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Armas... por Lei Chann

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Notas del capitulo:

Hola! Aqui les traigo otro capitulo! los reviews esta vez me alentaron muchisimo más de lo normal :'v Estuve en la depre xD

Pero ya estoy bien y aqui esta su cap. A leer!

Capitulo 2- La emboscada de su pretendiente.

Arriba de una colina muy  poco frecuentada por la gente, esa donde por recorrer su camino te quedan rojos los pies, estaban dos chicos que recién se  conocían. El mayor de ambos, tienen diferencia de edad por tres años, Akihiko Usami; Y el menor de ellos, de mirada verde feroz, Misaki.

Misaki seguía con duda cada paso que daba Akihiko por ese camino rocoso. La noche cayó sobre ellos, ni siquiera tenían señal de teléfono en ese lugar y ningún Takahashi avisó a su familia de su paradero. Desde adelante, Akihiko miraba de reojo como Misaki inspeccionaba el lugar con la mirada. Se dio cuenta del bulto en su remera bordó, era obvio que llevaba un arma para defenderse. Akihiko rió un poco de lado por la ingenuidad para esconder una simple navaja ¿Ese sería el futuro líder Takahashi?

Misaki comenzaba a ponerse cada vez más nervioso e inseguro. A medida que avanzaban, más arboles habían a su alrededor y más probabilidades de que, si lo atacan, pierda; Ya que no es bueno en espacios cerrados.

-¿A dónde iremos? –Preguntó Misaki de una vez por todas. Akihiko lo ignoró y siguió con su camino, no debía decirle porque quería que sea una sorpresa doble. –Te hice una pregunta, Akihiko-San… ¿Era Akihiko, verdad?

-Sí, deja los honoríficos…-El mayor paró su caminar en seco y Misaki chocó con su espalda. Akihiko se volteó a verlo. Aunque era de noche, brillaba. El castaño frente a él brillaba de una forma especial, destellaba de virtudes.

-¿Aquí? Lo siento, pero el otro lugar era más lindo. –Misaki miró a su alrededor. Solo habían arboles, frente a él un árbol grande con ramas que simulaban una cortina. –Este lugar da miedo…

Akihiko sonrió por la carita de Misaki, no era súper tierno ni nada, pero sonrió. Con su mano corrió las ramas del árbol frente a ellos abriendo un angosto camino. Misaki lo visteó, en algún momento le cruzó la idea de que por allí habían más que solo arboles.

-Pasa. –Misaki obedeció y se adentró en el camino. Akihiko, antes de seguirlo, se aseguró de dejar bien oculto el caminito y que nadie los estuviera viendo. Escuchó un ruido, en un movimiento seco giró su cabeza apuntando la mirada a un arbusto. No salió nada, pero algo había… Decidió ir con Misaki.

Caminaron solo un poco más y Akihiko se paró, dio un suspiro y por fin recitó el “llegamos” que Misaki tanto quería escuchar. El de ojos verdes volvió a mirar el lugar que, en tan solo unos pasos, cambió drásticamente. Seguían rodeados por árboles, arbustos y alguna que otra luciérnaga; pero al mirar al frente, dándole la espalda a la ciudad, queda expuesto el paisaje más hermoso de aquel lugar.

El cielo tan negro como nunca, las estrellas más brillantes y blancas estaban ahí; la luz de la ciudad siempre priva a la gente de tan hermosa obra de la naturaleza, pero en ese lugar puedes deleitarte con ella.

-¿Te gusta? –Preguntó Akihiko ¡Que pregunta tan estúpida! Es más que obvio. Cualquiera se da cuenta de eso al ver la cara medio boquiabierta de Misaki.

-¿Por esto elegiste este lugar? –Dijo sin dejar de mirar el cielo con una boba sonrisa. Se preguntaba que estuvo viendo desde pequeño que nunca se fijó en lo que había sobre él. Akihiko lo miraba desde un costado y, aunque quisiera, no podía estar tranquilo… No si ellos estaban ahí.

-Así e- Sus palabras fueron interrumpidas por un estruendo fuerte y con poco eco, luego otro y otro más cerca. ¿Eran disparos? Misaki entro en modo alerta y miraba con rapidez cada rincón que había por ahí. Akihiko aparentaba estar calmado, pero en alerta sus seis sentidos por cualquier cosa.

De repente, de un árbol cayó un hombre, de otro cayeron dos y de algún arbusto salió uno más. La oscuridad de la naturaleza hacia que Misaki y Akihiko no puedan ver bien quienes eran, pero ese símbolo que brillaba con egocentrismo en cualquier lado era completamente reconocible. Un símbolo conformado por tres espadas cruzadas de color plateado-rojo y con una corona de hojas verdes alrededor.

-La familia Ijuuin… -Murmuró Misaki cansado ¿Cuántas veces planeaban seguirlo? Si se veía obligado a defenderse Akihiko descubriría que no es un chico de 19 años normal, por así decir, sino que es el futuro líder de una de las familias más poderosas de esa región.

 De la nada salió otro tipo más que, esta vez, ambos reconocieron a la perfección. Aquel hombre que anhelaba con desespero y más por conveniencia tener al feroz Misaki, y declararlo ante todos como suyo.

-¿Kyo? No esperaba encontrarte aquí. –El que hablo esta vez fue Akihiko. Misaki no se sorprendió de que se conocieran, después de todo, Akihiko es hijo del jefe de otra familia muy poderosa. Takahashi, Usami, Ijuuin y Kusama son las principales familias de la región.

-¡Que coincidencia, Akihiko! ¿Estás con Misaki?

-Si ¿Por qué? –Akihiko se preguntaba que quería Kyo con Misaki. Debía actuar como si no supiera que Misaki es Takahashi. Nunca tuvo una buena relación con Ijuuin Kyo aunque sus familias estén a futuro de aliarse por el casamiento de su prima Kaoruko con el hermano de Ijuuin, Misuki.

-Porque me lo llevaré…

 

-Entonces… ¿No eres su hermano de sangre? –Preguntó Chiaki, ya estaban llegando al comienzo del tramo final hasta llegar a la cima.

-No, padre me adoptó cuando era pequeño, pero siento como si nunca hubiese sido huérfano. –Respondió Hatori.

-Eso es bueno, me alegro por ti. –Hatori lo vio, justo cuando sonreía. Algo dentro de él se sacudió, como si hubiera encontrado algo muy valioso y frágil, algo que debe proteger y cuidar.

Habían estado caminando solos desde hace un rato, no se habían cruzado con los demás que salían de la tienda ni alcanzaron a Misaki y Akihiko, simplemente seguían últimos para llegar. Hablaron sobre muchas cosas e utilizaron esa caminata para ir conociéndose más. Chiaki estaba consciente de que debía encontrar la forma de sacarle información para su familia, pero quería saber otras cosas de Hatori, que ya había apodado Tori. Quería saber sus gustos, que no le gusta, que le causa risa, que odia, con quienes tiene una mejor relación, su fecha de cumpleaños, si tiene pareja…

-¿Qué tan alta es esta colina? –Preguntó Chiaki para sacarse esos pensamientos de su cabeza que ya estaban causando un leve sonrojo en sus mejillas.

-No demasiado, ya deberíamos estar por llegar. Akihiko siempre viene aquí. Cuando lo acompaño se va a algún lugar que nunca pude encontrar y me deja solo. –Hatori a pesar de ser algo callado y siempre aparentar una personalidad fría; siempre estuvo al tanto de lo que hace Akihiko. Aunque era niño cuando llegó a la casa Usami; recuerda muy bien que Akihiko se la pasaba encerrado en su cuarto o cuando preguntaba por él le decían que estaba en la colina, era muy solitario. Son esos recuerdos los que ahora no le permiten dejar solo a su hermano por mucho tiempo. Siempre tuvo una mejor relación con Akihiko que con Haruhiko.

-Tori… -Chiaki jugaba con sus dedos en señal de estar nervioso.

-¿Si?

-Dime… t-tu… ¿Tienes p-pareja? –Sus mejillas estaban sumamente rojas, apretaba sus labios para evitar decir algo estúpido y sus manos temblaban un poco ¿Quién diría que es el mejor francotirador?

-¿Pareja?  -Chiaki asintió con la cabeza. Estaba nervioso, tanto que casi tropieza con una rama… de nuevo. Pero, otra vez fue Hatori quién lo salvó de aquella caída, ahora había quedado abrazado a Chiaki y se miraban directamente a los ojos. No iba a dejar que tan lindo rostro tenga ni un rasguño, mucho menos dejaría que tan azules ojos derramen lágrimas. No lo podía creer. Acababa de conocer a ese descuidado chico y ya sentía esas inmensas ganas de abrazarlo y no dejar que nada ni nadie le haga daño, era de él. –Creo que necesito una.

-… T-Tori… -El de orbes azules estaba rojo como un tomate. La mirada tan penetrante de Hatori lo estaba volviendo loco. Como si con su mirada se hubiese incendiado el bosque inexperto de su corazón y eso causaba que latiera frenéticamente; parecía que iba a explotar. Hatori a velocidad lenta iba acortando cada vez más la distancia de sus rostros, de sus labios. Guiados por el sentimiento ambos cerraron sus ojos y… escucharon un estruendo, y otro y otro más fuerte. Se separaron por la sorpresa. Se olvidaron del ambiguo sentimiento recién descubierto y, como habían sido entrenados, salieron corriendo en busca de sus compañeros. Ninguno de los dos podía permitirse abandonar a su familia en alguna situación peligrosa, y esa podía ser una.

 

-Oye… ¿Y Chiaki? -¡Al fin recordaron que tienen un hermano menor indefenso!

-No lo sé, no es mi problema. –Pero no le prestan atención suficiente.

Hiroki, Kisa, Takano, Haruhiko y Nishikora habían salido de la tienda y los baños al mismo tiempo asique continuaron con la subida todos juntos. Kisa tomaba un poco de agua de una botella y comenzaba a pensar en donde estaría ese guapo peli-plateado, luego recordó: Se había ido con Misaki, con SU Misaki.

-¡Hiroki! –Gritó exasperado, tomando de los hombros y sacudiendo a Hiroki. Kisa podía ser muchas cosas y entre ellas estaba el hecho de ser el familiar de Misaki más celoso. No podía creer que había dejado que su pequeño primito se valla con un desconocido. No importa que tan guapo sea, en estos momentos Kisa solo quiere de nuevo a su primo. -¡¿Por qué dejamos que Misaki se vaya con ese tipo?!

-¡Suéltame idiota! –Hiroki se sacudió más fuerte y logró que Kisa lo soltara. Se reincorporó en cuatro segundos y cuando miró a Kisa para regañarlo otra vez, se encontró que tenía los ojos llorosos y estaba al borde del llanto. Hiroki bufó molesto, no podía abusarse de alguien llorando ni aunque fuera Kisa. -¿Ahora qué?

-Pueden estar…  violando a Misaki en este momento… ¡Y yo lo dejé ir! –Hiroki perdió la paciencia y le dio con la primera rama que fichó con la mirada. Takano miraba la escena desde un costado y se reía.

-No digas eso, Kisa. Akihiko no le hará nada mal- Fue interrumpido. Todos oyeron un disparo, luego otro y otro más fuerte. La seriedad invadió a todos, el ambiente se tensó un poco y los Takahashi ya suponían quién estaba tras eso: Familia Ijuuin. Ellos y sus típicos tres disparos antes de iniciar una emboscada con el mismo objetivo: Llevarse a Misaki para un compromiso con Kyo.

-¡Misaki! –Kisa fue el primero en sacar el cuchillo de su escondite y salir corriendo. Lo siguió Hiroki con sus guantes reforzados con un poco de hierro. Luego Takano con una pequeña pistola. Haruhiko y Nishikora no entendían nada, estaban cansados. Esa salida fue precisamente para dejar de oír disparos por unas horas, pero no pudo ser así.

Usami, Takahashi, todos salieron corriendo en dirección al lugar de donde provenían los disparos. ¿Quién de ellos conocía el lugar secreto de Akihiko? ¡Ninguno! Les costaría mucho encontrarlo, no pueden guiarse solo por sonidos.

 

Akihiko miraba con disgusto a Ijuuin que yacía parado frente a él con una estúpida sonrisa en su rostro; Acababa de conocer a Misaki, pero no le agradaba ni un poco la idea de que Kyo se lo llevara.

-¿Quién eres para llevártelo? –Preguntó firme con el semblante serio.

-Ijuuin Kyo, su futuro esposo. –Akihiko frunció el ceño ¡Como lo irritaba el egoísmo de ese tipo!

-Lo siento, pero no te llevarás a nadie. –Dijo desafiante dando un paso más cerca de Misaki. Por su lado, el castaño no creía en que Akihiko lo estuviera defendiendo. No quería involucrar a nadie, pero estaba feliz de que el peli-plateado estuviera junto a él. Admitía que ya se lo habrían llevado si estuviera solo.

-¿Y tú quién eres para impedirlo? –Akihiko lo pensó un poco. No tenía muchas opciones. Si decía lo que planeó en primer lugar existían dos posibilidades: Que se desilusione y se marche, o que se enfade y de la orden de ataque. Cinco contra dos era imposible. La familia Ijuuin se especializa en combates mano a mano y armas blancas, aunque sean ambos muy buenos en la batalla, contra cinco miembros Ijuuin no podían. Akihiko decidió arriesgarse y recitó:

-Voy a impedirlo… porque soy su pareja. –Misaki abrió los ojos aún más y no sabía cómo reaccionar. Akihiko abrazo con un brazo al castaño por la cintura, miraba a Ijuuin con la quijada arriba demandando que es mejor. Ijuuin frunció el ceño, estaba furioso y no quería creerlo del todo.

-No te creo. –Dijo en seco. Akihiko sonrió, esperaba esa corta frase. Rápidamente miro a Misaki y en solo tres movimientos le robó un beso suave y con doble razón. Se robó el primer beso del castaño; porque debía mentirle bien a Misaki, y porque la tentación pura le ganó al punto de usar como media excusa el mentirle a Ijuuin.

-¡¿Qué- Misaki estaba a punto de reclamar, pero un “Shhh” de Akihiko lo calló. Miró los ojos lilas del hombre frente a él y lo escuchó susurrar algo sutilmente que no llegó a los oídos de Ijuuin. Un simple “Disimula” de su parte. Misaki comprendió y continuó con él juego aún con las mejillas rojas.

-Qué pena… -Ijuuin chasqueó los dedos y al instante todos los hombres que cayeron de arboles y salieron de arbustos se lanzaron encima de ambos. –No me importa, me lo llevaré.

-¡Corre! –Akihiko tomó a Misaki de la mano y, prácticamente, lo arrastró con él. Mientras por detrás los hombres con trajes negros los perseguían de cerca.

Misaki aún no se estabilizaba. El de ojos lilas era demasiado rápido y el castaño no podía seguirle el paso, hizo sobreesfuerzo ese día para alcanzar la velocidad de Akihiko. Corrieron volviendo por el camino oculto por las ramas. Akihiko directamente las rompió cuando llegaron a ellas y luego las tiró hacia atrás ocasionando que dos de los tipos cayeran al suelo.

-¡No dejen que escapen! –Gritó eufórico Ijuuin que los seguía a paso veloz ¿Acaso pretendía que sus hombres hagan todo el trabajo por él? Uno de los cuatro tipos ya estaba sumamente cansado de las órdenes absurdas de su jefe. Sintiendo asco por la idea de secuestrar a alguien para obligarlo a casarse con alguien más.

Siguieron corriendo, entre tropiezos y esquivando unas cuantas estrellas arrojadas, hasta llegar al mirador donde todos iban. Allí se encontraron con Hiroki, Takano, Nishikora, Haruhiko y Kisa quién enseguida se tiró encima de Misaki cuando lo vio. Los demás estaban cansados por correr cuesta arriba. Chiaki y Hatori comenzaban a verse por la subida corriendo los dos a la par a una velocidad increíble. Quizás Hatori se adaptaba para no dejar atrás a Chiaki. Ambos ya estaban arriba junto a sus familias, Chiaki corrió con Hiroki y Hatori junto a Akihiko.

  Los Ijuuin estaban a unos metros atrás y ya estaban alcanzándolos, pero los perseguidos no corrieron esta vez. Ocho estrenados contra cinco era aceptable, sin contar a Nishikora que sabe defenderse demasiado bien.

-¡Misaki! ¿Estás bien? –Kisa inspeccionaba a Misaki con tacto y mirada. Se desesperó de sobremanera al descubrir algo que ni Misaki se dio cuenta: Un corte de una estrella cerca del hombro. Enseguida giró su rostro y miró con furia a Akihiko. -¡¿Qué le hiciste maldito?!

-¡Kisa, cálmate! –Misaki no tenía energías, pero fue a quitar a Kisa que estaba sobre Akihiko acusándolo de algo que no había hecho. –El no hizo nada malo, al contrario. El mint-

Justo en ese momento llegaron Kyo y sus hombres, pero solo había tres de los cuatro que los perseguían. Hiroki los vio y se puso en guardia, al igual que todos los demás. Kisa reforzó el agarre de sus cuchillos al ver que dos de esos tipos tenían estrellas en las manos. Se dio cuenta de que ellos hirieron a Misaki y lo que sentía ya no era furia, sino ganas de cortar carne humana.

-¡Fueron estos idiotas! –Kisa corrió hacia los hombres y antes de llegar lanzó un cuchillo clavándolo en el hombro de su primera víctima, luego sacó otro para seguir con su calvario. Hiroki lo siguió de atrás, otro defensor de primos, eligió otro oponente y de una patada dejó a uno en el suelo. Chiaki estaba a punto de salir también, pero Hatori lo detuvo. ¿Y si Chiaki era herido? No se lo perdonaría. Hatori corrió contra el otro tipo y usando solamente sus puños consiguió asumisarlo*  frente a los demás.

Luego del repentino enfrentamiento en medio de la noche, los Takahashi en combate salieron victoriosos dejando a un hombre ensangrentado por los cortes imparables de Kisa, que si no era detenido por Hiroki, seguro terminaba matando al tipo; Y a otro desmayado por los golpes de Hiroki que se concentraron en la sien de su víctima. Hatori también ganó, y consiguió amordazar a su oponente con solo un collar y trozos de su uniforme.

Ijuuin miraba la escena y se avergonzaba de lo incompetentes que podían llegar a ser sus familiares. ¿Por qué no peleó él? Dice ser tan valiente y fuerte como para hacer lo que quiera, pero en ningún momento nadie vio una prueba de eso.

-Esto no termina aquí… -Dijo y lanzándose de la cima de la colina desapareció como arte de magia.

Todos ya estaban tranquilos. Los Usami que no sabían el verdadero apellido de sus nuevos amigos estaban sorprendidos por las habilidades de combate de cada uno. Sin duda, no eran chicos normales de 19 años. Luego de cuestionarios interminables a Misaki de parte de sus primos decidió que hablarían bien cuando llagaran a su casa. Cuando terminaron el descenso de la colina de Spoters; Akihiko y Misaki pararon solo a charlar tan solo un poco.

-Gracias por ayudarme. Quiero agradecerte, de verdad, asique deberíamos salir a tomar algo un día, yo invito. –Dijo Misaki. Estaba tranquilo, demasiado, ese chico le hacía sentir confianza extrema a pesar de que sabía muy bien de qué familia era.

-Dalo por seguro. No vemos pronto. –Y con esas últimas palabras se despidieron todos.

Los hermanos Usami se fueron a su casa, antes dejaron a Nishikora en su hogar. Takano prefirió caminar hasta su casa solo. Y los Takahashi se rehusaron a que Haruhiko los lleve en auto a su gran casa, eligieron ir caminando los cuatro juntos.

Al llegar a sus camas, cada uno de ellos prácticamente cayó desmayado en ellas. Fue un día lleno de sentimiento y emociones raras, extrañas y sobre todo nuevas. Akihiko, acostado en su cama, ya estaba pensando en un plan para ocasionar un nuevo encuentro con el dulce castaño modesto. Sonreía y delineaba sus labios con su dedo índice cuando recordó el fugaz beso que le robo al inocente chico. Recordar su suavidad y gusto a dulce… lo llenaba de alegría.

-Misaki Takahashi…

Notas finales:

Que tal? Querían que los domesticos se besen? Que pena :v

Ya tienen alguna idea de donde se encuentre Nowaki en esta historia?

Ya quiero escribir sobre Nowaki! pero todo a su tiempo :'v

Dejen sensuales comentarios alentadores de autoras truchas como yo!

Hasta la proxima.

Actualizacion: Algun día


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