Capitulo 8 – Corazón arrepentido.
La residencia Ijuuin está a unos veinte kilómetros de la ciudad donde están las casas Usami y Takahashi. Es como un fuerte, rodeada de murallas como si todos quisieran atacar el lugar. Resalta en ese pequeño pueblo por ser una casa estúpidamente grande de tres pisos, decorada como un recuerdo triste del pasado. En una de las habitaciones, mejor dicho, en la habitación de Kyo él esperaba a que sus más confiables hombres llegaran con éxito.
-Señor, ya llegaron… -Un hombre de traje le anunciaba a Kyo a través de una radio. Era de madrugada, el cielo todavía estaba oscuro.
-Genial, hazlos pasar.
Las puertas se abrieron y por ellas entraron Miyagi y Shizuku, cada uno cargando a una persona.
-Mierda, que es pesado… -Dijo Miyagi para luego dejar el cuerpo en la cama de la habitación y suspirar cansado.
-Este no tanto… -Shizuku hizo lo mismo con el cuerpo de Hiroki.
Ambos miraron de frente a Kyo que estaba recargado en el marco de una ventana e hicieron una reverencia.
-Discúlpenos la tardanza, señor. –Dijeron al mismo tiempo.
-Descuiden. Veo que cumplieron con la tarea… -Dijo acercándose a la cama para ver a las personas en ella. Al verlos de cerca, se dio cuenta de que no eran ellos. –Son unos inútiles…
-¿Qué?
-¡Que son unos inútiles! Esta no es la persona que yo quería que me trajeran ¡Debería matarlos por estúpidos! –Se agarraba los cabellos para descargarse la furia. –Me trajeron a Takano Masamune, par de idiotas. ¡No pueden hacer nada bien! Yo pedí a Hiroki y Kisa Takahashi, solo me trajeron a Hiroki.
-P-Pero señor, ni siquiera le enseñó una foto a Shizuku ¿Cómo esperaba que supiéramos exactamente como son las personas? Además, ni siquiera los conocemos… -Se defendía Miyagi.
-Mierda, tienes razón… -Suspiró cansado y se sentó en una silla giratoria cerca del escritorio. –Al menos tenemos a Hiroki Takahashi, y me parece que Masamune Takano también es miembro de la familia Takahashi aunque no lleva el apellido.
-¿Qué vas a hacer con ellos? Más bien… ¿Para qué los queres? –Shizuku sentía cierta rabia hacia Kyo en ese momento, no lo admitía, pero estaba celoso.
-¿Celoso, Shizuku? Je –Kyo lo miraba con picardía. –Que nos acostemos un par de veces no significa que seamos amantes o novios. –Lo lastimaba. –Solo eres algo de unas noches… -Tenía ganas de llorar. –Cuando yo quiera sexo, ahí estará tú… -Él fingía ser fuerte. –Yo amo a Misaki.
-Y-Ya veo… -En esa habitación, Miyagi fue el único que se dio cuenta del ligero cambio en la voz de Shizuku. –Para ti solo soy una puta…
-Detente Shizuku… -Miyagi tomó el hombro de su compañero y amigo, le dieron ganas de saltar encima de Kyo y obligarlo a pedir disculpas, pero ¿Qué podía hacer? Solo era un subordinado.
-Olvida eso ¿Dónde está Reiner? –Pregunto Kyo hacia el pelinegro mayor, este solo lo miraba como si fuera la persona más despreciable del mundo. Hizo que hasta temblara un poco. –No me mires así…
-Estaba herido y sangraba mucho, iba a manchar mi auto asique lo dejé en el campo, tal vez murió. –Dijo sin cambiar su miraba, su voz sonaba un poco más grave. Mientras Shizuku solo miraba hacia abajo, escondiendo su cara con el flequillo.
-Bueno, al menos podré utilizar a Hiroki y quizás tener a Takano tenga sus ventajas. Luego les explicaré lo que van a hacer, primero necesito que alguien ate a estos dos y los lleve a una habitación vacía en el tercer piso.
-Nosotros lo haremos. –Dijo sin más Miyagi. –Vamos Ishi, carga a Hiroki.
-…Si. –Cargaron a ambas personas, no volvieron a mirar a Kyo en ese momento, simplemente salieron de la habitación como si nada.
Kyo quedó solo en la habitación. La actitud de esos dos le molestó, pero no podía hacer nada contra ellos. Él era el líder del clan Ijuuin, pero aún no tiene todo el poder sobre la familia. Su primo Isaka Ryuuchiro también tiene control sobre la familia, por ser ambos los únicos herederos. Asique no puede desaparecer a nadie, todo lo que está haciendo ahora lo logra ya que Isaka está de viaje. Sabía que en cualquier momento intentaría algo contra su primo para que solo él tenga poder, realmente tenía ganas de controlar al cien por cien su familia. Así podría hacer lo que se le cante.
En el tercer piso, Miyagi y Shizuku estaban amordazando a dos personas inconscientes. El aire estaba tenso y ninguno de los hablaba, dejando lugar a un silencio incomodo.
Shizuku se sentía como un gran estúpido por haber creído en algún momento que Kyo sentía algo por él. Es verdad que tuvieron intimidad los dos juntos, y por eso mismo creía que su relación era diferente. Por eso, cuando escuchó las palabras de Kyo, algo en él se rompió. Siempre estuvo enamorado perdidamente de él y por eso es que seguía cada una de sus ordenes. Si él era el mejor subordinado… ¿Llegaría a amarlo? Esa pregunta siempre rondó por su cabeza. Fue el mejor en todo, siempre se esforzó al máximo. Cuando consiguió ser la mano derecha de Kyo se sintió tan alegre que las esperanzas no paraban de crecer en él, pero al final de las cuentas, él solo era una puta. No iba a soportar todo eso, su orgullo no era tan poco. Él sabía que Kyo lo necesitaba, si fue él quien ideó muchos planes exitosos, sabía que era esencial en varias cosas. Al pensar en eso… Se sintió usado.
-Miyagi-san… -Al fin rompió el silencio, su voz se notaba tenue y apagada. Había terminado de atar a Hiroki y dejarlo en una esquina. –Voy a arruinar el clan Ijuuin…
-Ishi… ¿Qué estás diciendo? –El pelinegro mayor se paró frente a él para verlo a los ojos, estos ya no brillaban. -¿Vas a dejar la familia?
-Sí y voy a arruinarla… -Se rió un poquito, estaba muy seguro de sus palabras.
-¿A dónde irás? –Miyagi quería a Shizuku como a un hijo, se preocupaba por él.
-Intentaré entrar con la familia Kusama… Iré ahora mismo.
-¡¿Ahora?! Hey, piensa mejor las cosas. Primero debes decirle a Ijuuin o a Isaka-San. –Shizuku inmediatamente sacó su celular y marcó el número de Isaka. Apenas hablaron unos minutos y cortó la llamada.
-Listo, me deseó buena suerte. –Dijo con cara de indiferencia. Miyagi lo miraba con un tic en el ojo.
-¿T-Tan rápido? Bueno, no me sorprende de Isaka-San… ¿No le dirás a Ijuuin?
-No, que se dé cuenta sólo de que no estoy más para ser su muñeco. Si te pregunta, solo dile las cosas como son.
-Está bien, pero… ¿Cómo planeas arruinarlo? ¿En serio está bien eso? Odias a Ijuuin, pero dices que vas a arruinar a toda la familia. Recuerda que también es responsabilidad de Isaka y que yo sepa, él te cae muy bien.
Shizuku lo miró por unos segundos, tenía razón en cada una de sus palabras. No quería complicarle las cosas a Isaka, solo quería ver llorar a Kyo. Pero si simplemente iba con la familia Takahashi o Usami y decía la verdad, las cosas pasarían solas. La verdad, que todo es obra de Ijuuin y que Isaka-San solo quiere la paz con todos.
-No le causaré problemas… Déjamelo a mí. Te llamaré si necesito algo o un viejo con quien hablar.
-¿Qué vas a hacer? –Miyagi se sentó en una silla que había en la habitación.
-Creo que iré a la casa Takahashi, voy a hablar. –Se acercó a una ventana y encendió un cigarrillo.
-Buena suerte. Recuerda estar en contacto. –Se despidieron con una sonrisa y un fuerte abrazo entre los dos. El mayor realmente extrañaría a ese pequeño, siempre le fue de gran ayuda.
El pelinegro más joven salió de la casa con la excusa de que iría a comer algo, después de todo, él no vivía en esa gran mansión. Tomó un taxi y el primer lugar al que se dirigió fue a casa de su mejor amigo. En momentos así, huye a la casa de su amigo, casi hermano. Sabe que solo él podrá brindarle una palabra de ánimo valida.
Al llegar a ese pequeño departamento, se bajo del auto dispuesto a tocar la puerta. Cuando lo hizo, inmediatamente se escuchó un golpe desde adentro y la puerta fue abierta por un guapo chico de pelo negro despeinado.
-¡Hola, Ishi-kun! –Gritó alegre al ver al pelinegro en su puerta.
-Hola, ha pasado un tiempo, Nowaki. –Dijo con una sonrisa forzada que su amigo notó enseguida.
-Ven, pasa.
Adentro del lugar, se sentaron ambos en unas sillas a la mesa y comenzaron a hablar. Shizuku le contó todo a su mejor amigo, aunque omitió la parte de que su corazón dolía por haber estado enamorado de Kyo. Nunca le dijo nada sobre sus romances a Nowaki. Le contó sobre que dejó la familia Ijuuin, se peleó con Kyo y ahora quiere delatarlo con los Takahashi sobre el secuestro de dos de sus miembros.
Nowaki lo escuchaba atentamente, nunca estuvo de acuerdo con que se integre a una de esas familias tan problemáticas. Sabía que es algo peligroso. Por eso es que prefirió no unirse a nadie y ser independiente. Shizuku parecía querer derramar algunas lágrimas cada vez que recordaba lo que era para Ijuuin. “Cuando yo quiera sexo, ahí estarás tú…” Las palabras resonaban en su cabeza. “Yo amo a Misaki” Y mataban poco a poco su corazón. Nowaki se dio cuenta de eso, pero no quiso preguntar. Sabía que Ishi podía romperse si lo hacía.
-Entonces… -Decidió cambiar de tema lo más pronto posible. -¿Irás a la casa Takahashi?
-Así es, les diré sobre la ubicación de Hiroki y Masamune, ya deben estar buscándolos.
-¿No crees que intentarán matarte cuando te aparezcas ahí? Ya te conocen, después de todo, intentaste secuestrar al hijo de líder varias veces junto a Kyo. –Dijo preocupado con su voz dulce y suave. Shizuku miró sus ojos azules, no iba a romper su palabra. –Y recuerdas ese problema con el sobrino del líder…
-No importa si quieren matarme, además no lo van a hacer. Recuerda que yo soy como una fuente de información para ellos. Además, quiero caerles bien. –Su amigo lo miró un tanto confundido. –También estaría dispuesto a que me golpeen por lo que le hice a Kisa.
-¿Por qué quieres agradarles? –Shizuku le sonrió. Diría lo que ahora quiere.
-Amo trabajar con un equipo y lo sabes. –Miro al suelo. –Pero me uní al equipo equivocado. Asique ahora quiero volver a uno de verdad.
-¿Quieres entrar con los Takahashi? Supongo que es mejor que Ijuuin. –Shizuku asintió a sus palabras. Quería disculparse con Misaki unas cien veces como mínimo. –Si vas a ir ahora, voy a acompañarte. Sería malo si te matan.
-Jaja… Gracias Nowaki.
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-¡Hola, he vuelto a casa mi querido Misaki! –Kuroda entró a la habitación de Misaki a toda velocidad, tras él también corría Tsukishima, ambos con la intención de tirarse a la cama de Misaki y achucharlo con fuerza.
-¡Misaki! –Gritó alegre Tsukishima al mismo tiempo que con Kuroda se tiraban sobre la cama. Lo abrazaron con desesperación y alegría, mientras Kuroda besaba su mejilla. –Misaki, has crecido…
-¿Qué es esto--- -Dijo la persona que estaba siendo abrazada, que obviamente no era Misaki. Fue cuando se percataron de que en la cama estaban dos personas y ninguna era Misaki.
-Tío ¿Te agrada mucho Tori? –Una era Chiaki, quien recién se despertaba por el alboroto. Y una molestia nueva nació al ver a su tío besando la mejilla de Tori.
-Yo no soy Misaki. –La otra era Hatori, quien miraba con indiferencia como Kuroda y Tsukishima lo abrazaban.
-¡¿Quién eres tú y donde está Misaki?! –Todo fue muy rápido, de un momento a otro, ambos adultos apuntaban a Hatori con una pistola y tenían a Chiaki tras ellos, protegiéndolo.
Hatori solo alzó las manos en señal de que no tenía intenciones de dañar a nadie.
-Espera tío, él es nuestro amigo y Misaki está en mi habitación con Usami-San… –Dijo Chiaki con inocencia, sin saber que desató una ola de celos increíble en Kuroda.
-¡¿Usami?! –Como si se hubiese tele transportado junto a Tsukishima, ya estaban ambos en la habitación de Chiaki. -¡Misaki! ¿Dónde estás? ¿Estás bien?
Palideció al ver como un hombre de cabello plateado devoraba el cuello de su pequeño, adorable e inocente hijo. Tsukishima solo tomó una foto de esa escena tan embarazosa.
-Ah, esper--- Usagi-San… ¡¿Papá?! –Gritó atemorizado, mientras sentía como la vida de Akihiko colgaba de un hilo. –Espera papá, esto tiene una explicación lógica…
-¿Qué es…? –Dijo Akihiko cuando escuchó los gritos de su castaño, volteó y miró con indiferencia como del padre de Misaki emanaba un aura negra dirigida hacía él. –Hola…
-Hola -Dijo Tsukishima alegre y agitando la mano
-Misaki… ¿Qué está pasando? –Su padre ya tenía un tic en el ojo.
-Papá… Por favor no lo mates, tiene mucho por vivir, deja que te explique todo… -Decía parándose con velocidad de la cama, sintió frío en su cuerpo y fue cuando recordó que estaba desnudo. –Ah—Etto…
-Quiero escuchar tu explicación de porqué estabas con otro tipo en la cama, ambos desnudos y él mordía tu cuello… En la sala. –Kuroda se fue y se podía escuchar el chichillo de sus articulaciones al caminar de lo tenso que estaba.
Kisa que pasaba por el pasillo junto a Yukina presintió que algo pasaba y se adentró a la habitación de Chiaki. Se sonrojó un poco al ver a su primo desnudo y a Akihiko poniéndose una bata. Misaki que estaba arrodillado en el suelo miraba hacia abajo y se preguntaba una y otra vez: ¿Por qué?
-¿Qué sucedió, Aki-chan? –Preguntó a Usagi, ya que Misaki parecía estar en medio de un trance raro y temeroso.
-El padre de Misaki nos vio. –Dijo despreocupado, solo hacía que Misaki se arqueara más en el suelo.
-Ah, ya veo… Te cachó el suegro jeje. –Kisa se reía de que Misaki estuviera nervioso por eso. –El padre de Misaki es muy celoso si se trata de él, buena suerte Aki-chan… Yukina, vám---
Notó como su príncipe estaba sonrojado y no podía quitar la mirada de Misaki que estaba desnudo en el suelo; e inevitablemente tapó los ojos de él con sus manos. No sabía que era exactamente, pero su corazón estaba siendo golpeado por algo. Era doloroso…
-¡Vámonos, Yukina! –Arrastrándolo por el brazo, lo sacó de la habitación.
-Usagi-San… -Misaki se paró, Akihiko lo vio y tapó su cuerpo con otra bata. –Temo por tu vida…
-Descuida Misaki, nada malo va a pasar ¿Quién no querría tenerme como yerno?
Misaki solo se rió un poco y trató de pensar en lo mejor. Se vistieron y salieron de la habitación caminando uno al lado del otro, rumbo a la sala. El castaño se preguntaba si su papá había llegado antes de lo acordado, pero al ver un reloj en la pared se sorprendió por darse cuenta de que se despertó a las dos de la tarde. Estaba acostumbrado a levantarse temprano por la mañana.
Llegaron a la sala, donde en uno de los sillones estaban Kuroda y Tsukishima esperándolos. En otro sillón estaban Hatori y Chiaki, Kuroda también los había regañado. Kisa y Yukina solo estaban en la cocina preparando algo para comer.
Se sentaron en el sillón, Misaki juntó sus piernas y miraba al suelo con pena, pero Akihiko se cruzó de piernas y miraba sin expresión alguna los ojos de Kuroda. Mientras Kuroda solo seguía emanando un aura de plomo.
-Papá… -Comenzó a hablar, Misaki. –Etto… Él es—
-Soy Usami Akihiko, el novio de Misaki, mucho gusto. –Soltó sin más e inclinó su cabeza hacía Kuroda; logrando que Misaki se sonrojara hasta las orejas por la palabra “Novio”. –Lamento que se haya tenido que enterar así de nuestra relación.
-…Yo soy Takahashi Kuroda. –También inclinó su cabeza hacia Akihiko. –Soy el padre de Misaki y líder del clan Takahashi. –Pasó uno de sus brazos por atrás de Tsukishima y lo abrazó. –Él es Takahashi Tsukishima, mi esposo.
-Es un placer. –Dijo cortésmente Tsukishima e hizo una reverencia. Akihiko se sintió un poco aliviado, ya que lo único que le preocupaba de todo esto era que no lo aceptaran por ser hombre y salir con su hijo, pero si el padre también sale con un hombre ¿Qué problema hay?
Kuroda estaba algo preocupado porque ese chico solo estuviera usando a su hijo. Al ser hijo de Fuyuhiko, tal vez sabe sobre los problemas que tienen ambas familias. Pero por otro lado, era algo bueno, ya que si las cosas van bien, esto serviría como una alianza entre las familias. En sí, el hecho de que Takano conectara ambas familias ya era algo bueno, si los herederos se llevan bien, será algo genial. Aún así, es peligroso…
-Escucha… Usami-San—
-Llámeme Akihiko, por favor. –Interrumpió a Kuroda.
-Bien, Akihiko-kun… ¿Qué tienes para ofrecer? –Preguntó Kuroda con un semblante serio.
-¿Qué quiere decir? –Akihiko también se puso serio, no entendía con precisión las palabras de Kuroda. Mientras Misaki también miraba extrañado a su padre e inconscientemente sujetó una mano de Akihiko, estaba fría.
-Te pregunto qué beneficio obtengo yo de todo esto. –Él en realidad, planeaba poner a prueba al peli-plateado. No podía aceptar una relación así como así, y menos si involucra a su pequeño y amado Misaki.
“¿En qué piensa este hombre? Es su padre…” Pensaba Akihiko.
-Solo puedo decirle qué haré feliz a Misaki, me ocuparé de que siempre sonría y no le falte nada, pero sobre todo eso, voy a cuidarlo y amarlo como si mi vida dependiera de ello. –Misaki lo miró sorprendido, pero más sonrojado. Mientras Kuroda no cambiaba de una expresión evaluativa. –Ahora, si lo que usted está esperando es algo material, no hay problema. Pero solo podría pensar que usted es un muy mal padre si piensa que algo material es mucho mejor que la felicidad de su único hijo.
-Akihiko-kun… ¿De dónde sacas esas palabras? –Kuroda tenía un signo de interrogación en su cara, Tsukishima solo estaba conmovido por las palabras. Y a Kisa se le caía la baba mientras grababa todo lo que pasaba.
-¿He? –Preguntaron Misaki y Akihiko al unisono.
-Akihiko-kun sabe manejar muy bien la palabras, estoy conmovido… -Dijo Tsukishima con una sonrisa y aplaudiendo despacio.
-No me molesta para nada que mi precioso Misaki salga con un tipo como tú. –Dijo mientras hacía una seña para que una mujer de servicio prepare té. –Solo quería saber qué me ibas a decir.
-¿Por qué eso, papá? –Misaki estaba feliz, pero sabía que seguirían evaluando a su ahora pareja… Si lo pensaba un poco ¿En qué momento Akihiko le pidió que sean novios?
-La respuesta a esa pregunta siempre va a definir la forma de pensar de alguien con exactitud. Si Akihiko-Kun comenzaba a ofrecerme muchas cosas, como tierras, autos, dinero, casas o esas cosas… Ahora mismo estaría pateándolo fuera de casa. Quiere decir que no piensa seriamente sobre su relación y considera que algo material es más valiosos que tu alegría.
-Pero él no dijo eso.
-Exacto. –Miró a Akihiko a los ojos, este solo aceptaba el té que le ofrecía la sirvienta. –Akihiko-Kun, espero que hagas a Misaki tan feliz como prometiste.
-No tenga dudas. –Akihiko de repente se acordó de Hatori, como ese tipo es callado a veces, se le olvidó presentarlo. –Ah, Takahashi-San.
-¿Si? –El peli-plateado indicó con la mano a Hatori, Kuroda lo miró.
-Él es Usami Hatori, mi hermano. –Hatori hizo una reverencia a Kuroda que inmediatamente respondió.
-Es un placer conocerlo, soy Usami Hatori.
-Bueno… Si tú tienes algún tipo de relación con Chiaki, yo no puedo hacer nada como interferir o algo así. Solo soy su tío. –Dijo rascándose la cabeza y mirando a Hatori.
-Descuide, todavía no sucedió nada entre Chiaki y yo. –Dijo mientras pensaba “Todavía…” –Aún así, me gustaría presentarme con sus padres.
-Eh… La madre de Chiaki está de viaje, todavía faltan tres meses para que regrese de Inglaterra.
-¿Y su padre? –Siguió preguntando. Kuroda de repente se mostró serio, un tipo de seriedad encaminada a la furia, mientras Kisa y Chiaki se veían con una expresión triste.
-No está. –Fue lo único que dijo.
“¿Pregunté algo innecesario?...” Pensaba confundido Hatori.
Antes de que alguien pudiera decir otra palabra, Akihiko recordó algo que le llevaba molestando desde hace un buen rato.
-Misaki… ¿Sabes dónde está Masamune? –Misaki lo miró un poco pensativo.
-¿Takano-San? En realidad, no. –Volteó a ver a Kisa. –Hey Kisa… ¿Dónde están Takano-san? Tampoco lo vi a Hiroki, y eso que él tiende a despertarse primero que todos.
-La última vez que lo vi fue anoche, había dicho que yo era un pervertido y luego vi que se fue al jardín de atrás. –De repente, Hatori recordó haber escuchado algo así como gritos en la noche. Pero como estaba medio dormido, no le dio mucha importancia.
-Anoche… Creo que escuché gritos, pero estaba algo dormido, asique no sé bien…
-Ah, por cierto. –Hablo Chiaki con si característica sonrisa ingenua. –Tori, Akihiko-Kun ¿Este pañuelo es de alguno de ustedes? –Mostró un pañuelo blanco con manchas de tierra y en una esquina tenía un escudo ya conocido. Las tres espadas cruzadas y la corona de hojas, además de pequeñas gotas de lo que parecía ser sangre.
-Eso no puede ser de ninguno de nosotros dos… -Dijo Akihiko intentando poner una cara de asco ante ese pañuelo. –Tiene el escudo Ijuuin, aleja eso de mí.
-¿Entonces es tuyo, Yukina-Kun? Eras miembro Ijuuin ¿No?
-Si era miembro, pero eso no es mío. –Dijo un tanto apenado el príncipe.
-Chiaki ¿Dónde encontraste eso? –Kuroda lo miraba serio. Estaba preocupado de que es pañuelo haya llegado a su casa con algún miembro de la familia Ijuuin, a pesar de haber aceptado a Yukina, sabe perfectamente que no todos son como él.
-¿Eh? Lo recogí del suelo hoy en la mañana, estaba en el patio trasero.
-Mierda… -El primero en salir corriendo al patio, sorprendentemente, fue Kisa. Lo siguió Misaki y Kuroda, luego atrás iban los demás.
Llegaron al espacio, Kisa esperaba verlos tirados por ahí borrachos. Inmediatamente todos comenzaron a buscar por la inmensidad del jardín, tras arbustos, cerca del pequeño canal, en todos los lugares donde entrara una persona. El césped se veía pisado, lo cual era raro ya que Tsukishima amenazaba con decapitar a cualquiera que pise su césped o arruine sus flores.
-Papá… -Llamó Misaki, quien estaba arrodillado en el suelo viendo el césped manchado en sangre. –Mira…
-Maldición, es sangre… -Dijo Kuroda mientras miraba con una mueca de preocupación.
En la cabeza de Misaki ya pasaban cientos de imágenes diferentes de lo que podrían estar haciéndole a Hiroki o a Takano. Sintió una mano fría sobre su hombro, y al voltear inmediatamente sonrío algo desganado. Akihiko había notado que Misaki estaba preocupado por sus compañeros.
El timbre sonó y todos volvieron a entrar a la casa. Kuroda y Tsukishima irían a atender la puerta, mientras, los demás se sentaron en los sillones de la sala a pensar donde podrían estar sus compañeros, pero algo era seguro: Fue obra de Ijuuin. Misaki se levantó a buscar un poco de agua, estaba con los pelos de punta por los nervios.
Kuroda abrió la puerta y se encontró con alguien conocido que inmediatamente logró que frunciera el ceño y que Tsukishima comenzará a sacar una mini pistola oculta.
-Hola, yo soy Shizuku Ishi y él es Kaede Nowaki. –Se presento a él y su amigo, luego ambos hicieron una reverencia. Misaki que se dirigía a la sala con el vaso de agua pasó cerca de la entrada y vio esa personas que él consideraba un demonio.
-¡Tú! –Gritó Misaki, haciendo que en la sala algunos se asustaran. -¡¿Qué haces aquí, maldito?! ¡Tendría que torturarte ahora que tengo la oportunidad!
Corrió hasta el pelinegro y con todas sus fuerzas estampó su puño cerca de su ojo; para tirársele encima e intentar ahorcarlo. No le dio ni tiempo de reaccionar a Nowaki que solo se quedo parado viendo. Nunca le gusto la violencia a Misaki, pero ese momento no le importaría convertirse en asesino. Sentía una furia tremenda hacia Shizuku, todo por los problemas que le causó a su primo, Kisa.
-Misaki, suéltalo. –Decía Kuroda serio, sin hacer nada ni levantar la voz. Aunque sabía que Shizuku se merecía todos los golpes de Misaki, debía intentar pararlo aún si no quería.
-¡No! Esta mierda debe sufrir… -Seguía abofeteándolo, disfrutando cada vez que se ahogaba por la falta de aire y viendo con brillo en sus ojos como comenzaba a toser sangre, brillante sangre. Realmente, en ese momento Misaki parecía otra persona. -¡Eres un hijo de puta! Malnacido. ¡No me importa mancharme si eres tú!
-¡Misaki, basta! –Hasta que llegó Kisa desesperado.