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El Misterio de la Fuente Azul por ZeroBlack

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Notas del capitulo:

Capitulo nuevo!!! Yeeeiiii!!!!! okno, la verdad no estoy acostumbrada a actualizar y todo esto (y las que lo hacen realmente las respeto mucho) Pero bueno, mejor tarde que nunca. Disfruten de esta pequeña creacion. Se aceptan todo tipo de criticas QuQ no preocupar. Hasta Luego

-ZeroBlack- 

-Jóvenes, el día de mañana no podré asistir así que tendrán la clase libre- Comentó el maestro de gruesas gafas sobre su nariz. Era un hombre de notable edad con algunas cicatrices en su rostro y brazos debido a la guerra.

No han sentido ese alivio de no tener una clase que tanto odian y además tener 3 horas libres de esa misma, pues eso sentía la joven Julieta Salem. Su problema no era el maestro que le agradaba mucho, sino la maldita clase, no entendía el por qué tenía que ver la materia de poesía si ella iba a estudiar ingeniería genética. Además, tampoco entendía el por qué poesía era una materia ¿Qué les enseñarían? ¿A cómo defenderse de un lobo con un Haiku? Realmente escogió una escuela algo rara.

La clase terminó y dio un suspiro de alivio. Tomó sus cosas y dio marcha a la salida. Hubiera salido rápido del aula, pero un brazo le detuvo el paso.

- ¿A dónde crees que vas, bicho? -

Ema Shitogi, no podía faltar la típica chica bullying en la escuela. Realmente solo necesitaba algo de atención y que mejor que de esa manera.

-Solo quiero ir a la última clase para así irme y no tener que mirar tu rostro- Respondió de manera cortante

- ¿Cómo te atreves a hablarme de esa manera? ¿Qué no sabes quién soy? - Claramente necesitaba atención. Por suerte no había nadie más en el salón de la clase XX-459

- ¿Uh, debería importarme? –

-Claro que sí, Salem. Creo que es hora de enseñarte a respetar a tus superiores- Respondió con algo de histeria acercando su mano al rostro de Julieta

Ya sentía el golpe en su rostro. Si, definitivamente hoy sería otro día como dijo ayer… otro día lleno de desgracias. El golpe ya había tardado así que abrió los ojos y solo miró una mano entre el puño de Ema y su rostro. Era una mano muy pálida para ser de ella, miró a la dueña de esa mano y antes de que pudiera decir una palabra fue interrumpida por la chica pálida.

-Si yo fuera tú bajaría esa mano, Shitogi- dijo la chica desconocida

- ¿Por qué lo haría Williams? – “que todos aquí se llaman por sus apellidos”

- Porque tú no quieres que difundan las fotos de la fiesta de la semana pasada ¿o sí? Así que largo-

No le quedó más remedio que irse, la chica pálida sí que daba miedo además de que era demasiado alta.

-Gracias, te debo una- dijo algo sorprendida por lo recién ocurrido

-No te preocupes, es mi deber cuidarlos a todos- Respondió con una sonrisa en su rostro

- Perdón si te causé problemas ¿De qué clase eres? Es que nunca te había visto- sintió que la estaba molestando demasiado, pero al parecer no era así.

- Soy Akion Williams y pertenezco a la clase CXX-793- Esta chica sí que era encantadora

- ¿Cómo? – No podía pronunciar ese nombre sin antes una explicación de la portadora

- Si, Akion, se pronuncia Aickion, por eso mis amigos me dicen Aik- Dijo riendo. Si, era realmente encantadora.

- Creo que es mucho mejor Aik-

- Creemos lo mismo señorita... -

-Julieta Salem –

-Bueno, bienvenida al instituto, recuerda que si necesitas ayuda solo tienes que grit…

-¡Akion! ¡Ven aquí! – Gritó alguien al final del pasillo que sonaba bastante molesta. Era otra chica con corte pixie color negro. Parecía algo baja en cuanto estatura, pero dicen que a los más bajos hay que temerles y más si están molestos.

-¡Ya voy, Black! Tengo que irme, el deber llama o me matan. Hasta luego. – Se despidió mientras corría hacia la otra chica.

“Pues para ser bajita sí que tiene poder” pensó Julieta dirigiéndose a su próxima clase.

-Siempre lo ha tenido, parece estar de mal humor todo el tiempo y ser una persona peligrosa, pero tiene buen corazón- Dijo alguien a su derecha

- ¿Tú crees? A mí me parece algo rígida y sin sentimientos- Se quedó analizando la situación “Esa voz…”

Miro a un lado, pero como ya se lo esperaba no había nadie. “Debo salir de aquí y rápido” Otra vez pensó en escapar. Tenía clase, así que no podía ir corriendo a la seguridad de su hogar. Camino con rapidez a su aula que se encontraba a dos edificios de distancia: El edificio de ciencias y el edificio para alumnos especiales. Todo alumno tenia estrictamente prohibido entrar a esa instalación. ¿Por qué?

Nadie lo sabe con seguridad, solo se sabe que ese edificio fue construido por Raymond Fisher en muestra de agradecimiento.

Pero el que no arriesga no gana. Tomo una gran bocanada de aire antes de salir de la instalación de Artes para adentrarse al edificio “Prohibido”. No quería que aquello que la acosaba la alcanzara.

El tramo para llegar se hacía eterno, o también pudiera ser que el instituto era demencialmente gigantesco. Al poner un pie en el edificio para sus compañeros especiales un escalofrió recorrió su espalda. Corrió desde la parte alta hasta llegar a las escaleras de emergencia, donde estaría la salida más cercana a su destino. Se preparó para abrir aquella puerta de metal hasta que una mano la detuvo. Dio un grito enorme asustando al guardia de seguridad de aquella instalación. Cuando ambos se tranquilizaron fue llevada con la máxima autoridad del edificio. Porque si, cada instalación tenía un líder manteniendo a salvo el lugar.

La oficina era grande, adornada con madera y algunas pinturas que para ella no tenían sentido. Algunos reconocimientos junto con un título como Psicóloga adornaban la pared al lado de una ventana. El piso la hacía sentir cual peón en un tablero de ajedrez y delante de ella se encontraba un escritorio que parecía bastante costoso. Tenía papeles sobre él y una gran computadora y, por último, en una silla de cuero se encontraba la autoridad de la instalación: Xion Black

“La bajita arrogante” pensó Julieta. De cerca parecía tan joven, de unos 19 años de edad, era delgada y preciosa con unos ojos color violeta. Black parecía leer su mente ya que solo sonrió.

-Muy bien Dave, gracias por traer a nuestra nueva… intrusa, diría yo. Te puedes retirar- Ordeno levantando su ágil cuerpo de su cómoda silla.

Julieta quedo hipnotizada ante su mirada y su peculiar fragancia.

-No te han dicho que mirar directamente a los ojos de un desconocido es de mala educación- ronroneo cerca de ella. Sabía de antemano que no era del tipo de personas con el cual se puede jugar. Trato de aclarar su garganta, pero se sentía tan vigilada que todo movimiento la incomodaba.

Siguió a la más bajita con la mirada, pudo ver que se recargo en su gran escritorio haciendo a un lado los papeles que parecían importantes ya que tenían un sello bastante peculiar en la parte superior de aquel conjunto de hojas.

-Ya veo que no quieres hablar, bueno, en ese caso tendré que hacerte hablar- Le extendió una mano esperando que Julieta la tomara. –Inocente ave que has caído en las garras de la pantera- cuando tomo su mano la rodeo de la cintura y con un movimiento ágil la hizo girar para recostarla en donde estarían aquellos papeles. Se colocó sobre ella con su mano aun en su cintura y con su mano libre alcanzo una daga que se hallaba en su pantalón, la pego al pecho de Julieta para que, de un tajo arrancara los botones de su blusa, Julieta había caído en su juego, se sentía en grave peligro, pero aquellos ojos violetas la detenían de hacer cualquier estupidez que no fueran seguir las indicaciones de Black. Apego su rostro cerca de su oído, tenía su cálido aliento quemando aquella zona. Sintió una pequeña mordida en la parte superior de su oreja. Su rostro estaba hirviendo, por poco se desmallaba hasta que las tortuosas palabras se dieron a conocer

- ¿Qué hacías en mi territorio, pequeña? – dijo en tono severo. Julieta sintió otro escalofrió, pero esta vez en todo su cuerpo. No sabía que responder ante aquella pregunta “¿Escapaba de algo que ni siquiera he visto pero me aterra?” “¿Soy alumna de esta área?” “¿Buscaba el baño?” tantas respuestas y sentía que si decía algo iba a morir. Black empezó a desesperarse así que descendió besando el cuello de la joven que arqueo su espalda en respuesta de aquel tacto tan repentino.

-Bueno, me gusta cuando no hacen ruido- susurro, le estaba gustando hacerla sufrir.

Bajo marcando su piel con su saliva hasta llegar a su pecho, nuevamente con su daga corto un tirante del sujetador de Julieta bajándolo un poco besando la piel descubierta.

No podía con la agonía de su cuerpo arder, sus movimientos ya eran involuntarios. Rasguño su espalda por debajo de la ropa de Black. Tenía que aferrarse a algo firme, y que mejor que la chica que estaba sobre ella.

Rápidamente Black se puso de pie, acomodo su chaqueta de cuero color negro para volver a sentarse en su silla. –No lo volveré a repetir, ¿Qué hacías en mi territorio? – Ya se sentía frustrada y de muy mal humor. Julieta ya no entendía nada. Con uno de sus brazos trato de cubrir la piel expuesta –Cuando me respondas te daré algo de ropa y, si te reúsas jamás saldrás de mi oficina, o bueno, no en una pieza. –

- Y-yo… me disculpo por entrar así a su institución- los nervios la estaban devorando lentamente – Pero, yo me estaba refugiando aquí por…- levanto su rostro hasta encontrar los violetas de Black centrados completamente en ella. Le estaba poniendo atención.

-Por…? – Continuo Black. Realmente quería acabar con todo esto y dejarla ir de una vez.

-Porque no quería que “Ella” me alcanzara- Confeso, después de tanto confeso lo que le aterraba.

Black no expreso nada, ni sorpresa, ni lastima. Nada.

- ¿Eso era todo? – Pregunto a secas.

- Si, perdón por quitarle su tiempo – Se disculpó, se sentía tan estúpida por lo ocurrido. Quería desaparecer de la faz de la tierra.

- Puedes tomar una chaqueta del armario- Señalo la puerta corrediza a un lado

Miro la puerta con duda, solo la deslizo para tomar la primera prenda que sintió. Se colocó la chaqueta y con paso apresurado se dirigió a la salida. No quería seguir hablando con Black, se sentía muy mal consigo misma. Solamente quería llegar a casa y beber una taza de té.

- Julieta, siempre que te sientas de esa manera, puedes entrar cuantas veces quieras. Mi territorio está abierto para ti. - Dijo Black con un tono tan dulce que no lo podía creer. –Aun así, tendrás tu merecido castigo- 

Notas finales:

Gracias por llegar hasta aqui UuUr 


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