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Luz de Luna por kina_chan

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Ese día, Ángel llego más tarde al trabajo de lo habitual, tanto así que Javier se preocupó y comenzó a llamarlo, sin recibir respuesta alguna. El tiempo pasaba y se preocupaba más por él, trato de llamar a Analía para no hacerla preocupar, pero estaba comenzando a dudarlo. “¿Qué le habrá pasado?”


Luego de casi una y media después, apareció Ángel, entrando por la puerta trasera del local que daba a la cocina. Al verlo, se sorprendió y se asustó. Ángel tenía un poco de sangre sobre su ropa, algún que otro corte en la misma, su rostro estaba golpeado e incluso sus manos tenían sangre, mientras tanto, él tan solo caminaba despacio como si le doliera su pie derecho.


- ¡Oh dios! ¿Qué te paso Ángel? – Le pregunto mientras se acercó hacia a él. - Déjame que te ayude. Te duele el pie ¿cierto? – Ángel asintió como respuesta. Javier rodeo con uno de sus brazos la espalda de Ángel, y con el otro las piernas del mismo para poder cargarlo hasta llegar a una de las sillas que estaba en la cocina y hacer que se sentara. Extrañamente, Ángel no se quejó de eso. - ¿Te diablos te paso? ¿Estás herido? ¿Por qué no contestaste mis llamadas? Pensé que habías dejado las peleas. –


- No me paso nada, no te preocupes, la sangre no es mía. Lo siento, se me apago el celular, olvide cargarlo anoche. – Respondió Ángel sin darle mucha importancia.


- Pero… ¿Qué paso entonces? –


- Yo no quise pelearme con nadie, ellos vinieron hacia mí para molestarme y una cosa llevo a la otra entre provocaciones. ¡Ja! Estúpidos, se creen que les voy a tener miedo por tener una navaja y una pistola. - En ese momento Javier se asustó al escuchar lo que confeso Ángel con tanta tranquilidad.


- ¡¿Una pistola?! ¡Ángel! Eso fue muy peligroso. – Javier estuvo a punto de golpear a Ángel en la cabeza por idiota, pero este ya estaba bastante golpeado cuando llego.


- Una pistola sin balas no es peligrosa, sabía que no tenían, sino me hubiesen disparado desde el principio. – Respondió sin darle mucha importancia.


- No hagas ese tipo de cosas, podrían haberte asesinado. Yo realmente estaba muy preocupado por ti idiota. – Javier llevo su mano a los cabellos que caían sobre el rostro de Ángel y los acomodo por detrás de la hora del mismo, viendo así la herida que tenía en su rostro. - Te ves terrible, voy a limpiar esa sangre que tienes, espérame un segundo. – Tras decir eso, Javier camino hasta una de las repisas de la cocina, abrió la pequeña puerta y de allí saco un botiquín de emergencias. De allí saco un pedacito de algodón y lo mojo con un poco de alcohol que había en una pequeña botellita de plástico.


- Si me va a arder no quiero. – Se quejó Ángel.


- ¿Qué edad tienes? Si te aguantas esos golpes como hombre de igual modo podrás aguantarte que te desinfecte las heridas. – Una vez dicho eso, Javier paso el algodón por la sangre que tenía Ángel en su rostro y alguna que otra cortadura que se hizo en el brazo. Obviamente, como era de esperarse, Ángel se quejó del ardor que el alcohol le provocaba.  - Ya deja de quejarte. – Ni bien termino de limpiar sus heridas. - ¿Algún otro lugar donde te hayas lastimado? –


- Creo que me estire el tendón del pie derecho en un momento. – Respondió desviando la mirada y con un leve sonrojo en sus mejillas.


- Ángel, si tanto te lastimaste hubieses ido directamente a casa, debió dolerte mucho caminar hasta aquí. – Javier sentó en el suelo y le quito el zapato del pie derecho a Ángel para comenzar a acariciar este. - Te ayudare con eso, puedo acomodarlo un poco con un masaje. – Y sin decir nada más, Javier comenzó a masajear el tobillo de Ángel, tratando de que, de ese modo, ya no le doliera tanto.


- No necesito que me trates como un enfermo ¿sí? Solo necesito un abrazo para sentirme mejor. – Le hablo al ver que Javier se veía bastante serio. Cuando Javier lo miro, vio a Ángel con una sonrisa estirando sus brazos esperando un abrazo. Javier suspiro y lo abrazo, solo acepto a eso porque realmente no le desagradaba abrazarlo.


Desde lo sucedido aquella vez cuando lo hicieron, Javier ha querido mantener cierta distancia con Ángel. No era como si le desagradara estar con él o si le incomodara, simplemente se sentía un poco extraño actuar como si nada cuando habían cruzado esa línea. No era como si sintiera algo por él, ni tampoco sabía si Ángel sentía algo, quería creer que no era así, pero para evitar malentendidos, decidió actuar como si realmente no hubiese pasado nada, aunque en el fondo le preocupase un poco.


*-*-*-*


Durante todos los demás días, Ángel volvió a repetir una y otra vez la misma rutina. Pasear por la ruta más larga y problemática que tenía para ir al trabajo, pelearse con cualquier estúpido infeliz que viese, dejar que lo lastimaran un poco para luego ir al local, para recibir los cuidados de Javier. Era un juego muy sucio buscar pelea y mentirle a Javier fingiendo inocencia solo para llamar su atención, pero el adoraba que Javier se preocupara por él.


Sin embargo, la atención que recibía de Javier se disminuía más y más, debido a que este se la pasaba hablando por mensajes con el chico que le gustaba, y hasta tenían citas. Y, para empeorar las cosas, Javier comenzó a sospechar que todas esas peleas que tenía Ángel eran provocadas por él mismo, razón por la cual ya no se preocupaba por él, sino que más bien, se lo reprochaba.


Ángel seguía intentando llamar su atención de todas formas, incluso lo abrazaba cada dos por tres por la espalda para sentir el calor del cuerpo de su amado. A veces este se dejaba abrazar sin decir nada, pero con el tiempo llego a molestarte bastante con eso, tanto así que le decía a Ángel que dejara de molestarlo.


Ese día como cualquier otro, estaban trabajando juntos en la cocina limpiando, Javier se encargaba de lavar los platos mientras Ángel trapeaba el suelo. Pero de un momento a otro, Ángel se aburrió, dejo el trapeador apoyado sobre una pared y se acercó a Javier por detrás para poder abrazarlo y apoyar su mejilla derecha sobre la espalda de este.  


- Ya me cansé, dame un abrazo para recuperar fuerzas. –


- Deja de molestarme ¿Quiere? Estoy ocupado. -  Javier gruño molesto y le salpico un poco de agua que tenía en sus manos sobre la cara de Ángel. En ese momento Ángel lo soltó haciendo un puchero.


- Eres un aburrido. – Luego de eso tomo el trapeador y volvió a su labor de limpiar el suelo. Minutos después apareció Maira en la cocina.


- Bueno, yo ya me voy. Ya terminé de limpiar todo. – Maira ya se encontraba vestida con un vestido blanco suelto y con su bolso en mano. Segundos después de que entro, el celular de Javier comenzó a sonar. Este seco sus manos con un repasador y sonrió al verificar el mensaje que había recibido. - Adivinare ¿Es un mensaje de tu ahora novio? – Le pregunto Maira con una sonrisa pícara. “¿Qué?” A Ángel no le agrado mucho escuchar esa pregunta.


- Sí, estoy tan feliz de que aceptara ser mi novio. Estoy tan emocionado. –


- Nunca te vi así de feliz Javier, se nota que se niño se ganó tu aprecio. –


- Es que… es tan lindo cuando dice que le gusta lo que cocino. – “¡¿Es en serio?! Yo siempre te digo que me gusta lo que cocinas.” Ángel estaba que moría de celos, pero trataba de contener a no decir nada de momento. Se negaba a creer que ese niño se hubiese convertido en el novio de su amado Javier.


- Me alegro por ti. – Le sonrió Maira. - Bueno, me tengo que ir, nos vemos mañana chicos. – Se despidió ella con un saludo con la mano y se fue de la cocina, dejando a ambos chicos solos.


- Es broma ¿Cierto? – Le pregunto Ángel. - ¿Por qué no me dijiste que ahora eres novio de ese chico? –


- ¿Se suponía que debía decírtelo? Tú nunca preguntaste. – Le respondió sin darle mucha importancia, siguiendo con su trabajo de lavar los últimos platos que quedaban.


- Pero… No pensé que saldrías con él. –


- Pues sí, a mí me sorprendió que aceptara, estoy tan feliz. –  Le contesto con una sonrisa tan sincera que Ángel, en vez de quedarse como bobo viendo su hermoso rostro, se molestó. “No, no voy a dejárselo, no quiero que Javier sea de nadie más.” Ángel ya no quería seguir jugando a llamar su atención, ahora quería y debía decirle lo que realmente debía haberle dicho hace tiempo.  - Listo, ya terminamos, supongo. – Comento al terminar de lavar todos los platos que quedaban. Ángel dejo el trapeador nuevamente apoyado a la pared y miro a Javier. Quizás no era el mejor ambiente, ni el mejor momento, pero sentía que debía decírselo en esos momentos.


- Javier... – “Tranquilízate maldita sea, no eres una niña, puedes hacerlo.” Estaba completamente rojo, pero se negaba a verse débil, miro sin miedo a los ojos a Javier y con el ceño fruncido lo confeso. - Yo… estoy enamorado de ti. – Hubo un silencio que duro casi un minuto. Ángel jamás se imaginó a si mismo confesando sus sentimientos en la cocina, aunque prácticamente, jamás imagino que se confesaría, era vergonzoso, pero no le daba pena lo que sentía. Javier se veía sorprendido, sin poder creerlo, parecía igual de avergonzado e incómodo que Ángel.


- ¿Estas bromeando? –


- No, estoy siendo serio con lo que siento. – Contesto sin dudarlo, demostrándole que realmente iba en serio. Javier suspiro tratando de calmarse y hablo.


- Mira Ángel, me siento alagado de que sientas eso por mí, pero… -


- Oh, por dios. Si vas a empezar con los rechazos cliché baratos como: “Te quiero como amigo”, “Deberíamos ver a otras personas”, “No me dejan mis papas…” – Lo interrumpió Ángel, realmente no quería escuchar esos típicos rechazos sacados de cualquier estúpida comedia romántica barata.


- Ya entendí. –


- “Mi amor es el mar”, “No quiero matarte, pero si me obligas” –


- Bien ¿Entonces qué quieres que haga? – Le pregunto un poco confundido al ver que Ángel no quería escuchar lo que iba a decir. Ángel le sonrió y le contesto.


- Deja a tu novio actual y sal conmigo, eso quiero que hagas. –


- ¿Qué? No puedo hacer eso. – Javier frunció el ceño al ver la petición tan descarada que le había hecho Ángel.


- Claro que puedes, vas y le dices que te aburriste de él y terminan. ¿Ves que es fácil? – Le respondió con una sonrisa pícara. A Ángel le importaba poco y nada si hace poco Javier había logrado convertirse en el novio del chico que quería, él tan solo lo quería para sí mismo y nadie más.


- A ver, creo que no me estas entendiendo Ángel. Respeto los sentimientos que tienes hacia mí y espero que tu respetes los míos. - Javier estaba molesto, pero trataba de sonar lo más respetuoso posible con Ángel, ya que, al fin y al cabo, el chico se le había confesado sus sentimientos, no quería ser rudo con él. - No puedes pedirme que haga tal cosa. –


- Claro que puedo, ya lo hice, solo abandónalo y ya, has terminado relaciones antes ¿no? – En ese momento Javier mando toda su paciencia al demonio.


- ¡Bien! Ya me cansaste, razonar contigo es imposible. – Hablo bastante molesto. - Escúchame bien, tú no puedes decirme que hacer, estas actuando como un niño y esta vez como uno caprichoso que se queja cuando otro niño toma el juguete que quiere. Yo no soy un juguete y tú ya estas bastante grandecito para actuar de esta forma, ni Alegría actúa así de inmadura como tú Ángel.  – Javier respiro hondo y continuo. - Yo no voy a terminar con Noah solo porque tú me lo pides. Realmente lamento no poder corresponder tus sentimientos, en serio, lo siento. – Ángel también estaba molesto, demasiado, sobre todo porque lo comparo con su hermanita menor. Ángel frunció el ceño, chasqueo su lengua y contesto.


- Haz lo que quieras entonces. – Tras decir eso le dio la espalda y tomo su bolso que se encontraba encima de su una silla. - Me voy a mi casa. – Fue lo último que dijo antes de salir por la puerta trasera de la cocina.


Ni bien salió de la cocina, golpeo con su puño al desnudo la pared, no le importo lastimarse y que su mano comenzara a sangra por los raspones que se hizo, ni siquiera le dio importancia al dolor. Estaba tan molesto con Javier, sus palabras le dolieron, pero aun así lo quería, y seguía pensando que su rostro era hermoso incluso cuando estaba molesto. “Aunque me rechaces y estés con alguien más, yo te seguiré amando estúpido.”


*-*-*-*


Ángel prefirió pensar que ese día quedo en el olvido, que realmente jamás paso. Sin embargo, su relación con Javier se había tensado demasiado, ya no se hablaban como al principio, ni se reían juntos.


Sin embargo, su problema no era exactamente su relación con Javier. Sino más bien, lo mucho que estaba comenzado a detestar a ese tal “Noah” el novio de Javier. Cada vez que ese maldito niño iba al local, Javier lo abrazaba, lo besaba sin preocupación alguna y hasta incluso lo cargaba y giraban juntos como dos estúpidos. Javier al menos era considerado y no lo hacía en frente suyo, pero como Ángel siempre lo espiaba, siempre terminaban encontrándose con ese tipo de escenas desagradable. Detestaba verlos tan felices, pero por sobre todo lo demás, detestaba a ese maldito niño que le robo a su amado amorcito.


- Detesto las parejas felices. – Suspiro molesto y se apartó de la ventana de la cocina que daba a la parte de al frente del local. Ese día Javier tomo el puesto de Maira para poder conversar de a ratos con Noah.


- ¿Sigues con eso? ¿Por qué no te empeñas en superarlo de una vez y conseguirte un novio o una novia? – Le pregunto Maira mientras decoraba un par de rosquillas.


- ¿Ah? ¿Por qué no lo haces tú primero?  –


- Para tu información, yo si tengo novio. –


- ¿En serio? ¿Conseguiste un hombre que acepte que tengas un pepino entre las piernas? – Le pregunto sorprendido. Maira se ruborizo y apretó sus dientes, parecía molesta.


- Si, es difícil conseguir a un hombre o a una mujer que me acepte tal y como soy, pero finalmente lo hice. Y si yo tuve oportunidad tú tal vez la tengas… aunque con lo enano feo que eres lo dudo mucho. – Respondió con una sonrisa burlona. A los pocos segundo Javier entro por la cocina.


- Ignórenme, solo vine por más helado. – Hablo, caminando a paso rápido hacia la heladera para tomar uno de los baldes de helado.


- ¡Amorcito! Ven y dame un abrazo. – Le hablo Ángel acercando a Javier para poder abrazarlo como siempre.


- Ya te dije que dejaras de hacerlo, eres muy molesto. – Le hablo, tomando de sus brazos para quitárselo de encima.


- Das asco Ángel. – Le hablo Maira.


- Tú cállate fea. – Le contesto Ángel mostrándole la lengua.


- No empiecen a pelear ¿sí? Háganme ese favor. – Les hablo de forma seria y fría. Ángel chasqueo su lengua molesta y les dio la espalda a ambos.


- Como sea, me voy al baño. – Les dio la espalda a ambos y camino hacia la puerta que lo llevaba al baño de empleados, dejando a Maira y a Javier solos.


- ¿No crees que estas siendo un poco duro con Ángel? Cuando la persona que amas te ignora y te trata de molestia todo el tiempo duele ¿sabes? – Le pregunto Maira a Javier, sintiendo un poco de pena por Ángel.


- No es como si quisiera lastimarlo, solo no quiero crearle ilusiones falsas. – respondió serio, a él también le dolía un poco tratarlo de esa forma, pero pensaba que era la mejor forma de tratar con un niño malcriado como Ángel.


- Si tú dices. – Fue lo último que le dijo Maira para luego continuar con su trabajo.


Continuara…

Notas finales:

Hola!

Bueno, me olvide decirlo en el capitulo anterior pero lo diré ahora. 

Ya desde este capitulo en adelante... empieza lo bueno, :D y lo bueno en mi caso es el sufrimiento! Sii! Es la parte que más me emociona de este fic! Incluso ya en el próximo capitulo creo que aparecerá Juli <3

¿Saben? Me sorprende que muchas digan que aman a Ángel... Digo, estoy acostumbrada a que la mayoría deteste este tipo de personajes XD! Pero me alegra... porque desde este cap en adelante conocerán el verdadero lado de Ángel. Si lo siguen amando después de eso pues... wohh XD me sorprenderán aun más. 

Algo que he notado es que dicen que sufrirán por Angel... y yo digo... ¿Y Javier? El también sufrirá, ustedes también si creen que esta historia sera igual de rosas que "Unidos por las estrellas" y "Mi rayo de sol" Créanme cuando les digo que esta historia es diferente, la forma de ver el amor en estos personajes es poco común xD! (Recuerden que este fic contiene Sadomasoquismo)

Bien! Eso es todo por hoy! Bay neee! Besos y abrazos! Nos leemos pronto!


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