Nunca te lo dije, pero si lo hice mil veces. por Adri6

Una bestia ataca, persigue y atrapa a su presa, pero por desgracia no la mata rápido, al contrario… la hace sufrir… la obliga a que se dé cuenta de que morirá. Mi bestia es cruel conmigo, lo es a tal punto que no conforme con la herida ni el dolor de años atrás, hoy vuelve a despedazarme, ya siento sus garras en mi corazón… ya siento… que moriré.

Al tiempo que las puertas se cerraron y baje la mirada casi por instinto, estoy agonizando en mi propio charco de sangre, estoy viendo que ya no nada porque luchar… mi sueño… desaparecerá junto conmigo.

Lo peor del mundo es… querer hacer algo pero llegado el momento no lo hacemos, ¿estará destinado o nosotros mismos inventamos el destino con nuestras indecisiones?... por favor, que alguien me responda… necesito saber si ustedes también sienten que la vida es cruel o al contrario, solo yo la veo de esa forma… por favor, que alguien me explique qué sentido tiene ser como uno es y que eso no sirva para nada.

“Ya no tiene caso… acostúmbrate a esto… vívelo por el resto de tu vida… hasta el último día… y después… por toda la eternidad” –susurre aun manteniendo mis ojos en el suelo, en un segundo mis lagrimas recorrieron mi rostro y no quise impedir que cayeran al vacio, deje que continuaran con su trayecto y reposaran junto a mis pies.

Es patético, que este sufriendo como lo hice cuando joven… es patético que no pueda… que por más que quiera no pueda. Cerré los ojos con fuerza y apreté los puños con rabia, la única suerte que he tenido en mi vida, es que nadie me vea sufrir y hoy no es la excepción.

Cuando me preparaba para ser transportado a los pisos superiores, sentí que las puertas se abrieron, lo primero que pude apreciar fue que una señora entro al ascensor y después, observe mas allá… a través de los cristales mire hacia la calle… aun estabas ahí. Tratabas de detener un taxi el cual si logras hacer significara que esto será parte de un sueño, en el cual… lo nuestro nunca existió. La señora presiono un botón y las puertas nuevamente comenzaron a cerrarse… entonces… yo… lo entendí.

La vida nos regala oportunidades, a veces son tan sutiles que uno no se da cuenta, pero la clave de todo es no pensar, no se debe usar la cabeza en asuntos que son del corazón. Mi mente… nunca pudo encontrar las palabras perfectas que debía decirle a Hanamichi, fue por eso que nunca hable… no tengo idea de cómo explicar o describir este sentimiento.

Finalmente comprendí que él es tan importante para mí, que no quise que sufriera en mis manos por eso inconscientemente decidí que descubriera un mundo distinto del mío, pensé que alguien más debía hacerlo feliz con cualidades que fueran compatibles con las suyas. Trate de resguardar su adorable sonrisa por sobre todas las cosas y al precio que sea, por eso… todos estos años… nunca he podido decirle nada.

Fui amable… pero ahora… ahora… estoy cansado de serlo… quiero estar a su lado aunque eso signifique hacerle llorar, eso ya no me preocupa porque encontrare la forma de consolarlo… si se enfada conmigo le pediré perdón… si no me ama o deja de amarme entonces hare todo por conquistarlo… si me odia… si realmente no siente más que odio hacia mi… aun así no dejare que quererle ni hoy, ni mañana ni nunca.

Use mis manos para impedir que las puertas se cerraran, use mis piernas para deslizarme por sobre el infierno en el que he vivido todos estos años, use mi cuerpo para sentir cuan vivo aun estaba… tan solo seguí el anhelo de mi corazón por sobre las dudas que se creaban en mis pensamientos, quiero luchar… quiero intentarlo… quiero sentir que no le aparte de mi vida por decisión propia… quiero amarlo… y es lo que más deseo desde siempre.

Trate de alcanzarlo desesperadamente al tiempo que cruce todo el vestíbulo y llegue por fin a la puerta de la entrada, casi muero cuando vi que un taxi se detuvo frente a ti… metros… tan solo unos metros nos separan… pero no es solo eso, también es el tiempo… segundos marcan la diferencia… sellan un destino.

“No esta vez” --pensé y jugué el partido más importante de mi vida, me aventure en alcanzar un balón que ya está fuera de la cancha.

Cuando abriste la puerta del vehículo, de seguro debiste sentir una especie de alivio, pero mi brazo impidió que entraras en el, volteaste el rostro y al verme una expresión de total confusión invadió cada facción de tu fisonomía. Aquellos ojos tan tiernos y brillantes logran lo que más nadie puede lograr, tus ojos son capaces de hacer que los míos se suavicen, hacen que tengan fe… por fin tengo fe en mi y en lo nuestro.

Ya no quiero tenerte a través de mis recuerdos… de lo que hemos vivido… del pasado... no quiero llenar el vacío de mi pecho con mentiras… por una vez… luchare por hacer feliz al amor de mi vida… quiero atreverme a lidiar con algo que me supera y me controla absolutamente, quiero suplicar piedad cuando ya no tenga más espacio en mi corazón para amarte más.

Tan solo somos dos personas con mundos opuestos entre sí, ambos estamos insertos y fijos en plena calle en un completo silencio mientras que a nuestro alrededor todo está en movimiento. Nos observamos desde perspectivas distintas y a su vez, representamos un rol tan particular que no podemos dejar de ser lo que solíamos ser.

Alguien más tomo el taxi al cual ibas a subir y a causa de eso, te vi fruncir el ceño pero ya era tarde, lo perdiste. La cuidad nos acoge y veintenares de personas caminan a nuestro lado a cada segundo, por suerte el sol ilumina lo que hacía falta iluminar, la oscuridad de mis miedos por fin ya no está.

Me acerque a ti tan rápido que te asustaste, retrocediste alejándote de una actitud que te es de seguro rara en mí, pero debes entender que ya no seré con quien discutías infantilmente, dejare de jugar a ser superior y de mis labios ya no escucharas el famoso do´ aho que solía decirte, porque en verdad quien en verdad lo era… era yo. Pero este cambio solo afectara en el modo en que me relaciono contigo, porque todos seguirán conociendo al frio e inexpresivo de Kaede Rukawa.

Retome mi movimiento y logre capturar tus muñecas, tensaste tu cuerpo y en fracción de segundo decidiste que ibas a reclamarme lo que sucedía pero el sabor de tus labios se enfrentaron a los míos… aquella cintura que quise abrazar tampoco pudo librarse de mí, la estreche con dominio y con la certeza de que ahora en mas, seré el único que pueda tan siquiera rozarla. Destruí los miles de kilómetros que nos separaban al acercar mi cuerpo al tuyo de forma definitiva… el aroma de tu perfume desapareció y pude por fin respirar el verdadero aroma de tu piel, por fin me encontraba en casa, he encontrado… mi destino.

Era extraño, pero he logrado encerrarte en mi silencio, pero no importa, porque la verdad es que no tengo nada que decir… más bien tan solo… debo demostrártelo.