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Yume por Lucca

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La sorpresa y miedo inicial, solo amentaron mientras continuaba más y mas profundo en el bosque. El camino se volvía cada vez más difícil y oscuro a causa de las ramas que lo invadían. ¿Acaso el había creado esos obstáculos? Aun no deseaba verme, seguramente.

Y si... en lugar de encontrar a mí dulce y tímido Hideki encontraba a un Hideki molesto, rencoroso, harto de mi. Harto de una persona estúpidamente egoísta, que solo deseaba que se cumpliesen sus deseos sin considerar los sentimientos de los demás.

Si alguien observase a Hideki, a primera vista parecía que era una persona alegre, sencilla, sin la mas mínima preocupación en el mundo. Pero... Yo sabia que eso era algo muy alejado de la realidad, que esa hermosa pantalla escondía muchas palabras no dichas, lagrimas contenidas, miedos.

Hideki callaba, siempre lo hacia. Solo callaba y sonreía, así era él, y aunque era una parte de lo que mas amaba de él, estaba consiente de que esa forma de ser terminaría por destruirlo.

Al final, ya cuando me encontraba bastante cansado, logre atravesar una gruesa cortina de hojas secas y me tope con ese gigantesco árbol que no había visto desde mi segunda visita al sueño de Hideki. Todas esas advertencias me parecieron banales, comparándolas con la razón de mi búsqueda.

Ese árbol también estaba muerto y con sus hojas secas. Observe con atención sus ramas, tanto las altas como las bajas sin encontrar ni rastros de Hideki. Fue cuando oí ese sonido, no era una palabra, ni siquiera sonaba como una voz, era una respiración débil y cansada.

La reconocí de inmediato, con pánico observe a mi alrededor buscando el lugar de donde provenía, y lo encontré. Acercándome a esa pared de arbustos espinosos, podía percibir un poco mas claramente ese incesante sonido.

Dudé un instante. Pero luego de un par de segundos de escuchar con atención la respiración de Hideki, tan cercana y a la vez tan lejos, simplemente cerré los ojos, me aleje unos pasos y me lancé con fuerza.

Las espinas rasgaron mi piel, haciendo brotar sangre de inmediato. Por poco y dejo escapar un grito, pero al ultimo instante, me contuve. Estaba en el suelo del otro lado de esa barrera espinosa, ya había pasado lo peor, me dije. Pero en realidad era todo lo contrario.

Me incorporé un poco aturdido por el dolor y saque de mi piel varias espinas clavadas, observe distraídamente a mi alrededor y luego a mi cuerpo, algo preocupado por la sangre que había perdido.

Ese era un claro pequeño, rodeado por completo de mas espinas, la luz que lograba pasar a través de las ramas del techo era casi nula, exceptuando unos pocos que iluminaban la vegetación frente a mi. Mire con atención, en ese momento escuche esa respiración demasiado próxima a mi.

Y por fin lo distinguí cuando mis ojos se acostumbraron a la semi oscuridad. Ahí se encontraba Hideki, atrapado entre todas esas enredaderas y plantas llenas de espinas, sangrando, respirando dificultosamente aun. Mis heridas parecían un rasguño sin importancia comparadas con las suyas.

Las enredaderas aprisionaban sus piernas y brazos y rodeaban su cuello. El resto de su cuerpo estaba cubierto por heridas y la sangre que brotaba de ellas. Sentí un nudo en mi garganta mientras me acercaba, temeroso a él.

Sus ojos estaban cerrados, parecía concentrado en lograr respirar. Ni siquiera noto mi presencia sino hasta que estaba a menos de un metro y toque su rostro con el torso de mi mano, era como si temiera causarle mas daño con solo eso.

Ese simple roce de nuestra piel lo hizo reaccionar, abrió los ojos de repente, mirando aun en el vació, y asustado, grito con fuerza. De inmediato las ramas y enredaderas a mi alrededor me aprisionaron y alejaron de él.

A pesar de ya haberme separado de él, Hideki continuaba gritando histéricamente con los ojos cerrados. En medio de la confusión y al ver como esas plantas apretaban mi cuerpo como si deseasen destruirme, solo alcance a gritar su nombre.

Los gritos y la presión contra las venas de mi cuello se detuvieron de inmediato. El silencio flotó un segundo hasta que Hideki levanto la vista y me miro con esos ojos violetas vidriosos.

-¿Kei... ji? -susurró. Agotado, inhalo un poco de aire antes de continuar- No... Debiste... ve...nir...

-No digas tonterías -le regañé- ¿Que piensas hacer?

-Ya... debes... saberlo... -sonrió como era su costumbre- No deberías... intervenir...

Mis ojos se entrecerraron con molestia.

-¿Como te atreves? -dije- Precisamente tu, dices esas palabras, siendo que fuiste tu quien me ayudo.

-Era diferente... -respondió.

-¡NO LO ERA! -exclamé. Enfrente mis ojos con los suyos, fueron los de Hideki los que bajaron después de unos instantes. Esa pequeña victoria no me hizo en lo mas mínimo feliz. Para mi sorpresa, no había pasado ni un minuto cuando me hablo de nuevo, sonriendo.

-Lograste deshacerte de esa imagen falsa... -dijo como felicitándome- sabia que podías...

-Gracias... espero que pronto logres hacerlo tu también.

Hideki exhalo con fuerza.

-Así que al fin lo notaste... -murmuró- ¿Lo vez? A pesar de todo el tiempo que llevo aquí... aun no lo logro, y tu ya lo has hecho... Eres mucho mas fuerte...

-Tus ojos deben ser hermosos de su verdadero color... Pero debes desearlo -le reproché- así como debes desear estar con migo, despertar... vivir...

-Pero... ¿Y si no lo deseo...?

-¡Perdóname si fue demasiado pronto! -me disculpé- Puedes permanecer dormido todo el tiempo que desees mas, te esperare, lo prometo...

-Yo... no me refería a despertar...

-¿Que cosa...? -pregunté. Cuando capte lo que encerraban esas palabras, la desesperación dominó a mi razón- ¡No puedes hablar en serio!

Las heridas en mis brazos y piernas se hicieron mas profundas mientras forcejeaba con las plantas para acercarme, pero no me importaba, trate de extender mi mano hacia él. Mientras Hideki cerraba sus ojos tristemente, las lianas me sostuvieron con mas fuerza para inmovilizarme.

Solté un quejido, y se detuvieron.

-¿No puedes entenderlo...? -sollozó. A pesar de que le era difícil el continuar hablando, siguió- No quiero... estoy cansado... no tengo nada por que regresar, solo... soy un estorbo... tengo derecho de reunirme con mi familia... ¿lo tengo, no es así...?

Las lagrimas lentamente escaparon de sus pupilas, mientras me miraba suplicante. Mi corazón se volvía cenizas con solo observarlo en ese estado.

-Hideki...

-Por favor... -me dijo. Las lagrimas se mezclaron con la sangre en su rostro- Es... mejor así...

Mi cuerpo comenzó a sacudirse, tratando de no sollozar, conforme la ansiedad y angustia llenaban mi pecho. Usando la fuerza que aun había en mi, luche una vez mas contra las plantas, igual que antes, hice caso omiso de esas espinas presionando contra mi cuerpo.

Ni los intentos de Hideki por mantenerme quieto para evitarme mas heridas, ni el dolor, ni siquiera lo agotado que me encontraba, lograron evitar que mi brazo se extendiera hacia su rostro.

-¡No hagas esto mas difícil! -exclamó Hideki apretando con mas fuerza las enredaderas que me sujetaban.

Sin rendirme, insistí, insistí con cada pensamiento, hasta que mi mano se encontró a unos centímetros de su rostro. El resto de mi cuerpo ya estaba casi cubierto por completo de mas vegetación que trataba de detenerme. Mi terquedad ni siquiera fue saciada en el momento en que logre tocar una vez mas su mejilla con la punta de mis dedos.

-Comprendo... -susurre despacio, sin posar mi mirada en la suya- Te entiendo perfectamente... ¿Volver?... ¿Para que volver a ese lugar donde todo es tan difícil, donde hay tanto sufrimiento?...

Mientras hablaba, Hideki me observaba estupefacto. Mi mano por fin logro acercarse lo suficiente para posarse en su mejilla pálida y manchada. Me sentía exhausto, pero no me detuve, por que quizás no tuviese otra oportunidad de decir aquello.

-He sido egoísta... en verdad lo he sido... ¿Regresar a todo eso, solo por una razón tan pequeña como yo? -sonreí con amargura- Perdóname...

Hideki parecía mudo, finalmente la vegetación cedió y me liberó. En completo silencio, comprendí y me acerque despacio, dificultosamente. Tome su rostro entre mis manos, lo observe largamente, limpie sus lagrimas y le di un ultimo beso, tratando de englobar en él todos mis sentimientos.

Cerrando sus ojos, me correspondió, inexplicablemente, no sentí mas deseos de llorar. Al separarnos, no podía dejar de mirarlo, ni el podía dejar de contemplarme.

-Adiós... -dije en un murmullo. El repitió esa palabra tan corta pero tan difícil de pronunciar. Mientras mi ser se desvanecía de ese mundo para abandonarlo, pude notar como un par de lagrimas rojas brotaban de sus ojos.

Y así fue como lo dejé, mientras se partía mi alma y cordura, para permitir que terminara de extinguirse con dignidad y en silencio.

Desperté sintiéndome extrañamente tranquilo, no, esa no es la palabra. Lo que yo sentía no era tranquilidad, se trataba de un vació absoluto.

Mire a mi alrededor y observe a Maemi dormida, acurrucada junto a Kennyu, que también se encontraba en un profundo sueño. Sonreí para mi, en cierta forma los envidiaba tanto.

Cuidándome de no hacer ruido, busque mi ropa, me vestí y marche del lugar sin despertarlos. Vagué por las calles oscuras a paso lento, sumido en mis pensamientos y recuerdos. A pesar de todo, no me atreví a soltar una sola lagrima, un sollozo, un lamento.

Era como estar rodeado de hielo, con el frió adormeciendo mis sentidos, sabia que tenia la tristeza dentro de mi, pero no me permití dejarla salir.

~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Días y mas días, uno tras otro pasaban, junto con sus noche llenas de insomnio. Odiaba dormir, resistía despierto todo lo que me era posible, por que no importaba cuando me reprochase a mi mismo esos pensamientos, en el ultimo segundo, antes de caer rendido, siempre anhelaba encontrarlo.

El semestre se acercó a su fin sin que me diese cuenta. Sorprendentemente mis calificaciones no sufrieron cambio alguno, subieron incluso, nada cambio en realidad, hacia todo lo que debía, continuaba con mi vida mecánicamente.

Cada instante libre que tenia lo ocupaba en entrenar, resultaba contraproducente, pues aumentaba mi cansancio, pero no conocía otra forma de dejar de pensar.

Aprendí a apreciar mucho mas a Maemi y a Yosai, que siempre trataban de animarme. Incluso en mis sueños, ella y Kennyu me acompañaban de vez en cuando.

Creí que las competencias ayudarían a subir mi animo, pero seguía sintiéndome vació. Aun después de haber cruzado la meta en primer lugar, de recibir las felicitaciones de mis amigos y los gritos de esas chicas que ya habían formado mi club de admiradoras.

Al final, nada cambiaba nada. El sentimiento seguía ahí y llego con mas fuerza cuando todos se habían marchado ya. Estaba extremadamente fatigado, sentado en la soledad de los vestidores vacíos. Afuera podía ver como comenzaba a atardecer.

Mi parpados se cerraban por si solos, yo me resistía todo lo que me era posible. ¿Como podía continuar cuerdo después de pasar por eso cada noche, durante los últimos dos meses? En el instante en que mi mente cruzaba de la realidad a la ilusión, creía verlo.

Después de aquella noche terrible, amordace mis impulsos de ir a verlo antes de ser desconectado, o visitar su tumba...

Sucedió entonces, mis ojos borrosos creían distinguir su silueta frente a mi. Ya ni siquiera trataba de tocarlo, era mi imaginación solamente. Lo mas patético de todo, era que no deseaba que esa torturante alucinación desapareciera. Aun si había perdido todo lo demás que me importaba de él, y solo quedaba el dolor, lo conservaría para siempre.

"Estupido" me insulte a mi mismo mientras alzaba mi brazo hacia ese producto de mi imaginación. El estupor llenó mi expresión cuando vi que, no solo mi mano toco la mejilla de ese Hideki, sino que esa alucinación colocaba la suya encima de ella.

Sacudí mi cabeza, alejando la somnolencia y vi que, o aun estaba despierto o mi mente estaba comenzando a perder la razón que le quedaba, pues estaba aun en el suelo de los vestidores, solo que Hideki estaba verdaderamente frente a mi, inclinado a mi lado, mirandome dulcemente con ojos azul como el cielo.

Estupefacto y aun dudoso, tome su rostro entre mis manos, se sentía... distinto. Entonces fue él quien acerco su rostro al mío, dando un rápido roce a nuestros labios, casando que una corriente eléctrica recorriera mi cuerpo.

-Soy real, Keiji-kun... -habló por fin.

Mientras terminaba de comprender la situación, mi pesada respiración fue el único sonido del lugar. Cuando logré entenderlo, creerlo, me lancé sobre el, aferrándome con fuerza a su cuerpo, con miedo de que en cualquier momento desapareciera de nuevo.

No supe por que, ni ahora tampoco entiendo la razón, de que en ese momento por fin logré llorar con todas las fuerzas de mi ser, desahogándome por completo de todo ese tiempo de soledad. El me dejo ser, sin decir palabra alguna.

Conteniéndome por fin, me dedique a disfrutar de su calido regazo.

Hideki esbozó su sonrisa de siempre, y en silencio tocó cada fracción de mi rostro, de mi cabello, al mismo tiempo, las llamas de mis dedos comenzaron a recorrer su cuerpo, hasta que llegaron a sus labios. Él alternaba su vista entre mis ojos y mi boca.

Entrecerré mis ojos, provocándolo a continuar. Acercó su rostro, yo me aproxime aun mas a su cuerpo.

-Te he extrañado... -susurré sintiendo su aliento a unos centímetros.

-Perdón por la tardanza... -me contesto despacio- Pero creeme que valdrá la pena la espera...

Cerrando los ojos, me deje guiar por mis instintos. Aun en el mundo real, fue como si no hubiese nadie mas, nada mas que nos importara que nosotros mismos.

~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Me estiré en la cama, cubriendo mi cuerpo desnudo con las sabanas blancas, sintiendo un leve frió a causa de la brisa matutina que entraba a través de las ventanas. La voz de Hideki susurró un "buenos días" a mi oído.

-Buenos días... -ronroneé en respuesta- ¿Que hacías ayer en la escuela?

Una pregunta retrasada unas catorce horas, pero habíamos tenido otras cosas en que pensar, y hacer...

Él soltó una risa suave, divertida. Me paso un brazo por el cuello, dios... me parecían tan hermosos esos ojos azules, y era tan suave al tacto.

-Solo miraba mi nueva escuela... Me retrase un poco en mis estudios, por si no recuerdas, así que tendré que regresar un grado... ¿Una pena, no?

-En verdad que si... -sonreí. Hice una pausa- ¿Por que regresaste?

Su expresión se tornó pensativa.

-Solo... -me besó- me di cuenta de que tenia una buena razón para regresar...

-Me alegro... Pero demoraste un poco, ¿No crees? -dije en un fingido tono de reproche.

-Lo siento, pero deseaba verte en la realidad, entre mi recuperación y mi tía sobre protectora... no pude antes.

-Esta bien, te perdono -dije- Por cierto... ¿Cuanto tiempo dijiste que estaría fuera tu tía?

-Cinco semanas -respondió.

-Oh... -dije con una mirada maliciosa- será un lindo verano.

-¿Lo crees de verdad? -me pregunto arqueando una ceja.

-Si... -murmuré sugestivamente- Pero ahora estoy algo cansado, deberíamos dormir.

La malicia brilló en sus ojos, aun mas fuerte que en los mios, contrario a lo que pensé.

-Perfecto... -dijo.

-¿No te molesta?

-Claro que no... -respondió acurrucándose cerca de mi para dormir cómodamente- ¿Quieres saber que se siente junto a un precipicio?

-Quizas... -contesté divertido. Percibi entonces un dulce aroma a flores y vainilla- ¿Sabes... ? Hueles mucho a ilusion...

Riendo, dejamos que la somnolencia nos venciera.

-FIN-

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NOTAS FINALES: Dios, que cursi!! >_D!!

Hasta la proxima ^_^... Prometo un Lemon a la siguiente ^//^

Comentarios, criticas, amenazas de muerte o tomatasos a lucca600@hotmail.com o a lucca600@yahoo.com.mx.

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