Pesadilla...
Inuyasha contuvo el aire no podía moverse del miedo que sentía… sus nervios estaban a flor de piel, Sus vellos se erizaron al ver a Seshomaru acercarse a él, con aire lujurioso…Inuyasha contuvo el aire lo mas que pudo y mascullo…
- ¿Que pretendes maldito?… aléjate - preguntaba Inuyasha recuperando el aire
Seshomaru ni se inmuto tomo fuertemente las muñecas de Inuyasha y entonces contesto...
- Serás mío Inuyasha, te enseñare quien manda- ante esa confesión Inuyasha palideció y se asusto, intento huir y asestar golpes al pervertido delante de él, pero el agarre que ahora tenía Seshomaru de sus muñecas era firme por lo que solo conseguía lastimarse.- Aquí vivirás de ahora en adelante.
Inuyasha intento levantarse para escapar, pero el maldito salto encima de él inmovilizándolo.
- Suéltame bastardo- gritaba Inuyasha, Seshomaru ya cansado de sus gritos lo abofeteo, y lo siguió abofeteando por cada grito, hasta que se callara de una vez.
- Deja de forcejear Inuyasha, no puedes contra mí- dijo Seshomaru con aire arrogante.
Ahora sí que el corazón del menor latía fuertemente, pensó que Seshomaru, lo humillaría, que lo golpearía hasta… casi matarlo, pero esto escapaba a sus planes, no sabía qué hacer, está desesperado.
Sintió que Seshomaru comenzaba a desvestirse lo que se sonrojo al ver su cuerpo desnudo por lo cual tubo que voltear la cara…
Seshomaru tomo su erecto miembro y lo acerco a la boca del menor, mientras que este intentaba soltarse sin resultado.
- Abre la boca Inuyasha…o te ira peor- dijo Seshomaru apretando con fuerza desmedida las manos del menor ocasionando que soltara un quejido de dolor, lo que aprovecho para introducir su miembro en la boca del menor.
- No… ah- jadeaba Inuyasha, a medida que aquel pedazo de carne entraba y salía de su boca con dificultad. Esa era la peor humillación a la que lo pudieran someter, el jamás había hecho eso con nadie, le daba asco tener aquel pedazo de carne ajeno en su boca, se daba pena el mismo por estar injustamente en tal situación.
El menor aguantaba como podía las arcadas, el asco que sentía en esos momentos era lo peor. Casi no podía respirar ese enorme pedazo de carne no permitía que el aire pasara bien.
Inuyasha tomo el valor suficiente para levantar la cara y poder ver el rostro de Seshomaru… sus ojos reflejaban la lujuria misma. El tener a su indeseable hermano menor y peor enemigo sí que lo éxito y en gran medida y haciendo que su ego llegara a las nubes de solo observar el rostro dolido y humillado de Inuyasha.
En un momento de descuido de Seshomaru. Inuyasha logro sacar el trozo de carne de su boca y alcanzo a proliferar...
- ya no, ya no lo hagas- decía Inuyasha con la reparación agitada, intentando que el aire llegara a sus pulmones, los rastros de saliva escurriendo de su boca, y con su mirada algo llorosa le suplicaba a Seshomaru que para, que ya era suficiente esta humillación…
Pero Seshomaru no escucho sus súplicas y volvió a introducir su miembro en aquella deliciosa boca, bastaron unas cuantas envestidas y el mayor se vino en la boca del menor, Inuyasha al sentir el liquido caliente en su boca, este intentaba escupir la esencia de Seshomaru, pero el mayor tomándolo con fuerza de la barbilla lo obligaba a tragar toda casi ahogándolo en el proceso.
Inmediatamente el mayor dio vuelta a Inuyasha dejando que su cabeza quedara apoyada contra una almohada, al ver las intenciones de Seshomaru quiso liberarse, no quería que lo que seguía sucediera, pero ya era algo imposible de detener.
- No Seshomaru, para- decía el menor atormentado por lo que estaba a punto de hacer Seshomaru
- pagaras caro tu insolencia - Y al momento lo embistió con tanta fuerza que consiguió lastimarse a sí mismo en el proceso.
Gritos de profundo dolor fueron los que se oyeron por toda la habitación.
- Para Seshomaru detente- pedía el menor al momento de ser empalado por el yokai mayor.
Seshomaru lo ignoro de nuevo y comenzó a embestir tan duro como podía, lastimando el hasta ahora puro cuerpo del semi-demonio.
Inuyasha se sentía morir, jamás pensó en ser un sumiso y mucho menor el sumiso de Seshomaru, el no pensó que… esto pasaría, no había pensar con en esto, al momento de decir esas palabras ahora estaba arrepentido pero de que le serbia ahora.
Podía oler el olor de su propia sangre saliendo a borbotones de su entrada, mordía con fuerza la almohada, acallando los gritos que amenazaban con salir de su garganta, mordía cada vez con más fuerza, mientras el hombre detrás de él embestía con mas y mas fuerza, sentía que su cadera estaba siendo quebrada en miles de partes, si hubiera sido humano ya hubiera muerto, era lo más seguro.
Las lagrimas descendían por sus ojos, los cerro fuertemente cuando el dolor se incremento, ya no daba más, sentía que poco a poco iba cayendo en la inconsciencia, cuando creyó que se desmayaría, sintió un espeso liquido inundar su entrada.
- no ah- grito al sentir como ese líquido quemaba sus entrañas
- esto recién comienza Inuyasha, esto es solo una parte de lo que te espera - dijo Seshomaru observando al menor con aire de satisfacción.
Las lagrimas de Inuyasha caían sin cesar de sus ojos, el dolor era indescriptible, ¿porque a él? Esa y un sinfín de preguntas inundaron su cabeza pero no obtuvo respuestas él solo estaba ahí en la enorme cama, probando el sabor de sus lagrimas que solo lo hacían sentir más miserable, y mas con el maldito bastardo mirándolo fijamente sentía ganas de matarlo…pero de que serviría ya.
Sus lagrimas corrían como ríos por sus mejillas su cuerpo maltratado punzaba dolorosamente y los hilillos de sangre combinado con la semilla de su “hermano”, corrían desde su maltrecha entrada a la cama manchando las delicadas sabanas de seda rojas, creando un gran charco oscuro.
Seshomaru por su parte miraba con aire satisfactorio las muecas de dolor de Inuyasha.
- Espero que con esto te quede claro cuál será tu lugar aquí – dijo Seshomaru con satisfacción – quedo claro Inuyasha – pero al no obtener respuesta se molesto, tomo al menor de sus largos cabellos y levantó su rostro para que lo mirara a la cara.
Inuyasha soltó un gemido de dolor ante esta acción y cerro fuertemente los ojos ante esta acción, Seshomaru se molesto más.
- Veme a la cara – grito Seshomaru al momento que le propinaba una fuerte bofetada – te he dicho que si te quedo claro-
- Si lo he entendido - gimoteo Inuyasha presa del dolor, abriendo levemente sus ojos llorosos.
Seshomaru quedo satisfecho con su respuesta y soltó su agarre. Inuyasha cayó en la cama como un peso muerto, el cuerpo le dolía horrores el cansancio era notorio en esos momentos.
Inuyasha tenía en mente solo una pregunta ¿Por qué a él? Una pregunta que todavía no era contestada, su mente era un caos completo en estos momentos no sabía que podía hacer.
Con estos pensamientos se dejo llevar por el cansancio, la vista se le nublo y todo se volvió oscuro a sus ojos.