-Gracias por acompañarme –dijo el peli cian caminando por las calles, a pesar de la hora aun llevaban el uniforme del instituto.
-N-No hay de que –dijo el oji verde nervioso –A-Además es mejor que quedarse en casa sin hacer nada.
-eres un chico amable –elogio Sora dándole una suave sonrisa, las mejillas del peli verde se coloraron obligándole a desviar la vista.
-G-Gracias –murmuro jugueteando con sus dedos.
Desapariciones, homicidios y suicidios, era un inicio de año muy, muy movido y todo en un mes y un par de semanas. Los ojos verdes vieron el brazo de su acompañante, la banda del club de drama se sujetaba a la tela negra.
-¿ocurre algo? –pregunto llamando la atención del menor.
-¡¿E-Eh?! A no, no nada, no pasa nada –dijo riendo.
-Sabes –suspiro viendo la banda en su brazo –en las últimas semanas todo se ha vuelto un caos…
-si…todo ha sido…raro
-¿me pregunto si seguirá…?
-puede que sí y puede que no, no podemos asegurar nada –contesto viendo el cielo opaco por la cercana oscuridad de la noche.
-¿es bonito no? –murmuro el oji celeste viendo el cielo en donde pequeñas estrellas comenzaban a decorar el firmamento.
-S-Si, es bonito –su cercanía le ponía nervioso, tenían una especie de relación de amistad y algunos coqueteos que no pasaban de eso.
-Sera mejor que te lleve a casa –rio Sora comenzando a caminar.
-puedo ir solo –replico el peli verde caminando a la par del contrario.
-sí, pero prefiero ir contigo.
Ambos continuaron llegando a los barrios en donde vivía el peli verde, la casa de este era como el resto lo único que la asía reconocible eran las múltiples macetas con flores de múltiples colores que cuidaba la madre del oji verde. Al llegar la puerta fue abierta por una mujer de cabellos verdes oscuros y ojos avellana, tenía un rostro fino y unos ojos grandes.
-Hayato –saludo su madre al verle, llevaba un delantal de conejos junto a un vestido color crema –Bienvenidos.
-Mucho gusto señora Haruki –saludo el oji cian respetuoso.
-¿Nuevo amigo? –Sonrió dulce –pero porque hablamos en la entrada, pasen –dijo dejando pasar al par. El peli verde iba con las mejillas rojas.
-Linda casa –elogio Sora viendo el cálido hogar.
-g-gracias –murmuro cohibido viendo cualquier lado para distraerse.
Ambos subieron al cuarto del menor dejando sus cosas a un lado, tomaron asiento en la alfombra de la habitación mientras conversaban trivialidades entre ellos, la charla era tranquila entre ambos hasta el momento en que lentamente el oji celeste se acercaba al cuerpo del otro quien comenzaba a tartamudear por aquello.
-B-Bueno y en-en…en…con…clusión… -Hayato no pudo continuar hablando cuando sorpresivamente sus labios fueron capturados por los del mayor, un beso rápido que sorprendió al menor -¡¿Q-Que haces?! –pregunto sorprendido.
-Sabes Hayato –el peli cian acorralo el cuerpo del contrario contra el borde de la cama posicionándose entre las piernas de este y dejándolas entre las suyas –Sonara tonto pero de verdad creo que eres un chico adorable –murmuro mientras acariciaba la mejilla del oji verde –Tan adorable que me cautivas –susurro pegando su frente con la del Hayato –Me gustas…
-Y-Yo…Yo… -las palabras se le habían ido de la boca en ese momento. Tomando valor se preparó para confesarse pero el llamado de su madre en la planta baja les atrajo a ambos a la realidad o al menos al menor.
-¡Hayato a cenar! –llamo la madre desde el comedor, el menor vio al oji celeste que solo le sonrió levantándose extendiéndole la mano para ayudarle a levantarse. Al momento de pararse fue atrapado por los brazos del contrario en un fuerte abrazo.
-hablemos después de cenar –murmuro al oído de Hayato para luego liberarlo y salir del cuarto seguido de un avergonzado Hayato que bajaba las escaleras con la cabeza gacha.
Al llegar al comedor la mujer sonreía alegre a los dos adolescentes, la puerta principal del hogar se abrió dejando pasar a un hombre de unos cuarenta años con el cabello castaño oscuro y ojos verdes un poco más oscuros que los de su hijo. El hombre saludo a su hijo y al “amigo” de este para comenzar la cena.
Entre la comida y la conversación que mantenían el peli verde sintió como lentamente algo subía por su pierna, vio asía delante donde Sora se había sentado, parecía normal pero para el oji verde era obvio que aquello que subía lentamente acariciando su pierna por sobre la tela era el pie de Sosuke. Mordió su labio al sentir la extremidad sobre su miembro ejerciendo una suave presión con disimulados movimientos circulares, llevo el platillo con arroz a la boca tratando de pasar disimulado pero era demasiado insistente por poco y suelta un gemido perro logro contenerse tomando algo de jugo. Así fue toda la cena, aguantando los deseos de jadear ante el constante toqueteo, tenía las mejillas rojas y una erección la cual era acariciada por el otro que sonreía satisfecho dándole una que otra mirada lasciva, si eso era un juego no era divertido o bueno algo así.
-Oh mira la hora –dijo la mujer viendo el reloj de pared –Es muy tarde ¿Sosuke no deberías volver a casa? –dijo preocupada –tus padres podrían preocuparse.
-oh no tiene que preocuparse –contesto relajado –vivo solo, me mude de la casa de mis padres por cercanía al instituto, además había acordado con Hayato-Kun quedarme esta noche para ayudarle con matemáticas.
-Vaya, que alivio así no estaré preocupada que te ocurra algo en el camino –dijo la mujer aliviada colocando su mano en su pecho.
-S-Si, s-será mejor que v-vayamos –dijo Hayato apresurado –G-Gracias, estuvo delicioso –dijo apresurado saliendo corriendo a la planta de arriba.
-discúlpalo a veces se comporta así –dijo la mujer.
-No se preocupe, está bien –dijo levantándose haciendo una reverencia –con su permiso –tanto la mujer como el hombre asintieron.
Subió con calma los escalones hasta llegar al cuarto del menor quien se apoyaba contra la cama tratando de calmar su excitación, estaba rojo hasta las orejas y se le notaba que dudaba en si era necesario masturbarse o no, con calma cerró la puerta tras de sí trabándola se acercó al peli verde que parecía no tomar en cuenta su presencia en ese momento.
-puedo ayudarte con eso si quieres –soplo en el odio del menor que se sobresaltó.
-Y-Yo… N-No es… -dejo de hablar al ver cómo era acorralado contra el cuerpo del otro, sintió la presión de este sobre su espalda mientras la mano del mayor comenzaba acariciar sobre su uniforme.
-Te vez tan tierno sonrojado –murmuro mientras jugueteaba con el odio del contrario.
-N-No…s-solo deja…de…decirme…tierno –jadeo apenado tirando la tela a su alcance.
-No puedo hacerlo –beso la mejilla del peli verde.
De forma tortuosamente lenta comenzó a desabotonar el resto de la chaqueta y camisa dejando el pecho descubierto, con sus yemas rosaba los erectos pezones de Hayato que apretaba su mano contra su boca para no gemir y alertar a sus padres.
-hay que ser cuidadosos –murmuro Sora al momento de tomar por las piernas a Hayato volteándolo dejándolo frente suyo apoyado contra la cama –No queremos que nos escuches ¿verdad? –beso los labios del contrario que respondía dudoso a los besos.
Besando el pecho del menor el oji celeste deslizo su mano por el torso de este de forma lenta disfrutando los suaves jadeos que soltaba ante el suave roce, al llegar al miembro de Haruki vio como este comenzaba a ponerse duro tomando los labios del oji verde desabrocho el pantalón introduciendo su mano tocando por sobre la ropa interior, los espasmos que tenía Haruki cada que rozaba la cabeza de su miembro era una de las cosas que más le estaban fascinando del menor.
-¿q-que haces…? –soltó en un suspiro al ver como el mayor se separaba de su cuerpo.
-algo que estoy seguro que te encantara –murmuro acercándose nuevamente a los labios del menor dándole un casto beso –procura no gemir tan alto –susurro sobre los labios entre abiertos del oji verde.
De forma sorpresiva el peli cian jalo tanto los pantalones como la ropa interior del menor exponiéndolo ante su persona, trato de cubrirse pero sus manos fueron detenidas por le mayor quien le vio de forma tranquilizadora cosa que funciono asiendo que este dejara de luchar, tomo en su mano el erguido miembro del menor masturbándolo de forma lenta viendo como Hayato luchaba por no soltar un ruido “vergonzoso”, soltó una suave risa al ver como el menor mordía su labio, después de estar un rato jugueteando con la velocidad en que tocaba el pene del peli verde decenio hasta tenerlo frente su rostro dándole una lamida que provoco que Hayato soltara un sonoro jadeo por el cual llevo ambas manos a su boca tratando de detener más de esos sonidos, fueron lamidas lentas y beso en la cabeza que tenían al menor apretando los parpados con algunas lágrimas de placer y las piernas temblando, al verle distraído Sora termino de retirar las prendas inferiores dejando al menor solo con la parte superior del uniforme.
-Hayato –le llamo a lo que el menor se demoró en responder levantando el rostro viendo con las mejillas sonrojadas al mayor –abre la boca –pidió a lo que sin dudarlo obedeció con los ojos ligeramente nublados.
El peli cian introdujo dos de sus dedos en la cavidad bucal del menor jugueteando con la lengua de este humedeciendo el par de dígitos hasta que estos estuvieran lo suficientemente ensalivados, al retirarlos vio el hilo de saliva que unía sus dedos con la lengua del menor, dándole un beso húmedo llevo sus dedos a la entrada del contrario mientras sujetaba una de las piernas dejándola en alto, con el dedo corazón acaricio el ano del menor que gemía ahogado por el beso, introdujo el digito lentamente viendo como la espalda del contrario comenzaba a encorvarse, al terminad de introducir el primer digito separo sus labios de los del menor que tomaba bocanadas de aire mientras su respiración se agitaba.
-T-Tan cálido –murmuro sobre los labios del otro sintiendo el aliento irregular de este.
-S-Se…s-siente raro –soltó entre los jadeos temblorosos.
-Solo relájate, luego solo sentirás placer –beso la frente del menor mientras introducía el segundo digito a lo que tuvo que cubrir la boca del menor que había gemido sonoramente aunque no se escuchó tan fuertemente.
Con movimientos circular y abriendo ambos dedos comenzó a dilatar la entrada del menor, movía ambos dígitos simulado embestidas hasta dar con la próstata del menor que se aferró a los hombros del peli cian mientras su boca era cubierta por la mano libre de este, al sentir la entrada lo suficientemente dilatada retiro ambos dedos liberando a su vez la boca del menor que soltó un gemido disgustado al verse “vacío”.
-estas…ansioso… –jadeo mientras retiraba tanto su propia chaqueta y camisa dejando su torso descubierto –Ven aquí –murmuro mientras tomaba por los brazos al perdido peli verde mientras terminaba de quitarle las ultimas prendas dejándolas caer al suelo sin importarle si se arrugaban.
Cargo al penos hasta la cama soltándole el mechón de cabello cayendo en el rostro del oji verde, giro el cuerpo de Hayato dejándolo boca abajo mientras levantaba las caderas de este rozando la punta de su miembro con la húmeda entrada del menor, subió por la espalda hasta la nuca del menor en un camino de besos para relajarlo, al notarlo más calmado comenzó a penetrarle lentamente viendo como Hayato apretaba las telas bajo sus manos y mordía la almohada para callar el posible gemido que soltaría al sentir como sus paredes internas comenzaban a darle paso al miembro del mayor de forma lenta y tortuosa.
-N-No…v-voy a-aguantar m-mas –jadeo con las sabanas entre sus dientes.
Al sentir el pene de Sora dentro suyo no lo soporto más y termino corriéndose apretando su entrada a lo que el mayor jadeo al sentir las paredes de carne envolverle y estrujarle su miembro en un calor confortante.
-N-No hagas eso –jadeo gustoso mientras tomaba firme la cadera del menor –O si no, no poder contenerme y mis suegros podrían escucharnos –movió las caderas en una suave envestida a lo que el menor gimió cubriendo rápidamente su boca con sus manos.
El mayor se quedó un rato esperando a que Hayato terminada de acostumbrarse, al sentir como el peli verde movía tímidamente las caderas le dio luz verde a las envestidas, fueron lentas y precisas asegurándose de llegar hasta a lo más profundo que pudiera, sujetando las caderas del menor entraba y salía disfrutando de los ahogados gemidos que Hayato luchaba por contener.
-Hayato –llamo su madre fuera de la habitación, la perilla de la puerta se movió pero esta estaba trabada –Hayato ¿necesitan algo? –llamo de fuera golpeteando la puerta.
-N-N-No na-nada –logro articular Hayato, sentía su cuerpo completamente caliente y el sudor pegarle el cabello al rostro.
-Pareces agitado ¿está todo bien? –Pregunto volviendo a insistir con la perilla –¿Por qué cerraron la puerta?
-Y-Yo… -no podía formular una respuesta coherente en esos momentos, menos sintiendo como el mayor no se detenía con sus envestidas.
-Todo está bien –hablo el peli celeste –no ocurre nada, solo nos pilló por sorpresa –hablo Cortez sonriéndole al menor que le veía por sobre el hombro.
-Oh, lo siento si les interrumpí en su sesión de estudios –se disculpó la mujer –en ese caso me voy, pueden ir a la cocina si necesitan algo yo y tú padre vamos a dormir, no se duerman tan tarde chicos buenas noches.
-B-Buenas N-Noches
-buenas noches, que descanses –dijo el peli cian escuchando las pisadas de la mujer alejarse del cuarto.
-M-Maldición –jadeo Hayato apegando su cabeza a las sabanas sintiendo su cuerpo temblar y punzadas en su miembro.
La risa del contrario resonó suave, Sora repartía suaves besos por la espalda y hombros del peli verde mientras aumentaba el rito de las envestidas, sujeto las caderas de este marcando sus dedos y los besos se volvieron mordidas y chupones que dejaban marcas rojizas y algunas moradas el en la blanca espalda del menor.
El sonido húmedo que hacia el miembro del mayor entrando y saliendo de la entrada del menor resonaba por el cuarto, los muelles de la cama rechinaban y la cabecera de esta golpeaba la pared, en esos momentos Hayato agradecía que su cama no diera contra la pared del cuarto de sus padres, sintió como era tomado por una de sus piernas girando la parte de su torso dejándolo de lado mientras el mayor volvía a penetrarle. Los ojos verdes veían nublados por placer los celestes del mayor.
-S-So-Sora Y-Yo Aah…—Cubrió su boca apenas al sentir como el miembro del mayor golpeaba su próstata, su miembro se estremeció soltado el líquido pre seminal.
-A-Aquí –jadeo mientras se aseguraba de dar contra aquel punto que asía al menor encorvarse y poner su mayor esfuerzo en no soltar un ruido que alertara a los adultos en casa.
Abriendo las pernas del menor lo más que podía se aseguró de que cada envestida diera en el mismo punto hasta el punto en que el menor se corrió por segunda vez volviendo a apretar su entrada asiendo que el oji turquesa terminara por correrse en su interior llenándole hasta el fondo, ambos se quedaron en esa posición jadeantes, las manos del menor que cubrían su boca cayeron a los lados mientras el sueño comenzaba a ganarle al menor.
-Hayato –le llamo Sora atrayendo los perdidos ojos verdes a su persona –Me gustas –beso los labios del menor de forma dulce.
-también…me gustas…desde hace tiempo –jadeo cayendo en el sueño con una suave sonrisa en su rostro.
-ya lo sabía –rio mientras salía del interior del menor recostándolo a su lado y cubriéndolo con las sabanas.
El constante sonido del despertador le interrumpió su placido sueño, sentía una calidez envolverle no tenía ninguna gana de levantarse pero el sonido molesto le obligo a abrir los ojos, vio borroso mientras sobaba su palma contra su rostro.
-apaga esa cosa –murmuro a su lado su acompañante. Rápidamente se sorprendió levantándose de golpe notando la ligera molestia en su entrada y caderas.
-¡¿Q-Q-Que?! –dijo sorprendido viendo a la persona que le abrazaba por la cintura.
-Un buenos días se apreciaría amor –le dijo el peli cian despertando de su sueño.
-¡¿E-E-Eh?!¡O-Ósea N-No f-fue un sueño! –dijo para sí mismo viendo al peli celeste.
-No –se acercó besando los labios del menor –no fue un sueño.
-E-Entonces T-Tú y y-yo….
-Bueno, no te eh hecho la pregunta –dijo tirando uno de sus mechones tras su oreja, tomo ambas manos del peli verde –Hayato ¿quieres ser mi novio?
-Y-Yo…S-Si, si quiero –dijo con las mejillas completamente rojas y una actitud decidida.
-Tan tierno –volvió a decir besando suavemente al menor quien sentía una felicidad inmensa, felicidad que tal vez se podría ver contrastada por su punzante dolor en sus caderas.
.://Fin//:.