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1. La Pareja de Jongin por dayanstyle

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Notas del capitulo:

oh ohhh.. alguien esta celoso en este cap...

a leer..

KyungSoo vio a la pareja del Alfa caminar por el pasillo y los celos lo desgarraron. Él era el único que había amado a Jong In durante años. No ese humano del tamaño de un refresco. Como se atrevía a venir a donde KyungSoo había establecido su hogar y tratar de llevarse todo lo que era de él. Tendría que esperar su momento para realizar los cambios necesarios.

 

 

Luhan salió de la oficina, vio a alguien deslizarse por la esquina, fuera de su vista. Se quedó ahí un momento, esperando. Cuando nadie apareció, Luhan caminó para buscar a Baekho.

─ Hey, Baekho. ¿Estás listo?

Baekho se puso de pie, tomó sus llaves de un tazón de vidrio y se dirigió a la puerta.

─ Toma tu abrigo, Luhan. Está frío afuera.

─ No tengo. No pensé en traerlo. ─ Luhan se sentó en el sofá, suponiendo que no iría. Luhan había olvidado su abrigo en la caja de las cosas de invierno en su casa. Cuando subió a la motocicleta de Jong In tuvo frio y él no iba a pasar por eso de nuevo.

Vio alrededor del cuarto, tratando de decidir qué hacer. A él no le gustaba el billar ni las cartas. No quería ver la televisión, quizás podría buscar un libro para leer. Tenía que haber una biblioteca en algún lugar de esa gran casa.

─ Espérame, hombre. Ahora regreso. ─ Baekho se dirigió al pasillo. ¿Iría a decirle a Jong In que Luhan no tenía abrigo? Bueno, maldición, ¿había algo que él pudiera hacer sin causar problemas?

Baekho regresó al estudio. ─ Vamos, Luhan. Hagamos rock ‘n’ roll.

Hombre, Baekho tenía razón. Estaba frio afuera. La camioneta finalmente se calentó cuando empezó a funcionar el aire acondicionado.

─ Tengo órdenes del gran hombre de comprarte un abrigo. Iremos al centro comercial. Espero que te gusten las compras. ─ Baekho sonrió mientras movía sus cejas. Colocó un CD a todo volumen. Era de Godsmack. Baekho levantó su brazo al respaldo del asiento mientras recorrían la autopista. Luhan estaba disfrutando la libertad de salir de la pequeña ciudad, incluso si era solo por algunas horas.

Ellos llegaron al centro comercial en tiempo record, gracias a la patita de Baekho. ─No le digas a tu pareja que iba rápido contigo dentro de la camioneta. Me colgaría y me arrancaría la piel.

─ Ni una palabra. Lo prometo. ─ Luhan se rio mientras Baekho se apresuraba a meterlo al centro comercial y salir del frio.

Estaba lleno. Claro, era sábado, era tiempo de compras en el centro comercial. El lugar estaba lleno de adolescentes. Vio a un par de chicos Góticos dirigirse al área de comidas, piercing en la nariz y vistiendo totalmente de negro. A Luhan le gustaba como los adolescentes se expresaban. Un chico caminaba con un corte de cabello a lo mohicano de color purpura. La libertad de ser quien se quisiera ser o incluso elegir cambiar, era en su opinión algo hermoso.

─ Este es el camino, hombre. ─ Luhan siguió a Baekho a la tienda departamental. Ellos pasaron a una mujer tratando de ofrecerles el último molesto olor. Él odiaba los perfumes. Otra mujer los trató de jalar hacia la “más suave loción que el dinero podía comprar”. No gracias. Llegaron a las escaleras subiendo dos escalones a la vez para llegar a la ropa de caballeros.

─ Está bien, Luhan. Vamos a conseguirte un abrigo. ─ Luhan y Baekho recorrieron todos los anaqueles, tratando de encontrar algo decente para el pequeño cuerpo de Luhan. No tuvieron suerte en ese departamento.

─ Uh, Luhan, no estoy tratando de ser divertido ni nada parecido. Honestamente no lo hago. Pero quizás deberíamos de ir a buscar en el departamento de chicos. ─ Baekho le dio una mirada de disculpa.

─ Está bien. Solo no le digas a nadie dónde compramos mi abrigo. ─ Luhan se rio.

─ Lo prometo.

Baekho revisó las perchas buscando la selección correcta. Sacó uno para que lo aprobara Luhan.

─ ¡Spiderman! Besa mi culo, Baekho. ─ Luhan ladró riéndose.

─ Mierda, vaya boquita. ¿Jong In sabe que tienes una boca tan sucia? ─ Luhan bromeó.

─ Me importa una mierda lo que piense. ¿Vas a decirle?

Baekho soltó una carcajada. Le lanzó un abrigo negro a Luhan para que se lo probara.

─ Este está bien. Ajusta malditamente bien.

─ Será mejor que dejes de maldecir. Mi Alfa va a pensar que te estoy corrompiendo. No te ofendas, me gusta que mis bolas cuelguen entre mis piernas. ─ Baekho se reía mientras guiaba a Luhan a la línea para pagar. Bajaron un piso y se dirigieron al fondo.

─ ¿A dónde vamos ahora?

─ El Alfa me dijo que también te comprara algo de ropa. Yo hago lo que él me dice. ─ Luhan sacó camisetas y boxers de un estante y sostuvo un par sobre la cintura de Luhan.

─ Deja eso. Te ves como mi madre. ─ Luhan palmeó su mano, una mujer del otro lado del estante se reía. Luhan palmeó el brazo de Baekho. ─ Ves lo que iniciaste. Puedo comprar mi propia ropa interior. Tomó algunos de su talla y empujó a Baekho para que se moviera.

Después Luhan fue guiado hacia los jeans y camisas. ─ ¿Dijo algunas cosas o una juerga de compras?

─ Solo toma lo que necesites y deja de llorar como un bebé. Te llevaré al departamento de niños pequeños si no dejas de quejarte.

Luhan entrecerró los ojos. ─ No te atreverías.

─ Pruébame. ─ Baekho de nuevo sostuvo la ropa para revisar el tamaño de Luhan.

─ Voy a empezar a llamarte mami si no dejas de hacer eso.─ Cecil iba a arrebatarle los jeans pero era demasiado lento para Baekho quien los levantó fuera de su alcance.

─ Adelante. ─ Baekho se rio. ─ La gente te verá raro a ti no a mí.

Tomaron los jeans y camisas y se dirigieron a la línea para pagar. ¿Cuánto dinero tenia Jong In? Ellos definitivamente estaban en una juerga de compras. No se sentía cómodo con Jong In gastando todo ese dinero en él, y le dijo sus objeciones a Baekho.

─ Eres su pareja tendrás lo que quieras. Acostúmbrate a eso. Créeme cuando te digo que se enojará si te rehúsas. Deja que comience a mimarte. ─ Baekho tomó el brazo de Luhan y lo guió a las escaleras. Baekho ni siquiera lo dejó llevar las bolsas. Luhan se estaba frustrando.

Ahora bien, esto era de lo que habían estado hablando. La tienda de video juegos. Luhan podría perderse horas ahí. Ayudó a Baekho a elegir una consola de X-box y todos los accesorios que un chico pudiera soñar. El lobo escogió al menos diez juegos. Luhan se quedó con la boca abierta cuando compró todo. Debe ser lindo tener dinero para comprar así. Él no se sentía celoso…solo un poco deseoso.

Ellos entraron en una tienda de teléfonos celulares. Baekho le dijo que escogiera un teléfono.

─ Está bien, esto está fuera de la línea. No necesito un teléfono celular. Esto es demasiado. No, Baekho. ─ Luhan trató de alejarse, pero Baekho lo evitó.

─ Realmente puedo avergonzarte aquí. No me obligues a hacerlo, Luhan. ─ Baekho le dio una mirada de advertencia.

Luhan se alejó.

─ ¡Pero bebé! No quería dormir con él, honestamente. Eso solo sucedió. ¡Regresa! Hablemos sobre eso. ¡Te amo! ─ Baekho le gritó a Luhan.

Luhan estaba mortificado. Su cara se había vuelto de un profundo carmesí mientras miraba a la gente alrededor de ellos que se reía disimuladamente y otros fruncían el ceño. Las madres cubrían los oídos de sus pequeños hijos. La seguridad del centro comercial se aproximó a Luhan.

─ ¿Hay algún problema aquí señor? ─ Un guardia de seguridad veía molesto a Luhan. El otro le dio un guiño.

─ No, no hay problema. ─ Luhan contestó. Él iba a matar a Baekho. Regresó con el sonriente lobo. Si él iba a arrancarle la piel.

─ Bien, elige uno y lo pagaremos quejumbroso. ─ Luhan señaló un teléfono sin siquiera verlo. Con sus brazos cruzados sobre su pecho y sus cejas fruncidas. ¡Qué embarazoso era esto!

Una mujer le dio un guiño, se acercó y le dio su número de teléfono a Luhan.

─ Llámame, semental.

Luhan la vio incrédulo ¿Las mujeres realmente se encendían con los hombres gay? Baekho le arrebató el número de teléfono de la mano y lo tiró a la basura.

─ Realmente estás tratando de que me maten hoy. ─ Le dio a Luhan la bolsa con el teléfono celular y los accesorios.

─ Hey, hombre-clave. Tú empezaste con todo ese tramposo exabrupto. ¿Qué crees que pueda hacer Jong In si le digo acerca de eso, huh?

─ ¡No lo harás!

─ Pruébame. ─ Luhan se movió fuera del camino cuando Baekho se abalanzó hacia él, riéndose mientras se alejaba. Chocó con alguien casi tumbándolo.

─ Disculpe, lo siento. ─ Luhan fue atrapado antes de que cayera.

─ No hay problema, Lulu.

Luhan levantó la cabeza. Era Sehun. ¿El tipo lo estaría siguiendo? Baekho caminó hacia él y gruñó mientras Luhan se colocaba detrás de Baekho.

Si, él era un gallina. ¿Y qué? Demasiados recuerdos de sus abusos llegaron a Luhan. Sehun había puesto el temor de Dios en él y los viejos hábitos eran difíciles de dejar. Él sabía que Sehun no podía tocarlo ahora, pero el miedo seguía ahí.

─ Aléjate, pequeño niño. Deja al hombre en paz. ─ Baekho bufó.

Sehun lo vio y se alejó.

─ ¿Estás bien, Luhan? ─ Baekho caminó hacia la tienda de teléfonos y recuperó las bolsas que había dejado ahí.

Luhan negó con la cabeza, incapaz de contestarle al lobo.

─ Vamos amigo. Tenemos todo por lo que venimos. Déjame llevarte de regreso con tu pareja.

 

 

─ ¿Qué quieres decir con que es para mí? Suficiente es suficiente. No tomaré esto. ─ Luhan cruzó sus brazos sobre su pecho, arrugando la nariz al aire.

─ ¿Qué quieres decir con que no lo tomarás? ¿No te gusta eso? ─ Jong In no podía entender por qué su pareja rechazaba su regalo. Sabía que Luhan quería una consola de video juego pero que no podía pagarla. Entonces, ¿Por qué estaba siendo tan malditamente testarudo? Luhan le había devuelto la tarjeta de crédito y todos los recibos. Sabía que su pareja había sido bien cuidado hoy.

Le había dicho a Baekho que le comprara la consola y todos los accesorios con la excusa de que eran para el estudio. Él sabía que su pareja no elegiría lo que realmente quería si supiera que era para él. Luhan iba a aceptarlo lo quisiera o no. Una pareja no rechaza los regalos, mucho menos de un Alfa, eso era inaudito.

─ Jong In, esto es demasiado. Gastaste demasiado en mí. Lo aprecio, de verdad lo hago. Pero no puedo aceptarlo. Regrésalo. ─ Luhan se dirigió a la puerta de la oficina. ¿Su pareja había perdido la cabeza?

─ Luhan, ¡regresa aquí, ahora! ─ Jong In ladró con su profunda voz de mando de Alfa.

Luhan lentamente se detuvo frente a la puerta, con una expresión de miedo en su cara, sus manos enredándose juntas frente a él. Jong In podía sentir el miedo saliendo en oleadas de él. También podía ver que temblaba. Así no era como esperaba que su pareja reaccionara cuando él le presentaba un regalo, pero estaba enojado. ─ Nunca me des la espalda cuando te esté hablando, ¿me has entendido? Tomarás lo que te ofrezco sin quejarte. No toleraré esa conducta de mi pareja.

─ Si, señor. La mirada de su pareja iba a todos lados. ─ ¿Puedo irme ahora, señor?

Jong In asintió viendo a su pareja salir al pasillo y cerrar la puerta. Se maldijo cuando se dio cuenta que ni siquiera le había mostrado a su pareja su habitación. La única excusa que podía darse es que las cosas de pareja eran nuevas para él. Jong In estaba tratando.

Se sentía como un abusador, odiaba la manera en que había manejado esto. Luhan era humano. Él no seguía los mismos lineamientos que los lobos. Luhan no sabía que era una falta de respeto rechazar un regalo de su pareja y su Alfa. Jong In tenía que mantener eso en mente cuando tratara con su pareja humana. Necesitaba explicarle las cosas a Luhan. Calmadamente.

Jong In se dirigió al vestíbulo, tratando de abrir la puerta de la recamara, pero estaba cerrada. Él tocó. Nunca había cerrado su puerta en su propia casa antes. Cuando no contestaron, él tocó de nuevo. Que se joda eso. Quebró la puerta y encontró la cama vacía y la cortina moviéndose.

Su pareja había huido.

Jong In estaba hirviendo. ¿No le había dicho a Luhan que ahora era el blanco número uno de sus rivales? El pequeño hombre no se daba cuenta del peligro en el que estaba. Maldición. Jong In le llamaría la atención a los centinelas. Había seis de ellos en el estudio.

─ Luhan se ha perdido. Quiero que lo encuentren ¡ahora! ─ Los centinelas cambiaron a su forma de lobo. Jong In salió de la casa. Luhan estaría en problemas por esto. Pero primero, tenía que encontrarlo.

Jong In no cambió. Rastrear a su pareja era más fácil en su forma de lobo, pero traer de regreso al humano descarriado sería un desafío sin un vehículo. Tomó el paquete de emergencia del armario del vestíbulo que contenía varios cambios de ropa. Los guerreros podrían necesitarla cuando volvieran a cambiar.

Lanzando el paquete a la caja de la camioneta, Jong In siguió a los lobos. Ellos podrían rastrear a su pareja y entonces Jong In palmearía su trasero.

El Alfa no podía permitirse preocuparse. Preocuparse evitaría que se enfocara y él necesitaba mantener la cabeza fría. El peligro en el que su pareja se había puesto hacía que sus nudillos estuvieran blancos de la fuerza con la que sostenía el volante.

Si Ji Hoon o alguien de su manada encontraban a Luhan antes que Jong In entonces se iniciaría una guerra. No una que quisiera iniciar.

 

 

 

 

Notas finales:

nos vemos luego-...

oxoxox


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