En un lejano lugar el Staff de Against All Odds conoce el libreto del capítulo VIII de la historia que hace posible las fantasías de venganza de la escritora que quedó devastada después de ver Civil War en el cine, la que al salir fue directamente al estacionamiento gritando a sus acompañantes lo mal que le sentó ver a Steve Rogers siendo tan idiota con Tony, la misma que se pasó todo el tiempo en el auto haciendo sonidos extraños porque no lograba articular palabra después de una fase de negación. Sí, esa que llegó a casa y al estar en su cama revisando Facebook posteó uno que otro mensaje de odio para el Capitán América por traicionar a su rollito de canela, como cariñosamente llama a Tony.
Tony alza la mano confundido pues parece que ha llegado a la página dos donde ocurre una escena extraña ─¿Por qué tienen que llegar más animales a la Mansión? No es un zoológico─ dice molesto por la aparición de un peludo ser en el capitulo.
─A mi no me metas─ grita Rocket Racoon desde la cocina comiéndose el tarro completo de galletas mientras Groot intenta revivir la única maceta marchita en la cornisa.
─No habla de ti─ dice Steve Rogers repasando la escena. ─Aunque estoy de acuerdo con Tony ¿es necesario hacer esto? ¡Apenas nos diste una escena tierna!
─¿Alguien vio la barra de uranio que estaba en mi habitación?─ dice Hulk haciendo retumbar el suelo seguido por Natasha que intenta por quinta vez que Bruce vuelva y se encargue de encontrar el peligro radioactivo que parece haber en casa.
─No─ contesta alguno sin quitar la mirada de la autora que pacientemente desde su silla cómoda y con la tablet en las manos desde donde revisa los comentarios que dejan sus amados lectores duda en responder a lo que Tony y Steve dicen.
─Mi rollito, no será un zoológico, aunque si te apetece te puedo poner orejas y una cola, después de todo esto puede transformarse en un Omegaverse, y ¿Adivina quién es el Omega? Sí, fondue por ti mi amado─ guiña al moreno y Steve ríe bajo. ─En cuanto a ti mi rubio traidor, mereces sufrir, no has pagado suficiente por lo que le hiciste a ese hermoso bebé─ señala a Tony ─Por cierto ¿dónde está Olimpia?
─La vi junto a Pietro─ grita Star Lord corriendo tras Clint por tomar su vieja cinta titulada Awesome Mix Vol. 1, regalo de su madre.
─¿Por qué Pietro está aquí? Hoy no tenía llamado…─ la autora se pone de pie yendo a reprender el amor juvenil de la hija del Stony y el niño de Sokovia supuestamente muerto al que revivió pero que podría matar si Tony se lo pide.
─Controlen sus hormonas─ la autora los regaña pero realmente están asustados de Tony y Steve que observan tras ella con cara de pocos amigos.
─Amelia dijimos veinte pasos de distancia─ reprende Steve y Tony asiente.
─¡Peter!─ grita Tony y el arácnido se aparece seguido de Wade que termina por desaparecer cuando Steve arroja su escudo hacia él por estar tras su hijo.
─¿Ahora leemos el guión aquí?─ la voz del animal invitado aparece, una sonrisa macabra en los labios de la autora, una mirada de interés por parte de Tony y un Steve celoso que cubre a Tony en un abrazo.
─Te esperábamos querido─ lo recibe la autora con gusto ─Es tiempo de hacer lo tuyo.
─¿Caos y confusión?
─¿Qué otra cosa? ¿Acaso crees que te pediré consejos de maquillaje?
─Podría darlos
─Sí, cuando el exceso de delineador y la moda Kiss vuelvan.
Y así es un día normal con el staff de Against All Odds, su autora menos favorita y nuestro invitado especial, así que si llegaron hasta este punto, es momento que el caos… digo, el capitulo comience.
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Capitulo VIII
─Tres─
En el caso de Wanda y T’challa todo fue incómodo desde el inicio, pues si bien ninguno de los dos parecía tener algo en contra del otro no entendían por qué estaban juntos, no solo la distancia generacional sino la diferencia de mundos, mientras él era el actual Rey de Wakanda y actuaba con la seriedad del caso, ella iba por allí haciendo berrinches porque no la dejaban salir.
─Lo conseguiste─ dijo él tras un momento en que la fogata que crearon iluminaba sus rostros ─conseguiste el perdón de Anthony, aunque en realidad no hiciste nada para merecerlo.
─¿De qué hablas?─ murmuró ella intrigada.
─Él te perdonó para no hacer sufrir a Visión, más tú no solicitaste su perdón, llegaste a su casa, vestiste la ropa que te dio, comiste de su mesa… ¿y cómo pagas?
─Ya estoy grande para sermones.
─No es un sermón, lo digo por tu bien, seguramente no te gustaría estar en el lugar de Anthony.
─Pero nos ayudaste.
─Lo hice por Steve Rogers, a pesar de todo tiene la convicción fuerte puesta en sus ideales, lo respeto. Sin embargo mi lealtad es y estará con Anthony, conocí a Howard Stark y a María Stark, Anthony y yo nos vimos en la niñez, conozco a ese hombre y sé cuánto daño causó cada uno de ustedes─ T’challa avivó el fuego y el rostro de Wanda se deformó por las sombras y la culpa.
─¿Amas a Tony?─ preguntó creyendo que el reclamo tomaba ese rumbo.
─Claro que lo amo, lo he amado desde el primer momento que cruzamos palabra, es un hombre maravilloso, supo cambiar el rumbo de su vida con maestría y después de tantos golpes sigue respirando ¿cómo no amarlo?─ sonrió dulce ─pero en mi cultura existen diferentes clases de amor, aunque en todas se ama con el alma, para mi Anthony es un amor fraternal, lo amo como se ama a la familia, pues él es eso para mi. Nuestro lazo atraviesa el tiempo y el espacio, frecuentemente viajé a Nueva York durante su estadía en Wakanda, venía a visitarlo y ayudarlo a levantar el rostro. Viví junto a él los estragos de la guerra, compartimos el duelo, él por su amor perdido, yo por mi padre.
─¿Por qué me dices todo esto? ¿Qué interés tienes en hacerme sentir mal?─ elevó la voz viendo al hombre con recelo.
─Ninguno, aunque mis palabras parezcan duras quiero todo lo contrario, necesito aliados que vean al auténtico Anthony y estén dispuestos a sostenerlo en los momentos difíciles─ T’challa suspiró y Wanda casi juraba que vio preocupación en el rostro elegante del hombre.
─Temes por algo.
─Bucky Barnes salió del sueño inducido─ dijo en total seriedad y para Wanda aquello no significaba buenas noticias, ya de por sí era difícil vivir con la idea de tener que salvar su futuro, sino que ahora Barnes estaría libre.
─¿Cómo sucedió? Se supone que dormiría por años, mucho más que solo tres…
─Mi tecnología a pesar de ser muy avanzada parece tener fallos─ admitió ─Mi equipo lo está transportando a la Mansión Stark y es posible que Anthony se moleste conmigo pero no puedo hacer nada más.
─Con la anulación del Tratado de Sokovia él también es libre, si viene hacia acá es por Steve.
─Mucho me temo que te equivocas, viene por Anthony─ suspiró cubriendo su rostro con sus manos ─Por eso necesito que cuides de Anthony, ayuda a que no cometa una estupidez, suele ser un cabeza dura y el Sr. Barnes es inestable aún.
─Por eso cuestionas la forma en que veo a Tony─ ella respiró aliviada.
─Necesito aliados para que Anthony no caiga nuevamente, será terrible para él ver a el Sr. Rogers junto al Sr. Barnes.
─Se le romperá el corazón otra vez…
Olimpia y Rhodey escucharon toda la conversación con el rostro serio, ambos preocupados porque las cosas se complicarían con la llegada del visitante inesperado, sin embargo debían usarlo a su favor. Con una mirada ella dio a entender que ya maquinaba una estrategia para que su plan se adaptera. Tenía miedo que la interrupción del Barnes altere tanto a Tony que todo acabara, por mucho amor que sintiera por Steve aún tenía el corazón roto, ella conocía a su padre y sabía cuán terrible podría ser, sin embargo Barnes esta vez iba en busca de Tony no de Steve, eso significaba que a pesar de todo quizás, tan solo una parte de Barnes también estaba interesado por el bienestar de Tony.
─No me agradas─ decía Clint a Austin ─Pareces muy interesado en Stark, no deberías tocar lo que no es tuyo.
─¿Cómo sabes que no es mío?─ dijo el albino cansado de la presencia de Clint, por todos los dioses de todas las culturas que intentaba ser civilizado pero el carácter especial del hombre le ponía los nervios de punta. ─Todos ustedes han estado fuera durante tres largos años, durante ese tiempo muchas cosas cambiaron, Rhodey recuperó la movilidad en sus piernas, Iron Man se tomó un descanso indefinido, Visión se humanizó y Tony, él resurgió. Hemos pasado mucho tiempo juntos, tu no sabrías diferenciar lo bueno de lo malo, tienes ojos muy hábiles pero defectuosos al detectar la naturaleza de personas como Tony. ¿Sabías que él se encargó de que nada le faltara a tu familia mientras jugabas a estar en la cárcel?
─¿De qué hablas? Fury lo hizo─ dijo un confundido Clint
─Claro que hizo algo pero ¿realmente crees que lo poco que SHIELD daba a tu familia es suficiente? El mundo cambió, la moneda no vale lo mismo que hace tres años y las oportunidades para la familia de un traidor son limitadas. Tus hijos fueron vetados de su propia escuela, tu familia repudiada y la hermosa casa que tanto amas de pronto se vino abajo. Tony sabía que eso pasaría y se hizo y hace cargo de ellos, tus hijos van a un colegio privado que los instruye en lo que aman hacer, el bebé tiene todo cuanto necesita y tu esposa es productiva para su comunidad. No es una agente ni nada, solo volvió a estudiar y ahora se siente capaz de afrontar lo que sea…
─Imposible, Stark nunca haría eso
─Nunca le diste una oportunidad, a pesar de que convenciste a Wanda de irse, de que por tu culpa ella atacara a Visión que bien sabes es como un hijo para Tony, él decidió tomar tus responsabilidades y ayudar a la familia que dejaste desprotegida. Deberías preguntarte quién es el verdadero monstruo en la relación que tienes con Tony─ Austin calló satisfecho de haber dicho un par de cosas al engreído de Clint Barton, definitivamente en ninguna circunstancia le habría agradado un tipo así.
El tiempo pasó rápido y para cuando fueron liberados del campamento la mañana del día siguiente corría como de costumbre, la mayoría corrió a tomar un baño antes de ir al comedor y devorar el delicioso desayuno hecho por Rhodey. Steve y Tony ahora se sentían menos tensos, el moreno se hallaba con menos rencor del acostumbrado y comenzaba a ver nuevamente a Steve como el hombre que solía conocer antes de que los bandos se hicieran. Para ser honesto consigo mismo aún lo amaba, estaba convencido de que era el amor de su vida, un amor imposible de borrar, uno imposible de volver a sentir. Uno que le daba la calidez y seguridad, y es que en los brazos de Steve sentía que todo desaparecía, la imagen que todos tenían de Tony Stark ocultaba al verdadero Tony, uno muy inseguro especialmente en el amor, sabía que la naturaleza le dio atributos pero no creía que eso ayude a conservar el amor, las noches apasionadas con desconocidos era su especialidad pero entregarse a una sola persona, despertar a su lado todos los días, ir a la cama para simplemente dormir, hacer el desayuno juntos, esas pequeñas peleas cotidianas por quién lava los platos y quién la ropa. Todas esas cosas que jamás creyó poder hacer las obtuvo con Steve, no solo era amor, eran amigos, amantes, colegas… Eran todo lo que jamás incluso llegó a soñar.
─Tony─ dijo el rubio entrando a la habitación del moreno tras llamar dos veces a la puerta.
─¿Qué pasa?─ bostezó secándose los cabellos húmedos con una toalla pues apenas salía de una larga meditación en la ducha.
─Quería preguntarte si puedo usar tu baño, parece que el de mi habitación tiene una fuga─ dijo y Tony asintió, era cierto. Le dio esa habitación para fastidiarlo con el problema de la fuga.
─Úsala, ya terminé─ sonó amable el moreno sin notar la mirada de Steve que detallaba cada una de sus formas, pues Tony aún llevaba solo una toalla en la cintura y otra en la cabeza.
─Eres hermoso─ soltó Steve y se maldijo por no poder callar esa voz que le gritaba cosas indecentes cada vez que veía a Tony. ─Lo siento, no quería molestarte─ se corrigió inmediatamente esperando que el daño no fuese grave.
─No tienes que preocuparte, sé que soy hermoso y despierto bajas pasiones─ bromeó y una sonrisa se instaló en sus labios por primera vez desde que se reencontraron.
Steve se acercó lentamente a Tony aunque realmente no estaban tan lejos, uno, dos, tres pasos y estaba frente al moreno que le veía curioso con esos ojos caramelo que despertaban toda la ternura que el corazón de Steve Rogers pudiera albergar. Sin pensarlo el rubio tomó el rostro de Tony plantando sus labios sobre los contrarios en un beso demandante, aunque el moreno se opusiera realmente su cuerpo respondía al reclamo de los labios que conocía tan bien, pasada la sorpresa él correspondió con fiereza el beso, eso estaba terriblemente mal, era muy malo, sin embargo ¿qué podía hacer? con el solo tacto de Steve Rogers su cuerpo se encendía como mil calderas. Las manos del rubio ya exploraban las caderas de Tony reclamándolas como propias, hábil masajeaba cada parte de su trasero pegándolo a su cuerpo demandante. Llevaba tres años sin sentir a Tony, tres años sin probar sus labios, sin sentir su piel, sin generar esa reacción en él. Solo deseaba volver a estar con su hombre, explorar su piel y marcarla nuevamente, profanar sus caderas y llevarlo hasta la locura en un grito que llevaba su nombre. Pronto los brazos de Tony rodearon a Steve sellando su destino. Como si fuese la primera vez ambos temblaban de pronto, había algo diferente a la pasión con que se deseaban, Un dolor en el pecho de ambos, uno muy leve pero que empujaba una melancolía inmensa, los sentimientos guardados, los anhelos de esos tres años, la ausencia, el vacío del otro lado de la cama, nadie que diga buenos días al despertar.
─Tony, mi Tony─ susurró Steve estrechando en sus brazos al moreno, ya no era esa urgencia pasional la que impulsaba el abrazo, era esa necesidad casi espiritual que tuvo desde que conociera al millonario. No importaba cuanto hizo para no caer en su infinita sensualidad, cuando lo entendió ya estaba adorando el cuerpo, la mente y el alma de ese hombre.
─Eres un idiota Steve, un verdadero idiota─ la voz quebrada de Tony susurró bajo sin soltar al rubio, su aroma, su presencia, sabía que no estaba bien, que se volvía frágil y débil pero realmente su corazón demandaba no soltar a Steve, no dejarlo ir. ─Si me hubieras dicho la verdad─ continuó ─nada habría pasado.
─Tony, lo siento, creí que lo resolvería, no quería que lo revivieras, cuando apenas comenzamos a salir sufrías de terrores nocturnos, tenías pesadillas y llamabas a tus padres en sueños, no quería que vivieras eso nuevamente…. quería protegerte y terminé perdiendo tu amor─ lo acunó en sus brazos con adoración casi sagrada y Tony no pudo decir nada más, ensayó muchas veces frente al espejo lo que diría, lo repasó en su cabeza cada vez que podía sin embargo, ahora estaba en blanco, no necesitaba decir nada.
Como única respuesta Tony buscó los labios de Steve demandando un beso dulce, el rubio sonrió correspondiendo, nuevamente llevó sus manos a sus caderas haciendo sus caricias mucho más suaves y delicadas, ambas toallas cedieron y pronto Tony estaba completamente desnudo, su piel se conservaba con ese tono canela muy sutil que tanto enloquecía a Steve. Las prendas del rubio no tardaron en dejar su cuerpo completamente visible, lo que iniciara como el instinto en su pura expresión se adornaba con las cualidades del amor y los amantes que conocen a la perfección el amor de los labios y las caricias ajenas. Steve empujó suavemente a Tony sobre la cama descubriendo que era la misma que usaran en la Torre Stark, con cuidado se posicionó sobre él, separando las piernas de Tony profanó su intimidad con un roce lento que estimulaba la sensibilidad del moreno que gemía muy suave dejándose llevar por los besos y mordidas que Steve daba en su cuello y su pecho. Pronto él mismo movía las caderas demandando más de aquel delicioso vaivén.
─¿Puedo?─ preguntó Steve sin dejar de besar los labios de Tony.
─Sí─ logró decir antes de gemir por causa de los dedos juguetones de Steve que se introducían en su entrada para estimularlo, el rubio sabía cómo y dónde tocar a Tony, hacer en amor con Tony Stark era como crear una balada con muy diferentes matices, sin embargo valía la pena atender con tanta dedicación a ese hombre pues tan solo su rostro era lo más bello del mundo, lo mejor que Steve Rogers viera. El jugueteo de sus dedos terminó cuando el moreno estuvo lo suficiente dilatado, muy lentamente Steve se introdujo en él y como sucedió desde la primera vez sus cuerpos encajaban perfectamente. ¿cómo negar esas ironías de la naturaleza? Ella era sabia, ella los guió hasta este punto, Los echó al mundo para que se encontraran a pesar de todo, a pesar del tiempo o las peleas.
Una, otra y otra más, Steve marcaba el ritmo de las estocadas y Tony respondía con gemidos, jadeos, sus uñas clavadas en la piel de Steve y sus caderas empujando contra él haciéndolo llegar mucho más adentro, tocando el punto de mayor placer en Tony. Suspiros, quejidos, mordidas, besos, placer… se fundían en un mismo universo, uno en el que solo eran ellos dos existiendo el uno para el otro, amándose… amándose hasta explotar juntos de placer.
─¿Te arrepientes?─ susurró Steve con un Tony recostado en su pecho tras unos minutos de descanso en que sus cuerpos volvieron lentamente a su estado natural.
─No, ¿y tu?─ dijo cerrando los ojos cansado.
─Jamás me arrepentiría de ti─ el cansancio los venció, mientras todos hacían la comida Steve y Tony dormían abrazados, por primera vez en tres años llenos de eso que les faltó, su alma gemela, su corazón, el amor.
─Señorita Rogers, su invitado llegó─ la voz de Friday informó a Olimpia de la llegada de James Barnes.
─Que pase─ dijo ella sonriendo, lo esperaba en el jardín, con ayuda de la IA ubicó al Soldado del Invierno y se comunicó inmediatamente con él para que llegase directamente a la Mansión Stark. Prefería charlar con él antes de que viera a sus padres, ella sabía que su plan estaba funcionando porque ellos fueron los únicos en no asistir a la comida y cuando interrogó a Friday por su paradero simplemente le mostró una imagen de ambos abrazados durmiendo en la cama de Tony. Espero que no fueses concebido así Pete. Se burló mentalmente de su hermano, aunque cabía la posibilidad, ese era un mundo en constante cambio y para Amelia ya nada era claro.
─¿Steve?─ fue lo primero que Bucky dijo al verla sentada ─Te pareces tanto a él cuando era joven, antes del suero.
─Gracias, supongo─ sonrió ella buscando ocultar lo sorprendida que ese hombre reconociera a su padre en ella.
─Aunque… ¿Una Stark?... ¿Quién eres exactamente? ¿Una especie de robot que crearon en los laboratorios Stark?
─Soy de carne y hueso, lo prometo─ dijo divertida, el hombre que se presentaba frente a ella era irreconocible, ahora llevaba el cabello corto y sin el maquillaje alrededor de sus ojos era otra persona, el signo distintivo era ese brazo de metal que reemplazaba el real. Ella solía ver las fotografías que su padre tenía de su pasado y Bucky figuraba mucho en ellas, durante la guerra, como el Soldado del Invierno y después… ─El Sr. Stark aún está durmiendo, tuvimos una práctica intensa y necesita reponer fuerzas, tendrá que esperar a que se levante.
─Bien, me quedaré aquí ¿dónde está Steve?
─Durmiendo también─ dijo “Y sí, en la misma cama que Tony” añadió en su mente, quizás el pensamiento fue tan fuerte que Bucky lo escuchó.
─¿Quién eres? Te escuché en mi cabeza.
─No soy de Hydra si es lo que crees─ dijo desviando la mirada ─Vengo del futuro gracias a la Gema del Tiempo, vengo a corregir cierto desastre que hicieron hace tres años. Y si tengo éxito quizás salve a más de un inocente ─ sonrió pensando que sería un gran regalo para su padre que su mejor amigo sobreviviera.
Él no dijo nada, al igual que a Steve le costaba asimilar todo lo que correspondía a la tecnología, le iba peor con entender los cambios como jugar con el tiempo. Esperaban en silencio, algo realmente nada incómodo pues Olimpia se entretenía con lo que hallaba en la cabeza de Bucky y él repasaba qué decirle a Tony Stark cuando lo viera, quizás un ¿lo siento por matar a tus padres? No, claro que no…
─¿Qué hace él aquí?─ la voz de Tony sacó a ambos de sus ocupaciones haciendo que Olimpia saltara de su asiento.
─Stark… no… yo….─ tartamudeó Bucky
─Necesita ayuda con su brazo y se viene a poner a nuestro servicio─ intervino ella antes de salir de allí tan rápido como pudo.
─Mataste a mis padres.
─Lo siento, lo lamento. No lo recuerdo, mi mente está en blanco, por favor entiende que yo jamás quise matarlos, menos sabiendo que tenían un hijo.
─Bien, pero no estás perdonado, lo haré para que te larges lo más pronto posible─ soltó Tony molesto tan pronto como tomó la decisión.
─Tony, Steve y yo nunca tuvimos nada ni lo tendremos, somos como hermanos, si sedujera a alguien sería a ti, no a él─ intentó bromear sin embargo Steve llegó dispuesto a continuar cierta Charla con Tony.
─Bucky─ el rubio no hubiese actuado como un animal territorial yendo a Tony orgulloso de las marcas que llevaba por todo el cuello, sonrió satisfecho pues era como si el mismo Steve gritara MÍO, por todas partes, de no haber escuchado lo último.
─Steve─ las miradas se encontraron con fuerza, algo que solo ellos comprendían como una amenaza.