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Marca por cho-chan

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Notas del capitulo:

Quisiera empezar esto de una forma  seria.

Me han pasado muchas cosas, sé que a nadie le importan pero quería mencionar una de ellas. Hace algunas semanas me cree una cuenta en wattpad usando el mismo pseudónimo que en fanfiction (el cual es Kotoko-noda). ¿Porque lo hice? Para leer obviamente los fanfics de mis categorías favoritas que se encuentran ahí. Cierto día, cuando estaba aburrida y no encontraba otro fanfic que llamase mi atención (porque sí, yo leo casi todos los fanfics que hay de mis parejas favoritas por categorías) decidí buscar en las diferentes series en las cuales suelo leerlo. Es decir, generalmente leo de esta categoría, también de Kuroko no Basket, Yuri On Ice, Shingeki no Koyjin, Assassination Classroom, Boku no Hero Academia, etc. Como no tenía deseos de leer de alguna de esas decidí ir a otra categoría dónde yo antes escribía fanfics, esa es D Gray Man.

¿A dónde voy con esto?

Leyendo entre las opciones de historias encontré una de un titulo que era similar a un fanfic que yo escribí hace años. Al principio pensé en que era una coincidencia; sin embargo, al ir leyendo me percaté de que las notas de autor sonaban a algo que yo diría y la historia era “extrañamente familiar”. Para no acusar en falso, decidí ir a mi historia y releerla. Comparé cada párrafo de cada capítulo y todo coincidía.

Debo decir que sentí una enorme ira.  Tanto las notas de autor como el fanfic en general era lo mismo que yo tenía en mi historia. Alguien la había subido a Wattpad sin mi permiso y ponía que era el autor de ello. Me hervía la sangre ante ese hecho ya que desde hace meses esta persona la había subido.

Sé que los fanfics son sin fin de lucro ya que tomas personajes existentes y los metes en una historia diversa a la original; sin embargo, esto no da el derecho de robar una historia ajena y subirla como propia.

Lo digo como lector y como fanficker: Si les gusta una historia no la roben y suban a otros sitios. Está bien que sea algo sin fin de lucro pero le toma tiempo a una persona sentarse a escribir una historia. No roben lo que les cuesta a otros hacer y quienes se toman tiempo para ello.

Si un fanfic les gusta coméntenlo, no saben cómo se agradece la opinión ajena en una historia y el cómo motivan al autor a querer continuar. Si no les gusta comentar, al menos no hagan algo como plagiarlo. Seamos decentes y honestos como lectores.

Yo en lo particular, no me siento halagada de que alguien re subiera mi historia porque le gustó o por cualquier motivo que tuviera. Me siento molesta, ultrajada. A lo mejor exageré en el momento pero fue el sentimiento que tuve. En serio, si algo les gusta apoyándole o no hagan nada perjudicial.

Al final de todo, reporte la historia y la borraron. Las cosas se resolvieron pero me quedó la molestia y me plantee si debía o no seguir escribiendo fanfics y dejar en hiatus esta historia.

Creo que me he extendido en esta nota, pero quería mencionarlo.

Recuerden que los personajes de este anime no me pertenecen, pero la historia aquí desarrollada sí. También recuerden que no soy profesional y hago esto como una mera forma de liberar mi estrés. Lamento si hay términos mal dichos y faltas de ortografía.

Muchas gracias a Angie, Ivonne Gpe.,alexayaoi23, juana reyna, Yuki100, Rukia, Gugui por sus bellos comentarios. Espero no olvidar a nadie, sus comentarios han sido respondidos.

Sin más, disfruten el capitulo.

 

 

 

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Wólfram sonrió enternecido ante la imagen que representaba su pequeña hija. Desde que la noticia de su embarazo se esparció por todos los rincones del mundo, la menor se había encargado de pasar mucho tiempo a su lado. Todos parecían felices con ello, pero la princesa parecía en especial emocionada por convertirse en una hermana mayor.

El rubio jamás pensó en la posibilidad de que ella se pusiera celosa sobre la presencia del nuevo bebé. Confiaba en la madurez de su hija y en que se alegraría por la noticia. Greta sería una excelente hermana mayor.

Acercó su mano a los cabellos rizados de la menor y los acarició con cuidado. La niña había adquirido, desde enterarse de la noticia, esa costumbre de pegar su oído a su vientre. Ella afirmaba querer escuchar al nuevo integrante de la familia y demostrarle todo el amor que ya le tenía. Era algo realmente enternecedor.

-Voy a cuidarte mucho cuando nazcas- afirmaba con verdadero cariño la  castaña –así que por favor crece sano dentro de papá Wolf-

-serás la mejor hermana mayor- comentó con una amplia sonrisa –confió en ti para que lo cuides-

-¡Greta se esforzará en ser la mejor hermana!- los brazos de la niña rodearon la cintura del rubio con todo el cuidado que podía. Se sentía muy bien estar cerca de su padre.

Sin borrar su sonrisa, Wólfram continúo con las caricias en la cabeza de la menor. Adoraba pasar su tiempo con ella  y; había notado desde que empezó su etapa de gestación, que la niña se había vuelto más cercana a él que antes. No le molestaba en absoluto; al contrario, le era bastante agradable. Aunque el rubio se preguntó si aquello podría deberse a las feromonas maternas que su cuerpo liberaba desde entonces.

El omega guió su vista a la ventana, la noche había caído en un abrir y cerrar de ojos. Debía arropar a su pequeña y volver a la habitación que compartía con su pareja.

-Greta ya es hora de dormir- dijo con suavidad en su voz –desde hace un rato debías hacerlo-

-solo un poco más- la menor se aferró a su cintura -¿Si? Debo darle las buenas noches a mi hermanito- llevó su mano al vientre acariciándole con cariño –buenas noches bebé, deja que papá Wolf duerma- depositó un pequeño beso sobre el apenas visible bulto -Sé un buen niño-

-mañana podrás volver a hablarle,  le gusta escucharte-

-Si- la niña se apartó sin querer hacerlo -¿Tengo que dormir ahora?- preguntó en un mohín mientras se apoyaba sobre sus rodillas en la cama. Tanto padre como hija se encontraban desde hace un largo rato en la habitación que correspondía a la menor. Ella vestía ya su  pijama amarillo de manga larga que le llegaba casi por la altura de sus tobillos. Se encontraba preparada para viajar al mundo de los sueños; no obstante, decidió entretener un poco más al rubio debido a que su otro padre le pidió ayuda para prepararle una sorpresa al omega. Ella sin duda había accedido. No tenía idea de que podría ser esa sorpresa, pero Yuuri le había asegurado que se lo informaría por la mañana.

-por supuesto que debes - afirmó con falsa seriedad el rubio, quien se incorporó de la cama –ahora a dormir- observó a la niña recostarse con lentitud y acomodar su cabeza sobre la almohada.

Una vez que estuvo recostada, tomó las cobijas y las subió cubriendo con estas el cuerpo de su hija –buenas noches- se inclinó y depositó un pequeño beso en la frente de la niña.

-buenas noches- respondió ella con una sonrisa y cerrando sus ojos. Esperaba que Yuuri tuviera lista esa sorpresa para Wólfram –me pregunto que será…- dijo casi en un susurro comenzando a sentir la pesadez en sus ojos.

Esa noche, Greta tendría un sueño feliz con su familia y el nuevo integrante de ella.

Wólfram esperó un poco más antes de retirarse de aquella habitación. Apagó las velas que la iluminaban y se encaminó a su propio cuarto. Estaba cansado, sólo quería llegar a su cama, recostarse al lado de Yuuri y sentir las caricias que su alfa le brindaba cada noche. Sí, eso sería fantástico en esos momentos.  Aunque no estaba del todo convencido de que podría hacerlo esa noche, Yuuri parecía sobre emocionado por algo. Podría sentirlo a través de su lazo, estaba tramando algo y la idea de llevarlo a cabo le causaba furor al alfa. Era realmente increíble cómo podría saber ese tipo de cosas a través del vinculo que habían formado.

Una corriente de aire le causo un escalofrió, la temperatura había descendido gradualmente y debía llegar pronto a su destino. Con paso presuroso se encaminó a sus aposentos y se abrazó a sí mismo; entre más rápido lo hiciera, más pronto podría descansar y calentar su cuerpo bajo las cobijas. Incluso, se pegaría al cuerpo de su pareja para elevar su temperatura corporal.

Arribó a su destino después de una caminata que se le antojó veloz debido al frio ambiente que gobernaba el castillo a esas horas de la noche. El invierno había comenzado recientemente y se dejaba apreciar en cada uno de sus aspectos. La nieve aún no caía pero Wólfram estaba seguro de que pronto lo haría.

Detuvo su andar frente a la puerta que dividía el frío pasillo y su habitación. Suspiró y abrió la puerta enfocando su vista inmediata en la figura que esperaba dentro. Sus ojos se enfocaron en los ajenos que denotaban alegría y cierta emoción; además había expectación y nerviosismo en ellos. Podía notarlo.

-¿Qué es todo esto?- parpadeó un par de veces confuso de aquel detalle que había sido cuidadosamente preparado para la ocasión. Wólfram ingresó completamente a la habitación cerrando detrás de sí la puerta y dando sólo un par de pasos en dirección al alfa.

-¿Una sorpresa?- el pelinegro se incorporo de la cama donde recientemente se encontraba sentado y se acercó con calma a su pareja, le pelinegro aún vestía con la ropa que había usado durante ese día, que consistía en su típica vestimenta de color negro –pensé en muchas cosas pero creo que esto es algo más intimo, además, quería que solo fuera entre tú y yo…- admitió con un tenue rubor cubriendo sus mejillas, rascó una de estas con el dedo índice con nerviosismo -¿No te agrada?- miró directamente el rostro del rubio con cierto temor, le había costado mucho trabajo (y vergüenza también) preparar aquella sorpresa.

Y es que él no estaba acostumbrado a ese tipo de cosas. Es decir, no tenía la más mínima idea de cómo ser romántico o detallista. Tuvo que acudir a internet debido a la poca creatividad que su mente poseía a la hora de idear alguna cosa de ese estilo. Esa era una de las razones por la cual volvió a su mundo durante algunos días. No podía pedir consejo a alguien dentro de las paredes del castillo por temor a una vergüenza mayor. Lo único que hizo que causo miradas curiosas sobre su persona, fue pedir a los sirvientes que le trajeran a la habitación todo aquello que necesitaría.

¿Acaso fue una mala idea estar bajo la luz de varias decenas de velas en la habitación? ¿Se equivocó en formar un corazón con pétalos de flores rojas su lecho?

No, estaba seguro de que eso estaba bien. Inicialmente tuvo la idea de una cena romántica bajo las estrellas pero con el reciente clima hacer aquello era imposible, al menos que deseara una hipotermia debido a ello.

Comenzó a ponerse nervioso ante el silencio de su omega -¿Wólfram?- acercó su mano dudoso al rostro del otro, Wólfram había ocultado su rostro bajo el fleco de su cabello. No podía ser que en ese mundo fuera una ofensa o algo por el estilo ¿O sí?

Con temor alzo ligeramente el rostro del rubio notando, para su alivio que sólo estaba sonrojado.

-¿Por qué has preparado algo como esto?- cuestionó con las mejillas coloradas –esto es….es decir…- buscó las palabras correctas para poder expresarse -….es tan intimo, tan romántico…- admitió con vergüenza. La sorpresa le agradaba y a la vez, le sorprendía viniendo de alguien como el otro.

-¿Te gusta?- preguntó con cierto tinte de emoción en su voz –pensé que tenía que hacer algo como esto ya que es un día especial…- esbozó una sonrisa contento sin despegar su vista de la ajena -…sabes que soy bastante torpe, lento para entender muchas cosas, quizá no soy la pareja que tú mereces…- el blondo abrió su boca para interrumpirle en su discurso, pero un par de dedos de Yuuri sobre sus labios se detuvieron de hablar –a pesar de eso, yo en verdad estoy enamorado de ti y debo decirte esto antes de que el valor me abandone- tomó aire y se preparó para lo siguiente, se atrevió a sujetar ambas manos ajenas con las suyas –Wólfram, yo sería la persona más feliz del mundo si tú aceptaras casarte conmigo-

El omega de cabellos rubios abrió sus ojos con sorpresa ante aquellas palabras. De alguna forma, esperaba que las expresara, pero no esperaba que Yuuri soltara todo eso de improviso y con un rostro tan serio como ahora lo hacía. Esto era mucho mejor que sus fantasías, iba más allá de todo eso y le llenaba de un regocijo inmenso.

-¿Wólf?- el rey esperó impaciente su respuesta, tenía la certeza de que sería afirmativa pero todo podría pasar y no podía sentirse tranquilo hasta escucharlo de la boca del otro.

-Si- dijo casi en un susurro –acepto casarme contigo- le mostró una sonrisa de felicidad mientras un par de lágrimas resbalaban de sus mejillas. Se sentía demasiado dichoso, no tenía forma de expresar todos esos sentimientos que bullían dentro de él.

-¿De verdad?- preguntó con evidente emoción –me esforzaré en ser un buen esposo- acortó la distancia entre ambos y le rodeo con sus brazos –por eso,  quédate a mi lado el resto de nuestras vidas-

-nuestras vidas serán largas…- comentó el blondo correspondiendo el abrazo y aferrándose al cuerpo ajeno -¿Estás seguro de lo que estás haciendo?-

-nunca estuve más seguro en mi vida- acarició los cabellos rizados del omega sin apartarse ni un centímetro de él.

-eres un enclenque…- mencionó con cariño en su voz disfrutando el momento.

-lo sé- admitió –lamento la demora…- sonrió para sí -¡Espera! ¡Casi lo olvido!- se separó abruptamente del abrazo para buscar algo en su bolsillo -¡Aquí esta!- festejo su hallazgo, un pequeño objeto que sostenía triunfante en su mano.

-¿Un anillo?- miró con curiosidad el pequeño objeto que el alfa sostenía en su mano -¿De dónde lo has sacado?- el rubio no recordaba haberlo visto antes entre las joyas que se encontraban entre los tesoros del rey.

-es costumbre en la tierra entregar un anillo a la persona con la que deseas casarte- comentó con una ligera sonrisa –este anillo pertenece a mi madre- tomó la mano izquierda de su pareja y lo colocó sobre su dedo anular –ella me lo dio- esbozó una pequeña sonrisa –dice que cuando mi padre le pidió matrimonio lo hizo con este anillo, aunque mi padre no sabía la medida de su dedo terminó dándole uno que le quedaba un poco grande, mi madre lo aceptó y conservo a pesar de eso- la alianza de oro quedaba bien sobre el dedo del otro, como si hubiera sido hecho para él.

-Si es así, no puedo aceptarlo- admiró el anillo en su dedo –es algo importante ¿No? No puedo quedármelo- comenzó a deslizarlo por su dedo para sacarlo, pero fue detenido por el alfa.

-ella me lo dio- hablo antes de que lo devolviera –dijo que quería que tú lo tuvieras, que lo cuidaras por ella- acomodó el anillo en el dedo anular del otro devolviendo loa su posición anterior, antes de que el rubio intentara retirarlo –me matará si sabe que lo regresaste y se pondrá muy triste-

-¿Puedo tenerlo en verdad?-

-Sí, es lo que ella desea- asintió un par de veces con la cabeza.

-lo cuidaré muy bien- esbozó una ligera sonrisa –ella es muy amable- admitió avergonzado por la situación -¿Hablaste con ella sobre esto?-

-Si…un poco- se sonrojo al recordar el interrogatorio de su madre y toda la emoción que tenía debido al tema –aunque no le mencione esto…- descendió su mano hasta el vientre del blondo –pensé en que sería bueno decirle cuando venga a la boda…- comenzó a imaginar la reacción de sus padres ante la noticia. Yuuri estaba seguro de que su madre se emocionaría demasiado y su padre, no estaba seguro de su reacción ante ello.

-entonces deberíamos fijar una fecha- interrumpió sus pensamientos –podría ser en un par de meses, antes de su nacimiento- colocó su mano sobre la del otro que reposaba en su pequeño vientre.

-Sí, me parece bien- bajo su mirada observando el vientre de su pareja –es increíble…-

-¿Qué cosa?-

- hace unos meses, esta situación jamás pasó por mi mente y ahora, realmente me siento muy feliz- sonrió ampliamente alzando su mirada a la de su prometido –gracias Wólfram-

-¿Por qué me agradeces?-

-por ser tan perseverante y paciente- acercó su rostro al ajeno quedando a pocos centímetros de tocar sus labios con los suyos –gracias por hacerme feliz, por darme una familia y por amarme- con un suave roce toco los labios ajenos.

-harás que llore…- cerró sus ojos conteniendo las lágrimas que amenazaban con salir y deslizarse por sus mejillas, sintió el suave toque en sus labios -…yo también soy muy feliz…- mencionó en un susurro –te amo Yuuri…- lo amaba tanto que apenas podía contener tanta alegría en su ser.

-yo también, te amo- se atrevió a juntar de nuevo sus labios en un beso más duradero, mas demandante.

Los labios de Wólfram se abrieron dejando pasar a la lengua ajena que incursionaba sobre la cavidad bucal del blondo. Sus lenguas se encontraron y juguetearon entre si hasta que ambos sintieron la necesidad de respirar. Se separaron apenas unos centímetros, con un hilillo de saliva vinculándoles. Sus ojos se fijaron en los contrarios sin perder ni un solo detalle del rostro de su pareja.

-¿Podemos?- se aventuró a preguntar el pelinegro, estaba ansioso, completamente deseoso de fundir su cuerpo con el ajeno. Dos  semanas habían transcurrido desde la última vez que ambos tuvieron un momento de intimidad. Algo dentro de sí le pedía insistentemente tocar a su pareja y llevarlo al más elevado placer.

Por su parte, Wólfram sintió sus mejillas arder, sabía que el alfa tenía deseos de hacerlo. Desde hace días el contacto entre ambos se había hecho menos frecuente, no es que no deseara a su pareja, simplemente se avergonzaba de su cuerpo al adquirir más masa corporal. Wólfram había subido de peso y era visiblemente obvio aquello si se encontraba desnudo, era por esa razón que se negaba a algo más que besos por parte del gobernante de Shin Makoku. Sin embargo, hoy era un día especial. En verdad deseaba entregarse al otro de una manera carnal y pasional.

Estaría bien que le tocara ¿Verdad?

Yuuri no se reiría de su peso extra…

-si…- asintió con una gran vergüenza, tenía que confiar en su futuro esposo.

Un nuevo beso fue iniciado por parte del pelinegro, llevándose con este sus inseguridades.

Prontamente, cualquier pensamiento fue olvidado de su mente, las manos ajenas le tocaban con delicadeza, con tanto amor que creía enloquecer. Yuuri en ningún momento hizo mención de los cambios que en su cuerpo se habían presentado y eso le alivio. Se permitió disfrutar del acto sin angustias o preocupaciones.

Las velas que iluminaban la habitación fueron consumidas poco a poco.

Los  amantes consumaron su amor y se fundieron en un solo ser aquella noche de invierno.

 

 

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-puedes irte tranquilo Yuuri, este bebé aún no nacerá- comentó el omega de cabello rubio acariciando su crecido vientre, en su mano un brillante anillo de boda lucia orgulloso –estaremos esperando tu regreso-

Yuuri recordó las palabras de su esposo y se maldijo interiormente por creer en ellas. Sólo se había marchado algunos días a la tierra, procurando no demorar demasiado para volver al lado de su pareja. Nunca debió irse.

Wólfram había dado a luz el día anterior a su hijo y él no estuvo ahí para verlo, para acompañarle.

¡¿Qué clase de padre y esposo era?!

Se suponía que el bebé aún no debía nacer. Yuuri regresaría para verle por primera vez antes de que eso sucediera. Sin embargo, el infante había decidido adelantarse a sus planes.

Yuuri se sentía frustrado, enojado, arrepentido y completamente triste de haber perdido ese momento. De no haber acompañado a su esposo cuando le necesitaba.

-¡Su majestad!- Conrad corría detrás de él con un semblante preocupado –le recuerdo que debe tener cuidado al ingresar a la habitación-

-es Yuuri, somos cuñados y tú me pusiste el nombre- respondió caminando con paso acelerado -¿Por qué debo tener cuidado?- cuestionó mirándole de reojo, realmente no había prestado atención a sus palabras desde hace un rato.

Yuuri recién había regresado a esas tierras a través del baño que era de su uso exclusivo. Ni loco volvería a través del agua congelada de la fuente o de algún río o lago cercano. El pelinegro sonrió y esperó ver con ansias a su esposo y su enorme barriga, pero solo se había encontrado con el hombre de cabello castaño. De inmediato supo que algo sucedía al no ver a su pareja cerca. Conrad le había contado que, recientemente, el blondo había dado a luz y Yuuri casi se desmaya por la noticia. Después de esas palabras, no le prestó verdadera atención, su mente sólo se concentró en llegar a dónde su esposo se encontraba. Tenía que verlo, reconfortarlo, mimarlo y conocer a su pequeño bebé (porque Yuuri estaba completamente seguro de que era un varón).

-¿Günter no se lo mencionó?- el hombre le observó con preocupación –hay un detalle que usted debe tener en cuenta antes de ingresar a su habitación-

-¿Qué es?- bajo la velocidad de sus pasos hasta detenerse y girarse a ver al hermano de su esposo –no estoy entendiendo nada Conrad- ambos hombres se encontraban en el pasillo principal que conducía a los aposentos de la pareja real.

-ahí dentro encontrará a Wólfram un poco…diferente…- pensó en la forma más apropiada de decirlo –debe entrar con extrema cautela y no espantarlo o de lo contrario él podría volverse un poco….muy agresivo…-

Yuuri alzó una de sus cejas, en verdad no entendía nada de lo que el otro mencionaba –Wólfram no es un animal- mencionó –estás hablando como si fuera uno que me atacará si se siente amenazado- la cara que su cuñado le mostró causo un escalofrió en su ser –no lo es ¿Cierto?-

-yo no puedo acompañarlo a partir de aquí, nadie puede ingresar a esta zona además de usted- desvió el tema y su mirada del rey –por favor tenga cuidado- el hombre se alejó de inmediato  retrocediendo sus pasos –si necesita algo estaré cerca-

-¿Conrad?- le miró con interrogación en su rostro, pero preguntaría después todos los detalles, debía ver a su esposo ahora.

 El gobernante se giró y retomó su andar hasta llegar a la puerta de su habitación unos metros más adelante. Sintió una extraña aura provenir de ese lugar. No le prestó atención, soltó un suspiro, acercó su mano a la perilla de la puerta y se decidió a abrirla con cautela. Asomó su rostro para mirar dentro de la estancia, visualizando un bulto de cobijas en medio de la cama. Cerró la puerta detrás de sí y caminó a paso lento acercándose a esa zona en particular.

-Wólfram- llamó a su esposo con un tono de voz  normal, se sentía nervioso por lo que encontraría debajo de todo eso –Wólfram- repitió su nombre pero un gruñido animal le hizo detener sus pasos.

¿Había un animal en la habitación?

Se paralizó de sólo pensarlo. Si era así no podía creer que nadie hiciera algo para proteger a su esposo e hijo. Se alarmó al darse cuenta del riesgo que representaba un animal dentro del lugar. Wólfram estaría débil y el recién nacido sería una carnada perfecta. Con verdadero pánico se acercó de forma apresurada a la cama para comprobar que los dos estuvieran bien. Retiró las cobijas que cubrían el bulto debajo de estas y, con horror descubrió lo que se refugiaba en ellas.

Un lobo de color blanco le miraba retadoramente mientras mostraba sus colmillos. El animal soltó un gruñido en advertencia clara de que debía alejarse. A pesar de ello, Yuuri no se movió de su sitio.

El animal no se movió de su lugar, tan solo mantenía la amenaza quedandose en la misma posición recostada y con la cabeza levantada en dirección al pelinegro. El rey balbuceó aterrado, ninguna palabra o sonido salía de su boca. Quería gritar y salir corriendo pero su cuerpo no estaba de acuerdo con su mente.

Un sonido más llamó su atención y de inmediato supo de qué se trataba. Cerca del cuerpo del lobo albino se encontraba un pequeño cachorro, este era de pelaje oscuro y  lloraba mientras se arrastraba para acercarse más al mayor. Debido a que se trataba de un recién nacido, sus ojos se mantenían cerrados y sus patas no podían sostener su frágil cuerpo aún.

-¿Wólfram?- incrédulo por lo que sus ojos veían, Yuuri se sintió en exceso sorprendido por su descubrimiento -¿Eres tú?-

El animal alzó sus orejas y prestó atención al recién llegado. Los colmillos fueron ocultados mientras permanecía su mirada fija en el humano. El lobo dio un par de lamidas a su cría y se levantó acercándose con lentitud al otro. A pesar del ligero miedo que Yuuri sentía no se movió de su sitio. Wólfram en su forma animal comenzó a olfatearle durante algunos instantes, lapso de tiempo que a Yuuri le pareció eterno.

El lobo soltó un llanto después de eso, acercándose a él y dándole caricias con su cabeza en la mano del rey. Se había vuelto sumiso después de reconocerle.

Con un poco de inseguridad Yuuri acercó su mano a la cabeza del lobo –lo lamento…- se atrevió a hablar –debí estar aquí antes, contigo y nuestro…cachorro…- no sabía si el termino estaba bien dicho debido a que ahora era uno pero ambos padres eran de apariencia humana.

Estaba realmente confundido con eso.

Observó de reojo a la pequeña criatura que se encontraba en la cama, este comenzó a emitir sonidos que suponía eran llanto. De inmediato, Wólfram aún en su forma animal regresó con su cría para brindarle calor corporal con su cercanía.

Yuuri se acercó con cautela y se sentó muy cerca de ellos, tan sólo observándolos. La escena era un tanto irreal, pero aquí estaba él, admirando la extraña situación que ambos presentaban frente a sus ojos.

-así que, tendrá el cabello oscuro…- habló obteniendo una mirada por parte del lobo –me pregunto cómo lucirá teniendo forma humana…- observó con curiosidad especial al pequeño ser -¿Puedo…tocarlo?- preguntó con algo inseguridad.

No sabía si estaba bien que lo hiciera y tampoco sabía si perdería su mano o su brazo a manos de su esposo por atreverse a hacerlo sin su permiso. Observó de reojo a Wólfram y pudo ver un asentimiento por su parte. Se relajó y acercó su mano al cachorro para poder tocarlo.

Era suave y realmente cálido.

Algo en el interior de Yuuri se removió. Su cuerpo comenzó a sentir una ola de emociones y a causarle un tremendo mareo. Alejó su mano del cachorro y la llevó de inmediato a su frente. No entendía lo que sucedía, se sentía extraño y completamente mareado. De reojo observó como el lobo albino se acercaba a él. El hocico del animal tocó su mano transmitiéndole un extraño mensaje que pudo entender perfectamente.

Todo estará bien.

Yuuri cerró los ojos y fue entonces que perdió la noción de sí.

 

 

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Notas finales:

 Me dará diabetes con mi propio fanfic…..En fin….

Esta es la primera parte del final.

 Decidí dividirlo en dos debido a la extensión que tenía, espero fuera de su agrado. Al final pensé en hacer el final en dos partes, más un epilogo y quizá un extra. Sólo quizá….

Muchas gracias a quienes se toman el tiempo de llegar hasta aquí. Sé que aún quedan dudas pero trataré de aclararlas.

Sobre Murata ¿Con quién se quedara al final? Me encantaría saber sus teorías…aunque ya me lo han mencionado antes pero síganme comentando lo que piensan sobre con quien, como y porque.

No sé que más poner aquí, así que me iré a leer manga a las 3 a.m.....

La próxima actualización será probablemente hasta principios de marzo.

¡Hasta la próxima!

 


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