Primavera 2016
– No estoy seguro de volver a la escuela de artes.
Agrego y revuelvo mi cabello. Posteriormente, pateo la llanta del viejo Hyundai blanco que me ha obsequiado mi padre para navidad. Estoy hecho un lio, cansado de las estúpidas clases y de los estúpidos compañeros de estudio. Debo agregar que también estoy harto de un par de mocosos que se creen jodidamente perfectos.
Subo al coche y hago rugir el motor de mi auto. Jongin, mi compañero de apartamento ríe por mi comentario y agrega:
– Deja el melodrama Chanyeol, estamos en el último año. ¿Quieres abandonarlo todo ahora?
– Mira Jongin, esta es la cosa. No quiero seguir viendo la cara de Byun Baekhyun y la de su estúpido amigo ¿Minseok?
– Solo son…
– ¿Homosexuales?
Hay un breve silencio apenas interrumpido por la radio. En realidad en estos momentos no presto absoluta atención a nada de lo que hago. Ir en coche a la universidad cada día es la misma rutina, solo lleva veinte minutos recorrer la carretera principal hasta la facultad de artes si incluyes los semáforos que me he comido.
Es por tal razón que ahora discuto con un oficial de tránsito para que me deje ir o llegare tarde a la estúpida clase de danza el día de hoy.
– Mire oficial estoy retrasado solo por eso lo he hecho. Le juro que es la primera vez que me pasa. Pagare la multa solo déjeme ir.
El oficial se asegura de que no le he mentido, me entrega el papel y se va. Jongin me mira juzgadoramente. Y me siento como un prisionero que será condenado a la pena de muerte. Me muerdo los labios y seguido de ello suelto una risotada tal que contagia al moreno.
Vuelvo a dar marcha al coche y una vez más me sumerjo en esos mismos pensamientos que tenía hace solo dos semáforos rojos atrás. Estoy seguro de haber visto a Byun Baekhyun antes mucho antes de que entráramos en la universidad. Jongin dijo que cuanto estábamos en tercer año habíamos ido a casa de Jongdae para robar una botellas de vino y brandy que ocultaba su padre en la cochera.
Jongdae había dicho que no se daría cuenta si llegaban a faltar algunas, pues tenía un montón de ellas y era imposible que las contara todas. Entonces en medio del salón comenzamos a beber y revelar secretos, esa noche pactamos no separarnos jamás. Hasta el sol de hoy aún seguimos todos juntos, con los mismos sueños y ambiciones, como si cada uno fuera parte de esto y nada más.
Muchas veces discutí con Jongin la posibilidad de que alguno se marchara y no regresara. Entonces, solo entonces, nuestro pacto habría muerto para siempre y seria como si nada hubiera pasado jamás. Pero cuando hicimos nuestras solicitudes y presentamos el examen para la universidad, Jongdae comento que quería estudiar música y Jongin baile junto a Sehun, y pues siempre he sido bueno con los instrumentos musicales así que yo esperaba volverme un excelente concertista en algún momento. Y todos decidimos ingresar a la misma universidad.
Tenemos veintiséis años ahora, en aquel entonces estábamos por cumplir veinte. Recuerdo que robamos el auto del padre de Sehun, quien no vivía muy lejos de Jongdae. Cuando deambulábamos por las calles Jongin comento que había un bar de prostitutos. Honestamente no le creí, pero media hora más tarde Sehun llego con un chico al callejón donde le estábamos esperando.
– Park... Park… Park…
– ¿Ummm?
– ¿Está todo bien allí adentro? –Jongin golpea suavemente mi cien con su índice y sonríe–. ¿Acaso alguna chica ya conquisto el corazón de mi querido Chanyeol?
– No, no es eso. Solo… recordaba.
– ¿No me digas? ¿Alguna nueva película porno que quieras recomendar?
– Diablos Jongin no todo en la vida es sexo.
Aparque el auto y tome mis cosas. Llevábamos una hora de retraso, por lo que nos vimos en la obligación de correr a través de los pasillos hasta llegar al salón de baile. Los chicos vestían con mayas. Odio las mayas. En medio del salón estaba Byun Baekhyun haciendo un numerito con un tipo nuevo, quien al parecer parecía encantado con los movimientos de caderas del más joven.
– ¿Quién es ese? –pregunto.
– Zhang Yixing. –Responde Sehun retirando una paleta roja de su boca.
– Maestro de intercambio. –Agrega Jongdae–. Parece que es un excelente bailarín de arte moderno y valet tradicional.
– Vamos Jongdae. No creo que supere a Jongin. –Reprocha Sehun y Jongdae lo ignora.
Camino hasta el interior del cuarto de cambio, donde Jongin lucha con la maya para poder subirla. Me rio. Minutos más tardes me encuentro a mí mismo luchando igualmente con la estúpida maya para que encaje en mi cuerpo. Me miro en el espejo cuando he terminado y Byun Baekhyun ocupa el espacio. Incluso odio respirar el mismo aire que él respira. Me mira con mala cara y rueda los ojos. Ambos hemos detestado al otro desde que iniciamos la carrera. Me peino el cabello y arreglo mis cejas. A veces soy demasiado superficial.
Baekhyun comienza a cambiarse de ropa delante de mí y noto, cuando retira su camisa que tiene una cicatriz en el pecho que va desde su tetilla hasta el abdomen. Él se da cuenta de lo que estoy mirando e intenta regalarme una sonrisa que parece una mueca.
– Una pelea callejera.
Tuerzo los ojos y me marcho, no se la verdad porque me ha dicho eso, ni siquiera pregunte. Tampoco es como si me interesara en absoluto por su vida. Pero ahora tengo curiosidad por saber que paso. Me revuelvo el cabello y me doy una bofetada mental por interesarme en los asuntos de un homosexual. Entonces el recuerdo golpea mi mente y me encuentro una vez más en aquel callejón golpeando a un chico vestido de lentejuelas.
No logro distinguir su rostro pero está gritando. Grita fuerte. Pero nadie parece escuchar. El recuerdo se distorsiona y vuelve borroso. Entonces ya no hay nada más. Jongin no hablo nunca del tema, nadie lo hizo la verdad. Pero después de tantos años ahora quiero saber que paso ese día.
De momento me concentro en la clase del día, el profesor Zhang deja sonar la música y explica un par de pasos frente al espejo, lo mejores bailarines agarran el paso incluso mejor de lo que ha explicado el profesor. Las personas torpes como yo, nos tropezamos unas cuantas veces antes de lograr que alguno de los pasos salgan bien.
Entonces, el profesor opta por pedirle a Byun Baekhyun que me explique, me niego e inicio una disputa inútil pues al parecer el profesor ve con buenos ojos al chico y lo prefiere a él antes que a otro. Y aquí estoy, en un rincón del salón con el maldito homosexual que odio bailando valet tradicional.
En la hora del almuerzo, los chicos hacen comentarios graciosos y comienza a bromear y juguetear con el tema de Baekhyun logrando sacarme de mis casillas.
– Bueno ya basta. Cambiando un poco de tema estaba pensando invitar a salir a Yoona.
– No creo que sea correcto hace un par de días la vi con alguien en el cine. –añade Jongin llevando una cucharada de arroz a su boca.
– Gracias por decírmelo antes.
– No eres muy abierto con tus cosas Chanyeol.
Me encojo de hombros y vuelvo la vista a mi comida, pero no la como solo juego con ella y la curiosidad me invade una vez más ese día. Entonces, acabo preguntando lo que no he debido preguntar jamás.
– ¿Que paso esa noche?
Los chicos se miran entre ellos pero ninguno es capaz de mirarme, por un momento temo haber matado a alguien y al parecer notan que es lo que pienso, pues probablemente mi cara sea un poema de terror y Jongin añade:
– Estábamos muy ebrios Chanyeol. Es difícil recordar.
– Han pasado años. –agrega Jongdae y Sehun asiente.
Sé que me están ocultando algo pero no sé qué es, incluso pienso que no estaría mal hacer una sesión de hipnosis para saber que paso realmente. Sin embargo, inmediatamente lo rechazo pues no quiero que me pase algo como en las películas donde por un chasquido los personajes vuelven a su estado hipnótico.
Baekhyun entra en la cafetería muy risueño junto a su gran amigo Minseok y puedo notar como Sehun lo mira, embelesado. Se le escurre la baba. Y me preocupo no quiero que uno de mis mejores amigos sea homosexual también. Le doy una palmada en la cabeza y me mira, arqueo una ceja, se encoje de hombros y vuelve a devorar su comida.
El día transcurre tranquilamente, en medio de risotadas y carcajadas durante la clase de drama y actuación. La profesora informa que al final del año se hará un musical y me preocupo pues tendré que esforzarme mucho para alcanzar al protagónico.
Cuando voy al estacionamiento me doy cuenta que Baekhyun está con el profesor de danza recostado a su coche (supongo) está riendo plácidamente con aquel hombre y no sé por qué pero siento un impulso de ir a insultarlo y darle unas cuantas bofetadas por hacer espectáculos en un área pública.
Noto que el profesor aparta un mechón de su rostro y se acerca a él cautelosamente, Baekhyun no parece molesto por eso, en su lugar tiene cara de niño ansioso y tonto. No sé qué es lo que pasa en realidad, pero cuando vuelvo a mis sentidos el profesor esta tirado sobre el asfalto con el pómulo ensangrentado mientras sujeto la mano de Baekhyun con fuerza. Lo miro.
– Tú vienes conmigo.
Hay un parque de cerezos a las afuera de la ciudad y el silencio sepulcral en el interior del auto me hace estallar los oídos en desesperación por volver a escuchar su voz. Tengo el ceño fruncido, lo sé porque puedo sentir la amargura en mi rostro. ¿Qué ha sido todo eso? Miro el puesto del copiloto, Baekhyun está ahí.
No se inmuta, no dice nada, su respiración es pausada. Sé que esto no es un sueño pero sigo sin comprender que ha pasado antes. Golpeo el volante y me estaciono a un costado de la carretera, logrando que me mire. Vuelvo mi rostro y le correspondo, él esta tan impresionado como yo por todo lo que ha pasado.
– ¿Te has vuelto loco Park Chanyeol?
Es lo único que dice, su voz suena apagada y distante en mis oídos. Su semblante es triste y decepcionado. Pero yo no quiero percibir más esa tristeza. Los nervios recorren mi cuerpo y noto con ansias que quiero besarle, pero retiro de mi cabeza esos pensamientos y alejo tanto como puedo aquellos extraños impulsos.
– No quiero seguir viendo tu estúpida cara –logro decir finalmente–. Quiero que abandones la escuela y te marches lejos Byun Baekhyun, mis padres tienen mucho dinero puedo pagar el viaje a donde quieras y la universidad que quieras mientras no tenga que seguir viéndote aquí.
– ¿Cuál es tu maldito problema?
– Te odio demasiado.
– Ignórame. Pero no abandonare la escuela por ti. He luchado demasiado por este sueño para que un maldito bastardo quiera arruinarlo todo con su cochino dinero. Eres tan homosexual como yo Park Chanyeol y te podría apostar lo que quieras a que esa es la verdadera razón por la que me odias. Te crees tan hombre por tener dinero y un grupo de amigos masculinos. Intentas creerte tu propia mentira y me odias por no poder revelarte ante el mundo como quisieras…
Se que Baekhyun tiene más cosas que agregar a su discurso pero antes de que otra palabra pueda salir de su boca, mi mano se estrellado contra su mejilla tan fuerte que se le marcado. El chico se traga sus lágrimas y limpia aquellas que se le han escapado. El recuerdo golpea mi mente como un flash y me odio, en este punto, me odio.
Baekhyun baja del coche y se marcha. Veo como se aleja por la acera de la carretera en medio de árboles que se mecen ligeramente. Quisiera poder decir que lo siento pero contrario a eso, enciendo el motor de mi auto y me marcho. Vuelvo la vista por el retrovisor y noto como el cuerpo de Byun Baekhyun se desvanece y cae al suelo.
– Vamos Park, le has roto la nariz al pobrecillo. Detente. Vas a matarlo.
– Cierra la maldita boca Jongin si no quieres que te pase lo mismo.
– Solo hacia su trabajo. Míralo. Es solo un prostituto. –Jongdae sale de las penumbras y me sujeta por el hombro.
Estoy a punto de golpearlo pero Sehun es más rápido y me sujeta por el otro brazo. Todos salimos de aquel callejón. Todos dejamos a Baekhyun tirado. Recuerdo que volvimos a casa y cuando todos los chicos se quedaron dormidos yo regrese aquel lugar.
Baekhyun seguía allí, tirado, ensangrentado y amoratado. Lo levante del suelo y lo puse a mi espalda. Sé que camine con él todas las mismas calles que recorrí con los chicos hasta dar con el bar donde trabajaba. Otro chico me ayudo a entrar y llevarlo a una de las habitaciones disponibles, allí, sane todas y cada una de las heridas que le hice.