I.
Tan pronto el muchacho tomó asiento, la fría madera lo hizo estremecer. La única cosa que llevaba consigo era su guitarra, ahora acomodada al pie de la banca. El chico soltó un suspiro, preparándose para otra noche fría e incómoda, acostado en esa banca lejos de cualquier fuente de calor, comida o agua. Lo único que le quedaba era cantar y tocar su guitarra, ¿pero qué tan lejos podría llegar? Él no se creía lo suficientemente talentoso, de todos modos. Él solo era un adolescente solitario, desde que sus padres lo echaron de casa después de contarles sobre su homosexualidad. Él no tenía a donde ir.
Cerró los ojos y suspiró otra vez, cantando una de las tantas canciones que había escrito. “Esto no durará por siempre, esta vez debes soportarlo. No dejaré que te rindas, te curaré si estas lastimado” Tiritando y tosiendo mientras cantaba, sabía que jamás encontraría a esa persona que podría ser su fuerza.
Yoongi iba camino a casa luego de pasar la tarde con unos amigos. Odiaba el hecho de que el clima se volviera repentinamente helado cuando por la tarde el sol no había dejado brillar hasta pasadas las 6. Sin embargo, esta noche en particular, decidió tomarse un desvío más largo e ir por el parque central que se ubicaba a un par de cuadras del bloque donde vivía para disfrutar un poco del aire fresco y aclarar su mente. Pero mientras caminaba, pudo ver una guitarra tirada en el suelo y a un muchacho recostado sobre una banca junto a él. Pudo sentir a su corazón prácticamente romperse ante tal imagen, el chico estaba echado allí con ropas que no lucían lo suficientemente abrigadoras para un clima tan frio como este. Dejándose guiar por su corazón, Yoongi se acerca un poco más, aclarándose la garganta, causando que el muchacho parara de cantar, poniéndose de pie rápidamente y mirando a Yoongi con timidez.
“Disculpa” El adolescente murmuró, mirando hacia el suelo. “Me iré ahora, no te preocupes”
“¡No!” Yoongi lo cogió del brazo y el menor alzo la mirada, lleno de miedo. “Oh, lo siento. No quería asustarte” El mayor lo soltó de su agarre “Esta bien. Yo solo pensé que tú… uhmmm, podrías necesitar un lugar donde quedarte. Y bueno, mi departamento no está muy lejos y si deseas puedes pasar la noche allí” Yoongi le sonrió
“¿Hablas en serio? ¡Gracias!” El jovencito dijo alegremente, resaltando en su sonrisa dos adorables dientes de conejo. “Es lindo de tu parte. Eres la primera persona que realmente ha notado mi presencia aquí. Creo que la mayoría solo optó por ignorarme” el muchacho río incomodo, sobándose el cuello.
“No hay problema” dijo el mayor. “Tengo uno buena intuición para reconocer a criminales y tú no pareces uno” el chico sonrió ante el comentario “Entonces, ¿Nos vamos? Por cierto, mi nombre es Yoongi” dijo, extendiendo su mano derecha al menor.
El muchacho se agachó a recoger su guitarra, antes de darle la mano a Yoongi.
“Claro” dijo entusiasmado, sintiéndose avergonzado segundos después al notar la mirada de Yoongi sobre él “Y mi nombre es Jeongguk” dijo, desviando su mirada a otra dirección.
“Gusto en conocerte, Jeongukkie” dijo Yoongi. “No te molesta que te llame así, ¿verdad?”
“No, está bien” contestó Jeongguk, sintiéndose repentinamente ruborizado como sus ojos se encontraron de nuevo con los de Yoongi.
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II.
Jeongguk observaba tímidamente aquellos ojos que brillaban en un tono rojo incluso bajo la oscuridad de la noche. Su cuerpo temblaba mientras mantenía su atención en ellos. Por supuesto, él amaba a Yoongi con todo su corazón, y lo que sentía por él era algo que jamás había sentido antes. Pero además de eso, él sentía algo más. El sentía miedo.
Yoongi no era humano. Su piel era pálida, sus ojos eran rojos, tenía unos colmillos afilados… y sí, él era un vampiro. Uno del cual Jeongguk había quedado perdidamente enamorado. Más de una vez había cruzado por su mente la idea de dejarlo e intentar olvidar todos esos sentimientos que tenía por él. Pero no importa lo mucho que lo intente, o cuán a salvo pueda estar si lo hiciera; él no podía. Lo que sentía por Yoongi simplemente no podía ser ignorado, por lo que era imposible dejarlo ir ahora.
Es por ello que ahora estaba parado allí, mirando a los brillantes ojos rojos de Yoongi; mientras esté ultimo lucía sorprendió por lo que el menor acababa de decirle.
“¿Estás seguro de esto?” Yoongi le preguntó, con el rostro lleno de preocupación. Jeongguk asiente.
“Por supuesto” él contesta, intentado mantener su voz relajada. Jeongguk coge las manos de Yoongi y las sostiene entre las suyas. “Yo-yo quiero estar a tu lado, hyung. Te amo demasiado”
“Pero… ¿por siempre?” Yoongi pregunta de nuevo. Y Jeongguk asiente otra vez.
“Juntos por siempre” el menor responde, sonriendo ligeramente, dejando un cálido beso en la frente de Yoongi.
“Está bien, si estás de acuerdo… lo haré” dijo Yoongi, vacilante como sostiene a Jeongguk contra la pared; tanteando con sus labios la piel expuesta de su cuello hasta sus hombros. “Te lo preguntaré por última vez, ¿es realmente esto lo que quieres?”
“Sí” Jeongguk gime, logrando que la sensación de los labios y el frío aliento de Yoongi sobre su cuello comiencen a tener otros efectos en él. “Solo hazlo, Yoongi”
Yoongi deja escapar un suspiro, antes de apretar sus colmillos y besar la zona de la piel, para luego lentamente hundir los dientes en ella. Jeongguk suelta un pequeño quejido de dolor. La sangre llena la boca de Yoongi y Jeongguk comienza lentamente a debilitarse, esperando que el mayor se detenga. Finalmente lo hace, terminando con el cuerpo sin vida de Jeongguk en sus brazos.
“Lo siento” dice Yoongi, con lágrimas en los ojos. “Pero despertaras pronto, mi amor. En una vida nueva, junto a mi” Entonces, Yoongi lleva a Jeongguk a su departamento, echándolo en su cama antes de sentarse al borde de ella junto al menor y mirarlo, mientras recorre sus cabellos con sus largos dedos.
Luego de unos minutos, Yoongi mira a Jeongguk aspirar lo que sería su primer aliento a su nueva “VIDA”:
“¿Está hecho?” pregunta Jeongguk
Yoongi asiente, sonriéndole.
“¿Te sigo gustando?” el menor pregunta tímidamente.
Yoongi lo observa y sonríe mientras se percata que el cálido color chocolate de los ojos de su amante se han convertido en un hermoso rojo miel.
“Sí, y nunca te habías visto más hermoso”
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III.
Yoongi levantó una ceja mientras leía la hoja de permiso que Jeongguk le había entregado.
“¿Sabes que tienes que tomar el tren para llegar a este museo, ¿cierto?”
“Sí, ¿y?” Jeongguk dijo, mientras se sentaba en el sofá con los brazos cruzados sobre el pecho y con sus piernas descansando por encima del regazo de Yoongi.
“No puedo firmar esto, Jeongukkie” dijo el mayor, negando con la cabeza.
“¡Hyung! Todos mis amigos irán. ¡No seas así!” el más joven se quejó.
“Si tanto querías ir debiste pedirle permiso a tus padres, Jeongguk” dijo Yoongi, soltando un suspiro. “Y no pongas esa cara, así no te ves lindo”
“¡No soy lindo!” contestó Jeongguk, sonrojándose. “Y… y mi mamá tampoco quiso firmarlo” añadió en voz baja. “Gracias a ustedes voy a perderme toda la diversión” el menor protestó como Yoongi empujó sus piernas fuera de él, levantándose del sofá.
“No hay nada de divertido en un museo de historia, de todos modos” soltó Yoongi. “Vamos Jeongukkie, no te enojes conmigo. Tus padres me matarían si no te encuentran aquí el fin de semana” el mayor retornó al sofá, poniéndose de cuclillas al frente de Jeongguk, reposando las manos en sus rodillas.
“¿Desde cuándo te volviste tan responsable?” contestó Jeongguk, haciendo un puchero.
“Desde que tengo que cuidar a un chico de 16 años que a veces más parece de 12” Yoongi sonrió divertido, apretando tiernamente su nariz. Jeongguk rodó los ojos.
“No quieres pasar el fin de semana conmigo, ¿acaso?” comentó Yoongi, levantando las cejas sugerentemente.
“¡Hyung! Le diré a mi mamá que deje de llamarte cada vez que sale a viajar. Eres un pervertido”
“Eso no fue lo que dijiste ayer cuando tenía mi lengua en tu boca”
“¡Yoongi!” gimió Jeongguk, con la cara más roja que un tomate. El mayor rio, entretenido.
“Ok, ya. Entonces, vamos a ver qué hay de nuevo en Netflix. Pero primero llamaré por una pizza, estoy que muero de hambre” Yoongi dijo, levantándose y dirigiéndose al teléfono.
“Hyung…” Jeongguk lo siguió por detrás, hasta envolver sus brazos alrededor de su cintura. “Te quiero”
“Yo también te quiero, Jeongukkie” Yoongi sonrió al sentir el tacto. “Y vas a ver lo mucho que nos vamos a divertir” el mayor se giró y le guiño el ojo.
“¡¡Hyung!!!”