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Armas... por Lei Chann

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Notas del capitulo:

Hola! Eh vuelto desde las sombras xD

La verdad me costó mucho escribir este cap :'v

Bueno, disfruten!!

Capitulo 7- Tal vez se aman.

Hatori miraba con definición cada pequeño detalle de la cara de Chiaki, y este solo dormitaba cansado después de beber por casi dos horas. Un poco de baba caía por la comisura de sus labios y su respiración era muy suave, como la de un bebe.

-Oye, Chiaki. –Intentaba moverlo un poco para que volviera en sí, pero todo era en vano y se veía tan lindo que daba pena sacarlo de ese estado.

-¿Se durmió? –Kisa dejo de beber hace una hora para mantenerse estable y vigilar a todos, se acercó a Chiaki y lo miró con ternura, sin duda quería a su hermanito. –Hatori-kun, ¿Puedes llevarlo a su habitación?

-Claro, sólo dime dónde es.

Luego de que el pequeño pelinegro le diera las indicaciones para llegar a la habitación de Chiaki; Hatori lo alzó al estilo princesa y llevó por donde le dijo Kisa. “Es tan liviano…” Pensó Hatori. “Las personas inocentes como él son más fáciles de corromper…Tal vez… No quiero que eso pase.” Caminó por decenas de pasillos y ya no sabía dónde estaba. “Veamos…” Se acercó a un ventanal grande que había por ahí rodeado de plantas. “Dijo que era a la derecha de un ventanal grande lleno de plantas…” Entró a la puerta a su derecha, una muy linda tradicional de madera grabada, decía algo, pero con la escasa luz del lugar no lo distinguía bien.

 Dentro de la habitación encendió la luz y todo ya fue visible. Lo primero que vio fue la cama de madera y las sábanas verde esperanza con un cubrecama en un tono más oscuro. Dos paredes blancas y dos grises daban un ambiente de paz perfecto que al mayor le agrado mucho. Luego diversos tipos de muebles de madera que encajan a la perfección con los colores.

 Acostó a Chiaki en la cama y este solo balbuceaba cosas inentendibles. Hatori se sentó a su lado viendo la cara de tranquilidad del menor. El pequeño le agradó mucho y desde aquel día en la colina que no podía quitárselo de la cabeza y se apoderaba de ella todas las noches. Tenía algo que le decía o, más bien, obligaba a querer cuidarlo. Un aire de fragibilidad emanaba de él y eso le gustaba demasiado.

  Suspiró cansado, Chiaki se durmió y ya no tenía otra razón para seguir en aquel lugar. Se levantó para irse y al momento de dar un paso a la puerta sintió que algo jalaba de su ropa.

-Tori… -Chiaki aún medio dormido jalaba con fuerza la remera de Hatori, lo miraba con los ojos entrecerrados y una sonrisita adornaba su rostro. -Quédate conmigo…

-Chiaki, deberías dormir si estas cansado.

-Sigamos hablando, no te vayas.- Al final, decidió quedarse con él. Sabía que el pequeño estaba cansado y con sueño, si su rutina era igual a la de él, seguro se levantaba temprano por la simple orden de su padre.

-Bueno, ¿De qué quieres hablar? –Se sentó junto a Chiaki que seguía acostado mirando a Tori con una dulce sonrisita.

De repente tomó a Tori del brazo,  lo jaló hasta acostarlo en la cama junto a él y luego lo abrazó por la cintura. Hatori lo miraba confundido, pero Chiaki solo seguía sonriendo. No le dio mucha importancia y se acomodó mejor en la cama.

-Esta cama es muy pequeña para los dos.- Mencionó solo para intentar crear una conversación.

-No importa…-Se quedó callado, solo cerró sus ojos y reafirmó el agarre a Hatori. –Duerme.

La mente de Tori comenzó a ceder poco a poco, sus parpados cayeron despacio y soltó una pequeña risa. Entre la calidez de esos brazos se sentía envuelto en una extraña felicidad, también abrazó a Chiaki escondiéndolo en su pecho. Pensó que no quería salir de esa situación ni dejar de sentirse de esa forma nueva para él y mientras pensaba en eso, se durmió.

 

-Puedes tenerme…

Akihiko sonrió en su inconsciencia momentánea y tomó a Misaki de la mano. El castaño sonreía mientras seguía los pasos del mayor. Al salir de la sala, entre tantos pasillos Misaki iba indicando por donde debía ir… para llegar a su habitación.

 Al pasar por un ventanal grande rodeado de plantas Misaki se detuvo. Estaba un poco mareado por el alcohol y dejando salir a flote sus deseos, dijo en un jadeo:

-Aquí es…-Akihiko volvió a sonreír y aún tomando la mano de Misaki comenzó a seguirlo.

Misaki abrió la puerta, el peli-plateado estaba tras él y, al encender la luz…

-Shhh…No hagas ruido.-En la cama de  Misaki, Chiaki y Hatori dormían abrazados en la más inmensa paz.

-¿Qué no es esta tu habitación? –Pregunto confundido Akihiko, comenzaba a impacientarse y la ansias por descargarse ya eran muchas.

-Sí lo es, pero está ocupada.

-¿Y ahora? –Misaki pensó un poco, dubitativo miró a, para él, Usagi-San y lo sacó de la habitación.

Misaki no respondió, solo llevaba con una sonrisa a Akihiko hasta una puerta cercana, al otro lado del gran ventanal. Entraron a la habitación, donde no encendieron la luz y luego de cerrar la puerta, solo caminaron hasta la cama.

Akihiko recostó despacio a Misaki sobre la cama y este se solo se dejaba hacer. Entre pizcas de consciencia que asaltaban a Akihiko recordó que no quería solo sentir placer, sino también poder amar.

-¿Estás seguro, Misaki?

Misaki miraba los ojos de Akihiko, la escasa luz de la luna que se colaba por la ventana resaltaba sus ojos violetas y su cabello platinado lo hacía muy atractivo para cualquiera. Se sonrojó y movió su cabeza asintiendo.

-S-sí…

Akihiko sonrió y dio inicio a lo que sería la primera vez de Misaki.

 Despacio se acercó y unió ambos pares de labios. Las mejillas de Misaki rozaban las de Akihiko y se sentían calientes. Un beso lleno de dulzura de repente se convirtió en uno más apasionado y con desenfreno. Cuando Misaki se separó para respirar abrió la boca y Akihiko aprovechó la oportunidad para adentrar su lengua en la boca del castaño.

“Mi lengua…”Misaki sentía algo extraño en él y un cosquilleo en su entrepierna lo asustó un poco. Su lengua era recorrida por la de Akihiko logrando suspiros del menor. Y un pequeño gemido al sentir una mano en uno de sus pezones.

   Akihiko estaba entre las piernas de Misaki, comenzó a quitarle la ropa empezando por su camisa. El de ojos verdes estaba sumamente rojo y avergonzado, pero aún así también desabotonaba la camisa de Akihiko. El mayor deslizó la punta de su lengua hasta llegar a los erectos pezones de Misaki y comenzó a lamerlos.

-Ahhh… -Misaki suspiraba y gemía cada vez que era mordido o succionado, arqueaba su espalda en busca de más contacto y con sus manos terminaba de quitar la camisa de Akihiko.

Con su otra mano hacía círculos en otro pezón de Misaki causándole una exquisita sensación. Cuando terminó volvió a sus labios, atacándolos intensamente. Rodeó los labios de Misaki con su lengua y luego la metía dentro  rozando su paladar y simulando embestidas. Las manos de Misaki recorrían la espalda de Akihiko mientras se besaban, al mismo tiempo que una mano del peli-plateado desabrochaba el pantalón de Misaki.

-Misaki… -Dijo Akihiko viendo como Misaki se volvía a sonrojar cuando veía el hilo de saliva que los unía.

-¿Q-Que? –

-¿Serías mío? –Misaki enrojeció todo su rostro ante la pregunta, sus ojitos brillaron de una forma diferente y una pequeña lagrimita caía desde sus ojos.

 Sin pensarlo mucho, asintió. Ignorando los problemas que eso podría traer más adelante. Akihiko volvió a besarlo y sus hábiles manos quitaron rápidamente el pantalón de Misaki. Entre besos bajó hasta llegar a la entrepierna del castaño, el miembro erecto de Misaki tentó a Akihiko y lo rodeó de besos.

 Los suspiros de Misaki no cesaban y soltó un gemido más provocador cuando su pene entró en la boca de Akihiko.

-u-Usagi-Sa ahn… E-eso… -Tomó los cabellos plateados de Akihiko para empujar su cabeza más contra su miembro y de vez en cuando jalaba de ellos.

 Presionó con sus labios el miembro de Misaki y subió la velocidad del vaivén. Misaki se sentía tan avergonzado que tenía ganas de salir corriendo, pero por otro lado no quería que ese momento se acabe jamás. Akihiko subía y bajaba cada vez más rápido marcando un ritmo acelerado de felación y los gemidos de Misaki eran cada vez más sonoros.

-E-Espera… U sagui-S ahnn  voy a…Mnn me corro… -La advertencia de Misaki solo provocó más al mayor y comenzó a pasar su lengua por toda la extensión de Misaki.

 El placer lo invadía, no pudo contenerse más y ni las palabras le salían como para dar una advertencia, terminó por llegar al orgasmo en la boca de Akihiko. Tenía la respiración agitada y algunas gotas de sudor en la cara. Akihiko tragó todo el semen de Misaki y, solo para avergonzar más al menor, se relamió los labios.

-Misaki… -Llevó tres de sus dedos a la boca del castaño y este en su inocencia no entendía la señal. –Lámelos.

Misaki obedeció. La imagen del oji-verde lamiendo en totalidad sus dedos excitó a Akihiko y una presión en su pantalón ya le molestaba, ansiaba estar dentro del menor y arrasar con su inocencia. Cuando sintió que sus dedos estaban suficientemente lubricados los llevó a la entrada de Misaki. Miró al castaño intentando exitosamente inspirar confianza y luego metió un dedo, sorprendiéndose de lo apretado que estaba.

-Misaki ¿Eres virgen?

-S-Si…

-Reitero mi pregunta, ¿Seguro que quieres hacer esto conmigo? Digo, es tu primera vez. –A Misaki le agradó la consideración de Akihiko. A pesar de la vergüenza y del calor que sentía en su cara, se acercó a besarlo desesperadamente y le susurró en el oído:

-Sí, asique por favor… Se gentil conmigo. –Esa petición descolocó a Akihiko, y ahora más que nunca tenía ganas de apoderarse del cuerpo de Misaki.

Rápidamente metió un dedo completo en el ano de Misaki, provocando un gemido de dolor que en tan solo unos segundos eran gemidos de placer. Luego otro y simuló con lentitud tijeras abriéndose y cerrándose, Misaki relamía sus labios por la estupenda sensación. Y cuando metió el tercer dedo, dolió. Akihiko estaba impacientándose asique fue algo brusco, pero no tanto; Simuló embestidas hasta que Misaki apretaba sus dedos y pedía por más.

-Relájate… -Desabrochó su pantalón y sacó su palpitante pene, Misaki al verlo crecieron sus ansias y suspiro, preparándose para la intromisión. –Dolerá.

Besó a Misaki para distraerlo un poco, con su mano colocó la punta de su miembro en la entrada de su amante. El castaño tembló al sentir ese calor en su ano. Akihiko comenzó a adentrarse en Misaki despacio aunque deseaba embestirlo de una vez por todas y romperlo en la cama. El castaño tenía espasmos mientras era penetrado por Akihiko.  Su pene fue apretado de una manera exquisita cuando estuvo por fin todo dentro.

-Misaki… Estas tan ah apretado. –Esperó unos segundos para que Misaki se acostumbrara.

Cuando Misaki comenzó a mover sus caderas en busca de más contacto, Akihiko sonrió.

-Misaki, no puedo más.-Comenzó a moverse contra el castaño.

Fueron embestidas suaves que no duraron mucho por las ansias del seme. Y en tan solo un rato de haber comenzado fueron prácticamente golpes frenéticos mezclados con fuertes gemidos de ambos.

-¡Ah! ¡U-Usagi…. Sahhhn! –Akihiko agarraba con fuerzas las caderas de Misaki con ambas manos y lo atraía hacia él.

Volvió a besar a Misaki y gemidos ahogados quedaban atrapados en el beso, mientras con una mano comenzó a masturbar el miembro del castaño.

-Misaki…ah

Siguieron un poco más hasta que Akihiko, sintió que su orgasmo se aproximaba, y apresuró las embestidas contra el pequeño cuerpo de Misaki. “Mierda…Se siente muy bien” pensaba y al mismo tiempo masturbaba con más fuerza a Misaki.

Akihiko abrazó a Misaki escondiendo su cabeza en su pecho y se corrió en gran cantidad entre sus paredes sin ningún tipo de aviso. La sensación hizo que Misaki eyaculara de repente y una sensación eléctrica quedara en sus caderas mientras era atacado por una serie de espasmos.

El peli-gris lamió la saliva que caía de la comisura de los labios de Misaki, rozaron sus labios y besaron con pura dulzura. Akihiko salió de adentro del oji-verde dejando que caiga toda su semilla y que Misaki suspirara, se acostó a su lado, lo abrazó por la cintura y, sin decir nada, escaparon al mundo de sus sueños.

 

-Ah… ¿Qué mierda tiene esa bebida? –Takano caminaba tambaleándose un poco por el jardín trasero, en su mano llevaba aun la botella de alcohol y su saco andaba tirado por ahí.

-¡Hey! –Escuchó un grito proveniente de adentro de la casa, Hiroki lo estaba llamando. –¿Takano-San a dónde vas?

-No se… El aire fresco de adentro me cansó asique vine afuera por algo más natural…

-Etto… Creo que estas confundido. –Hiroki con un porte serio se acercó hasta el pelinegro.

-¿Qué estás haciendo? –Comenzaron a caminar por un caminito que hay en el jardín.

-Vine a buscarte porque no me gusta estar solo, Kisa se aprovecho de que Yukina está borracho y seguramente se lo llevó a la cama. Ese maldito no trajo cualquier bebida…

-Eso explica los ruidos obscenos que oí cuando cruzaba el pasillo. Ya se me hacía que esa bebida no era norm –Las luces blancas del jardín se apagaron, como si alguien las hubiese roto. Dejando el jardín en una espesa oscuridad.

-¿Qué –Takano con velocidad sacó un cuchillo, sintió que alguien se le acercaba y atacó a la persona, lo apuñaló en el abdomen y otra vez exactamente en el ombligo. Otro hombre lo agarró y sostuvo sus brazos mientras otro lo desmayaba con un paño con cloroformo.

Hiroki al no ver nada entró en pánico y preparó sus puños. Dos de los hombres mucho más grandes que él lo sostuvieron para que no golpee a nadie mientras otro se acercó con el paño con cloroformo. Pero Hiroki le pateó con fuerza la quijada dejándolo sangrando por las encías, lo golpearon en la panza y durmieron con el paño.

 Se llevaron ambos cuerpos dormidos pasándolos por bajo los muros, los subieron a un auto gris de porte muy elegante y a toda velocidad escaparon por la ruta. Por pura suerte, esta escena tuvo un testigo.

En el auto, el chofer y su acompañante estaban charlando como si no llevaran dos personas inconscientes atrás y un herido.

-¿El jefe para que quiere a estos dos? –El conductor, uno de los miembros honrados de la familia Ijuuin, Miyagi You.

-Quiere amenazar a Kuroda y ese maldito de Misaki. –Siendo el copiloto y meno derecha de Kyo, Shizuku Ishi.

-¿Maldito? Dices eso, pero en realidad solo estas celoso. –Miyagi se reía de la actitud infantil de su acompañante. –Hey ¿Estás seguro que son estos dos?

-Claro ¿Por qué no serían ellos?

-Idiota ¿Qué no viste que había mucha gente hoy ahí? –Abrió la ventana luego de encender un cigarrillo. –Más de una persona era castaña o pelinegro.

-Bueno, aún si no fueran ellos es su culpa, lo único que me dijeron para identificarlos fue: “Uno es castaño y el otro pelinegro”

-¿Ni siquiera te mostraron una foto?

-Nop… -Miyagi suspiró cansado de que su jefe, Kyo, les diera tan poca información y luego les recriminara por no haber cumplido la misión, de alguna forma es culpa suya. –Bueno, si no son ellos no será toda nuestra culpa… Él no nos dijo nada útil.

-Mejor acelero, ese bastardo apuñaló en el abdomen a Reiner y creo que se está desangrando. Para colmo el otro le pateó en la cara.

-Deberías bajarlo, manchará con sangre el cuero del auto. –Shizuku volteó a mirar a su compañero herido en la parte de atrás dándole una mirada de desprecio.

-Tienes razón…

Detuvieron el auto en medio de la ruta y a altas horas de la noche. Cómo si fuera el más despreciable animal en su lecho de muerte, simplemente tiraron el cuerpo herido de su compañero aún vivo. Estaba desmallado por la sangre que ya había perdido, pero el contacto con el frio suelo lo hizo despertar de repente.

-Hey… -intentó pararse al ver que sus compañeros ya se subían al auto… Sin él. –Esperen ¿Por qué me dejan?

-Ponle a la música. –Ordenó Shizuku.

-¡¿Por qué?! ¡Esperen! ¡Regresen! –Ni los gritos desesperados ni las lágrimas acumuladas en sus ojos lograron que pararan el vehículo. -¡Vuelvan, vuelvan! Mierda… ¡Por favor!

 En la noche, nadie escuchó sus gritos que se mantuvieron por horas. Prácticamente, lo entregaron a la muerte. Maldiciendo a su jefe, su vida y a los que decían ser sus leales compañeros cerró sus ojos al mismo tiempo que caían cientos de lágrimas. Entre el frío suelo del campo, insectos y una foto de su hijo, dejó de respirar.

 Sin sentir ni siquiera un poco de lástima o al menos sentirse una mierda de personas, continuaron con su charla en la más tranquila paz.

-Maldición… Me manché todas las manos con su sangre ¿Tienes un pañuelo? –Miyagi sacudía su mano con una mueca de asco.

-Creo que sí… -Revisó el bolsillo de su saco y se sorprendió al saber que estaba vacío, pero no le dio importancia. –No, quizás no lo traje conmigo.

-Está bien, no importa…

 Takano y Hiroki seguían desmallados uno al lado del otro. Entre las ropas de Takano estaba su celular, encendido y con el rastreador activado…

Notas finales:

No soy experta en escirbir lemosn asique espero sus comentarios con amenazas, lanzamiento de tomantes o algún "Al menos lo intentaste" :'v xD Bueno, diganme que les parecio.

Ya ven? No pueden pasar cosas buenas si no pasa algo malo :v

La felicidad y sus intermitencias :T

Aún no se donde coño esta Nowaki, o Shinobu :'v

Tampoco sé quien deba morir, pero si les diré que será alguien amado :'T

Bueno, hasta la proxima que espero y creo será pronto!!!


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