Despertar
La luz del sol entraba tunamente por los grandes ventanales, aun con las cortinas corridas, la luz lograba pasar e imponer su brillante presencia en la habitación donde yacía un joven peli-plata durmiendo “plácidamente” ajeno a la brillante presencia del sol, que hacía un gran esfuerzo por poder tocar su delicada piel, con sus tibios rayos que traspasaban por las pequeñas ranuras de las cortinas oscuras.
Al parecer los esfuerzos del poderoso sol dieron frutos al tocar tunamente el rostro sereno del joven.
- mn…- gruño Inuyasha al recibir los rayos del sol que parecía reírse de él, al haber logrado su cometido.
Llevo sus manos a sus ojos, tallando delicadamente los mismos en un intento por despejarse de la pereza y poder despertar completamente.
Al despabilarse del sueño por completo, abrió grandemente los ojos, al llegar a su mente las imágenes de lo sucedido la noche anterior. Con gran esfuerzo logro sentarse en la cama y su vista recorrió el lugar en busca de algún peligro, suspiró cuando se percato que se encontraba solo en la amplia habitación y sin rastros de su malnacido “hermano”, vio con horror las sabanas manchadas de sangre, respirando profundamente se incorporo.
Al estar de pie sintió un liquido escurrirle por la entrepierna, bajo un poco la mirada y observo con horror sus muslos manchados de sangre seca, que ahora de pie se humedecía con el fluido blanquecino que salían de su cuerpo.
Despacio sujetándose de la pared fue caminando hacia la puerta, al llegar quiso abrirla, pero se dio cuenta que estaba cerrada con llave, volteó hacia las ventanas del otro lado de la habitación, esperando que estuvieran abiertas pero estas también se encontraban cerradas y su idea de escapar se desvaneció al descubrir que se encontraba encerrado.
Después de barios minutos en los que por más que lo intentaba no encontraba una forma concreta de cómo escapar, desistió de hacerlo fue ahí, que le tomo un minuto para que el olor a semen y sangre le empezará a molestar, decido recorrer de nuevo la habitación percatándose de una segunda puerta, un poco más pequeña y casi invisible, respiro hondo una vez más y se dispuso a abrir la puerta y sed dio cuenta que era un cuarto de baño.
Las paredes eran de madera liza, había una enorme tina de madera que ocupaba la mitad del espacio, la tina contaba con un pequeño escalón para poder acceder a ella y un barandal para poder sostenerse, supuso que la tina era un poco honda sin más se sostuvo del barandal y sube el pequeño escalón, si soltarse del mismo, entra en la tina al parecer el baño ya lo habían preparado, ya que el agua estaba deliciosa a una temperatura perfecta, sin más tomo el jabón y lo llevo a su nariz olfateando y percibiendo un agradable olor a coco y miel sin más lo sumergió en el agua y se dispuso a limpiar su cuerpo y borrar los retos de sangre y semen de su cuerpo.
Se tomo su tiempo para limpiarse a consciencia. Finalizada su tarea, tomó una toalla que se encontraba en un mueble cerca de la bañera, que por tener su mente fija en limpiar su cuerpo no se cercioró que estaba ahí, seco su cuerpo con mucho cuidado ya que sentía que si aplicaba mucha fuerza su piel lastimada sangraría y tendría que lavarse otra vez, con cuidado seco un poco su cabello y paso sus dedos por los mismos en un intento de deshacerse de los horribles nudos.
Salió de sus pensamientos al escuchar el sonido de la puerta abriéndose, sintió un escalofrió recorrer su espina dorsal y el miedo se apodero de su cuerpo…
-Inuyasha ¿Dónde estás?- al escuchar esa voz hizo que su cuerpo se paralizará. El terror se apoderó de él al ver que la puerta se deslizaba a un lado dando paso al poderoso yokai.
Inuyasha ni siquiera levantó la vista a Seshomaru que se acercó. Desnudo como estaba, Inuyasha no pudo contener los temblores involuntarios de su cuerpo al tener la penetrante mirada de su “hermano”.
Seshomaru se da cuenta de los temblores de su hermano y sonrió arrogante – “esto será divertido”- pensó el mayor de los hermanos.
- ¿Por qué no respondiste a mi llamado?- interrogó Seshomaru- contesta Inuyasha- exigió una respuesta, tomando del brazo violentamente.
- …- pero Inuyasha no respondió estaba tan asustado que sencillamente no podía responder.
- No respondes…he…- grito el mayor apretando mas el agarre ejercido en el brazo del menor- creo que aun no has aprendido tu lugar aquí Inuyasha-
Lo saco del cuarto de baño casi arrastras, Inuyasha entro en pánico, por lo cual intentaba lo mas que podía el deshacer el agarre ejercido en su brazo, el mayor por lo tanto apretaba mas su agarre.
Aventó al menor a la cama y se acerco al pequeño mueble que había en la cabecera de la cama y extrajo de ella una pequeña soga de color negro, la cual estaba hecha de algún material especial por el pequeño resplandor que despedía dicho artículo, volvió a tomar al menor del brazo y lo giro quedando boca abajo, tomo la soga y amaro sus manos al cabecero de la cama en un intento por evitar que el menor saliera huyendo, aunque lo dudaba.
Volvió a acercarse al pequeño mueble, pero eta vez saco un artículo más grande, Inuyasha miro con horror el imponente látigo que lo miraba amenazante ahora sí que estaba aterrado.
Seshomaru sonrió con malicia al percibir el miedo en su “adorable hermano” y golpeo un par de veces dicho artículo en la palma de su mano ocasionando que el menor temblara más.
- ¿Tienes miedo Inuyasha? – pregunto el mayor con diversión, mas el menor no respondió - pues deberías…hoy te voy a enseñar, de una vez por todas, a someterte a mi voluntad- grito – escuchaste… eres mi mascota…entiende, desde el momento en que te traje aquí, se te debió haber grabado en la cabeza…- Inuyasha estaba asustado y su cuerpo estaba paralizadó por el miedo.
Seshomaru golpeo duro contra los muslos del menor, lo que provoco un grito de espanto y angustia en Inuyasha.
- Debes aprender a obedecer Inuyasha- otro ataque, esta vez logro sacar las lágrimas del menor…
Hera tan dura la paliza, que Inuyasha comenzó a pedir que se detuviera. No supo cuanto tiempo paso, pero para él fue una eternidad.
Finalmente Seshomaru se detuvo, Inuyasha sollozó como un niño pequeño, los sollozos del menor fueron disminuyendo con los minutos.
- Espero que esto te enseñe tu lugar- mas el menor seguía sin responder, lo que ocasiono que la furia de Seshomaru regresara. Se subió a la cama y galo del cabello a Inuyasha el cual soltó un gemido de dolor - al parecer aun no aprendes.
Inuyasha escucho como se despoja de su ropa. Se posiciona detrás de él, y lo penetra de una sola estocada.
- Ahhhh – grito el dolor era demasiado, y este aumento cuando el mayor empieza a moverse
- Seshomaru suéltame por favor...no...No… aahhhhh me d-duele - suplica Inuyasha pero el mayor comenzó a embestir con mas salvajismo.
- Por favor, Seshomaru- suplico cada vez más débil –
De pronto dejo de escuchar los gruñidos detrás de él, así como dejo de escuchar cualquier cosa, la cabeza le comenzó a dar vueltas, su cuerpo no podía resistirlo mas, y al parecer su mente se apiado de él y se desmayo, dejo de sentir, al menos en sus sueños podría ser libre al menos eso es lo que él deseaba…ser libre… esa pequeña palabra de cinco letras, era su más grande deseo…