su desastroso escritorio, saco mis audífonos y me dedico a escuchar mi música de camino al instituto.
*Rio y yo somos amigos desde los 4 años, estudiamos en la misma clase y nos ayudamos en todo, no podría pedir un mejor amigo*
Después de un par de canciones llego al instituto a 5 minutos antes del comienzo de las clases, al entrar al salón confirmó mis sospechas, Rio se quedó dormido en casa ya que no se encontraba en su asiento.
-Eres tan predecible Rio...-susurro para mí mismo mientras saco mi libreta de mi maletin sentado en mi mesa, que está dos filas atrás y una columna a la derecha de la de Rio, todo el mundo empieza a tomar asiento al ver que el profesor empieza a entrar, y justo detrás de él y antes de suene la campana llega Rio completamente agitado, se nota que corrió desde su casa, le sonrió en forma de burla mientras veo que toma asiento -(jaja Rio, debo darte un despertador…)-pienso burlonamente mientras empiezan las clases.