“¿Qué pasa con todo esto que no veo?¿Y qué pasa con lo que veo? Claro que no puede haber nada si no se ve ¿Entonces por que tantas preguntas? En esos momentos no lo entendía por que no me parecía necesario, pero parece que los demás sí”
Esa cena, mejor dicho esa tarde, fue difícil para el pelirrojo...
- Oh, comprendo, Gaara debe referirse a encuentro de negocios con el líder de algún clan o algún aliado ¿No es así hermanito?- Dijo la rubia tranquilizándose y tranquilizando al castaño con sus conclusiones.
Gaara recordó lo que le había dicho el moreno con los ojos muy concentrados.
- No, de hecho al principio no lo sabía, pero fue más como una cita romántica...para pasarlo bien.
- ¡¿Como que cita romántica?!- Dijo Temari una vez que su mente volvío en sí.
- ¡Sí Gaara, Explícate!- secundo Kankuro.
- ¿Explicar qué? ¿Mi cita?- Gaara se puso pensativo y recordó un poco sobre ese lugar oculto que habían descubierto, de esas cosas que le había dicho a Lee sobre sus padres y de esa hermosa flor que en apenas en la mañana había dejado en un vaso con agua antes de ir a su oficina, bajo la mirada y continuo comiendo ignorando a sus desesperados hermanos.
- ¡¿Y bien hermano?!- Sonó Kankuro demasiado inquieto como para seguir esperando.
- Todo...estuvo bien.- dijo tan serio que aún a sus hermanos les costó interpretar ese rostro y entonces ellos empezaron con esas miradas que parecen comunicarse como la telepatía misma.
“Seguro no le fue bien, pobre nii-chan” Dijo en una mirada a la rubia Kankuro.
“¡Que vá !, claro que le fue bien pero quizá la chica no le gustó” respondió.
“¡¿Y si lo botó?! El corazón de Gaara ya esta muy golpeado no quiero imaginar que...”
“¡Baka! Estoy segura de quien si alguien aquí botó a otro alguien fue él” Insistió Temari.
“ Bueno y... a todo esto ¿Quién fue la valiente que lo invitó a salir?”
El menor de los Sabaku seguía comiendo con la tranquilidad con lo que lo haría una vaca en su rancho, los otros fingían completa cordura (casi ganan un premio por la más nefasta actuación), vigilaban cada respiración para ver si no se convertía en un suspiro, y cada parpadeo para ver si no se asomaba alguna lágrima, incluso examinaban su pálido rostro en busca de un poco rubor en él; debían ser discretos, después de todo la estabilidad de Lord Kazekage y más importante su “hermanito bebé” estaba en juego.
- Gracias por la comida.- dijo Gaara sorprendiéndolos cuando se alejaba con su plato vacío de la mesa.
- Pe...pero Gaara..-Decía Temari en un intentó torpe de reaccionar y que el chico regresara.
“Qué fantástica cena, hace mucho no hay un silencio tan cómodo en la comida” se dijo complacido Gaara.
El pelirrojo no pudo hacer más que perder un poco el tiempo leyendo un rollo antes de ir a su sitio de cada noche, ya ni siquiera pensaba en si quería o no pensar en algo, esperaba como un hecho que su amigo se presentase, quería hablar de algunas cosas, ya que eran amigos quizá podría preguntar un poco sobre el moreno, sobre su infancia de la cual desconocía todo; por un corto momento se preguntó como era que se había acostumbrado tan rápido ha conversar con alguien por las noches, bueno, de acuerdo, él no tenía que hablar mucho pero, estaba seguro que cada vez participaba más y eso lo hacía sentirse orgulloso de sí mismo.
La luna estaba un poco cubierta por las nubes que parecían mas abundantes que en las noches anteriores, por lo que se veía obscuro, mientras pasaban los minutos Gaara temió que la falta de iluminación hubieran atrasado a su amigo pero pronto escuchó unos pasos acercase y automáticamente volteó con el semblante suave y la mirada brillosa.
- Buenas noches Gaara.- se escuchó una vocecilla femenina.
- ¿Quien eres?- Dijo Gaara al no distinguir la cara y quedar algo decepcionado con la voz que no era de Lee.
- Soy Hinata, Hinata Hyuga, una de las guardias traídas de Konoha.
- Sí, te recuerdo, dime.
- Solo vine por pedido de Lee, verá, uno de nuestros miembros tuvo indigestión por lo que él Rock Lee tuvo que suplirlo, pero me suplicó que le avisara que no podría venir y que le hiciera saber cuánto lo sentía.- Hinata aún no podía entender que tanta cercanía podrían tener ellos, por lo último que sabía tuvieron una de las batallas a morir más impactantes en los exámenes Chunin y además eran de aldeas distintas. Rock Lee casi se había puesto de rodillas esa tarde suplicándole que le diese su recado, por lo que ella no pudo más que aceptar y confiar en la palabra del moreno de que estaría el Kazekage esperándole allí, de hecho, aún seguía incrédula de haberlo encontrado justo dónde le había dicho y más aún el haberse topado con ese rostro tan amable que había puesto el pelirrojo.
El ojos de Jade suspiró y luchó por hablar con sus cerebro como siempre lo procuraba hacer.
- No tiene por que disculparse, agradezco que tome tan en serio su labor para con la Villa de la Arena...-dijo cortante y con la mirada baja, mientras Hinata asentía con la cabeza.-...Pero, ¿Descansó? Digo, por que si dobló turnos...
- Él estará bien, es un ninja de alto nivel, es muy profesional y tiene mucha energía por otra parte, seguramente el chico al que suplió le tome su guardia mañana como compensación y así Lee podrá descansar todo el día.
- Gracias, infórmame si no es así ¿De acuerdo?- pidió con hilo de voz
-Sí.-”Gaara ¿Se preocupa?¿Realmente son amigos?” pensó – Por cierto, también me pidió le “devolviera esto”.
Hinata no se sentía segura y Gaara puso cara de duda al recibir una bolsa de papel arrugada que olía comida.
- Gracias.
- No hay por que, con permiso.- Se retiró.
El pelirrojo apenas se encontró solo abrió la bolsa. Encontró de principio una servilleta de papel con algo escrito.
“Buen día Gaara
Estoy en mi hora de comida y parece que me toca hacer tiempo extra pero no podía esperar para darte esto, lo vi mientras caminaba en una tienda de reliquias, si le pones atención es una espada (o cuchilla) con el mango de la flor que me mostraste la vez ayer, la anciana del lugar cuando la vió me dijo que en algunas familias existe el apego por la fuerza y la resistencia de estas flores, además que por su elegancia se usa en muchos moldes y sellos, no sé, me inspiró comprarla por que pensé que puede recordarte lo que te dije, insisto en que ese significado lo tenía en mente tu madre, espero, sirva de disculpa por la ausencia, y perdona el empaque de comida, pero era lo que tenía a la mano.
De: El juvenil y fuerte Rock Lee”
Gaara se sintió tan divertido y complacido con el mensaje que hasta después de unos minutos resolvió mirar lo que tenía la bolsa.
Era un colgante de cadena plateada muy larga con un dije de lo que parecía un kunai delgado de filo negro y con un mango carmesí de una flor tallada a detalle.
Era un regalo extraño como el que lo enviaba, para ser un arma era pequeña, para ser una joya tenía una cadena muy larga y un diseño muy filoso, para ser un emblema parecía un poco complicado; pero a Gaara le encantó y lo contempló por un buen rato ya que se lo puso, nunca antes le habían hecho un regalo así, de modo que esas fuertes palpitaciones en su corazón las creyó parte de la emoción por dicho obsequio.
Por otro lado rápido como el viento corría Rock Lee entre los caminos en las murallas de la aldea lleno de inseguridades.
- Espero que no se haya tomado a mal el regalo, si cree que inventé todo para disculparme por no poder ir sería un poco frustrante, peor aún si cree que quiero imponerme con lo de la flor por llevarle la contra, no es que quiera discutir pero creo que es cierno y yo no soy orgulloso, de acuerdo, tal vez lo soy un poco.- ceso de hablarse a sí mismo.- ¡ok, sí ya! Soy bastante orgulloso, no más de lo que es juvenil-mente sano, espero que la bolsa no oliera demasiado alimentos ¡¿Cómo se me ocurre comer pulpo con arroz?! ¡Vaya idiotez! Y la carta no podría ser menos elegante, si no fuera por mi autoestima tan alta, no le habría hecho llegar eso al Kazekage con tal facha, no me sorprendería que ahora mismo se dijese “Este tipo necesita dinero con urgencia” supongo que...¡que más da!, fue un obsequio con la mejor de las intenciones.
- Mami, ese tipo raro esta hablando solo.- dijo un pequeño señalando a Lee.
- Maldición, no importa la aldea siempre es lo mismo.- suspiro el cejudo.
“Quería iluminar esa obscuridad tan fría y cruel con la luz de todas la cosas buenas que había aprendido, no sabía si eso era posible, aún algo en su voz me decía que sufría por un pasado que no podía cambiar, pero yo nunca me he rendido, esta vez tampoco lo haría, por que ahora era yo quien se sentía incompleto si no podía ayudarle”