Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Oscuridad por electroyusei

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Despertó soñoliento acurrucado en el centro de la cama con un cuerpo a su lado. No pudo moverse mucho más por toda la vergüenza que sentía. Apenas y abrió los ojos para verlo a la cara, tuvo que cerrarlos para evitar sonrojarse más, ciertamente se sentía muy bien poder despertar así, con alguien a su lado, y más después de la pesadilla que había vivido.

Realmente esta se había sentido tan real… no podría tan siquiera intentar saber que era, porque no lo sabía, no tenía ni idea de porque había sido. ¿Por su padre? ¿Por la situación? ¿Zarc acaso? No lo sabía con certeza. Y si eso había sido suficiente para hacerle despertar con lágrimas, algo muy malo había sido. Lo que sea que fuese, tenía a Yuya algo miedoso, esas pesadillas no significaban nada a futuro, sino hacia el pasado, tendría que ser algo que él temiera mucho. Pero ese algo no tenía forma, sólo era un bulto negro en medio de su cabeza que no lo dejaba ver.

Algo se movió a su lado. Supo entonces que debía quedarse lo más quieto posible si no quería que lo descubriera despierto. Porque entonces el no sabría qué hacer. Esta situación le daba mucha vergüenza. Quizás con Yuto sería menor… No, con Yuto quizás sería peor. Y cómo si la vergüenza de Yuya no fuese suficiente, Yugo le puso una mano en la mejilla y se la acarició suavemente. Al de ojos rojos le gusto tanto aquella suave caricia que sonrió sin darse cuenta. Al de ojos esmeraldas le enterneció esta acción.

—Buenos días Yuya—se llevó el asombro del otro que no se había dado cuenta de que había sido descubierto—, ¿no tuviste más pesadillas?—Yuya se encogió ligeramente y entreabrió los ojos para mirar hacia abajo lo más que pudiese, y así evitar su mirada—¿Yuya?

—N-No… no soñé con nada—respondió en un murmuro ignorando lo sonrojadas que estaban sus mejillas. Miró a otro lado—. Gracias por acompañarme—murmuró en un todo bajo muy personal. Para que solo ellos dos fueran capaces de oírle.

—Cuando lo necesites Yuya—sólo lo miró sin esperar realmente a que le devolviese la mirada—, las pesadillas son algo que se puede evitar, sobre todo si no estás sólo—el de ojos rojos le miró intrigado—. Cuando te sientes seguro durmiendo, no es tan fácil tener pesadillas.

—¿Cómo sabes eso?—preguntó con genuino interés—¿Es por qué estabas en el orfanato?—preguntó sin pensarlo demasiado en realidad. Se dio cuenta de su error cuando vio la cara de confusión del chico.

—¿Cómo sabes que estuve en un orfanato?—preguntó. Cualquier persona pensaría que se debería de bajar la cabeza y mostrar vergüenza hacia lo que él estaba refiriéndose, se pensaría que Yugo debería se sentirse terriblemente incómodo por saber que era un chico sin padres. Pero no era así, en realidad, el de ojos esmeraldas daba la impresión de que ese no era el problema.

—Ah…—pudo modular sin realmente saber que decir. Estaba lívido por todo aquello—Yo… bueno…

—¿Lo viste cuando conectamos la mente de todos nosotros en una? O lo que sea que haya pasado en ese momento…—alzó una ceja mientras se apoyaba sobre su codo derecho para así poder ver mejor al otro. Este último apenas y pudo asentir suavemente—Supongo que tiene sentido… pero… no logré ver nada tuyo en realidad—Yuya sólo le miró captando de cierta manera su incredibilidad por verlo saltar paulatinamente del tema—. Tú… ¿podrías contarme algo de ti?—la emoción se notó levemente en su voz. El de ojos rojos tambaleó un poco en su respuesta.

—En realidad no hay mucho que contar, sólo… cosas que no son demasiado agradables en realidad—murmuró suavemente.

—¿De verdad?—preguntó casi con inocencia. El proveniente de Standard sabía que él no sabía nada de aquello, al fin y al cabo, el único que comprendía totalmente su sufrimiento era Yuto.

—Bueno… si…—pensó que se había decepcionado de él. Bajó la mirada con la intención de que su flequillo ocultase su mirada.

—Umm… ¿La copa de la amistad tampoco fue agradable?—preguntó algo intrigado. Algo en la cabeza de Yuya hizo Clic. Quizás, eso era lo que quería saber desde un principio.

—No, no, bueno, no tanto—levantó un poco la cabeza. Soltó una risita nerviosa sin saber que decir realmente—. Fue más bien... una locura. Los Commons se rebelaron contra los Tops.

—¡¿Qué cosa?!—preguntó con asombro—¡Imposible! Ellos no harían algo así tan de repente—hizo una ligera pausa para pensar—Aunque también la copa estaba causando… mucha controversia. Sobre todo por ti y lo que pasaba con Roger, el director de Security…

—No me lo recuerdes—pidió en un murmuro bajo. Yugo de inmediato se arrepintió.

—Lo siento, digo cosas sin pensar—suspiró—. Lo lamento.

—No te preocupes—respondió después de un momento—, no lo sabías.

—De todos modos lo siento—Yuya decidió cambiar de tema para evitar que él se sintiese peor.

—Aunque… todo terminó bien, Commons y Tops se reconciliaron—sonrió inconscientemente—. Todos se aceptaron y ahora creen que pueden vivir juntos en paz. Ellos realmente dejaron de creer que revelarse era la mejor opción así que… las cosas se arreglaron.

—Wow… me gustaría ver eso—dijo con cierto tono risueño—. Jamás imaginé que podría pasar—miró al infinito con una expresión de nostalgia y anhelo—. ¿Cómo fue? ¿A través de un duelo? ¿Security tuvo algo que ver? ¿Jack Atlas tuvo algo que ver?—preguntó con ilusión.

—Security… no… sobre el duelo y Jack Atlas… sí, él tuvo algo que ver—respondió en un murmuro.

—¿En serio?—preguntó con aún más interés—¿Con quién tuvo el duelo?—tenía una respuesta en mente, pero era sólo una corazonada, no creía posible que se cumpliera, o al menos no del todo. Al fin y al cabo, aquellos sueños que tuvo no dejaban las cosas claras.

—Bueno, yo estaba peleando contra él—dijo en voz baja, sólo para que el sonido se escuchara sólo entre ellos—. Yo… llegué a la final de la Friendship Cup.

—Oh…—sus ojos se abrieron en asombro. No se lo podía creer, el chico que estaba en frete suyo era el finalista de uno de los torneos más importantes de toda su historia. Aún no podía creerlo—Ahora eres mi héroe…

—¿Q-Qué?—tartamudeó un poco al hablar debido al asombro producido por tan repentina frase—¿P-Por qué?

—¡Llegaste hasta la final de la copa de la amistad! ¡Eres casi como el Rey!—menciona con entusiasmo. Yuya le sonrió de manera cálida—¡Has logrado algo que siempre he querido desde que era niño!—pero de repente su emoción se esfumó. Yuya se asustó, pensó que había hecho algo mal—Entonces tú… peleaste con Jack Atlas.

—Eh… si…—afirmó no muy seguro de a dónde iba Yugo con todo aquello.

—Mmm… tú… ¿te hiciste mucho daño cuando te caíste?—preguntó con un tono inseguro y preocupado al mismo tiempo.

—¿Caerme? ¿Te refieres al primer duelo que tuve?—Yuya alzó una ceja.

—No, no, en la final…—cerró un momento los ojos y después arrugó el rostro ligeramente—¿También te caíste la primera vez? ¡¿En serio?!—abrió los de sobre manera—¿¡Estás bien?! Esas caías son terribles si no tienes protección, y ese traje no tenía nada de eso—Yugo empieza a revisar a Yuya de una manera algo exagerada tocándolo un poco—. Demonios, esos organizadores no pudieron hacer nada contigo, esperan que todos podamos estar en armonía y no le dan a nadie una D-Wheel, ¿cómo esperan que salgas bien después de esto? Eso no tiene sentido, ninguno en lo absoluto—suspiró mientras seguía toqueteando suavemente al otro. El de ojos rojos tenía un enorme sonrojo en sus mejillas por el tacto del otro—. No tienen sentido, ellos y sus estúpidas leyes no tienen sentido, sólo se sientan en donde sea que se sientes y asumen las cosas…

—Ah… Yugo…

—¿Cómo se atreven a hacerle algo así a ti?—preguntó con cierto fastidio—Siquiera algunas coderas o rodilleras. Pero estar sin protección adecuada en un Turbo duelo es de lo peor que puede haber… cómo si no les bastara con enviarnos a un basurero a trabajar—rodó los ojos. Yuya puso sus manos en el pecho de Yugo y empujó suavemente—. ¿Yuya?

—Estoy bien… no me caí de nuevo, sólo casi me estrello un par de veces, pero está bien, era un piloto automático, no hay de qué preocuparse—dijo mirando a algún otro lado para evitar más vergüenza. Ese chico le causaba bastante vergüenza por la manera sobreprotectora que tenía con él. Aunque para que mentir, Yuto también era un poco así. Pero toquetearlo tanto lo estaba incomodando ligeramente.

—Pero te caíste dos veces en poco tiempo en un Turbo duelo—alegó mirándole con un brillo preocupado en sus ojos. Yuya quitó sus manos del pecho porque el otro había entendido el mensaje y había quitado sus manos de él—, en serio creo que debes…

—¿Por qué dos veces?—preguntó con intriga.

—Ya sabes…—rodó un poco los ojos sin saber que decir realmente—Las dos veces que perdiste con el Rey—trató de sonar lo más amable posible tratando de no llegar a herirlo por las derrotas.

—Pero… Sólo he perdido una vez contra Jack Atlas—dice algo confundido. El otro se le quedó mirado por unos instantes, totalmente impactado. El de ojos rojos repasó mentalmente la conversación que acababan de tener. Entonces lo entendió, este chico no sabía en realidad que él había ganado la Friendship Cup, pero, ¿cómo? Si no estaba mal, en el sueño que él tuvo y que logró cambiarlo todo, Yugo lo sabía de alguna manera, pero ahora parecía que no. Entonces…. ¿Todo lo que vivieron en los sueños era una ilusión? ¿Él realmente no había hecho nada de ello? ¿No había hablado con ellos en verdad? ¿Todo era algo que sólo él mismo sabía? Pero aquello no explicaba porque todos ellos eran tan protectores con él, las cosas paraban de tener sentido. Antes tenía la justificación del sueño pero ahora no. Por qué ellos se estaban quedando con él.

—¿D-De verdad?—preguntó totalmente incrédulo, Yuya no alcanzó a responder—Ósea que lo que vi antes de despertar no era sólo una confusión, era verdad—se acercó sigilosamente sin tocarlo—. Todo es verdad, realmente tú… eres un gran duelista

—¿Confusión? ¿De qué hablas?—preguntó.

—Creía que lo que me habías mostrado era mentira, realmente todo fue tan irreal… no me creía nada—divagó sin verle a los ojos—. Pensé que sólo había sudo una corazonada, pero—sonrió—me alegro de que no lo fuera, de que lo que tú me dices es verdad y no una ilusión—y lo abrazó fuertemente, no tuvo mucho cuidado en verdad. Estaba feliz, muy feliz porque sabía que lo que le había mostrado aquel chico en aquella visión tan rara que tuvo entre sus sueños era real. Porque las cosas no tendrán que ser las mismas nunca más, y aunque él no fuera capaz de disfrutarlo, se alegraba mucho por los niños de su orfanato, se alegraba de que City ahora estuviese mejor y fuera un lugar perfecto para las personas soñadoras. Cómo él—Gracias.

En realidad le había salido un poco seco y falta de sentimientos. No lo quería, pero salió, era lo mejor que había podido dar en esos momento donde su mente se quedaba estancada en pensamientos sobre él mismo. ¿Y ahora qué harían? Estaban buscando un refugio con el Idiota, pero ¿después que harían? ¿Se quedarían allí estancados para siempre? ¿Sin más? ¿Se iban a quedar estancados… para siempre? No le molestaba acompañar a Yuya y a Yuto, pero si a Yuri, era un ser que simplemente no cabía en su cabeza. Había hecho cosas terribles en el pasado, y siempre se estaba refugiando en la idea de que no era él mismo. Al menos se había disculpado, pero eso no bastaba. Nunca bastaría. Había roto su relación con Rin de una manera permanente, aunque fuese su culpa en cierto modo. Negó silenciosamente, él había decidido este camino, él lo había hecho de esta manera. No era cómo si el de ojos fucsias lo hubiese obligado. No podía culpar a otros de sus decisiones, sería absurdo.

—Yo… sólo hice lo que creí correcto—dijo en un susurro sonriendo suavemente, alegre por saber que hizo algo bueno por ese chico. Se quedaron abrazados por un rato, mientras veían al tiempo pasar cada uno por su lado. Las cosas estaban calmadas ahora, no se oía mucho, y los otros dos no aparecían por ninguna parte, no se oían. Yuya nunca llegó al extremo de preocuparse por que simplemente no le parecía importante, o al menos no ahora que estaba con Yugo de esta manera. Sintiendo el calor de sus cuerpos suavemente sobre el otro. Todo habría seguido perfectamente, hasta que un cansado chico de ojos fucsia se acercó hasta el umbral de la improvisada puerta que tenían. Tocó para llamar su atención, a lo cual los dos se volvieron hacia él.

—Vamos a comer—dijo serio y sereno. Tenía un aspecto cansado y unas ligeras bolsas debajo de sus ojos. Yuya se preocupó un poco por ello, pero antes de que pudiese decir cualquier cosa, Yuri se retiró a paso lento hacia otra habitación, probablemente a despertar a Yuto.

Sólo se miraron con intriga y sin decir nada se levantaron para ir a comer.

-.-.-.-.-.-

—Sus amigos ya volvieron a la tierra firme—informó Yuri cuando todos estaban a punto de irse a hacer cualquier cosa para matar el rato. Su improvisado desayuno les había hecho bien a sus estómagos.

—¿En serio?—preguntó Yuya, que pareció el único capaz de hablar. Yugo se había quedado pensativo mientras que Yuto apenas y estaba con los pies sobre la tierra. Nada de pensamientos coherentes salían de su cabeza.

—Llegaron por el crucero transportador de Academia, quizás estaba a punto de entregar alguna otra carga de estudiantes o lo que fuera—informó mirando a un punto indefinido del espacio—. Algunos llegaron vendados y con rasguños menores—bostezó de repente sin hacerse notar—. No escuché nada de lamentos por gente muerta así que… creo que no hubo pérdidas.

—P-Pero yo… ummm vi una mano—dijo Yuya con un ligero escalofrío en su espalda.

—Quizás si murió gente, pero nadie dijo nada al respecto—sus ojos se bajaron un poco por el cansancio—, o al menos no de la gente que oí—volvió a bostezar—. Tengo información incompleta.

—… ¿viste a Serena?...—dudó antes de preguntar—¿o a Yuzu?

—Las vi a las cuatro—dijo de manera algo soñolienta—parecían desesperadas por buscarnos, no sé qué es lo que tramaban, ninguna de ellas parecía herida. Incluso gritaron sus nombres—Y soltó otro bostezo. Los otros dos, que aparentemente estaban envueltos en sus propios sentimientos, levantaron la cabeza y le dirigieron sólo la mirada de sus ojos—Nos estaban buscando, creo que quieren reencontrarse con ustedes—Yuya sonrió un poco pensando en cuan importantes debían de ser para ellas, pero entristeció. Sabía que no podrían volver a verse jamás—. Así que…—bostezó nuevamente—si van a salir, salgan encapuchados y mantengan un bajo perfil, tenemos que quedarnos un día más pero no quiero que tengan una mala experiencia si nos encuentran…

—Gracias Yuri—el aludido simplemente asintió ya con poca energía en su cuerpo.

—Bien, iré a dormir, cuando despierte necesito que hablemos de algo—anunció mientras se levantaba de su incómodo asiento y se iba de la habitación.

—Um… descansa—dijo Yuya con voz suave. Cuando el chico estuvo lo suficientemente lejos, miró a Yuto con un gesto interrogante.

—Salió en la mañana—dijo tranquilo mientras él también se paraba, sus gestos si parecían cansados pero en menor medida, pero al igual que Yuri, sus instintos parecían estar bajos y muy poco despiertos—. Pensé que se quedaría a dormir más tiempo después de lo de anoche pero… creo que no.

—¿Qué hicieron anoche?—preguntó Yugo después de un momento de silencio corto.

—Salimos a tener duelos—se llevó la sorpresa de los dos.

—¿Duelos?—preguntó el de Standard arrugando ligeramente el rostro.

—¿En la noche? ¿Estaban en problemas acaso?—preguntó Yugo dejándose llevar por sus pensamientos influidos por su ciudad y Security.

—Algo así—suspiró, no muy orgulloso de lo que había hecho—, tuvimos duelos callejeros, o algo por el estilo—Yuya se sorprendió ligeramente. Odiaba ese tipo de cosas, pero se abstuvo totalmente de cualquier comentario. Supuso que lo hacían para ganar dinero y eso. Se dispuso a creer que eso era necesario para conseguir lo que se necesitaba. O al menos lo que Yuri pusiese considerar correcto.

—¿Apostaron?—preguntó el de ojos esmeraldas mirando con cierto tono interrogante.

—Casi toda la noche en realidad—dijo como si nada—, no sé qué tanto ganamos, no sé cómo es la moneda de esta dimensión así que Yuri lo sabrá. Aunque presumo que no es suficiente, tenemos que ir hoy también—casi se le oyó respirar. Yuya supo porque, sabía lo en desacuerdo que debía de estar con esas técnicas. Pero supuso que todo era por una buena causa. Sólo con ese pensamiento pudo aceptar lo que estaba pasando.

—Entiendo—dijo Yugo suspirando. No dijo nada más, nadie dijo nada más. No era como si hubiese algo de lo que todos quisieran hablar.

.-.-.-.-.

Todos miraban con detenimiento el lugar en el que estaban, no podrían estar más intrigados. Un lugar que estaba repleto de cajas archivadoras rotas y con cartas blancas esparcidas por el suelo les daba una sensación de extrañeza bastante grande. Yuri los había llevado allí para hablar, pero no entendían porque no podían hablar en el mismo lugar en el que habían comido o porque no pudieron hablar mientras almorzaban. Era algo misterioso, pero todos se dejaron llevar por él. Bueno, Yugo se dejó llevar por Yuya.

Soltó aire escandalosamente antes de cualquier cosa.

—No sé ni cómo empezar…—Yuri miró a varios puntos en el suelo y después miró al chico cargado en la espalda del duelista de Syncro—¿Alguno de ustedes quiere volver a su dimensión?

Apenas habían empezado la charla y ya estaban todos muy impactados. ¿Qué clase de pregunta era aquella?

—¿A qué viene eso?—preguntó Yugo un poco agresivo.

—Hay una manera de ir a cualquiera de sus dimisiones. Podemos ir si ustedes lo quieren, yo no tengo problema realmente—dijo sin realmente amenazar, sólo estaba sugiriendo. Yuya era el único del que esperaba una respuesta positiva, lo hubiese preguntado sólo a él, pero quería ser… amable con ese par—. Aquí hay cartas de tele trasporte, se pueden usar.

—Pero tu dijiste que este lugar era un laboratorio antiguo—repuso Yuto más con duda que con malicia.

—¿No crees que eso es peligroso?—preguntó el de ojos esmeralda algo tenso.

—En la manera más básica de viajar entre dimensiones—había llegado un momento en el cuál el chico estaba tan nervioso por lo que podían pensar ellos tres se su idea tan loca, que tuvo que empezar a usar el escenario para caminar de un lado a otro tratando de calmarse un poco, durante esta caminata, empezó también a recoger cartas a su alrededor—. Pero la abandonaron por cuestiones de comodidad, más no porque fuera insegura.

—¿Qué?—Yugo cuestionó.

—Fabricar cartas era algo costoso—movió su mano en círculos para tratar de explicarse—, Academia le estaba costando mucho la fabricación de cartas, a la vez el Arc Area Proyect y el Revival Zero. Leo decidió que debía de existir otra manera de viajar entre dimensiones.

—Allí empezaron a usar sólo los discos de duelo…—dedujo Yuto llevándose una mano a su mentón.

—Y también algunas máquinas de transporte—agregó el de ojos rojos mientras se agachaba para recoger un ejemplar de las cartas de viaje. La miró con detenimiento—. Esta es una de Standard, es ligeramente rara de encontrar…

—Espera… ¿viajaron a mi dimensión desde antes?—preguntó Yuya que había vuelto a la conversación después de estar ausente por un tiempo—ósea que… ¿Sora no fue el primero?

—¿Shiun’in? ¿Sora Shiun’in?—preguntó Yuri arrugando ligeramente el rostro, negó con la cabeza—No, los primeros en viajar por las dimensiones tenían la misión de revisar cómo era la situación en cada una—hizo una ligera pausa y miró a yuto, casi cómo su le estuviera pidiendo permiso para hablar—. Además, también tenían que ver cuál era la más factible para… bueno, el Arc Area Proyect.

Yuya miró al chico de la dimensión XYZ con preocupación. Temía que una parte sensible de sus sentimientos fuera tocada de manera brusca y doliente. Sin embargo, ese chico, con un semblante serio y ligeramente tenso, decidió hablar.

—¿Por qué Heartland?—preguntó—¿Por qué nosotros?—exigía ante el asombro de los presentes en la sala. Yuri soltó un suspiro, no por la actitud de Yuto, sino más bien por lo que habían hecho las personas en las que alguna vez creyó. Sólo habían destrozado vivas, sueños y esperanzas. Eso no era ser un héroe, era ser un destructor, un destructor de inocentes que realmente jamás debieron pasar por algo cómo aquello.

—Era la mejor candidata, no me mal intérpretes, creo que eres un buen duelista—divagó esperando a que Yuto le entendiese—, pero tu ciudad y sus métodos de invocación… Bueno, digamos que Leo no pudo dejar pasar por alto aquella debilidad—no miraba al otro, quizás estaba destrozado y no podía hacer nada más allá de contarle la verdad—. En Standard estaba el hijo de Leo, no creo que él quisiera ser detenido por su propio hijo, cómo… estuvo a punto de pasar… creo—divagó en detalles menores—. Y aunque Syncro era otra buena opción, sus duelistas tenían demasiada fuerza, crear una guerra sería mucho más complicado.

—Comprendo…—murmuró Yuto recogiendo una carta del suelo y mirándola con detenimiento. Era blanca totalmente, pero sus se jugaba con la luz se podía ver una pequeña etiqueta con XYZ impregnado en ella—Quisiera volver a Heartland—sentenció con seguridad después de un rato—, no ahora, pero si me gustaría ir más adelante, cuando la ciudad ya esté construida nuevamente—dijo con cansancio ligero impregnado en su voz.

—Está bien—dijo Yuri con tranquilidad—, toma, son de las más abundantes—y le estiró unas 7 cartas que él tomó asintiendo con la cabeza.

—¿Por qué tantas?—preguntó confundido.

—Porque no iras a tu dimensión solo, ¿verdad? Además también están las de regreso—Yuto asintió agradeciendo profundamente. Aunque no estuviera seguro del método para trasportarse, de todos modos quería ir, quería verla una vez más. Incluso si era peligroso. Yugo bufó ligeramente—¿También quieres volver, Yugo?

—Un poco—bufa otra vez con más fuerza—, pero cómo Yuto, que no sea ahora, iré después, quiero ver cómo mi ciudad es una por primera vez… pero aún no creo que sea el momento.

—Comprendo, toma—Yuri se acercó hasta el chico que tenía cargado al de Standard y le puso las cartas en un bolsillo como si nada. Yugo se tensó al sentir la cercanía del otro, pero no se opuso. Iba a agradecer pero su orgullo era más fuerte. Sólo asintió levemente—. ¿Yuya?—Todos de volvieron hacia el chico de ojos rojos—¿Tú… quieres volver?

El agarre que tenía sobre Yugo se incrementó ligeramente.

—Sí…. Pero… no quiero verme con mi padre, si es que aún sigue vivo—miró a otra parte—, no creo que podamos ir...

—Oh… es verdad…—murmuró el chico de ojos fucsia.

—¿Por qué no vamos hoy?—preguntó Yugo—Apenas llegaron del crucero, no creo que se vayan todos esta misma noche a sus dimensiones, ¿verdad?

—Tiene razón—asintió Yuto—, además, si te están buscando no creo que se vayan sin saber qué es lo que te ha pasado. Hoy es única oportunidad que tenemos.

—Bueno yo…—se mordió ligeramente el labio—No sé, no sé ni siquiera que es lo que quiero hacer al volver, sólo sé que quiero ir a casa, pero… no sé qué es lo que quiera además de eso…

—Si esa es la situación… ¿No crees que sería mejor ir y averiguarlo en vez de quedarte con la incertidumbre?—repuso Yugo.

—Yo… tienes razón—sus ojos rojos miraron de un lado a otro.

—Haremos lo que tú quieras Yuya—dijo Yuto suavemente.

—No vamos a obligarte a ir si no quieres—Yuri negó ligeramente.

—¿Ustedes me acompañaran?—preguntó aunque la respuesta fuese muy obvia. Todos asintieron suavemente con sonrisas en su cara—E-Esta bien… vayamos.

-.-.-.-.

—Bien, ¿necesitas algo más?—peguntó Yuto con preocupación. Yuya negó sonriente, cómo si esa sonrisa fuese lo suficiente para agradecerle por todo—¿Seguro de que no quieres que nos quedemos contigo? Aún no puedes caminar bien.

—Estaré bien… además, me gustaría darle un último adiós a mi habitación y llevarme un par de cosas, pero… quiero hacerlo sólo—explicó de manera sincera. Yuto asintió.

—Está bien, pero cualquier cosa que necesites, estaremos afuera esperándote—Yuya asintió. El de ojos grises no pudo evitar contenerse y besó al menor en la frente. Se llevó el sonrojo y asombro del aludido. Ese pequeño tacto cálido y ligeramente húmedo le había agradado de sobre manera—. Tómate el tiempo que necesites, ¿está bien?

Yuto se puso la capucha y salió por la ventana como si nada. Yuya no pudo quitarse la sonrisa tonta de su rostro y de dejó caer sobre su cama una última vez. Dejó salir un suspiro de pesadez. Se acurrucó suavemente sobre ella y disfrutó del aroma a detergente que estaba impregnado sobre ella. Ese era el detergente favorito de su madre que ahora descansaba en su alcoba unas habitaciones más allá. Las cosas estaban en calma, todo estaba callado y bastante pacífico. Las cosas en esta dimensión no habían cambiado en lo absoluto, seguía siendo tan amena como la recordaba, o al menos así era en su casa.

Con cuidado levantó el torso nuevamente sintió cómo algunas cuerdas que lo amarraban fervientemente se iban dejándole libre.

¿Por dónde debería empezar? Había tantas cosas en su habitación que ni siquiera sabía que quería conservar. Se las ingenió para ponerse sobre el suelo y andar de rodillas para movilizarse y para alcanzar una maleta que no usaba desde hacía siglos. Se quitó su camiseta y entró al closet en busca de alguna otra prenda que pudiese usar. Hubo un par de cosas que le llamaron la atención desde su posición, a decir verdad no recordaba que tenía tantas capas para la lluvia. Las miró intrigado y sin mucho pensar las llevó todas a su maleta. Quizás le servirían de algo. Entre el más absoluto silencio oyó el crujir de unas tablas, se quedó totalmente quieto esperando que no fuese más que un simple sonido que escuchó por casualidad. Miró a los lados con paranoia y se quedó en esa posición un par de momentos mientras su corazón se aceleraba. 

Cuando por fin su mente le permitió pensar en que sólo había sido un espejismo creado por su miedo. Suspiro de alivio. Volvió a lo suyo en la tenue luz que tenía. Se puso al final una camiseta negra manga larga que no usaba desde hacía ya demasiado tiempo y se llevó un par de pantalones más y otras camisetas del estilo anteriormente mencionado. Se cambió de zapatos suavemente cuidando su herida. Dejó los pobres zapatos destrozados de Allen a un lado de su Closet y los miró disculpándose mentalmente por el estado de los mismos. Tanto su cinturón como sus amadas googles, que yacían destrozadas sobre su cabeza, también fueron dejados a un lado. Miró un poco más y también decidió llevar consigo algo de ropa interior para no tener que preocuparse por ello. Llevó un par de artículos de limpieza personal y se cargó la mochila a la espalda. Con cuidado se dirigió nuevamente hasta la ventana. Lo hizo lentamente para recordar los buenos momentos que había vivido allí adentro, miró también su disco de duelos pensando en todo lo que dejaría atrás, las cosas que ya nunca más vería, lo amigo que jamás volverían verle. Le iban a recordar como un chico hijo de un gran artista que un día simplemente desapareció. No le pareció tan malo a decir verdad. Así que suspiró y miró una vez más hacia la puerta de su habitación.

No, había algo más que quería hacer.

Mucho más rápido que cuando se dirigió a la ventana o al closet, Yuya se acercó al Poster de su padre y lo arrancó con ira, para que no quedase nada en su recuerdo, nada de un poster en su casa, nada de péndulos, nada de nada. No lo quería en su mente, no lo quería en su vida, nunca más.

Y la puerta se abrió bruscamente ante él.

Yoko Sakaki y Yuya se quedaron viendo un momento. La mujer no se esperaba tener al chico en ese momento. Y menos en esas condiciones. Se iba a lanzar a sus brazos, se lo iba a abrazar tan fuerte que desearía nunca más volver a irse. Estuvo a punto de hacerlo, pero se quedó muy descolocada al ver la cara de horror de Yuya al verla.

—¿Yuya?—preguntó dando un paso adentro de la habitación mientras el chico apenas ´podía arrastrarse hacia atrás presa del pánico de ser descubierto—Yuya has vuelto—sonrió con amabilidad. Yuya se sintió terrible, esto no era su culpa, ella no tenía que pagar nada. Pero aun así recibiría lo mismo que los demás. Ella siempre fue una buena madre. No se echaría para atrás, pero esto le comería la cabeza un buen rato.

—L-Lo siento—murmuró inaudiblemente, Yoko no lo escuchó, nunca lo haría. Dio otro paso hacia adelante.

Tras otro desplazamiento torpe hacia atrás, un monstruo se apareció justo en frente suyo. No tenía brazos ni mucho menos pies, tenía un aspecto fantasmagórico que podía llegar a ser amable hasta cierto punto. Si no te agarraba por sorpresa. Tanto Yoko como Yuya gritaron y se echaron para atrás en un intento por alejarse de aquello que los había asustado. Pero tuvieron destinos distintos. La de cabellos amarillos y naranjas fue a parar a al suelo, mientras que el del cabellos rojos y verdes terminó en los pies de aquel que había invocado al supuesto fantasma. Al menor lo agarraron de los hombros por un momento sólo para después cargarlo al estilo princesa y llevárselo de allí de la manera más rápida posible. Fue fuertemente apretado contra el pecho del que lo tenía agarrado. El de ojos rojos supo quién era desde un principio, no hacía falta tan quiera mirarle para averígualo. Se quedó allí, sobre su pecho con la maleta improvisada que había hecho, siendo cargado por el chico de ojos grises mientras se alejaban para siempre de la casa de su infancia.

-.-.-.-

Su rostro aún empapado de lágrimas dormitaba sobre el regazo del chico que vivió la guerra. Sus cabellos eran suavemente acariciados por el mismo mientras los demás sólo permanecían allí. No estaban esperando nada en particular, sólo estaban mirando al de Standard llorar y calmarse de a poco. Realmente sólo Yuto lo entendía y Yuri a medias, pero Yugo estaba totalmente desentendido de lo que le pasaba. El de ojos fucsias sabía que tenían que salir a combatir, faltaba algo de dinero por conseguir, y él no creyó que quisieran quedarse un día más allí, en medio de todo lo que respiraba Academia. No quería irse, pero también era inútil si se quedaba, y el Idiota era el único que lo podía entender a pesar de todo. Él también era algo inservible en esta escena. Porque al fin y al cabo era algo de sólo ellos dos.

Muy a su pesar suspiró.

—Yugo—lo llamó no demasiado fuerte. El aludido tardo un par de segundos en volverse hacia el otro—, acompáñame.

—Pero Yuya…

—No hay mucho que podamos hacer aquí—dijo casi con una mueca—. Ven conmigo, hay algo que hay que hacer, podemos ser útiles en otra parte.

—¿A qué te refieres?—preguntó intrigado. Yuri miró a los dos chicos que se encontraban juntos. Yuto le miraba de vuelta.

—Hablemos afuera—sentenció levantándose de su sitio y dirigiéndose a otra habitación. Yugo le siguió después de vacilar un poco.

El de ojos grises agradeció mentalmente y volvió su vista al de ojos rojos. Escuchó a lo lejos una conversación que después se volvió un combate de palabras. Suspiró suavemente, sólo esperaba que no despertasen al chico o que al menos no perturbaran sus pensamientos aún más. A este punto no sabía si estaba dormido o sólo tenía la cabeza allí; esperando, pensado, llorando o tratando de poner su mente en blanco. Un agarre débil de su mano le hizo salir de su momentáneo despiste.

—¿Crees que me perdone?—preguntó con la voz algo ronca, una voz que no había parado de tener en estos últimos dos días.

—Claro que sí—repuso con voz suave—, es tu madre, y deberá de entenderte.

—Pero yo estoy… abandonándola, yo...— apretó un poco—La estoy dejando a merced de la compañía de Yusho y él… él va a dejar sola a mamá… Lo siento… me siento culpable yo…

—Oye… estoy seguro de que ella te comprende, y lo entenderá, no te tienes que torturar la mente con ello…—hizo que levantase su torso para quedar de frete y así abrazarlo protectoramente—Ella lo entenderá, haces esto por ella y otras personas, ¿verdad?—le dio suaves masajes en la espalda. El pobre chico parecía que era una fuente con toda el agua del mundo, porque las lágrimas caían y caían. No parecían tener fin, o al menos no uno que Yuto pudiese ver con claridad—. Tú no quieres abandonarla Yuya, pero las cosas se han dado de esta manera y tienes que tomar otro rumbo, eso no es abandonar Yuya. La manera en la que hacemos las cosas es para proteger a personas como ella, y… es preferible que esto pase que haya algo aún peor… ¿no crees?—el aludido asintió. No podría seguir de pie de no ser por ellos.

Seguía sin entender cómo la oscuridad jamás le había consumido. Un chico cómo él era una presa perfecta. Algo muy bueno tenía Yuya por dentro. Una luz tan fuerte que nunca se apagaría para dejar paso a la oscuridad. Una luz tan sempiterna que jamás lograría entender del todo la palabra efímera.

-.-.-.

Tomó aire de manera desesperada y abrió los ojos. Levantó el torso de manera rápida. Respiró unos instantes de manera exagerada mientras miraba a su alrededor. Se tardó unos minutos mientras se tranquilizaba corporalmente. Sus latidos fueron bajando parcialmente de ritmo. Y se sintió mucho más calmado después de un rato. Se volvió a acostar sobre la cómoda cama mientras mira al techo pensando en la nada.

Su propia mano se puso en arriba de sus ojos sin extrañarse que estuviesen empapados.

¿Hasta cuándo iba a soñar con esto?

¿Hasta cuándo iba a tener que atormentarse la mente?

—Yuya—le llamó Yuto a su lado. El aludido no se movió. Sólo trató de no sollozar más—, tranquilo. Todo está bien—una de las manos del chico oscuro que descansaba a su lado se posó sobre la del otro. Una calidez se sintió en todo el cuerpo del chico—, no ha pasado nada malo, sólo ha sido un sueño, un mal sueño.

—Es horrible… es que es horrible—arrugó el rostro y habló con voz rota—. No podía… no podía parar yo… yo realmente..

—No hables más Yuya—le ordenó suavemente mientras se acercaba un poco más al cuerpo del otro—, no necesitas recordarlo, no sí te causa tanto dolor. Estas bien ahora, las cosas están bien ahora, no necesitas preocuparte por lo demás. Todo estará bien, todo estará muy bien… pero necesito que te calmes.

—Yo…—sollozó—Yo…—Yuto logró retirar la mano del chico de sus ojos y ponerla a un lado, entre medias también se puso encima de él, para que sólo se concentrase en él—Y-Yuto…

—Todo va a estar bien—y le besó en la mejilla—. Tú vas a estar bien

Yuya le abrazó. Esperaba que una vez más, la seguridad que desprendía el otro fuese suficiente para evitar volver a ver esas pesadillas.

Ver a Zarc totalmente fuera de control era algo que le ponía los pelos de punta.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).