“ Admito que en un principio me fastidiaba lo excesivamente efusivo que era, pero también debo admitir que me gustaba que alguien le diera tanto valor a todo lo que decía, me hacia sentir importante o, mejor dicho, querido”
- Gaara voy a llevarme esto.
-...- mirada perdida en la ventana.
- Gaara.
-...-sigue mirando la ventana.
- ¡Gaara! - dijo un poco exasperado el castaño de cara pintada.
- Sí, esta bien Kankuro, toma un descanso.- respondió el Kazekage sin mucha atención.
- ¡No!, yo no te pedí descansar, te decía que me estoy llevando estos panfletos de la oficina.
- Oh, esta bien.- dijo sin mucho animo y miró de nuevo la ventana.
- ¿Qué pasa contigo? Entiendo que últimamente el trabajo este algo aburrido incluso para alguien con tu temple, pero estos días estas realmente raro.
- ...- le miro un poco desconcertado, tenía en su cabeza cosas tan extrañas desde que hace tres días platicaba con el chico de spandex verde que hora era inegable que estaba distraido.- Kankuro ¿Crees que me veo muy joven para mi edad?
- Otra vez con tus cosas raras- se palmeo la frente con la mano.- ayer preguntaste si había visto nevar en el desierto y antier si serías una pasita en caso de se una golosina; me hace a mi preguntarme si estas teniendo problemas al intentar dormir Gaara.
- Estoy bien, entonces ¿Si me veo muy joven?- dijo con cara curiosa.
- Supongo. Eres de apariencia menuda como mamá solía ser, pero te va bien pareces más joven.- respondió sonriendo pero no muy alegre.
- Oh.- redirigió su mirada a los papeles que tenía enfrente.
- Ok, me retiro.- cerró la puerta.
Toc Toc Toc
- Adelante.- dijo la rubia de coletas.
- Con permiso, Temari ¿Sabes si esta bien Gaara?-Dijo sin una mínima pausa Kankuro.
- Qué ¡¿no le has visto hoy?!- se alertaba la chica.
- Sí acabo de venir de su oficina.
- ¿Y entonces?- volvió un rostro de disgusto.
- Es que le veo demasiado distraído, dice cosas que no sé por qué piensa y a veces incluso divaga por la ventana como si buscara algo o alguien.
- Pues ya que lo dices de hecho le noto distante, más de lo habitual, pero quizá esté leyendo algún buen libro y le da humor para pensar de más. Me pasa seguido.
- El no es tú, que te la pasas leyendo libros tácticos y...- Kankuro la vio con enfado- ...¿Por qué te estas arreglando tanto?
- ¿Qué? no me estoy arreglando más de los habitual- volteo sonrojada hacia otro lado.
- A nadie engañas, ¿lazos en el cabello?, ¿recién bañada a las 5 de la tarde? y ¡¿Te delineaste los ojos con mi maquillaje?!- explotó en furia.
- ¡Cálmate! , solo use un poquito en los párpados.
- ¡Aja! ¿Acaso saldrás con el “señor problemático”?, ¡pues claro que sí!, que insolente, y seguro por eso respondiste tan cortante a lo que te pregunte, deberías avergonzarte, mira que dar mas importancia a ese snob que a tu hermanito menor. ¡Adiós, bruja descorazonada!- se retiraba dramáticamente el celoso Kankuro.
- ¡No seas tonto Kanku...espe...¡Vuelve idiota!.- dijo antes de que este cerrara la puerta.
Oficina de Lord Kazekage 7:30pm.
- ¡Gaara, Gaara, Gaara! ¡Buenas tardes!, ¿Cómo va el trabajo?¿Te ayudo en algo?¿Tomarás ya un descanso?.
El pelinegro entraba muy animado y escandaloso apenas hubo escuchado al pelirrojo tras la puerta de su oficina un “Pase” haciendo que este último casi saltara en su silla de la sorpresa y quedara mudo al menos un minuto entero.
Ese es nuestro Rock Lee ruidoso, entusiasta, con exceso de energía y que se encariña rápidamente como un cachorrito, ahora parecía que conociera de siempre al chico de ojos Jade y aún con el respeto que mostraba un extranjero al gobernante de un país su semblante era dulce como la miel.
- Sí, va bien, ¿Descanso?- dijo entrecortado Gaara.
- Sí descanso, ¡Encontré algo way mientras hacia la guardia! ¿Te gustaría a verlo?
El pelirrojo miro la moderada pila de papeles al lado de su escritorio y suspiro.
- No sé si pueda.-
- Bueno, entiendo.- bajo la voz el cejudo y luego volvió a sonreír.- Quizá otra ocasión.
Gaara observó al moreno y algo en el lo hizo sentirse apenado, de pronto se levantó de su silla y se quitó su sombrero de Kazekage.
- ¿Es..es lejos?- dijo tímidamente Gaara mirando hacia la ventana mas por evitar la mirada de Lee que por ver algo?
- No, ¡no lo es!.- se animó la mirada de Rock.-Bueno...quizá lo sea un poco si vamos caminando, pero... ¡Si me dejas que te lleve corriendo estaremos allí en un parpadeo!.
- ¿¿Qué... me lleves??- dijo sin entender
“Esto no fue buena idea, ¡Esto no es para nada una buena idea! ¡Debí sugerir llevarnos en mi arena! ¡¿Por que hasta ahora lo pienso?!” Se repetía mentalmente el pelirrojo con un gesto notablemente alterado sintiendo el viento chocar con violencia contra su rostro, mientras sus manos hacían todo lo humanamente posible por aferrarse al moreno que corría más rápido que el expreso al infierno.
Lee casi sentía ternura por Gaara, este era tan ligero que, si no fuese por que sentía sus brazos sobre los hombros, juraría que corre solo.
- ¡Llegamos!- Grito deteniéndose y haciendo que Gaara diera el suspiro de alivio mas evidente que hubiese dado nunca.
A continuación sin decir ni una sola frase el pelirrojo abrió sus ojos de par en par, admiró el paisaje mientras ponía los pies en la tierra y se acercaba por si mismo, era un lugar despejado bañado por la hermosa luz de la luna, con un pequeño lago, no podía explicarse como un cuerpo de agua tan reducido se encontraba allí en el desierto pero parecía mágico, alrededor de este algunos arbustos de aspecto desértico con bonitas flores rojas y blancas, por si fuera poco el silencio era era apenas interrumpido por alguna clase de insectos que le daban armonía a todo, enormes rocas de un moka claro rodeaban aquel pequeño y cautivador paisaje, sobre una roca la mas plana de ellas se encontraba una manta que se detuvo a ver Gaara.
- La traje por que la roca esta muy porosa y no me gustaría que al sentarnos en ella estropeáramos la ropa.- dijo Lee notando la mirada de Gaara quien aún estaba enmudecido.- ¿Verdad que es muy bonito? ¡No pensé que aquí hubiese lugares así! De hecho con este calor no me extrañaría que desapareciese en unos días, pero que bueno que pudimos verlo ¡Nuestra juventud es afortunada!
- Por algún motivo me es familiar este sitio.
- ¿En serio?- para Lee era complicado estar seguro de lo que Gaara quería decir ¿Le gusta o le molestaba el sitio?
- Algo de esto es solo que...- Gaara se inclino a ver una de las flores. Y luego en un suspiro casi inaudible dijo algo.- Mamá
- ¿Dijiste algo Gaara?
Gaara lo volteó el rostro hacia abajo.
- A mi mamá le gustaban las flores del desierto ¿Sabes?, Temari dice que ella solía asociarlas con conmigo antes de que naciera, pienso que es por que no deberían estar allí... mi padre a menudo solía dejarme en casa con todo capricho que quisiera, eso fue más obligatorio tras haber lastimado a algunos niños que me molestaban.- Gaara aún inclinado abrazando sus rodillas continuó mientras Lee notaba como se le quebraba la voz de un modo penetrante.- pero una noche, solo en una ocasión, mi padre me sacó a dar un paseo; ahora que lo pienso probablemente estaba pasado de copas o muy entristecido esa noche; él me trajo a un lugar parecido a este y me dijo quizá a modo que mi madre cuando me esperaba se la pasaba mirando estas pequeñas flores día y noche a tal punto que él pensó que en vez de un pequeño niño daría a luz un árbusto ...
Una lágrima corrió por los ojos de Gaara.
- hubiera sido mejor que realmente hubiese nacido un arbusto, algo tan débil que no puede dañar a nadie y tampoco puede causar molestias. Algo tan oculto entre la arena que a veces nadie puede ver.- dijo Gaara de forma fría el ceño fruncido y las manos sobre su cabeza.
Lee sintió que al oír semejante cosa un hueco se le formaba en el corazón.
- Yo mas bien creo que tu madre pudo ver súbitamente el futuro Gaara- dijo Rock inclinándose a su lado y llamando la mirada del pelirrojo.- ella sabía que serias fuerte como una flor ante la adversidad del cruel desierto pero que causarías felicidad y esperanza con tan solo acercarte lo suficiente ¡mira! Incluso sabia que tu cabello tendría ese tono tan escarlata de estas flores.
Mientras Gaara aún miraba con sorpresa a Lee este último arrancó una de las florecillas, la más grande y roja.
- Ten.- se la extendió el moreno y a Gaara, y este aún saboreando las palabras la recibió con la mano.
- Dudo demasiado que sea así pero...te lo agradezco.
- Aún si no lo crees yo casi puedo jurar que sí. ¡Venga! Acabo de encontrar unos caramelos en mi chaleco vamos a sentarnos un rato.- se levantó Lee fugaz y Gaara volvió a mirar la pequeña flor en sus manos.
“Era en apariencia tan frío que nunca creí que se trataba de el alma mas frágil acorazada de silencio y arena, sentí miedo, si alguien penetraba esa coraza él estaría tan desprotegido que me sentiría culpable de no haber estado para protegerle”
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