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Días para descansar por NanaJo

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La paga sería bastante buena; se había decidido a contactarlo algunos días después de aquel encuentro en el restaurante, el trabajo sería sencillo aunque algo extenso, por lo que decía el mensaje la casa era de gran tamaño y solo disponía de algunas horas y ciertos días para poder ir a pintar; la situación aún se le hacía algo extraña, estaba convencido de que con algunas fotografías podría retratar la casa a la perfección

Noriaki decía sentir envidia de toda la situación, que ya deseaba una oportunidad de ese tipo, claro, todas esas palabras solo salieron de su boca al ver la cantidad de ceros prometida por semana; Rohan en cambio no sentía nada en especifico, era solo un trabajo más, no sería admirado por un público, todo era muy privado. Kakyoin insistió por horas para acompañarle al menos el primer día pero el pelinegro sin conocer demasiado a aquel profesor ya suponía que no le haría ningún agrado.

Luego de su última clase del viernes por la noche recibió el primer mensaje.
“Mañana puedes venir. 2pm.”
Ciertamente era mucho más expresivo y carismático en persona.
Mantuvo el teléfono en su mano por un momento pensando si debía responder algo o simplemente dejarlo así, los sábados por la tarde solía ocuparlos para dormir todas las horas que no había logrado durante lo largo de la semana, adelantar algún trabajo, informe, pintura o simplemente salir a pedido de Kakyoin, aunque esto último no sucedía muy a menudo, era algo huraño y prefería permanecer en la comodidad de su departamento.

“¿Todo bien?”

Fue sacudido y alejado de su letargo por una voz desconocida, miró en todas direcciones pero no lograba distinguir nada, la entrada de ese edificio era muy oscura y la propia luz de la pantalla de su teléfono le había encandilado.

“Hey, aquí, no te asustes” su tono divertido y las pequeñas risas que le acompañaron ayudaron a Rohan a encontrar la procedencia de la voz, justo a sus espaldas, en cuanto sus ojos se acostumbraron y adaptaron a la ausencia de luz pudo divisarlo mucho mejor.

Era un joven de más o menos su edad, vestía el uniforme de la escuela de cadetes pero lo que mas captaba la atención de Rohan era el ostentoso peinado que este llevaba, se mantuvo en silencio con el ceño fruncido intentando hallar una explicación a un peinado como ese en estos tiempos.

“¿Necesitas un taxi?” El tono jovial del chico había cambiado a uno un poco obstinado, a este no le agradaba en absoluto que se le quedasen mirando de esa manera tan despectiva a su elaborado copete.

“No…” Pudo responder al fin, notaba la molestia del contrario pero no por ello podía apartar su vista del lugar, lo único que pudo hacer fue contener como podía una pequeña risa que luchaba por escapar de entre sus labios. “Estoy bien” y volvió su mirada a la pantalla de su teléfono notando como por accidente había escapado de la ventana de mensajes, seria mejor llamar a Noriaki y pedirle apresurarse. Había alzado un poco sus cejas al volver la vista al celular, normalmente esta expresión era notada como hostilidad ante los demás aunque no siempre era esa la intención de Rohan, su rostro solia ser bastante expresivo y era frustrante no poder manejarlo del todo.
“Como quieras” murmuró indignado el ignorado chico disponiéndose a marcharse del lugar
“Gracias por preocup…” murmuró de vuelta luego de un instante alzando la mirada para poder despedirse pero el chico ya se había ido en lo que escribia el mensaje. “Bah” acabó por encogerse de hombros.

Como cada Viernes, Noriaki se quedaba en el apartamento de Kishibe, ordenaron pizza, limpiaron juntos el desorden de la semana de Rohan, adelantaron un poco un trabajo que debían entregar en dos semanas y se dispusieron a jugar en la consola; el pelinegro no era muy fanático de esto último, solía caer luego de las burlas de su compañero y ponerse de bastante mal humor si llegaba a perder. Si algo tenían en común era la asombrosa habilidad de poder caer dormidos donde fuese y cuando fuese, asi fue como esa noche Rohan utilizó uno de los mandos como almohada clavándose una de las palancas en su ahuecada mejilla, Kakyoin no dormía mucho mejor, el calor nocturno solía exasperarle y ahora se encontraba de cara al techo sin camisa en una posición que al menos a Rohan no le daban ganas de probar.




Encontrar la casa fue bastante sencillo, era un recinto de personas adineradas, todas casas tradicionales de varias hectáreas, la de Kira se encontraba en la cima de una pequeña pendiente, desde la entrada, al igual que todas las demás, lucia muy discreta. No tardaron las puertas en abrirse instantes luego de haber tocado el timbre, intentó ser lo más puntual posible llegando solo con 5 minutos de retraso, y ahí estaba él, esperándole de la misma manera, ambos se saludaron con un asentimiento y el mayor se apresuró en invitarle a pasar.

El lugar era bastante sobrio y algo anticuado, aunque no de mal gusto, parecía ser una casa muy grande para solo una persona. El mayor se adelantó indicándole el camino hasta su área de trabajo, el ambiente era imperturbable, solo se escuchaban las pisadas de ambos sobre la madera; intentó mientras caminaba a espaldas del rubio memorizar todo lo que veía, atajar los pequeños detalles, en la sala había un piano y algunos otros instrumentos tradicionales que se camuflajeaban perfecto con el ambiente, nada faltaba y nada sobraba, todo tenía un lugar y un orden, y de ser posible un par o un patrón.

Se detuvieron al fin en medio de un pasillo, frente a un par de paneles corredizos que al ser abiertos dejaban a la luz un enorme y bien cuidado jardín interno, Rohan sonrió complacido, los lugares lúgubres no se le daban muy bien para trabajar, en cambio la naturaleza siempre lograba inspirarle. Descendió junto con el hombre hasta las tablas de madera que hacía de suelo a orillas del pasillo, ahí se encontraba un caballete con un lienzo en blanco aguardando por él, no es usual que los clientes aporten los implementos para la pintura, de todo eso debe encargarse el artista. Miró de reojo algo incomodo al rubio sorprendiéndose al encontrarse siendo observado también, claramente este aguardaba una respuesta a algo que Rohan aun no captaba.

“¿Este lugar te parece bien?

Ah, era eso, estaba más que bien, era fresco y agradable, y aunque el jardín no poseyera demasiado color era mucho mejor que permanecer allá dentro.

“Es perfecto aquí” Murmuró de vuelta acercándose al área, le inspeccionaba con innecesario cuidado, incluso habían pinturas recién compradas y pinceles nuevos bastante costosos a su disposición, tomó uno y lo mantuvo en alto dándose vuelta para encararle. “Todo esto es innecesario, he traído mis propios instrumentos” No importaba que tan generoso pareciera, Rohan simplemente se sentía mas cómodo trabajando con sus propios pinceles y pinturas.

Kira no hizo más que encogerse de hombros “Ya los he comprado, dispón de ellos si los necesitas” su tono siempre tan calmado y asertivo acompañado de una forzada mirada dulce lograban irritar al chico de cierto modo, ese hombre no parecía inmutarse por nada más que aquellos detalles extraños de los que ya había sido testigo.

Resopló poniendo los ojos en blanco y tomando la banca de madera dispuesta para él, si así serian las cosas pues no veía el problema a primero gastarse esas cosas. El mayor se limitó a permanecer de pie a poco más de un metro del chico, Kishibe no padecía de pánico escénico, al contrario solía gustarle ser observado mientras realizaba lo que el solia considerar la obra del momento, pero por alguna razón la sola mirada del otro sobre si mismo le incomodaba, no sentía que mirara el lienzo, sentía la mirada directamente sobre él, aun teniéndole a sus espaldas sentía claramente como era observado y el cabello de su nuca se erizaba. Tomó una buena bocanada de aire y decidió hacer esas sensaciones a un lado, esta era la casa del sujeto, era su dinero y todo lo demás, esto era una especie de colección privada y tal vez el futuro dueño solo quería apreciar todo el proceso.

Sinceramente Rohan prefería no iniciar por el jardín, en comparación con el resto de la casa era lo único que le incitaba a levantar su mano y comenzar a pincelar, acabar con esto e ir a otra de las aburridas habitaciones acabaría por hacer de su trabajo algo mediocre en comparación con este primer cuadro; tenía algunas dudas en mente, como por ejemplo ¿donde colgaría todo esto? Sería poco extraño llegar de visita a una casa y encontrar en la sala principal un cuadro de esa misma sala, excéntrico, como mucho en ese profesor.

“¿Apenas termine con la pintura del jardín a donde deberé moverme?” Aprovechó la ocasión para espiarle por el rabillo del ojo, tal y como imaginaba se encontraba tras él con la vista clavada en su posición, aún al ser descubierto, Yoshikage no se preocupó ni en disimular en lo mas mínimo –Vaya sujeto-

“A ningún lugar” nuevamente un tono sobrio se apoderaba de su voz dando cabida a una respuesta sin demasiado sentido para el pelinegro “No debes comenzar por el jardín si no lo deseas, puedes comenzar por cualquier lugar de la casa, puedes ir y venir cuantas veces quieras para echar vistazos y tomar referencia, mi único requisito es que pintes justo aquí.

Rohan se había dado vuelta en la banqueta a mitad del comentario con los labios entre abiertos, ese tipo estaba loco, no tenía ni la mas mínima idea de cómo funcionaba esto.

“Si puedo ir y venir a mi antojo ¿No sería lo mismo a que simplemente me desplace a otro lugar donde me resulte mas cómodo pintar la nueva área?” Intentaba hacerse comprender en un tono jocoso, no tenia sentido corretear por toda la casa para acabar justo ahí nuevamente, lamentablemente la media sonrisa en su rostro no duró demasiado al notar de nuevo esos ojos… los mismos ojos que notó por primera vez en su primer encuentro con el hombre, una mirada despojada de su habitual gracia le hacían secar los labios con la gélides que transmitía , había planeado decir algo más, sabía que había aguardado algo en la punta de su lengua, pero ahora no lo recordaba, esos ojos azules tan desconcertantemente inexpresivos le habían descolocado por completo.

“Lo harás aquí” Sentenció sosteniendo la mirada en la del mas joven por un instante antes de echar a andar por los costados del jardín interno. “El numero de cuadros queda a tu decisión, también lo que contenga cada uno de ellos, puedes añadir o suprimir lo que te convenga, eres tú el artista y quien debe decidir.”

No hubieron mas palabras entonces, Rohan guardó silencio acallando los miles de comentarios que de la nada comenzaban a brotar de su mente, quiso reprochar más de una vez pero había quedado sin habla, no tuvo otra opción que ver como el otro se alejaba por el jardín alcanzando otra habitación oculta tras un par de puertas corredizas, para su sorpresa, estas no se cerraron, permanecieron abiertas , al parecer el hombre acababa de abrir una cortina dentro de aquella habitación, pues de pronto se encontraba mucho mas iluminada dejando ver un escritorio de roble justo en el centro; antes de poder entender demasiado el asunto se encontraba siendo observado nuevamente desde la lejanía por quien le había contratado, asi serian las cosas, por eso no tenia permitido mover su area de trabajo, seria vigilado durante todo su trabajo.

Volteó rápidamente su cabeza queriendo acabar enseguida con aquel contacto, era sin dudas el trabajo mas extraño que le habían encargado ¿Acaso seria constantemente reprochado en caso de hacer algo “mal”? sentía la ansiedad calando hasta sus pulmones, adueñándose de su ahora irregular respiración, ere hombre le causaba repelús, le hacia sentir de hecho muchas cosas, desde calidez bajo sus almendrados y azules ojos gráciles, hasta un irrevocable deseo por pegar a huir apenas su rostro se torcia en una extraña mueca de enojo. Esto no era para nada de su incumbencia, pero quizá por eso se encontraba tan solo.

“Soy Rohan Kishibe, trabajo bajo presión” se repetía una y otra vez en un leve murmullo buscando darse ánimos a si mismo, terminaría todo este asunto con la cabeza en alto, luego de todo solo le vería la cara un par de días a la semana.

Comenzó entonces por la entrada de la casa, la retrataría tal cual la había visto al llegar, iluminada por los rayos de un sol de medio dia y cerezos oscilando frente a la entrada, luego del jardín, era sin duda lo mas colorido del aquel hogar. Entre pinceladas se atrevía a dar rapidas miradas hacia la sala donde se encontraba el hombre, aun a varios metros de distancia podía verse observado sin pudor alguno por parte del hombre, intentaba que esto no le afectara demasiado, a veces no le miraba, simplemente escribía algo sobre unos papeles en el escritorio, tal vez algo de trabajo de la universidad, ahora que lo pensaba a mayor detalle ¿Cómo un profesor universitario poseía tamaña casa? Sabía que estos ganaban bastante bien pero no consideraba que a estos extremos; en otras ocasiones su insaciable curiosidad le llevaría a preguntar pero en este momento hablar de cualquier cosa le parecía de más, tal vez lo intentaría cuando volviera a notar alguna mirada enternecedora de su parte o aquella sonrisa del restaurante, la que no solo le había dejado embobado a él.

Con ese recuerdo en su mente y ahora mas calmado por el mismo, paró la labor de sus manos, esta vez buscándole sin disimulos con la mirada pero ya no estaba ahí. Quizá era buena oportunidad para marcharse por ese día, había terminado la entrada, era realmente muy sencilla, incluso ocupó poco de la paleta de colores. Recogió sus propios implementos aunque casi no había sacado ninguno de la bolsa, no sabia si debía el mismo meter el resto de las cosas dentro de la casa o… seria mejor dejar todo solo ahí, tal cual lo había encontrado.

Casi hace que la taza de café caliente se derramara sobre sus manos al encontrarse de frente con Yoshikage en cuanto intentó marcharse, sin embargo este había sido bastante agil retirándola a tiempo.

“¿Estas bien?” Su tono de preocupación fue sincero, de hecho era casi como si hablara con un niño pequeño.
“Si… estaba por irme, eso estuvo cerca” sacudió sus manos en el aire haciendo ver que se encontraban en perfecto estado, ocasión para notar una divertida pero extraña reacción en el rostro del mayor, había perseguido la trayectoria de sus manos como si de un gato se tratara.
“¿Ya te vas?” Tartamudeó un poco al principio, parece que eso de verdad le había distraído, una sonrisa ladina mostraba a Rohan bastante divertido por las extrañas reacciones de ese sujeto ante cosas insignificantes para los demás.
“Asi es. ¿Te ayudo a entrar esto o solo lo dejo ahí?” Señaló con su pulgar el caballete tras él que apostaba por quedarse a la intemperie.
“Dejalo ahí, ya me encargaré yo luego.” Ni modo, Rohan no se quedaría a discutir eso.
“Lo siento por lo repentino… y por lo del café, realmente no me gusta, prefiero el té” La descortesía estaba a la orden del día con él. Corrió su mano hasta su bandana asegurándose de dejar todo su cabello por encima de esta, era una costumbre en él, casi como un tic, pero bajo la sombra de su mano esta vez aprovechaba el disimulo para observar la reacción del otro, comenzaba a sospechar –¿Este tipo tiene algo con las manos?- nuevamente le miraba cual gato, siguiendo atento a lo que fuera que su mano haría, incluso parecía que su pecho se hinchara de mas al inhalar, estas cosas extrañas tenían que sucederle justo a él, pero no se quejaría, de hecho le causaba algo de gracia el poder conocer a alguien asi de peculiar, a simple vista parecía un sujeto de lo mas aburrido pero quizá su percepción era errónea, luego de todo cada persona resulta ser un mundo; ya satisfecho de las reacciones, bajó la mano dejándola a uno de sus costados haciendo que el rubio despertara inmediatamente del encantamiento.

“Puedes volver en tres días” Habia obviado todo lo demás, incluso la descortesía para decir eso, sus ojos aun llevaban un extraño brillo que recién había notado. “Quizá las flores para ese día ya estén presentes.”
“¿Flores..? ¿Has plantado algunas plant…”
“Si” le interrumpió enseguida “Las planté con la suficiente antelación para que estuviesen listas para hoy” señaló el lugar apenas levantando su mentón, Rohan se dio vuelta para poder observar el jardín, luego de bastante buscar pudo ver las fulanas plantas, dudaba que floreciera algo de ahí, de hecho parecían a punto de marchitarse. “Pero hace bastante que nada florece aquí”
Por alguna razón esa última frase resonó en el interior del chico, era bastante triste tener un jardín tan sobrio cuando deseas flores en él, incluso se había esforzado por hacer que la pintura de este lugar llevara añadido algo de color natural pero no lo había logrado. Kishibe no era muy conocedor de plantas pero sabía que el ambiente lograba influenciarlas, el ánimo y el aura a su alrededor debía ser el correcto o simplemente no se lograría nada, no podía culpar a la tierra, todo en esa casa lucía algo triste.
“¿Estas siempre solo aquí… en una casa tan grande..?” Apenas se dio cuenta de que había formulado la pregunta que pasaba por su mente cuando justo terminó de hacerla, volteó su rostro enseguida en dirección al de él, pidiendo disculpas por medio de sus verdes ojos, quizá un tema como ese no seria bueno tocarlo, luego de todo no lo conocía, tal vez esto podría tocar una fibra sensible.
“Si” Le contestó enseguida, había notado el arrepentimiento en los ojos del chico y en cambio le regaló una mirada y sonrisa conciliadora; estaba ya bastante acostumbrado a ese lugar, era lo único que le quedaba de una ya difunta familia.
“¿Qué no te aburres nunca?” Intentó desviar el tema por otro lado en medio de una leve risa, al parecer los momentos con Yoshikage podían pasar de muy tensos a relajados en un segundo, y viceversa.
“Hoy me entretuve bastante.”






“Benvenuto a Fraganza, signore”

Un menudo chico con rizos color oro le daba la bienvenida a la floristería; Había obligado a Noriaki a acompañarle, no quería verse como un romántico en busca de flores aunque estas realmente le encantaban, cada especie tan distinta de las otras, incluso lograr hallar las características entre las sub especies le incitaba a dibujar. Estaba ahí sin ninguna flor clara en mente, solo deseaba algo resistente y que aportara color al verde oscuro de aquel jardín.

Se pasearon entre los racimos de distintas clases, Noriaki solo deleitando con la majestuosidad de cada una de ellas, Rohan en cambio sin saber muy bien que buscar.

“¿Algo en especifico? ¿Alguna ocasión especial?” Preguntó el cordial chico a sus espaldas.
“La verdad solo busco algo resistente… ya sabes, de esas que no necesitan mucho cuidado”
“Oh, alguna flor que no sea caprichosa” Las risas de este parecía lograr hacer que todo el local vibrara junto con él, le arrancó una leve risa a Kakyoin y casi lo lograba también con él.

Las flores en ese lugar lucían tan alegres como podrían llegar a ser, colores armoniosos decoraban el lugar sin ningún orden especifico, adoraría ver algo como eso en el jardín que debía pintar, claro que este lugar transmitía otra energía, este chico parecía estar rodeado por un aura casi angelical, seria imposible ser un capullo y no florecer a su alrededor.

La visita lamentablemente fue corta, tenían clases en unas horas y no disponían del tiempo para quedarse a mirar todo el lugar que el joven rubio estaba muy dispuesto y orgulloso de mostrar; Rohan terminó escogiendo por recomendación del conocedor de la materia, unos pequeños arbustos que solían florecer por el día y caer sus pétalos al atardecer, eran un tipo de maleza muy resistente a todo cambio de temperatura o terreno, tampoco dañarían todo el jardín pues se esparcían muy lento y eran fáciles de remover.

“Muchas gracias por la atención” Se despidió Noriaki por parte de ambos al momento de abrir la puerta y hacer que la campanilla sonase.
“Grazie por venir” se despidió desde el mostrador con una sonrisa gentil.

Kakyoin sostuvo la puerta para que Rohan lograra salir con los pequeños materos entre manos, antes de cerrar otro joven se disponía a entrar por lo que la sostuvo por cortesía para él también.

“¡Guido!” Definitivamente ese tono tan alegre emitido por el chico de rizos lograría enternecer hasta al mas frio corazón.

 
Notas finales:

Espero les haya gustado 💜

El próximo será un pequeño capítulo centrado en Giorno y Mista, por ser corto planeo tenerlo listo tal vez en tan sólo un día.

Meencantaría leerles y saber su opinión sobre el fic.

 

Gracias por leer💜 


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