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Armas... por Lei Chann

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Notas del capitulo:

Por fin saliendo del Hiatus UwU Esta vez no les tengo otra excusa mas allá de no saber como coño terminar el cap xd Esta algo vacio, pero es como un epílogo de la saga o algo así (? 
Bueno, me alegra estar de nuevo y espero disfruten el cap :3

 La cocina-comedor estaba limpia, pero la inevitable sensación de que había algo fuera de lugar no dejaba de molestarlo. La mesa, con su llamativo mantel bordó y ese jarrón beige sobre ella tenía un excelente contraste con las paredes de madera barnizada; Sumando esas sillas de algarrobo barnizado con un gran respaldo forrado en gamuza bordó hacía todo el lugar realmente acogedor.

—…Algo no está bien. —.

 Suelo limpio, sin siquiera una sola miga y con agradable olor a jabón de piso; El horno, aún tan grande y se las había arreglado para que no haya una pizca de grasa en sus paredes y campana. Incluso el refrigerador estaba sin alguna mancha en su extensión plateada. Pero, algo no estaba bien, no para él. Era imposible para Chiaki estar conforme con esa vista que sentía tan oscura y falta de estimulo para su comodidad.

—¿Qué sucede Chiaki? Desde hace un rato estas mirando la cocina —. Hatori entró al lugar confesando indirectamente que había estado viendo al chico en la cocina.

—Siento que a este lugar le falta algo de vida para mi gusto… Cómo si aún estuviese sucio —. Aunque ya había escuchado de Hiroki y Kisa que Chiaki era algo raro, nunca hubiese esperado que lo sorprendiera con un sentido estricto para la limpieza.

—Yo lo veo demasiado limpio y… —El mayor inhaló en gran cantidad el aire de allí, expandiendo y llenando sus pulmones de agradable olor a lavanda. —…Huele muy bien ¿Limpiaste tu? —.

—Sí. Lo hice yo y aún cuando me llevó tiempo no estoy satisfecho. Sé que algo falta… —. Decía Chiaki al compás de que llevaba una de sus manos a su perilla y seguía examinando la cocina con una expresión algo preocupada.

—¿Qué crees que es lo que falta? —.

—Algo como… ¿Será libertad? —. Respondió Chiaki algo preocupado por su patética incapacidad de reconocer aquello que él mismo sabía que le molestaba tanto. A pesar de que quiere desesperadamente deshacerse de ello, no hay caso porque no sabe qué es.

—Libertad eh… —. Tori quedó un poco pensativo. No sabía exactamente a qué se refería con “Libertad”, pero estaba seguro, por su expresión, que ni siquiera el pequeño sabría.  Aún así, verlo tan preocupado por algo de tan poca relevancia para los demás era realmente increíble y envidiable. Pensando en alguna forma de aliviar las sensaciones indeseables del chico, una idea cruzó por su cabeza. —Qué tal si…

—¡Ah, Tori! ¡Esa era la clave! —. Grito el de ojos celestes con una gran sonrisa en su rostro, desbordando tranquilidad al ver que ya todo estaba bien.

—Hiciste bien en usar la palabra “Libertad” —.Menciono Tori. Solo eso era necesario para darse una mínima idea de las exigencias del castaño.

 Libertad. Luz. Vida. Una salida y un lugar donde ser capaz de sentirse tranquilo. Capaz de hacerte olvidar del bochorno y escándalo de un ambiente lleno de personas; Una ventana abierta por la cual siempre se estén renovando las esperanzas e ilusiones. Una opción de escape y encierro.

—No pude darme cuenta de que todo estaba en correr unas cortinas… y abrir la ventana—. Todo se sentía más liviano y un aire de renovación y tranquilidad invadió todo de repente. Aún con la corriente de viento circulando, aquel aroma a lavandas persistía y solo lograba otorgarle a Chiaki más frescura y una sensación de autonomía.

—¿Mejor? —. Satisfecho de sí mismo, Tori sonreía.

—Mucho… Gracias, eras lo que necesitaba —. Y esa ingenua sonrisita, rompía muchas capas de hielo.

—…—. El chico se quedo callado, sorprendido por esas palabras que seguramente habían sido dictadas por Chiaki mientras está inconsciente del peso que estas tienen para Hatori. Solo fueron dichas porque sí en el momento, y él estaba seguro de que el pequeño no quería hacer otra cosa más que agradecer, pero aún así, debía decirlo. —. Chiaki—.

—¿Mm?—. Seguía siendo insoportable ese impulso que sentía, no podía más y ya era momento de dejarlo escapar y afrontar sus influencias sobre todo.

—Yo… Desde aquél día en la colina siento qu- —.

—¡Chiaki! ¡¿Qué haces holgazaneando aquí?! El tío Tsukishima nos está gritando a todos por el desorden del gimnasio y lo único que está tirado son todas tus vendas y municiones, carajo… No puedes dejar eso tirado así —. Una gran roca cayó de repente sobre la oportunidad de Tori, haciéndolo maldecir en silencio a esa persona tan inoportuna.

—¡Hiroki no estoy holgazaneando! Para tu información, el comedor esta así de hermoso y limpio porque lo limpie yo solito —.

—No me interesa si limpiaste el comedor o qué, solo  vete a ordenar tus cosas de una vez —.

 Hatori regulaba su respiración. Inhala, exhala y piensa en cosas bonitas. No podía aceptar qué, después de que lo pensó por mucho tiempo, su confesión se viera interrumpida por alguien que se supone ahora debería ser su cuñado.

Mientras Hiroki y Chiaki seguían discutiendo entre ellos, el castaño alto se planteó a sí mismo que iba a buscar el momento adecuado para poder confesar sus sentimientos; Aun si eso ameritaba secuestrar por un rato al pequeño.

En otra parte de la casa, el gran Usami Akihiko debatía mentalmente sobre cuál era la forma correcta de cortar el vegetal en sus manos. Incluso él se sorprendió y extrañó que, de la nada y repentinamente según él,  se ofreciera a preparar la gran cena junto a Misaki. De algo estaba seguro, debía lavar el vegetal antes de hacer otra cosa; Pero es algo que hizo hace ya un rato.

 Ahora, Misaki está con una red de cocina en su cabeza para sostener su cabello, mientras corta en juliana de una impresionante forma profesional un gran bulto de pimientos rojos y espera las zanahorias que le encargó a Akihiko.

—Misaki… —Rompiendo él mismo en varios pedazos su orgullo, se rebajó a pedir ayuda a quien se supone debía impresionar; Aún si eso significada tener un punto menos con Misaki, sus conocimientos no le permitían hacer algo con la situación — ¿Qué tengo que hacer con las zanahorias?

—¿Eh? Ah, lo siento… No te dije porque supuse que sabrías —.

—… Es que yo no sé cocinar—. Misaki se sintió un poco mal por haber asumido algo sin antes preguntar o tener una mínima idea; Más porque, en la voz de Akihiko, se notaba la ligera vergüenza que sentía a pesar de su rostro inexpresivo.

 Pero entonces, lo que pensaba él que era un punto menos con su castaño también podía ser transformado en varios puntos a su favor, y comenzó su jugada.

—Pero, tu sabes cocinar mucho ¿Verdad, Misaki? Incluso pareces un profesional, tienes mucha agilidad con ese cuchillo —.

—No… No es que sea un profesional y no digas esas cosas, se oyen raro —. Dijo Misaki queriendo parecer molesto. La verdad era que esas palabras que podían ser tan triviales y que las oye todos los días de parte de su familia, se componen en un gran golpe si es Akihiko quien las dicta; Dejándose notar en sus rosas mejillas.

—Pero en realidad pareces uno, también debe saber como la comida de un gran chef—. Orgulloso de las reacciones que causó en Misaki, continuó sus palabras. —Hey… ¿Crees que me puedas enseñar a cocinar?

—¿En… señar? —La pregunta lo tomó por sorpresa, dejándolo mirando los cortes de pimientos y pensando un poco sobre si aceptar o no, hasta que se decidió. —No tengo mucho que enseñar, pero creo que algo puedo mostrarte —.

 Akihiko asintió victorioso. Podría ver a Misaki de nuevo en otra ocasión con una excusa perfecta, aunque en el fondo se recriminaba a sí mismo por no atreverse a invitarlo a salir como se debe. No entiende desde cuando se le complicó tanto el momento de pedirle a alguien salir en una cita.

Dejando un poco de lado esos pensamientos, dedicó su atención a Misaki quien desde hace unos cuantos segundos ya había comenzado a explicarle qué hacer con la zanahoria y, no quería que se diera cuenta que había estado sin escucharlo.

La cena fue preparada con éxito por Misaki y su fiel ayudante, Akihiko; Aunque este haya estado la mayor parte del tiempo observando luego de que casi quedara con cuatro dedos en una mano.

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 Sobre ellos, un gran candelabro de caracoles con un foco amarillo en el centro alumbraba el gran comedor que compartían. La mesa que desde hace varios años ya no veía completa, ahora estaba repleta de gente llena de vida; Sin duda, Takahashi Kuroda estaba pasando un buen momento.

—¡En serio! Realmente dudaba mucho de lo que Misaki pudiera conseguir frente a Ijuuin después de todo, nunca fue un experto en las mentiras —. Chiaki cantaba sus palabras preciso de que todos las oyeran en esa gran mesa.

—¡Hey! Que no les pueda mentir a ustedes no significa que no pueda mentirle a nadie —. Misaki tragó rápido el trozo de carne que mantenía en su boca, y rápidamente volteó a ver a Chiaki para defender sus capacidades.

—Bueno, yo no recuerdo ni una vez en la que Misaki me haya mentido sin ser descubierto a los segundos ¡Sus mejillas se ponen rojas y empieza a mirar a los costados, es muy obvio! —. Tsukishima habló, ganándose la mirada traicionada de su “hijo”.

—Gracias por los datos, ahora me voy a dar cuenta cuando Misaki quiera escaparse con alguien más —. La mirada de Akihiko enseguida le explicó a Misaki que era momento de una pelea, pero cuando estuvo por contestar fue interrumpido.

—¡Misaki jamás se va a escapar porque no tiene mi permiso ni aprobación! —. Fue lo que dijo Kuroda, golpeando su vaso con vino en la mesa.

—Si tengo tú permiso no creo que cuente como escape —. El castaño tomó su vaso y lo llevó a su boca para beber la soda de manzana favorita de él. Luego recordó algo que sin duda causaría un lindo revuelto. —Ah, papá ¿No tenías que anunciar algo genial?

 Las palabras llevaron volando hacia arriba el entusiasmo de Kuroda y esbozó una gran sonrisa.—¡Ah, es verdad! ¡ATENCION, ESCUCHENME TODOS! — El hombre se paró de la mesa sumamente alegre, si que estaba emocionado pues es algo que estuvo recorriendo su mente desde hace unos días. —¡Me doy, yo mismo, el placer de anunciar aquí entre mi familia que el alumno avanzado Takano Masamune será nombrado como instructor general de este año~!

—¿En… serio? —.El chico que estaba bebiendo soda casi escupe todo al momento de oír eso, simplemente no lo podía creer. Demasiado inesperado, incluso cuando todos en el lugar comenzaron a aplaudir y decir sus felicitaciones, el proceso de aceptación llevó más tiempo de lo pensado.

—Wa! Takano me ganó el puesto -.- —Hiroki se quejaba pero, a pesar de su decepción, se dejo un poco sonreír con orgullo. —Bueno, te lo merecías idiota.

—¡Taaakanoooo! Estoy tan feliz por ti. Serás un gran instructor —. Kisa se abalanzó sobre su amigo, lleno de alegría y emoción revolviendo su cuerpo sonreía cálidamente.

—Entonces… ¿Seré instructor general en este año? —Miraba la mesa y, entre tantos pensamientos y ocurrencias que transitaban por su cabeza y una curva hacia arriba realmente satisfecha en sus labios, sintió que todos los esfuerzos y sacrificios que hizo desde que llegó estaban siendo recompensados de forma insólita. Se paró entre la bulla haciendo que todos guarden silencio y lo miraran esperando lo mejor, sonriendo como si el logro haya sido de todos. —Yo… nunca pensé que llegaría a ese nivel. Estoy muy agradecido porque me está dando esta oportunidad y daré lo mejor de mí para no decepcionarlo, aunque no creo poder transmitir muchos conocimientos a los nuevos, ofreceré todo lo que tenga para transformar gente que logren la victoria…

—Masamune, no te creas tan poca cosa… esto no es nada, estoy seguro de que tu puedes llegar aún más alto. Créeme, este apenas es el inicio de tu vuelo…

—Takahashi-san… —Takano levantó la cabeza para ver a Kuroda, solamente para encontrarse con la sonrisa que este le entregaba pero, lo que más le afecto y amenazó con romperlo en lágrimas, fue su mirada.

“Ah… No me mires así, me recuerdas a mi padre” Susurró. —Gracias…

 Se sentía raro siendo el único observando la mesa con un rostro serio mientras todos los demás saludaban y felicitaban a Takano, no es que no se sintiera feliz, pero… En el tiempo en el que no estuvieron juntos, Takano creció tanto. Onodera sabía que eso no era algo extraño, incluso reconoce que él mismo creció en varios sentidos, aún así es difícil pensar que la otra parte cambió en algo. Sinceramente, soñaba con volver a sentirlo como antes, volver a darse el lujo de amarlo libremente y poder volver a tocar su mano. Pero, estaba seguro de que ya no había nada que pueda cambiar el pasado… ni sabía qué hacer en el presente.

 Ritsu quedó mirando su copa de vino llena. Nunca le gusto esa bebida, pero la recibió porque Kisa le ofreció muy entusiasmado una copa y no quiso decepcionarlo rechazándola.

—Ritsu-kun ¿No felicitaras a Takano-kun? —Chiaki llegó repentinamente con la pregunta. Onodera no quería acercarse demasiado a Takano. Todavía desconfiaba mucho de él, y tenían muchísimas cosas de las cuales hablar; Peo, ninguno daba el primer paso para llegar a eso. Aún quería mantenerse en margen.

—Eh…—Miró a Takano sonriendo mientras sus cabellos eran removidos por Kuroda, parecía muy satisfecho de lo que había logrado y… ¿Quién no lo estaría? Pensó y sería muy cobarde ni siquiera saludarlo en un momento así. Entonces, llamó su atención. —Takano —. Habló fuerte. —Muchas felicidades

 El azabache quedó boquiabierto con su mirada realmente asombrada, se notaba en el brillo que mostraban sus ojos que era algo realmente emocionante para él. Y, al ver como Onodera levantaba su copa de vino hacia él, nació la más cálida sonrisa en su día.

—Gracias —. Respondió Takano con hermosa satisfacción.

 Ritsu pensó en ese momento que no se sentía para nada mal volver a interactuar con Masamune.

 

Notas finales:

Este seria el fin de esta Saga o como quieran llamarle xD Bueno, no s exactamente cual debería seguir, asique eso lo decidiré muy pronto xd 

 Les prometo que con un nuevo incio, llegaré con un camino mas claro que seguir xD Bueno, nos vemos! 


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