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Lo que yace en la oscuridad por cielhius

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Notas del capitulo:

Y aquí está la conti… jajaja…bueno disfrútenla…

Ya la tenía lista pero me gusta hacerlos sufrir… -.-

Escape…

 

Una vez que llegaron al castillo, Seshomaru camino los oscuros pasillos con el menor aún en brazos, quería llegar pronto para curarle las graves heridas, Inuyasha estaba desangrándose… el yokai cruzó varios pasillos hasta que por fin vio la puerta…la puerta de su habitación. La abrió como pudo y recostó al menor en la cama.

 

-¡kauri!- gritó histérico. La joven  no se hizo esperar, al llegar a la habitación del yokai, divisó al menor de los de cabellos plata, tirado en la cama lleno de sangre. – ¿p-pero que le sucedió?- kauri estaba aterrorizada al verlo tan mal herido.

 

-ahora no es momento para que preguntes trae vendas y unos ungüentos!- Seshomaru no paraba de gritarle preocupado y alterado a la vez.

 

-maldición.- reprochó inquieto el mayor. Kauri se sorprendió por la actitud del mayor, nunca lo había visto tan preocupado por alguien, la pelinegra se quedó parada viendo a su amo, que por todos los medios trataba de salvar al hermoso joven. Seshomaru se percató que su subordinada seguía inútilmente parado viendo la escena.

 

-¡¿Qué esperas!?.- le recriminó autoritario el yokai. La chica salió disparada de la habitación al escucharlo. Al poco rato regresó con una pequeña caja que contenía agujas para suturar, agua, ungüentos y vendas. Las colocó en una mesita de noche y sacó los materiales. Seshomaru le sacó el sucio kimono blanco que traía puesto el menor, dejando ver así su desnudez. Kauri se sonrojó y quedó paralizado al ver lo bello que era el menor.

 

Seshomaru se dio cuenta de la mirada de kauri, esto le hizo hervir las venas de la rabia. -¡retírate!- le exigió su amo. La chica no se movía, seguía estupefacta por la belleza del joven. Seshomaru se enfureció aún mas, la empujó con un brazo fuertemente. - ¡te dije que te largues! ¿No entiendes? - el yokai la regaño autoritario y con sus ojos rojos por la furia. Kauri aún anonadada se retiró torpemente.

 

Una vez que se retiro la pelinegra, Seshomaru dirigió nuevamente su mirada al menor…estaba completamente herido…su mirada vacía y tétrica se convirtió en una mirada de desesperación y angustia total… el mayor removió el kimono por completo, agarró una aguja para suturar y le cerró algunas heridas graves. Inuyasha estaba inconsciente, su rostro era pasivo, no mostraba rastros de dolor, estando aún así en ese estado se la veía como un ángel recién caído del cielo… el mayor una vez que terminó de suturar las heridas, las vendó cuidadosamente y en algunas colocó ungüento, si fuese necesario. Se sentó en el sillón cercano en la cama, estaba sudando, todo fue muy problemático pero detuvo las hemorragias y el ya se encontraba a salvo…

 

Se quedó estático mirándola por un rato, una sonrisa pervertida y burlona apareció en su rostro. Allí estaba el tirado en la cama, lastimado y desnudo…cuando lo curaba eso no le había tomado mucha importancia. Su sonrisa fue a causa de eso, recién ahora que se encontraba admirando su cuerpo se percató de su fina y delicada desnudez. Inuyasha era uno en un millón, de alguna forma u otra él se divertía con su presencia…

 

------

 

La noche ya había llegado, y las horas pasaban. Inuyasha aún no despertaba y el mayor continuaba con la mirada cautiva en el. El calor en la habitación no se hizo esperar, el poderoso yokai se levantó, se sacó su haori quedando solamente en pantalón. Su corpulento y varonil pecho quedó a la vista. Se acercó a la ventana y la abrió un poco, en caso de que Inuyasha estuviera acalorado. El yokai se dio media vuelta para dirigirse a un pequeño sillón de madera, pero logro dentarse ya que se escucharon algunos lamentos de dolor…por fin se había levantado…

 

-hmmm…- colocó ambas manos en la cama para apoyarse, cuidadosamente se fue sentando, hasta que se sintió cómodo. Observó que estaba desnudo y que el mayor lo miraba de modo extraño, será por sus atolondrados actos, mas eso no le importó, trató de agacharse un poco para agarrar la sábana y cubrirse. Pero Seshomaru se le adelantó absorto y lo cubrió suavemente con las sedosas telas. Inuyasha no hizo ademan de agradecimiento, más bien su cara era seca, carecía de expresiones. Seshomaru se sentó nuevamente en el sillón, ahí lo miraba… no lo entendía… de verdad que no lo entendía, esta vez era serio y con la mirada pérdida a un punto inexistente en la cama a diferencias de otras veces en que se ponía tosco y agresivo con el…una sonrisa irónica apareció en su boca…INUYASHA ERA ÚNICO…

 

-Inuyasha- la llamó con tono frío. El joven solo dio un pequeño respingo al escuchar esa oscura y posesiva voz que aunque no lo quería admitir hasta los vellos de la nuca se le erizaban.

 

Inuyasha no respondió el llamado del mayor siguió con la mirada pérdida en las blancas sábanas. Seshomaru decidió omitir el comportamiento infantil en ese momento.

 

-¿Cómo te sientes?- habló más calmo,  permanecía sentado con una cara de tranquilidad exasperante.

 

Inuyasha frunció el ceño, dirigió su mirada al mayor…una mirada llena de odio, rabia y furia… lo estaba aniquilando con su  mirada … Seshomaru sintió que lo quemaba hasta lo más profundo de su ser, inconscientemente se levantó y comenzó a caminar nerviosamente hacia el armario, Inuyasha se percató que eso le había afectado pero decidió no prestarle atención…él sabía que era culpa de él que estaba en ese mal estado, por haberla dejado ahí sin que nadie estuviese pendiente de el…de verdad que ese sentimiento de culpabilidad le estaba afectando… y la manera en que él lo miró le disgustó un poco…

 

Abrió la puerta del gran armario hecho de una madera especial japonesa con pequeños adornos a los bordes.

 

 

Seshomaru  agarró un hermoso kimono del armario y lo sacó, Inuyasha lo observó. Era un sencillo kimono blanco con unas llamas rojas pintadas en el borde del mismo, era muy sencillo y elegante.

 

Seshomaru se acercó a Inuyasha y colocó la ropa a su lado en caso de que quisiera ponérselo en ese mismo instante para tapar su desnudez. Pero Inuyasha se quedó quieto, solo miró la hermosa vestimenta de reojo con rabia. El poderoso yokai  rió ladinamente de forma simpática. Inuyasha  lo hacía reír…

 

Por un momento perdió la noción del tiempo y de todo lo que lo rodeaba al ver el desnudo hombro del menor…sin percatarse eso lo excitó un poco y lo incitó a que inconscientemente acercara sus fríos labios al hombro de este…lentamente los posó en la suave piel del joven, al hacerlo, empezó a dar cortos besos…suaves…lentos y precisos…. Poco a poco fue bajando…la sábana cubría hasta la parte de más arriba de los pezones del menor, Seshomaru fue bajando sus marcados besos por su cuerpo, agarró la sábana con una mano y la removió lentamente…Inuyasha tenía la mirada gacha, no lloraba, no se movía, no decía nada…estaba quieto…pero por dentro, sentía unas enormes ganas de llorar, de golpearlo hasta matarlo, de insultarlo, pero en ese momento su cuerpo estaba demasiado débil por las graves heridas y  no podía moverse buen, no tenia energía como para discutir con el….

 

Seshomaru dejó al descubiertos su pecho, mostrando sus rosados y deliciosos pezones, siguió bajando lento y preciso…dejando el cuerpo de Inuyasha marcado de besos… eran cortos y suaves… cruzó aquella pequeña división en el esternón y continuo descendiendo hasta el ombligo…fue ahí donde se detuvo…detuvo sus besos… levantó su rostro y lo cubrió con la sábana nuevamente…

 

Inuyasha estaba sorprendido… de ver como el mayor retiraba sus labios de su herido cuerpo…su mirada de asombro persiguió los actos del yokai…pudo percatarse en ese mismo instante que este no tenía su haori y andaba con el pecho al descubierto, lo había visto con anterioridad pero eso no le interesó, esta vez sin querer le tomó importancia, sus mejillas se sonrojaron y rápidamente de los nervios giró su cara al otro lado evitando mirarlo…

 

Seshomaru se sentó en el sillón y cerró sus ojos, omitió el verlo sonrojado…estaba cansado….sumamente cansado ya era de madrugada y el no había dormido en lo absoluto…

 

Inuyasha miraba atónita el mayor…- debo estar loco, o…algo mal anda en su cabeza-pensó preocupado….no era posible que él se detuviera, tanto que lo deseaba a él y de pronto lo  dejaba de tocar…como si nada… -idiota- pensó furioso el joven… -solo cuando se le da la gana de tocarme.- frunció el ceño, se acostó cuidadosamente en la cama y se arropó, se acostó de lado, de manera que le daba la espalda al mayor pero se había recostado encima de su brazo herido y eso no le permitió acostarse de esa forma, así que se acomodó boca arriba…

 

Seshomaru la miró acostarse torpemente, sonrió ladinamente, era muy gracioso verlo enojado…Inuyasha cerró los ojos y dentro de un rato se había quedado dormido, Seshomaru al verlo dormido recostó su cabeza en el espaldar del sillón, miró al techo y el sueño lo fue venciendo poco a poco…su cuerpo se fue adormeciendo hasta que no pudo más y se entregó a Morfeo…

 

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Había dormido como nunca, sentía el cuerpo todavía pesado, pero se sentía mucho mejor, se desperezó lo mas que pudo pero sintió dolor en sus brazos al hacerlo…eran las heridas, todavía no cicatrizaban, pero se había olvidado por completo de que tenía todo el cuerpo herido. Abrió sus ojos y miró a su alrededor, se acordó que Seshomaru estaba sentado en el sillón, se asustó de que él lo viera tan acomedido en su cama, voltio su rostro en donde se suponía que se hallaba su “hermano”, pero él no estaba…era un alivio…suspiró y delicadamente se fue levantando para poder quedar sentado. Su cara mostraba una expresión de molestia al levantarse pues estaba muy adolorido.

 

-ah, ¡por fin!- exclamó la ya encontrarse sentado.

 

 Una vez ya sentado, miró por el gran ventanal, divisó a lo lejos unas nubes negras. Una tormenta se avecinaba.

 

-          Qué lástima- su rostro se afligió al ver el horizonte oscuro. Sintió como una pequeña brisa del otro lado de la habitación… su mirada de aflicción se volvió una de duda, giró su vista para ver de dónde provenía la pequeña corriente de viento, y vio que la puerta de la habitación estaba abierta. Sus ojos se abrieron de la sorpresa. Seshomaru había dejado la puerta abierta… -la puerta…abierta… ¿pero por que la dejaría abierta?- se preguntaba Inuyasha.-¿lo haría a propósito…?- pensó dudoso.

 

Frunció el ceño si fuese así, pero Seshomaru no estaba, quizás el se olvidó….movió su cabeza para disipar todos esos pensamientos… no era momento de pensar si no de actuar rápidamente… se fue levantando de manera precavida, removió la sábana, agarró el bellísimo kimono y atenta de no pasar la tela por la heridas se vistió. Colocó su mano en la puerta y la abrió sigilosamente, sacó su cabeza cauteloso y vio por el pasillo…no había nadie… dejó ajustada la puerta y se dirigió a la cama, agarró las almohadas que habían en el lecho matrimonial y las escondió debajo de las sábanas, formando un bulto, haciendo parecer que fuese él quien estaba acostado. Una vez lista su pequeña trampa se encaminó a la puerta nuevamente, la volvió a abrir discretamente y observó que aun no había nadie…

 

Salió cautelosamente de la habitación, cerró la puerta cuidadosamente y empezó a caminar por el oscuro pasillo que era alumbrado apenas por unas irritantes velas. Inuyasha emprendió su camino por el pasillo, cada vez que caminaba encontraba nuevos pasillos, por los cuales se internaba, caminaba afanosamente, tenía miedo que lo descubrieran… en cada pasillo encontraba unos cinco cuartos por eso había acelerado el paso, asustado de que lo atrapasen…estaba muy débil como para pelear, apenas caminaba no podía ni correr.

 

Siguió acelerando el paso, tenía temor de que ya se hubiesen percatado de su ausencia, su caminar era acongojado, cojeaba un poco y su respiración era agitada. El sudor empezó a caer de su frente. Estaba agotado y el dolor de las heridas no se hizo esperar… su rostro expresaba inquietud y malestar… las heridas le daban pequeñas punzadas y eso la estaba mortificando.

 

Inuyasha  continuo, hasta que por un momento se detuvo a coger aire… del cansancio cayó sentado en el suelo, sus manos las tenía apoyadas en el frío piso del pasillo, su mirada gacha, sus cabellos caían por su rostro y el sudor resbala por su frente cayendo al suelo…gota por gota… tenía que continuar no se podía quedar ahí… en alguna parte tenía que haber una salida…LIBRE… quería sentir nuevamente la libertad…

 

Alzó la mirada, todavía con su respiración agitada. Pudo ver a lo lejos en una puerta enorme de madera una luz brillante aparecer por lo bajo del marco…tenía que ser la salida… no lo pensó dos veces y comenzó a correr…algunas heridas se abrieron y empezaron a sangrar…la sangre fue manchando el kimono lentamente… sintió como el dolor se intensificaba…sus gestos de molestia eran visibles en su cara… -tengo que salir de aquí lo más rápido posible- Inuyasha estaba enfocado a salir de ese maldito inferno al que Seshomaru lo había sometido. Llegó a la puerta y la trató de abrir era una enorme puerta y muy pesada. Agarró la manija redonda de hierro y la jaló lo más fuerte que pudo. La puerta se fue abriendo pesadamente. Inuyasha  se arrastró hacia atrás lo más que pudo jalando la puerta grande, lastimando un poco sus pies desnudos.

 

La puerta ya estaba lo suficientemente abierta. Inuyasha se detuvo, y se dirigió a ver lo que había en el exterior. Sus ojos se deslumbraron… la puerta daba a uno de las salidas fuera del castillo… estaba empezando a llover y el cielo ya estaba oscuro… pero eso no importaba, ahora podía dirigirse devuelta a su casa…con sus amigos …

 

…por fin era libre….

Notas finales:

Y eso es todo por hoy espero que le haya gustado…

Recuerden: quejas y sugerencias


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