Subió a la cama y se acurrucó en una bola dentro de una posición fetal, dejando que grandes lágrimas bajaran por su rostro. Jong In era igual que Sehun, no, era peor. Era más grande que su ex y diez veces más fuerte. Por primera vez Luhan comenzó a lamentar su decisión.
Quería ir a casa. Era un hombre mantenido y no podía aceptar eso. Luhan tenía que salir de ahí. No había manera en que se quedara en esa jaula de oro. Se limpió las lágrimas y se puso de pie.
Luhan cerró la puerta de la recámara, asegurándola. Abrió la ventana y vio hacia abajo. Salió por la ventana cayendo en la tierra sobre sus pies. Vio alrededor para ver si lo habían visto, cruzó el patio y se dirigió al bosque.
Huyendo de la casa, Luhan se dirigió hacia el único lugar en el que pudo pensar en ese momento.
Le tomó lo que le pareció horas llegar al único lugar que creyó seguro.
─ Jinki, soy Luhan. Abre. ─ Hombre odiaba haberse dirigido a su compañero de trabajo. Pero ¿A dónde más podría ir? Su departamento sería el primer lugar donde lo buscarían. Jinki finalmente abrió la puerta, haciéndose a un lado y permitiéndole entrar.
─ ¿Qué sucede, Luhan? ¿Finalmente decidiste honrarnos con tu presencia? ─ Luhan giró los ojos. El tipo era una molestia.
─ Hey, solo pensé que podía venir y aceptar tu ofrecimiento de jugar ─ Luhan pegó una falsa sonrisa en su cara. Eso realmente apestaba, se dio cuenta de que no tenía a nadie cuando necesitaba de un lugar a donde huir. Solo podía soportar esto y actuar con esos chicos como si fueran amigos.
─ Seguro, entra y juguemos. Sasha acaba de terminar la última versión. Es un asesino ─ Jinki se rio de su propia broma. Quizás se había precipitado al salir al salir de su prisión. Quizás tratar con las dominantes maneras de Jong In no era tan malo comparado con las malas bromas de Jinki y su voz nasal. Suspiró. Demasiado tarde ahora. Para ser honesto, temía enfrentar a Jong In. Había ido demasiado lejos.
Luhan se sentó aburrido no podía sacar de su mente a su por siempre importante amante. Jugó el juego con un falso entusiasmo, declinó el ofrecimiento de alcohol y empezó a extrañar horriblemente a Jong In. Quería regresar.
Luhan sabía que huir era una manera infantil de tratar con los problemas. Él había entrado en pánico al recordar las acciones de Sehun y sintió la urgencia de huir. Ahora él estaba en un tipo diferente de infierno. En el séptimo circulo, para ser exacto, con Jinki y el video juego.
Levantó la cabeza cuando oyó aullidos. ¿Lo habrían encontrado? Había estado fuera por horas. Luhan estaba cansado y hambriento. Cheetos y refresco no contaban.
Se oyó un fuerte golpe en la puerta del frente. Luhan saltó. Sentía la urgencia de esconderse en el armario. En lugar de eso, vio como Jinki se asomaba a ver por la mirilla de la puerta y se ponía pálido. Si, su pareja estaba aquí. Tiempo de regresar a la granja feliz.
Los golpes se hicieron más fuertes y un audible gruñido lo acompañó. Jinki corrió a la recamara y cerró la puerta. Luhan giró los ojos y se preparó para el abuso. Abrió la puerta y vio la molesta expresión de su pareja.
Jong In tomó a Luhan y lo jaló a sus brazos. Eso no era exactamente lo que esperaba, pero podía aceptarlo.
Había apostado que abría golpes alrededor.
─ Vamos a casa ─ dijo Jong In en un serio tono de voz.
Baekho levantó la vista para ver la magnificencia que la madre naturaleza ofrecía. Relámpagos cruzaban el cielo, iluminando la noche. La tormenta se aproximaba. Quizás podría ir a casa esta noche. Si Jong In iba a castigar a Luhan él no quería estar presente. Baekho había empezado a encariñarse con el hombre en este corto tiempo. No sería capaz de escucharlo gritar o llorar. Su consciencia no podía aceptarlo.
─ ¿Crees que va a lastimar al pequeño chico? ─ JongDae preguntó solemnemente.
─ No lo sé. Me dirijo a mi casa. Nos vemos mañana. ─ Cambió a su forma de lobo y cruzó el campo.
Se dirigieron a la casa en silencio. Tan urgentemente como Jong In había querido encontrar a su pareja, estaba demasiado enojado ahora mismo. En su lugar miró hacia la noche, apreciando la belleza de la tormenta que se dirigía hacia ellos, eso solo añadía misterio a la oscuridad. Vio los relámpagos de la tormenta hasta que llegaron al camino de grava.
Llevó a su pareja al interior, el comandante Chanyeol estaba en el estudio, con sus manos en los bolsillos de su pantalón de vestir gris oscuro.
─ Me alegra que lo encontraras, Jong In. ¿Él está bien?
─ Sí. Él está bien, Chanyeol ─ Jong In miró a Luhan, sintiendo su decepción. ─ Ricky, lleva a mi pareja a mi habitación.
Jong In levantó una mano para silenciar a su comandante. ─ No, Chanyeol. He tenido un infierno de noche. ─Dejó salir una respiración, pasó sus manos a través de su cabello. No tenía ni idea de cómo manejar esto.
─ Sabes algunas personas dejan su orgullo a un lado por quienes aman. Piensa en eso, Recuerda que él es un humano. Con unas reglas totalmente diferentes. ─Chanyeol se dirigió a la puerta con su chaqueta en su mano.
Jong In vio el techo. No quería comenzar su vida con Luhan haciendo que le temiera. Quizás Chanyeol tenía razón. Quizás él tenía que manejarse diferente con su pareja. Quería a Luhan feliz. Sehun lo había hecho pasar por mucho.
─ Señor, si puedo agregar algunas palabras al consejo. Debe resolver este problema de raíz. Tú pareja debe reconocer tú posición y la responsabilidad del liderazgo. Él debe aprender a mantener su lugar, en silencio a tú lado como la pareja del Alfa.
Jong In se giró para ver a KyungSoo de pie en el vestíbulo. Reflexionó sobre el consejo durante un momento. El hombre tenía un punto. No podía tener a su pareja huyendo de él y de los centinelas que lo vigilaban. El respeto debía de mantenerse. ─ Gracias, KyungSoo.
─ Solo trato de mantener la casa en paz. ¿Hay algo más en que pueda ayudarte? ─ Jong In notó que la mirada de KyungSoo bajó a su entrepierna. No…estaba imaginando cosas. KyungSoo nunca había hecho eso con él. Jong In necesitaba dormir.
─ Nada más, gracias.
Luhan se sentó en el borde de la cama con una mano en su regazo, comiéndose las uñas de la otra. Deseaba que Jong In terminara con su castigo. La espera lo estaba matando. Se preguntaba qué tan malo podría ser. Recordaba el abuso sufrido con Sehun. Los viajes al hospital, las excusas dadas a sus compañeros de trabajo por los hematomas. Había vivido un infierno durante dos años, finalmente escapó solo para correr directo a otro macho dominante. Ese ciclo tenía que romperse.
Su corazón golpeaba en su pecho cuando la puerta de la recamara se abrió. Jong In tranquilamente tomó asiento en una suave silla en la esquina del cuarto.
Los músculos de Luhan se movían por la tensión. Su pareja solo se quedó sentado en la silla de la esquina, sin decir una palabra solo viéndolo. El enorme Jong In estaba en silencio, Luhan sudaba, su corazón se aceleró y su valor se deterioraba. El tratamiento del silencio siempre quebraba a Luhan. Su madre lo usaba a menudo cuando Luhan se portaba mal saliéndose de la línea. Eso siempre funcionaba.
Jong In finalmente le señaló con un dedo que se acercara. Luhan se levantó de la cama y caminó hacia él, bajando la cabeza y colocando sus manos juntas frente a él. De pie junto al moreno su cuerpo tembló por los nervios. ¿Podría lastimarlo?
Jong In extendió sus brazos, Luhan subió a su regazo, aún nervioso, apoyó la cabeza en el pecho de Jong In.
El moreno colocó sus nudillos en la mandíbula de Luhan. ─ Nunca vuelvas a huir de mí, cachorro. Si tenemos problemas, los trabajamos y los resolvemos. Soy de la vieja escuela. Dame tiempo.
Luhan jugó con el cabello de Jong In, girándolo alrededor de sus dedos. ─ Lo siento. No quería que tus hombres tuvieran que buscarme. Estaba asustado, eso es todo.
─ No importa cuán enojado esté contigo. Nunca pondría una mano sobre ti con ira. ¿Entiendes? ─ Jong In tranquilamente le aseguró a Luhan.
Luhan asintió mientras Jong In retiraba el cabello de los ojos de Luhan y le besaba la frente.
Jong In despertó por un fuerte estruendo. Las ventanas de la recamara vibraban. Quitando las sabanas, salió de la cama y se puso unos jeans dejando el botón sin abrochar. Cuando abrió la puerta de la recamara, el ruido parecía taladrar sus oídos. Curioso Jong In siguió la música hacia el estudio. La vista ante él lo confundió momentáneamente.
Entonces una sonrisa se formó en el rostro de Jong In. Luhan saltaba de arriba a abajo con la música mientras él movía algo en sus manos, jugaba con el video juego. Todo el cuerpo de Baekho se movía con sus manos, tenía el ceño fruncido por la concentración. Ricky gritaba para que Luhan le pateara el culo a Baekho.
La estruendosa música de rock alrededor parecía realmente ser parte de la experiencia del juego. Chanyeol y Siwon estaban jugando billar y parecían también estar disfrutándolo, ladrándole al otro acerca de en qué buchaca caería la bola.
Su estudio había cobrado vida. La casa se había animado con el latido del corazón de su pareja. Jong In cruzó los brazos sobre su pecho, apoyándose en el arco de la entrada, feliz de ver a su pareja salir de su concha. Veía a Luhan sacudirse hacia adelante con la pequeña y rosada punta de la lengua por fuera en el lado derecho de su boca, profundamente concentrado. Sus caderas se movían de lado a lado. Jong In vio ese apretado culito y su pene se endureció.
─ ¡Comete mi polvo, hijo de puta! ─ Luhan gritó fuerte por la emoción. Jong In estaba impactado al oírlo maldecir. Se limpió la garganta.
El juego fue colocado en pausa y Ricky le bajó el sonido al estéreo.
Baekho levantó las manos en un gesto defensivo. ─ El pequeño chico ya tenía la boca sucia. No es mi culpa. ─Se defendió ante Jong In.
─ Soplón. ─Luhan le dijo a Baekho de manera juguetona.
─ ¿Quieres jugar? ─Baekho le lanzó el control a Jong In, yéndose al bar por una cerveza. Jong In inclinó la cabeza cuando Luhan levantó una botella oscura, dándole un largo trago. Vio la etiqueta y sonrió al identificar que era una cerveza de raíz. Luhan estaba tratando de ajustarse.
El juego se reinició y Jong In luchaba por descubrir qué hacer. Su hombre solo corría en círculos, sus armas disparaban contra la pared de concreto y el suelo. Incluso disparó al techo.
Esa mierda era más difícil de lo que parecía. La música se oyó en el cuarto de nuevo, dando ambiente. Jong In gruñó cuando su hombre fue derribado, sangre llenaba la pantalla. Baekho saltó en el aire y atrapó el control cuando Jong In lo lanzó hacia el televisor.
─ Lo lograrás. Necesitas práctica ─Luhan jaló la camisa de Jong In quería un beso. Jong In se inclinó y le dio un rápido beso.
KyungSoo presionó la cabeza contra la almohada. La música le estaba dando un fuerte dolor de cabeza. Nunca había oído esa mierda antes. Apretó la almohada contra sus sienes. La ira hacía que se le movieran las alas de su nariz mientras pensaba qué hacer con la pequeña amenaza.
Luhan y Jong In jugaban de nuevo. Él no iba a renunciar. Esa era una de las cosas que él podía ofrecerle a su pareja –la oportunidad de compartir un interés común. Jong In jugaba contra Ricky, hablando más sucio de lo que Luhan lo había hecho. Había amenazado con patear a Ricky, desmembrarlo, enlazarlo y patear su culo. Esto era hilarante.
─ Gracias. No lo había visto tan relajado en un siglo. ─ Chanyeol estaba de pie detrás con sus manos detrás de su espalda. Le dio un guiño a Luhan.
Luhan no había tenido oportunidad de hablar con el feroz guerrero. Eso le vino a la mente a Luhan cuando vio al escultural hombre. Sus hombros eran tan anchos como largas las piernas de Luhan. No era voluminoso pero estaba cincelado. Emanaba poder y autoridad.
─ Me gusta verlo así. ─ Luhan realmente no pensó en la respuesta. Se sentía intimidado. Quería alejarse pero no quería que el tipo supiera que le temía. Nunca dejes que vean tu miedo. ¿De qué comercial era eso?
Luhan gritó cuando fue levantado en el aire, agitando sus brazos. ¿Qué infiernos?
─ Ven aquí, bebé. ─ Jong In colocó sus brazos bajo el trasero de Luhan llevándolo con él por el estudio. Qué embarazoso. Todos los hombres estaban ahí.
Golpeó el hombro de Jong In y le murmuró al oído. ─ Bájame. Ellos van a creer que soy un gran bebé. ─ Luhan vio alrededor para ver todos los rostros sonrientes. Genial. Gracias por castrarme, pareja.
─ No le temas a nadie aquí. ─ Jong In mordisqueó su oreja mientras hablaba suavemente. ─ Estas más seguro aquí que en cualquier lugar de la tierra. Todos estos chicos ─Señaló a todos los hombres alrededor─ Darían la vida por ti ─Jong In dijo lo último en voz alta y autoritaria, como si lo decretara.
─ ¿Me temes, Luhan? ─Chanyeol estaba al lado de él con su mirada intrigada.
─ No ─Luhan respondió defensivamente. No quería darle al gigante la ventaja.
─ Bien. Juguemos. ─ Chanyeol tomó el control de Ricky antes de que el pelirrojo se diera cuenta de lo que sucedía.
─ Hey, ¡Estoy jugando! Solo porque eres mi comandante no significa…como sea.
Chanyeol se reía mientras Ricky se dejaba caer en el sofá haciendo pucheros.
─ Ven aquí, bebé. Tienes que aprender a compartir tus juguetes. De cualquier manera es tiempo de patrullar. ─Baekho besó los labios con el puchero, bromeando con Ricky.
─ ¿También son pareja? ─Ellos parecían ajustarse naturalmente, Luhan quería una relación juguetona con Jong In. Su pareja parecía tan tenso. Reglas, reglas, reglas, asqueroso.
─ Asombrosamente, no.
Ver a esos dos hombres puso a Luhan tan caliente como el infierno. Aún en los brazos de Jong In jaló el cuello de Jong In.─ Te quiero ─Luhan se rio cuando Jong In se giró y se apresuró hacia la recamara.