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Haruko es realmente amable pero... no me quiere. por Adri6

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Hoy eran de esos días en los cuales todo lo que hacía, me salía mal. No pude encestar, no pude bloquear, mis rebotes eran nulos y todo empeoraba aun más con el continuo coro que decía: ¡Rukawa, Rukawa eres el mejor! La verdad, el zorro podía tener a millones de fans mientras no deslumbrara a mi Haruko, pero ni eso tenía, ni eso.

Mientras los entrenamientos terminaban por esta semana, me quede limpiando el gimnasio, lo hago porque así puedo compensar mi poco aporte al equipo y además me da tiempo para pensar. Me senté en el suelo y comencé a pulir balón por balón. El contorno de la pelota es circular, es obvio pero mágico a la vez. Casi todo en el mundo, es cíclico, empieza y terminan en el punto de partida. Empecé este año no teniendo nada y lo terminare de igual forma, lo ridículo es que entremedio de esos dos puntos, pasaron muchas cosas que parecían importantes, parecían reales… me eran muy reales.

“Sakuragi” –aquella voz, pensé, su dulce voz

“¿Qué haces aquí, Haruko?... es tarde” –no quise mirarla porque ella, no me ve a mi

“Estoy preocupada” –escuche sus pasos y estos me decían que se estaba acercando— “Hoy en el entrenamiento… Rukawa jugó algo distraído… ¿sabes si le sucede algo?”

Cualquier persona en el mundo se enfadaría y cortaría toda relación, eso haría alguien sensato pero yo no soy sensato. He puesto mi vida en sus manos y a pesar de que ella no la cuide, ciegamente estoy dispuesto a correr el riesgo y tal, arrepentirme.

“No lo sé… ya sabes cómo es… no habla mucho” –retome la limpieza del balón al tiempo que me embargaba una tristeza que siempre encuentra el modo de ser mas grande y más profunda

“Si, lo sé… pero aun así… me… me gusta como es” –la escuche decir nerviosa

“¿Te gusta cómo es?” –susurre mientras pensaba en mis propios sentimientos. Quiero que entiendan que a veces, de cada cien personas que nacen, al menos una de ellas, no será amada jamás. No es ciencia ficción o una estupidez, es así. Mientras unos encuentran el amor a la vuelta de la esquina, otros se pasan toda una vida persiguiendo a quien le demuestra un atisbo de aprecio, es forma adecuada de no sentirse vacios y despreciados. Uno de cada cien, decide ser el que coma las sobras, uno de cada cien, es quien se conforma con un saludo y una despedida cada día… uno de cada cien… prefiere poco antes que nada. De esta preparatoria… yo soy ese uno de cada cien.

“Te acompañare a casa… espérame” –me puse de pie y ordene los balones

“Gracias, Sakuragi” –dijo contenta


Ella entro a mi vida, como si fuese un sueño, fue la primera persona que alcanzo a ver algo bueno en mí, y así, entre juegos jugué a tratar de mantenerla cerca de mí. ¿Cómo puede ser?... ¿se lo han preguntado?... ¿cómo puede ser? Desde mi punto de vista, la necesito a cada instante, pero comprendo que no puedo cruzar la línea que el destino dibujo entre nosotros. Me da igual… no me importa… puedo soportarlo… sé que puedo.

“Ru… Rukawa” –dijo nerviosa

Mire hacia al frente y la figura del zorro junto con su bicicleta estaba interrumpiendo nuestro camino, al menos, esa impresión me dio. Ella se acerco a él y por supuesto, yo me quede observando cómo una vez más, se escapa de mis manos. No hay día en que no experimente el sabor amargo de que no me pertenezca.

Parecían hablar, parecían entenderse… y aquello era un suceso raro, de esos que pasan cada mil años. No me acerque ya que respetaba la felicidad de Haruko, si ella le quería, entonces yo no tenía derecho hacer nada más que observarla desde lejos, tal como lo hago ahora.

Como supuse, al cabo de unos breves minutos, ella se despidió de mí, eso me dio a pensar que se iba a ir con él, pero para mi asombro el zorro tan solo le había prestado su bicicleta. Con una sonrisa en el rostro, Haruko se subió en ella para ir a casa. Y así, un día como hoy, que fue malo para mí… pero terminó siendo uno de los mejores días para ella. Entonces… otra vez me pregunto… ¿cómo puede ser?... ¿cómo puede ser esto verdad?

Ella ya había desaparecido pero él continuaba ahí, me miraba al tiempo que el viento fresco de la noche hacia que nuestros cabellos se mecieran suavemente. Lo único que me quedaba por hacer era retomar mi camino e irme a casa. Fue así que camine lentamente hasta pasar por su lado, pero lo hice evitándole con la mirada, ya que no quería más de lo que ya tuve por hoy, en verdad que no. Pero de pronto le escuche decir: “¿Celoso?” Me detuve y forzadamente tuve que mirarle, tenía que saber que expresión en su rostro acompañaba aquellas palabras. Al no ver nada más que neutralidad, sentí un frio pasar por mi espalda.

“… no me importa si son novios, se casan, tienen hijos y mueren juntos siendo viejitos… no me importa siempre y cuando, tú la hagas feliz… si haces eso… no puedo estar celoso porque es algo que sé que debe pasar” –continúe caminando y así, la distancia entre él y yo, ya era infinita.

Durante el fin de semana, me dedique limpiar mi casa, dios, no sé como podía vivir en aquella pocilga. Lave todo lo que se podía lavar, ordene el desastre de mi hábito de usar y después no guardar, la cocina quedo reluciente junto con todos los platos, así fue como no tuve tiempo de pensar en mi propia miseria.

Los días que vinieron, mis pupilas se llenaron de imágenes de Haruko y el zorro, era como si por fin habitaran en el mismo planeta y la misma dimensión. Era bueno para ella… pero malo para mí. Ambos no se escondían de la vista de los demás y para mi peor desgracia, Haruko me comentaba exhaustivamente como pasaban el tiempo junto, que detalle él tenía con ella, en fin… ese tipo de cosas. Cada día, día tras día, nada funciono para mi, mi mayores logros se esfumaron ya que al jugar distraído me regañaban y se burlaban de mi. En aquellos instantes, mi vista viajaba hacia ella, quizás lo hacía esperando una pequeña empatía de su parte, pero Haruko y las fans estaban fascinadas con las jugadas del zorro, sus fuertes gritos se escuchan por doquier y los enormes corazones que tenían en los ojos eran una demostración de amor evidente.

Fue así, que pase de tener poco a nada, definitivamente, ya no tenía nada. Era una burla contra mí mismo seguir con este juego, ya no tenía sentido, pensé que lo soportaría pero no, no puedo.

“Vete a la banca, cabeza hueca” –me castigo el gori

Desde ahí, puedo perderme en mis pensamientos de forma absoluta, fue así que no paso mucho para que me diera cuenta de que… lo que realmente sucedió fue… todo comenzó de forma banal y nada significativo, por casualidades del destino, ella me encontró pero a su vez, pudo haber encontrado a cualquiera… es así de simple.

“¿Sakuragi?... ¿por qué no juegas bien?... ¿pasa algo?” –cada palabra que pronuncio lo hizo en un tono de preocupación y eso, duele más que su indiferencia, pero aun así, tener a Haruko dedicándome algo de su tiempo provoco que mi corazón se alterara, me puse nervioso y hasta volví a soñar por unos segundos. Le quiero… le quiero mucho… tanto que no puedo con este sentimiento. No cabe duda que es amable, Haruko es realmente amable pero… no me quiere. Agache la mirada y sin más, mis lagrimas corrieron por mis mejillas, sentirlas y mostrarlas en público fue una derrota abrumadora y la peor de todas. Mi querida Haruko era quien más feliz me hacía en el mundo pero ahora… ella y su actitud son lo peor que me puede pasar en esta vida.

“¿Sakuragi?” –pregunto aun mas decidía a saber que ocurría conmigo

“… te lo pido por favor… no seas tan amable conmigo” –susurre débilmente mientras que oculte mi rostro entre mis manos-- “…creo que… no me siento bien… discúlpame con Akagi, pero me iré a casa, necesito descansar” –fingí que era la verdad




Retome mi valentía semanas después, pero el suelo que sostenía mi mundo se fracturo cuando la noticia del siglo corría como el mejor rumor de todos en la preparatoria.

“… eso sucede… preferí ser yo quien te lo diga Hanamichi… lo lamento” –me dijo Yohei

Ellos, ya eran novios y tal como lo supuse, el miedo me invadió. Ahora que ella era de él, mi amistad debía distanciarse y guardar las apariencias. El limite que había entre Haruko y yo, ya era enorme pero desde ahora, seria exagerado. Sonreí nervioso y dije que estaba bien, era lógico… era predecible.

Ver el primer beso de sus labios con los de él, fue el castigo que recibí por no haber apartado mis ojos de ella, pese a todo, no podía hacerlo. Es un imán que me arrastra a mi perdición.



“¿Podemos hablar un momento?” –le pedí casi implorándole unos segundos

“¿Para qué?” –me miro casi de forma indiferente. Su actitud no me pareció cruel, en verdad que no, el único cruel aquí era yo, ya que le estaba quitando minutos que perfectamente podía estar disfrutando con su novio.

“Yo… bueno… me gustaría que te cuidaras… no dejes que haga sufrir y…” –un fuerte dolor cruzo mi mejilla, Haruko… ella… me había abofeteado

Es curioso como todo pierde importancia cuando algo así sucede, la verdad… no sabía si reírme o llorar, la verdad… no sé que estoy haciendo con mi vida. Es la segunda vez que la veo molesta y siempre tiene que ver con Rukawa, por alguna razón, la discordia tiene ese apellido. Retrocedí los suficientes pasos para sentirme a salvo, a salvo de ella.

“…Lamento haberte quitado tu tiempo… lo lamento” –le dije mientras la expresión de su rostro no cambiaba en lo absoluto



Definitivamente, todo está perdido. El zorro juega con ella, lo sé porque elige demostrarle su amor justo cuando yo los observo. Eso trate de advertirle pero lo interpreto de mala forma.

“Pasaremos el fin de semana juntos” –comento casual pero con un tono de voz que me dio miedo

Le mire y al ver su sonrisa me desgarro el alma, todo es una cuestión de revancha, me está cobrando cada sentimiento que tengo hacia ella. Aparte la mirada y me concentre en… ¿en qué?... sigo mintiéndome al decirme a mí mismo que al salir afuera no le mirare de nuevo, no la defenderé y no la amare. Miento… miento descaradamente.

Antes de que el entrenamiento terminara, trate de forma respetuosa advertirle lo mismo a su hermano, pero al igual que ella, confundió mi preocupación por envidia. Claro… él sabe lo que siento por Haruko y cree que mis palabras tienen la finalidad de truncar su relación.

Nuevamente retrocedí casi inconscientemente, ¿por qué piensan así de mi?... acaso no he sido leal con ellos… ¿por qué prefieren creer en alguien que nunca demostró sentimiento alguno?... ¿por qué?

“Me equivoque” –susurre inerte

“Qué bueno que lo reconozcas, Haruko ser merece ser feliz y no quiero que arruines su vida” –Akagi tomo su bolso y se fue dejándome con el peso de sus palabras

“¿Arruinarle la vida?” –pregunte al quedarme solo
Notas finales:

gracias por leer!!

besos!!


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