Érase una vez el joven de los ojos color mar
Este joven salió una tarde y nadie más con él dio a parar,
Este joven cometió uno de los peores errores: Un corazón femenino como juguete usar,
La muchacha de cabellos como rubí se volvió loca de atar,
Cuando a su hermano y a su novio descubrió compartiendo una dulce forma de besar,
Nadie le creyó, todo lo atribuyeron a la paranoia y al poco descansar,
Una tarde en la que citó a su lindo prometido de ojos color mar,
Lo abrazó como siempre, apoyándose en su pecho, ahí donde se oía el corazón palpitar,
Un cuchillo escondido entre los pliegues de su vestido le encestó sin dudar,
Una y otra vez, hasta que ya no se oía el suave palpitar,
Hasta que perdieran el brillo sus otrora ojos color del luminoso mar,
Hasta que los blancos brazos colgaran como los de una marioneta de hilos para manipular,
Hasta que Haru, el joven de ojos color mar, partiera hacia la eternidad.
“Nos veremos allí donde el demonio nos separó un lugar, desde que nos dejamos de amar”
Año 2016, Makoto Tachibana, estudiante universitario viviendo por su cuenta en un pequeño departamento, el día de Halloween antes de una fiesta con sus amigos va a visitar a su querida abuela al cementerio, es algo paradójico que este chico con temor de los fantasmas y terror al 90% de películas de terror (el otro 10% son películas de terror malas o muy malas) esté yendo a este tipo de lugar justo un 31 de Octubre a las 6 de la tarde, mes de Invierno donde suele anochecer con más rapidez, pero había una razón poderosa: El cumpleaños de su abuelita era al día siguiente, y él no iba a estar presente ya que viajaría al pueblo donde estaba su madre, era muy lejos de la capital y él nunca rompía la costumbre de dejarle un pomposo ramo de claveles palo rosa, los favoritos.
Cuando vuelan murciélagos, por los cielos en la oscuridad, y la luna sobre el panteón cubre a los que descansan en paz, de la tumba suele asomar, un fantasma que busca el amor, del hermoso y angelical, joven hombre que descubrió al pasar
El fantasma de Haru, el que engañó a su novia con el hermano de esta, como cada noche salía a recorrer el panteón, no sabía exactamente que buscaba, ¿Cuántos años llevaba ya buscando ese “algo”? No tenía idea, solo sabía que un día despertó en aquel ataúd frío y no iba a ningún lado, nadie venía por él, era como una vida en la muerte, hacía mucho había asimilado que era un fantasma, después fue cuando recordó cómo murió, su horrorosa novia y su guapo y seductor cuñado, bueno, no pasaba nada, habían sido muchos años y parece que su único castigo por ahora era el quedarse ahí en el mundo humano tratando de hallar “eso”, así que podía decirse que no se arrepentía de nada, jaque mate horrorosa ex novia.
Aquella noche lo vio, ese joven perfecto, arrodillado frente a uno de los nichos, se acercó para verlo en detalle y notó que tenía unos preciosos ojos verdes, como el pasto fresco de la primavera, cabello castaño y su cara le transmitía tanta calma, bueno, era hora de aprovechar su estatus de alma sin cuerpo físico :
¡¡Ahhhh!!- Makoto dio un sonoro grito al sentir algo frío recorrer su espalda, el viento no podía ser tan frío, ni sentirse tan claramente por toda su columna vertebral- ¡¿Ah…q-quién es?! ¿Será una de esas bromas de Halloween? Pero de verdad estoy solo aquí…-Aunque realmente la luz de su linterna y el de su celular no le garantizaban nada-
Sí claro, sigues creyendo que estas solo-Luego de recorrer toda su espalda, Haru tocó ahora los anchos hombros del contrario, de paso que logró darle un vistazo al protector de pantalla del celular del chico: Un gatito negro con un lazo celeste miraba dulcemente con sus enormes ojos turquesas.
-¿Así que te gustan los gatos? Conseguiré uno para ti cariño- Haru se había decidido a divertirse aquella noche y disfrutar de la compañía de Makoto, de quién al parecer se había enamorado a primera vista, al parecer aún podía albergar ese sentimiento, aun cuando su corazón había sido apuñalado tantas veces…
Añorando aquel corazón, que tenía cuando era un mortal, el fantasma en su decepción, roba flores, de algún funeral
-¡¡Ahhhhhh!! Otro escalofrío tan helado como si fueran cubos de hielo sobre sus hombros, su espalda, sus brazos y su tórax, una especie de violación a su mitad superior de cuerpo.
-¡¡El cuerpo de un dios!! Lo sabía, eres perfecto, ¡Poseidón me ha mandado a esta caballa de lujo para mí!-Haru tocaba el cuerpo del contrario cuánto se le antojaba, de hecho se divertía con los gritos del pobre castaño.
De pronto la sensación fría terminó, pero, oyó unos pasos caminando sobre la oscuridad, seguido de un maullido asustado y un pequeño cuerpo peludo corrió por entre sus piernas.
Makoto salió corriendo asustado, entre la cosa peluda corriendo entre sus piernas y un leve soplido que sintió cerca de su oído lo hicieron temer por su vida (y su salud mental en caso se estuviera imaginando todo esto) salió corriendo.
-Hey, chico no te vayas, no sabes lo que me costó atrapar a ese gato para ti-Mientras Makoto corría hacia lo profundo del cementerio el fantasma Haru casi lo alcanzaba con muy poco esfuerzo, realmente era útil eso de flotar, pero, en un punto, el castaño dobló por un pasillo y lo perdió.
-¡Makoto! Makoto, Kotoma, Makoto
-Ma-ko-to
-¡¿Qué rayos es eso?!- El castaño solo oía quejidos, que a él le parecieron lamentos, lo peor de todo este asunto es que no se encontraba con nadie….era imposible que estuviera solo en ese inmenso cementerio, como los lamentos continuaban, volvió a correr sin rumbo, se detuvo cuando sentía que ya no podía más
-¡Makoto!-Haru lo había encontrado y se le había ocurrido llevarle unas cuantas flores de un funeral reciente, le habían dejado unas bonitas rosas blancas, al final de cuentas iba a ser un desperdicio dejarlas ahí.
-¡Ouch! ¡¿Qué?!- Un ramo de rosas blancas le había caído en la cabeza, sintió su corazón pararse en ese mismo instante, cuando pudo notar que el ramo tenía una tarjeta en él:
“LA MUERTE ES LO ÚNICO QUE TENEMOS ASEGURADO, NOS VEMOS ALLÁ ABAJO, TARDE O TEMPRANO”
-¿Eh? Pensé que te iban a gustar algunas flores...-su castaño se alejaba nuevamente, se le veía muy pálido y temblaba, ¿tal vez necesitaba algo de calor?
-¡AHHHHHH! Ok, si me están haciendo pagar por aquella vez cuándo le pisé la cola a ese pequeño gatito lo siento, ¡¡fue accidental!! , o por reírme cuando descubrí los mangas shojo de Rin, o cuando no dejé que Ran me vistiera de mujer ¡¡Lo siento!!- Volvió a correr sin parar, escuchaba cosas rompiéndose en el piso, algo o alguien las estaba tirando, y de vez en cuando podía escuchar de nuevo esos lamentos-
-Makoto, encontré muchas velas para ti, con esto nos calentaremos tú y yo- El fantasma volvió con muchas velas en sus manos, las puso delante del castaño, pero este lo único que llegó a ver fue un montón de velas flotando y encima de estas la débil silueta de un rostro, fue demasiado para él.
-¿Makoto? Despierta
-¿Eh?- Sentía su espalda y piernas muy frías nuevamente, y era como si flotara- Ok, si alguien me drogó o me estoy muriendo ya no me importa, quiero dormir- resignado se dijo esto a sí mismo y volvió a cerrar sus ojos, un golpecito se sintió en su mejilla.
¿De qué hablas? ¡Tú estás vivo, aunque quisiera, no podría dejar a este mundo sin ese cuerpo de Adonis! Incluso me estoy tomando la molestia de cargarte, aunque no me molesta después de todo
Adonis…-De pronto el frío en sus piernas se trasladó a su trasero- ¿Quién eres?-Al volver a abrir levemente los ojos de nuevo, pudo notar un rostro de facciones delicadas, los ojos más celestes que jamás había visto y cabello negro lacio- ¿Estás seguro que no estoy muerto?
-Sí
-¿En serio? Si tú eres un ángel recibiéndome, no me importaría morir…
-…-¡Contrólate Haru!, se dijo a sí mismo el fantasma de ojos celestes luego de dejar a su nuevo amor a la puerta del cementerio, aún estaba dormido así que tal vez pensaría que todo fue un sueño.
Antes de que se asome el sol, a la fosa tendrá que volver, y enterrarse con la ilusión, de encontrar a ese hermoso hombre. Sueña así, desde el cajón, que va una nueva familia a formar, y en alguna otra dimensión, un pequeño fantasma criar.
El tener un amor prohibido ayudara a endulzar su monótona existencia, así tendría a alguien a quién esperar-
-¿Me pregunto cómo serían mis hijos con Makoto? Si fuera mujer…Nah incluso así, soy más fabuloso que cualquiera de las viejas que vienen por acá, sé que impacté a Makoto, y regresaré y podré volver a verle…¡Ah! ¿Cómo es que pasó tan rápido el tiempo? Tengo que regresar…-Dicho esto el fantasma volvió a la tumba, tenía todo el tiempo del mundo para pensar en su nuevo amor, podría seguir esperando que volviera en cuánto volviera a anochecer, sí, definitivamente el amor podría llegar hasta aquellos sin corazón y sin vida.