Capitulo 1- La colina de Spoters
Todos comenzaron a salir del mundo de sus sueños. Misaki tenía los ojos entrecerrados, la luz brillante que entraba por la ventana colándose entre las cortinas le molestaba y su mente aún no comprendía que estaba despierto. Giró su cabeza a un costado, se sentía incomodo y no sabía porque. Cuando fue consciente del todo, se percato del peso que sentía en las parte de debajo de su cuello, y lo miró. Chiaki se encontraba durmiendo sobre él.
-Chiaki… muévete. –Dijo, aún un poco soñoliento, pero el otro ni se inmutaba, no se daba cuenta de que estaba sobre Misaki. –Hey, sal de arriba mío. –Le movió un poco la cabeza, los brazos, luego tocó su cara y ya comenzaba a irritarse. -¡Que te bajes! –Se levantó de golpe, tirando a Chiaki bajo la cama, que cayó sobre Hiroki que recién despertaba.
-¡Chiaki! ¡Idiota! –Gritó Hiroki enojado, pero el otro… seguía durmiendo.
-No me toques ahí… -Misaki y Hiroki se miraron, luego giraron sus rostros y lo vieron. Kisa hablando en sueños. –N-no…
Hiroki tomó una almohada un poco pesada y, luego de afinar un poco su puntería, se la lanzó con todas sus fuerzas a la cara de Kisa. Este se despertó por el impacto y se frotaba los ojos con la mano derecha.
-¿Sueños húmedos, Kisa? –Preguntó Misaki.
-¿Qué? ¿Quién me tiró eso? –Dijo Kisa, sobándose un poco la cara que tenia media sonrojada por recordar su sueño juguetón.
-¿Con quién soñaste esta vez? ¿Con Aoi, Shimura o Kusakabe? –Preguntó Hiroki con una casi sonrisa de lado, es el tipo de persona que cuando sonríe es solo para burlarse de alguien más; Kisa se puso aún más rojo por eso y miró a Hiroki con el ceño un poco fruncido.
-¡¿Por- Por qué los mencionas a ellos?!
-Por qué los pocos nombres que me acuerdo de todo los hombre que me presentaste como tú “pareja” –Rió Hiroki. Misaki mirada cómo Chiaki dormía hecho bolita y los gritos comenzaban a despertarlo de a poco.
-¿De qué te ríes imbécil? –Kisa ya se estaba enojando y eso también provocaba a Hiroki.
-No me digas imbécil, estúpido. Siempre presentas a un novio nuevo…
-¡Cállate idiota! No es tu problema.
-¿Peleando desde tan temprano? –Tsukishima abrió la puerta de la habitación y entró con una sonrisa justo cuando Hiroki ya buscaba algo para arrojarle a Kisa. Chiaki ya se había despertado y estaba sentado junto a Hiroki. –Buenos días, deberían ir a desayunar, ya está listo.
-Buenos días. –Dijeron los cuatro y ya habían olvidado porqué peleaban.
Bajaron a desayunar tranquilos. Todo transcurrió normal y tranquilo, como siempre. Sus prácticas fueron igual a las demás, siempre sobresalían en las cosas en las que se especializan. Estaban en medio de la clase de defensa y ataque. Hiroki peleaba contra Chiaki, y Misaki contra Kisa.
Con una patada alta Chiaki logró que Hiroki cayera al suelo y luego se le tiró encima. Por más que Hiroki tenga las mejores notas en defensa y ataque, Chiaki le perseguía muy de cerca. Kisa y Misaki estaban casi la par, aunque Kisa peleaba un poco mejor.
Terminaron la clase, que era la última de ese día, y decidieron que saldrían a tomar un café en algún negocio en la tarde. Estaba soleado y ese día habían pocas nubes, el cielo se veía anaranjado. Los cuatro caminaron entre charlas hasta llegar al café que siempre frecuentan, Jacksons’. El dueño, que sabía de qué familia eran, los recibió con un gran saludo y ese día invitó la casa.
Se sentaron en una mesa del fondo junto a una gran ventana, las decoraciones de madera tallada y la fina, pero tradicional vajilla hacían de este un lugar perfecto para ellos. Hablaban de cosas estúpidas, pero entretenidas para ellos. Bromeaban y se unían para molestar a Kisa con sus novios, luego molestaban a Misaki recordándole la vez que se cayó de frente en la academia; A Hiroki por su mal humor y a Chiaki… Nadie se mete con Chiaki, todos lo aman.
-Hiroki, de verdad. Deberías sonreír un poco más. Así… -Kisa dibujó con sus manos una sonrisa en su rostro, pero Hiroki solo seguía serio. –Hay…
-Oigan, miren… -Chiaki habló señalando la entrada, todos miraron al lugar y se encontraron con un grupo de chicos más o menos de su misma edad. –Creo que ellos son de la familia Usami…
-¿De verdad? –Dijo Kisa. Misaki los miraba a todos, pero su mirada se perdió en uno de cabello plateado o gris, ojos violetas, de gran cuerpo… Se perdió totalmente en él.
-¿Creen que deberíamos aprovechar que están aquí para comenzar a acercarnos? –Habló Hiroki, analizando el rostro de cada uno de ellos.
-Me parece bien. –Dijo Misaki aún sin quitar su mirada de los ojos del de cabello plateado.
-¿Y si no son ellos? – Preguntó Chiaki. Hiroki lo pensó un poco y justo cuando estaba por responder Kisa se le adelantó.
-¿Qué importa? Todos son lindos, amigos nuevos… -A leguas se notaba sus segundas intenciones con esos chicos.
-Está bien, haremos esto… -Hiroki como el más responsable, por decir, les explico el plan que había pensado para crear un encuentro con esos chicos por “accidente” .Su plan era fingir una caída, la victima sería Chiaki por parecer más pequeño; si esos chicos eran buenos lo ayudarían, mientras lo estén asistiendo ellos, Kisa, Hiroki y Misaki se acercarían por Chiaki presentándose como su familia y así comenzarían una charla.
-Muy bien, vamos…
-Esperen, debo ir al baño.
-Está bien, pero que sea rápido.
Misaki se dirigió al baño a paso veloz, le dolía la vejiga. Cuando vio la puerta de madera con el cartelito que decía “hombres” se puso feliz y entró. Al hacerlo chocó con alguien, se reincorporó y levantó su mirada para disculparse.
-Lo siento... –Dijo Misaki y cuando lo vio se encontró con un tipo alto, de cabello negro, ojos miel y muy guapo. El chico lo miró por poco tiempo y enseguida comenzó a hablarle.
-Está bien ¿Eres Misaki Takahashi? –Le preguntó el chico que lo miraba con un poco de admiración.
-S-Si… ¿Quién eres tú?
-Lo siento, no me presenté. –Miró hacia un costado, como vigilando de que nadie los estuviera viendo. –Soy Takano Masamune, estoy en la academia de la familia Takahashi.
-Ah lo siento, en la academia hay muchos chicos, no los conozco a todos. –Dijo Misaki con una sonrisa y con una mano se rascaba la cabeza, señal de que se puso nervioso.
-Te admiro por como manejas las armas de fuego, realmente eres increíble.
-Gracias,-
-¡Takano! –Un grito interrumpió su conversación. Ambos miraron el lugar de donde gritaban, el que lo provocó fue uno de los chicos que todos creían eran Usami. Uno de cabello negro lo llamaba, a su lado estaba una chica que le hacía señas con la mano para que se acercara y otro chico de cabello castaño que parece ser más maduro que los demás, pero muy guapo.
Takano hizo otras señas con la mano, avisando que iría después. En eso, uno de los chicos, el de pelo negro, se acercó a Misaki y Takano hasta el baño.
-¿Qué sucede Takano? ¿Hiciste un nuevo amigo? –El chico de cabello negro y lentes sonrió, luego giró un poco su rostro para ver a Misaki y se quedó estupefacto por él. –N-no hay problemas si nos acompaña…
-Disculpa Misaki, él es mi primo, Haruhiko Usami. –Takano se lo presentó.
-Es un placer… -Takahiro tomó la mano de Misaki con delicadeza, como si se tratase de una frágil flor, y en ella sembró un suave beso.
-El placer es mío. –Misaki se sonrojó como un tomate, y no pudo articular palabra alguna. Desde el otro lado del café, el joven de ojos lilas los observaba con cautela y se sintió un poco incómodo por esa situación, el castaño de ojos verdes también había llamado su atención.
-¿Qué dices Misaki? ¿Vienes con nosotros? Estamos paseando en el auto de mi primo y luego iremos a beber. –Takano estaba con una sonrisa, Haruhiko también. Misaki pensó que era una oportunidad perfecta para acercárseles y comentó:
-Es que estoy con mis amigos. –Y señalo una mesa en el fondo junto a la ventana, donde estaban sus primos. –No quiero dejarlos…
-Está bien, pueden venir. –Dijo Haruhiko, no quitaba su vista de los labios rosados de Misaki que lo estaban tentando demasiado. El castaño se preguntaba por qué Takano, que está en la academia de la familia Takahashi, tiene relación con ellos, que son Usami. –También tengo mi auto.
-Genial, solo déjenme avisarles a ellos.
Misaki caminó hasta la mesa con una sonrisa, consiguió salir con esos chicos sin necesidad de un accidente falso y comprobó que son Usami. Hiroki lo miraba molesto, se había tardado. En lo que Misaki se fue, Chiaki se bebió ya dos batidos y Kisa fichó a tres hombres diferentes. Se sentó en la silla en la que estaba antes y con una sonrisa miraba a Hiroki. Este ya había perdido la paciencia porque su primito no hablaba.
-¡¿Por qué tardaste tanto?!-Estaba, como siempre, con el ceño fruncido y sus brazos cruzados.
-Tengo buenas noticias.
-¿Ahora qué?
-Conseguí una buena oportunidad de acercarnos a esos chicos.
Hiroki sonrió, pensó que su primito no era tan molesto, en ese momento. Misaki les explico lo que pasaba y todos accedieron. Lo que más quería Misaki, era acerarse al joven de cabellos plateado que tanto llamaba su atención; Mas por el hecho de que sus ojos parecen esconder varias cosas, y en ellos hay tanta luz oculta que Misaki siente la necesidad de exponerla solo para él. Sabe que tras un porte serio hay varias cosas ocultas, lo aprendió por Hiroki. Por muy serio que parezca, como toda persona, tuvo sus altibajos y en esos momentos Misaki siempre lo acompañó al igual que sus hermanos. Una persona que aparenta ser fuerte, puede ser todo lo contrario.
Los cuatro caminaron hasta la entrada luego de pagar lo que consumieron. Cuando llegaron con los chicos afuera del café Misaki tomó la delantera para presentarlos a todos.
-Ellos dijeron que sí, déjenme presentarlos… -Le sonrió a Takano que estaba delante de Haruhiko, el de cabello plateado y la chica. –Ellos son mis amigos… -Se paró a lado de Hiroki que estaba disimulando una cara de tranquilidad y felicidad ambigua. –El es Hiroki… -Tardó en responder ¡No pensó en los apellidos! Y de repente un flash se le vino a la cabeza, los recuerdos de un juego donde se cambiaban los nombres. –Hiroki Kamijou, él es Kisa Shouta y el más pequeño Chiaki Yoshino. Ah! Y yo soy Misaki Kamijou, primo de Hiroki.
-Encantado de conocerlos. –Habló Haruhiko, ganándole la palabra a Takano. –Yo soy Haruhiko Usami, él es Takano Masamune, mi primo; Ella es Nishikora Kei, una amiga. Y ellos dos son mis hermanos, Hatori Usami y Akihiko Usami.
Misaki se alegró por sus adentros, ya sabía el nombre de ese chico peli plateado. Chiaki, por su parte, se le congeló la imagen de la sonrisa del que nombraron como Hatori Usami. Se ve tan amable, tan responsable, un hombre que protege a los demás… perfecto para Chiaki.
-Bueno, ¿Nos vamos? Ya hablaremos en los autos… -Habló Nishikora. Una chica joven, rodeando los 18 años, de ojos oscuros y cabello no rubio, sino dorado intenso. -¿A dónde iremos primero?
-No lo sé, le toca elegir a Akihiko. –La palabra la tomó Hatori, con su voz grave. Todos miraron al nombrado que estaba mirando a la calle con las manos en los bolsillos de su pantalón negro y esperaron una respuesta.
-A la colina de Spoters. –Solo dijo eso. De vez en cuando miraba a Misaki de reojo, solo un pequeño vistazo.
Se dividieron entre los dos espaciosos autos deportivos de los hermanos Usami. En el de Akihiko iban Takano, Hiroki, Kisa y Nishikora. En el de Haruhiko iban Misaki, Chiaki y Hatori. Antes de subir al auto, Hiroki y Kisa se acercaron a Takano para comentarle de que por nada del mundo debía mencionar que son Takahashi, pero no les explicaron la razón, simplemente dijeron que no querían que les tengan miedo o algo así, Takano acepto sin objeciones por fidelidad a su familia.
El recorrido fue largo. Cuando pasaban cerca de un gran lago con flores y arbustos a los alrededores el auto se detuvo en el comienzo de un camino de tierra; Todos se bajaron de los autos y simplemente siguieron a Akihiko.
Caminaron por un largo rato. Chiaki miraba a todos lados, eran muy pocas las veces que había estado tan cerca de la naturaleza. Siempre estaba en los terrenos de la familia y era seguido por hombres que lo cuidaban. Se distrajo con un ave de plumas rojas que volaba por ahí y no se dio cuenta de que frente a él había una gran roca. Casi tropieza con ella, pero un chico lo detuvo por el brazo antes de que perdiera todo el equilibrio.
Chiaki miró a la persona que todavía la sujetaba del brazo izquierdo y se encontró con la mirada más dulce que él haya visto. Era el chico de la familia Usami, de cabello castaño, cuerpo fuerte y grande, Hatori.
-¿Estás bien? –Preguntó Hatori. Sus miradas ya se habían conectado y no había forma de separarlas.
-Si… -Se volvió a parar como antes. Ya estaba bien, pero Hatori aún no lo soltaba del brazo, y no es como si Chiaki quisiera que lo soltaran.
-Ah, lo siento… -Dijo Hatori y con duda soltó el brazo de Chiaki.
Todos se habían adelantado como a 15 metros, y solo ellos quedaron atrás, cosa que no les molestó a ninguno de los dos. Ambos caminaban lento, ni querían acercarse a los demás. Apenas se conocían, pero ¿Qué importa? Los dos sentían algo diferente al ver a la otra persona y eso les extrañaba. ¿Qué tenía esa persona de diferente?
-Gracias por ayudarme, soy Chiaki… Yoshino.
-Soy Hatori Usami.
Siguieron con su camino de tierra entre charlas mientras se conocían entre ellos. Más delante iban el resto del grupo caminando, ellos ya habían llegado al principio de la colina. Antes de seguir todos se pararon en una pequeña tienda que ahí había.
-Debo ir al baño, adelántense. –Dijo Haruhiko y se dirigió al baño. Nishikora se quedo a esperarlo. Hiroki y Kisa quisieron comprar agua para beber y Takano se quedó con ellos.
Misaki no quiso comprar ni tenía ganas de ir al baño asique solo se les adelanto… junto a Akihiko.
Los dos caminaban a la misma velocidad, pero sin hablar. Misaki se sentía nervioso. Ese chico de cabello plateado, hasta ese momento solo lo había escuchado hablar una vez y luego no más. Siempre tenía semblante serio y parecía que con el menor insulto te hubiera a dar un puñetazo, pero aún así a Misaki lo hipnotizaban sus ojos lilas.
Cuando llegaron a la cima de la colina Misaki se sorprendió por la maravillosa vista que se obtenía del lugar a pesar de que no era muy alta. Era casi la noche, el cielo ya estaba comenzando a oscurecerse.
-Este lugar es muy hermoso… -Mencionó Misaki sin darse cuenta. Akihiko lo miraba, no le quitaba la mirada de encima. Ese castaño de alguna forma lo tenía al tanto de cada uno de sus movimientos, quizás sean sus ojos o que siente que su corazón es tan frágil como el de él. Y algo le decía que todos esos chicos que acababa de conocer le ocultaban algo, algo grande.
-Demasiado. –Dijo Akihiko al fin. Misaki se volteó a mirarlo y sus miradas se cruzaron en un flash. En ese momento a Akihiko se le olvidaron todas las cosas que tenía por hacer. –Sígueme.
Misaki lo dudo un poco, pero al final lo siguió. No sabía a dónde lo llevaría ese chico tan serio. Dentro de sus remera bordó tenía una navaja por si acaso, nunca sale sin ella. Akihiko llevaba una pistola casi miniatura bien escondida en la manga de su camisa azul.
Lo que Misaki no pensaba es que Akihiko si sabe que está con el futuro jefe de la familia Takahashi. Misaki es muy conocido entre los Usami, y parece que él fue el único que reconoció a Misaki y sus supuestos amigos. Akihiko iba a desenmascarar a Misaki, lo dejaría contra la espada y la pared.
Ese día, esa colina fue testigo de varias cosas que sucedieron con todos esos chicos el primer día que se conocieron. Desde besos usados como subterfugios a disparos en señales de amenaza. Su primera batalla entre emociones, recién comienza.