Después de lo sucedido en el baño, Nathanäel no se atrevió a mirar a Adrien, se sentía avergonzado y asustado.
Las clases transcurrieron normales, Adrien actuaba como si nada hubiese pasado, Marinette seguía como una abeja a la miel detrás de Adrien, mientras que éste último la ignoraba, pensando en el Pelirrojo.
-¡Adrien Agreste! - Gritó histérica Marinette, ya cansada de andar detrás del rubio.
-¿Qué sucede? - Preguntó con poco interés.
-¿Se puede saber por qué me ignoras? ¡Te he hablado y ni caso me haces! Te ves algo pensativo... - Dijo la peliazul en tono de preocupación.
-No es nada importante... - Mintió, obviamente, además ¿Qué le iba a decir? ''Pues, acepté ser tu novio para que Nathanäel dejara de pensar en ti, ya que tú le gustas aún, y pues... Yo me enamoré de él, pero salgo contigo por salir, no podrías gustarme un poco ¿sabes?'' Pensó irónicamente Adrien, riéndome mentalmente.
-T-te amo Adrien... - Habló Marinette con tono muy bajito.
-Yo también - Respondió el rubio con una sonrisa para luego abrazarla.
Aquella sonrisa falsa...
Aquél amor falso...
Ya quería acabar con todo ésto.
Quería a Nathanäel.
Y claro, lo conseguiría sí o sí.
*
*
*
Las clases habían terminado y ya todos se retiraban rápidamente ya que había comenzado a llover fuertemente.
-Demonios... - Dijo Nathanäel, la lluvia era inmensa y no había traído ni un paraguas.
-¿Te llevo a tu casa? - Preguntó una voz a sus espaldas.
Se volteó rápidamente, y ésta vez, lo miró a los ojos, encontrándose otra vez con esa mirada verduzca, pero ésta vez, llena con una sinceridad y ¿inocencia?
-E-eh... Pues, n-no gracias, no te molestes... - Respondió lo más cortés posible, no quería sonar grosero.
-Tonterías... Vamos, yo insisto - Habló Adrien con una sonrisa, sacando un paraguas negro para después abrirlo, se acercó a Nathanäel, con una mano rodeó su hombro y con la otra sostuvo el paraguas.
Nathanäel estaba rojo de la vergüenza, estar así tan apegado a Adrien, se le venían recuerdos de los sucesos en el baño...
El auto ya estaba esperándolos ahí y se subieron, después el auto se marchó.
-¿Por dónde vives? - Preguntó Adrien con una sonrisa ''sincera'' cosa que le pareció falsa al pelirrojo.
-Vivo por ahí... - Indicó Nathanäel con su dedo.
(N/A: Nótese que ni madres sé dónde vive Nathanäel xD)
El auto dejó a Nathanäel frente a su casa, estuvo dispuesto a bajarse hasta que Adrien lo tomó del brazo y lo jaló hacia él, dándole un tierno besito.
-¿Q-qué haces...? - Preguntó el pelirrojo con sus mejillas de un color carmín.
-¿No puedo despedirme de mi Amado? - Dijo Adrien con una sonrisa pícara, recalcando el ''Amado''
-¿Q-qué dices? Yo no...-
Adrien le dio otro al pelirrojo, pero ésta vez introdujo su lengua, Nathanäel quería separarse pero Adrien lo agarraba firmemente. Adrien atrajo más al pelirrojo, tomándolo por sus caderas y sentándolo en su regazo, metiendo sus manos bajo la camisa de Nathanäel, acariciando su torso y subiendo más sus manos hasta llegar a sus pezones, donde los pellizcó con descaro.
-A-ah! A-adrien no... B-basta... - Dijo Nathanäel entre jadeos
Pero esas palabras cayeron en oídos sordos, ya que Adrien siguió, hasta bajar una mano hacia la entrepierna del pelirrojo, comenzando una caricia suave.
-Nhg... Ahh...
-Quieres que pare, pero bien que te gusta... - Susurró sensualmente Adrien en el oído del ojiturquesa.
El miembro de Nathanäel comenzaba a despertar, estaba dejándose llevar, pero reaccionó cuando Adrien quería quitarle los pantalones.
-¡Basta! - Dijo Nathanäel separando a Adrien de sí, mientras regulaba su respiración.
-Qué mal, ya llegaba la mejor parte. - Suspiró Adrien.
Nathanäel sólo se quitó del regazo de Adrien, abrió la puerta del auto, se bajó y corrió hacia su casa.
Estúpido Adrien ¿Por qué tenía que tocarlo así? ¿Acaso no tenía a... Marinette...?
¡Maldito seas Adrien Agreste!