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Luz de Luna por kina_chan

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Al llegar a casa de Ángel, Javier se encargó de tratar los golpes que ambos se habían dado. Obviamente, cuando llego Analía a casa y los vio a ambos en ese estado, quedo espantada y preocupada. Javier acepto la responsabilidad y le dijo que se habían peleado, aunque ocultando la razón de porque lo hicieron.

 

Ángel no dijo ni una sola palabra, solo mantenía una expresión de frustración en su rostro y se encerró en su habitación. Mientras que, por su parte, Javier se quedó observando los videos y las fotos que Analía había sacado con su cámara. Tuvo que disculparse varias veces con Alegría por irse temprano, pero al final, la niña lo perdono.

 

Después de varios minutos, Alegría se quedó dormida en el sofá. Era entendible que se quedara dormida, después de todo, por la emoción no había dormido lo necesario y hasta esa hora seguro debía estar muy cansada. Mientras que su tío se encontraba viendo el partido de esa tarde, Javier decidió ir hasta la cocina para poder hablar con Analía, en su posible, a solas.

 

Justo ahí se encontraba ella, lavando los cubiertos que estaban en el lavado mientras esperaba que el agua de la tetera se calentara. Javier se acercó hacia donde estaba ella, tomo otra esponja, le coloco una pequeña gota de detergente y la ayudo a terminar de lavar los platos.

 

- Gracias por ayudarme Javier. – Le agradeció Analía con una sonrisa.

 

- No es nada. Es una forma de disculparme por lo que paso. – Respondió mientras terminaba de lavarse las manos, para luego secárselas con un repasador que estaba sobre la mesada.

 

- Esta bien, ya no importa, pero por favor, no vuelvan a hacerlo, no me gusta que mi hijo llegue golpeado a casa, me preocupa verlo así. – Hablo Analía mientras se acercaba a la cocina para apagar la hornalla donde se estaba calentando el agua de la tetera.

 

- Lo lamento, en serio que lo lamento, no quería preocuparla. –

 

- Bueno, dejando eso de lado. ¿Quieres tomar mate? –  Le pregunto mientras tomaba el mate, le ponía la yerba, el azúcar y luego le colocaba el agua.

 

- Si, está bien, en realidad, quería hablar con usted, Analía. – Ambos caminaron hacia la mesa de la cocina y se sentaron allí, con el mate y la tetera en el medio de esta. Analía se veía intrigada, hasta a ella le parecía raro que Javier le hablase.

 

- Bien ¿De qué quieres hablarme? – Analía le paso el mate a Javier y este asintió para luego darle un sorbo.

 

- Es sobre Ángel, creo que con lo poco que pude hablar con él, entiendo más o menos porque actúa de esa forma. – Analía hizo una mueca en forma de sonrisa mientras se quedaba mirando un punto fijo sobre la mesa.

 

- Adivinare, es por mi culpa ¿cierto? – Esa pregunta sorprendió bastante a Javier. – Yo nunca sé exactamente qué es lo que pasa por la cabeza de mi hijo, él nunca me dice nada y apenas si lo veo con suerte dos veces al día por lo menos cinco minutos. – Ella dirigió su mirada hacia Javier. - Sé que él prefiere mil veces quedarse con su padre que conmigo, pero me gustaría saber porque es tan indiferente conmigo. –

 

- Creo que es porque no se siente querido por ti, es por eso que busca cariño en otros lugares o trata de llamar tu atención. – Analía hizo una expresión de sorpresa y de molestia.

 

- ¿Qué? Eso es ridículo, no hay cosa que ame más en este mundo que a mis hijos y a ambos los quiero por igual. Solo que uno de ellos es más apegado a mí que el otro. – Javier creía en sus palabras, Analía no parecía mostrar diferencia de cariño entre ambos hijos, ya que siempre demostraba lo mucho que lo quería y se preocupaba por Ángel.

 

- El problema no eres tú en sí, creo que es más por parte de sus abuelos. – Cuando Javier termino de tomar el mate, se lo paso a Analía y esta respondió en seco mientras le cargaba el agua de la tetera.

 

- Ah, te refieres a eso. –

 

- Lo has notado ¿verdad? Ellos parecen llevarse mejor con Alegría que con Ángel. – “Para no decir que ellos quieren a Alegría y detestan a Ángel.” Javier trataba de no sonar tan brusco con sus palabras, quería que Analía se sintiera lo más cómoda posible en su charla.

 

- Ellos son personas muy estrictas, siempre fueron así. Ellos me dijeron que se llevan mejor con Alegría porque ella se comporta bien, no como Ángel que siempre me mantiene preocupada. – A Javier le costaba mucho creer que esa fuese la razón. Ella se relajó un poco y le dio un sorbo a su mate.

 

- Analía, sé que yo no debería meterme mucho en estos temas familiares, pero ¿Por qué los perdono? Ángel me conto que ellos la echaron a usted de casa por quedar embarazada de él y porque casi la obligaban a… hacer eso. – Analía volvió a mirarlo sorprendida y media molesta, incluso se cruzó de brazos.

 

- ¿Cómo lo haces? –

 

- ¿Eh? ¿Qué cosa? – Le pregunto Javier confundido.

 

- Hace años que yo no tengo una charla decente con mi hijo, y tu llegar en un mes a su vida y ya logras que mi Ángel te cuente eso. En serio ¿Cómo es posible? – Ella suspiro y luego continúo hablando. - Supongo que me lo merezco, al fin y al cabo. ¿Sabes? A veces creo que los perdoné porque los extrañaba y porque pensé que realmente ellos me querían y estaban arrepentidos por lo que me hicieron. – Ahora entendía un poco más como pensaba Analía, ella se encontraba dividida entre dos amores, sus padres y sus hijos. El problema, es que ella estaba segada por ese amor que les tiene a sus padres, que ni siquiera se da cuenta de lo falsos que eran. Por esa razón, si ella realmente quería estar bien con uno, automáticamente quedaría mal con otro, y ella debía elegir con quien prefería estar mejor, con sus padres o con su hijo.

 

- Bueno, si es cierto que usted ama a sus hijos más que a nadie, tiene que demostrarlo. –

 

- ¿Eh? – Analía lo miro confundida.

 

- Yo creo en lo que dice, creo que usted realmente ama a sus hijos por igual y más que a nadie. Pero debe demostrarlo, no a mí, sino a Ángel. –

 

 - Pero… ¿Cómo se lo demuestro? -

 

- Creo que lo que él quiere, es que este de su lado y no del lado de sus abuelos. Ni él, ni yo creemos que sus abuelos solo se lleven mal con él por su actitud, creo que a ellos simplemente no les cae bien por ser diferente a lo que ellos realmente querían. – Javier se levantó de su asiento y continúo hablando. - ¿Sabe? Yo creo que el amor de una madre puede hacer muchas cosas, dentro de esas, sacar el valor suficiente para auto superarse. Yo creo que, si usted realmente quiere mejorar su situación con su hijo, usted sabrá como demostrarle lo mucho que lo quiere. – Javier conocía mejor que nadie lo que el amor de una madre podía hacer, aunque tuviese que pasar algo horrible para que su propia madre tuviera el valor suficiente para superarse, ella lo eligió a él ante esa vida terrible que tenía, con tal de que estuviera bien. - Ya no quiero tomar más, iré a molestar a Ángel, tengo que hablar con él sobre un par de cosas y luego irme a casa antes de que se preocupe a mi madre. Muchas gracias por escucharme y por el mate. – Javier le sonrió y luego se retiró de la cocina, dejando a Analía bastante pensativa.

 

“Bien, una cosa menos. Ahora solo queda hablar con ese estúpido.” Camino en busca de la habitación de Ángel y toco la puerta, esperando a que este le abriera.

 

- ¡Lárgate! Sea quien seas, lárgate. – Recibió como respuesta de parte de Ángel. A Javier le importo una mierda lo que dijo y abrió la puerta de todos modos, al fin y al cabo, esta no parecía estar cerrada con llave. – Maldición, debí cerrarla con llave. – Se quejó Ángel, este se encontraba recostado sobre su cama con el celular pegado a su oído. – Tengo asuntos que atender Adriana, te llamare luego. – Se despidió de su contacto y luego corto la llamada.

 

- Me alegra que sepas que debemos hablar sobre la apuesta. – Javier le sonrió y se sentó en un borde de la cama.

 

- Por mucho que quiera negarme a hacerlo, mi padre me enseñó a que debo cumplir todas mis promesas, es por eso que nunca prometo nada. –

 

- Vaya, eres más hombre de lo que pensé. – Javier se rio y logro fastidiar bastante a Ángel. – Bien, seré directo, te repetiré todo lo que tienes que hacer y cómo hacerlo. – Le sonrió una vez más y continúo explicando mientras disfrutaba ver la cara de enfado de Ángel. – Dejaras las drogas para siempre, no te hacen ningún bien tomarlas porque sí, como no creo que seas un adicto, no creo que sea necesario que vayas a rehabilitación, confió en que cumplirás con tu palabra. -

 

- Si, si, no te preocupes por eso. –

 

- Bien, la segunda cosa es que tendrás que pasar más tiempo con tu familia, y con familia me refiero a tu madre, a tu hermana y un poco con el tío Samuel, por más de que no compartas sangre con él, él si te considera parte de su familia. Y con pasar tiempo con ellos, me refiero que deberás pasar más tiempo con ellos y relacionarte más, no me sirve de nada que te quedes dos minutos con ellos y te la pases apartado de todos encerrado en tu habitación. –

 

- Bien, lo entiendo. ¿Algo más? – Pregunto con un tono de voz cansado.

 

- La última y más importante, tendrás que tomarte todo lo que queda de las vacaciones pensando que estudiaras en la universidad o de que trabajaras para tu futuro mientras trabajaras conmigo en la cafetería que tengo con mi madre. Trabajaras todos los días, incluso los domingos, aunque ese día solo trabajamos un poco en la mañana y antes de medio día ya cerramos. Quiero que seas puntual, te quiero a las siete en punto en la cafetería, bien peinado y vestido con ropa de trabajo. – Tras terminar de hablar, Ángel lo observo confundido.

 

- ¿Qué? ¿Tan temprano? ¿Estás loco? –

 

- Somos una cafetería, panadería, confitería y heladería, todo al mismo tiempo. ¿Qué te hace pensar que preparar todo eso se hace en cinco minutos? – Pregunto con cierto tono de ironía. - Ah, y quiero que mañanas vengas preparado para tu entrevista de trabajo, recuerda llevar un traje o ropa adecuada a la ocasión. – Javier se rio por el simple hecho de imaginarse a Ángel de traje.

 

- ¿Entrevista? ¿Es una broma? ¿Para qué? Si de todas formas me obligas a trabajar allí. –

 

- Debes seguir con el procedimiento. – Le dedico una sonrisa triunfante. – Bien, eso es todo, te veo mañana sin falta a la hora acordada, haremos una entrevista rápida y comenzaras a trabajar, el tiempo es oro y debo capacitarte para que trabajes como se debe. – Javier se levantó de la cama y comenzó a caminar hacia la puerta.

 

- Si, si, como sea, ya lárgate de mí habitación y déjame solo. – Ángel tomo una de sus zapatillas que estaban en el suelo, e intento arrojársela a Javier para que se fuera, pero para cuando la tiro, este ya había salido y se cubrió con la puerta, sin cerrarla aún.

 

- Adiós, nos vemos luego. – Le dedico una última sonrisa y cerró la puerta para luego marcharse de allí.

 

*-*-*-*

 

Al día siguiente por la mañana temprana, todos los presentes en su casa lo miraron sorprendido. Ángel estaba despierto, a las seis de la mañana, desayunando al lado de su madre y Samuel, con una camisa blanca, un pantalón negro, unos zapatos de igual color y con el cabello todo peinado hacia atrás.

 

Si, ver a Ángel vestido así y con ese peinado, era algo que no pasaba todos los días. Por esa razón, cuando su madre lo vio, aprovecho que estaba distraído desayunando para sacarle una foto, antes de preguntarle porque estaba así vestido. Al parecer, ninguno sabia sobre la apuesta que hizo con Javier.

 

- Te ves tan guapo hijo, pero ¿Por qué estas despierto a esta hora y así vestido? – Le pregunto su madre intrigada mientras lo veía comer su pan tostado con manteca. La razón por la cual los tres estaban desayunando tan temprano, era porque tanto su madre como Samuel trabajan en la mañana. Cuando eso pasa, Alegría se queda al cuidado de una de las amigas de su madre hasta que uno de los dos vuelva del trabajo.

 

- Javier me invito a trabajar con él en la panadería y me dijo que debía ir bien vestido para la entrevista de trabajo. – Respondió después de terminar de comer su tostada.

 

- ¿Qué? ¿Trabajaras con él? ¿Y cuándo pensabas contármelo? – Le pregunto sorprendida.

 

- Pensé que ya te había dicho. –

 

- No, estoy muy sorprendida de en serio. Más tarde iré a visitarte para ver cómo te va en el trabajo y llevare la cámara, esto no pasa todos los días. – Hablo ella con una gran sonrisa en sus labios.

 

- Me alegra que decidieras comenzar a trabajar, espero que te vaya bien. Mi hermana dice que trabajar en la cafetería que tienes es mucho trabajo, así que trata de seguirle el ritmo rápido sino te cansaras más. – Le hablo Samuel tratando de animarlo. Ángel simplemente le sonrió.

 

- Gracias. –

 

Una de las cosas que debía cumplir de la apuesta, era pasar tiempo en familia, y eso es lo que estaba haciendo. Desayunar con su madre y Samuel, fue más cómodo de lo que pensó, normalmente el de despertaba tarde y luego desayunaba él solo. Pero, fue bastante agradable desayunar al lado de su madre, aunque no hablase mucho.

 

Después de desayunar, se despidió de ambos y se fue hasta la parada del autobús para irse a la cafetería donde Javier trabajaba. Recordaba donde quedaba el lugar, no era tan lejos pero tampoco tan cerca. Y una vez que llego, tuvo que entrar por la puerta trasera del lugar. La persona que lo recibió en ese momento fue Stella, la madre de Javier.

 

- Oh, buenos días Ángel, te ves bien con esa camisa. – Lo alago Stella al verlo. Ella tenía su cabello atado con un rodete, estaba vestida con una camisa manga larga de color blanco, una falda al cuerpo de color negro, unas medias y zapatos de igual color, y encimad de todo eso, un delantal color rojo.

 

- Buenos días, gracias. – “Me veo como un estúpido.” Ángel fingió una sonrisa, en realidad, él no se encontraba de muy buen humor, y odiaba estar vestido así, no era su estilo, pero no tenia de otra.

 

- Oh, pasa cariño, mi hijo y Maira están ordenando un par de cosas en la cocina y sacando las demás cosas de mi auto, vayamos a la parte del frente. – Ella se hizo a un lado y dejo pasar a Ángel, los dos habían entrado a la cocina y luego caminaron juntos hasta la parte de adelante del local, donde estaban todas las mesas, sillas y máquinas de café, batidos y helados. - Mi hijo dijo que querías trabajar con nosotros, y me parece una excelente idea, somos solamente tres los que trabajamos aquí así que realmente necesitamos ayuda. –

 

- Si, ya veo. ¿Cuándo empezamos la entrevista? – Stella lo miro confundida.

 

- ¿Entrevista? Eso no es necesario cariño, si quieres déjame tu currículo y luego lo leeré, tu solo cámbiate de ropa y comienza a trabajar, tenemos mucho que hacer. – Le hablo ella, tomando un par de ropas que estaban sobre una de las sillas que estaban al lado del mostrador para dárselas a Ángel. Ahora era él el que estaba confundido.

 

- Pero… Javier dijo que… - Ángel recibió la ropa que le dio Stella, y luego dirigió su mirada hacia la puerta que daba a la cocina, donde escucho un par de risas. Fue allí donde vio a Javier, vestido con una camisa blanca de manga corta, un pantalón gris y el delantal de color beige. Y al lado suyo, una chica que lo estaba mirando de costado, y se reía de él mientras que Javier apuntaba con su celular a Ángel para sacarle fotos. - Serás un… - “¡Maldita sea, me engaño!” Así fue como Ángel supo, que no iba a ver ninguna entrevista de trabajo y que todo era una broma de Javier.

 

- Apúrate, vamos, allí está el baño, así que solo cámbiate. – Stella comenzó a arrastrar a Ángel hacia el baño para que este se metiera adentro del mismo y se cambiara de ropa.

 

Ángel comenzó por cambiarse de ropa rápidamente, ya no aguantaba más esa ropa, y al instante en el que se quitó esa camisa, se despeino el cabello para que volviera a su estilo de siempre. Una vez que se desvistió por completo, guardo esa estúpida ropa en el bolso que había traído y comenzó a cambiarse con la ropa que le dio Stella. Le sorprendió ver que ya tenían ropa preparada para él de su talle, supuso con molestia que quizás Javier ya tenía planeado que él terminaría trabajando allí.

 

Salió del baño vestido ya con esa ropa de trabajo que le dio Stella, al parecer, era la misma que usaba Javier, hasta tenía que ponerse ese estúpido delantal. Justo allí se encontraban los tres esperándolo, Stella, Javier y aquella chica.

 

- Te ves muy bien. – Le sonrió Javier para luego sacarle otra foto con su celular.

 

- ¡Ya deja de sacarme fotos! Me las vas a pagar. – Respondió bastante molesto.

 

- Muy bien, ya que estas listo es hora de presentarnos y decirte las ocupaciones de todos. – Hablo Stella bastante animada. - Como ya sabes yo soy Stella, la orgullosa dueña de este local. Trabajo como la contadora de este local junto con Javier, y también me encargo de atender a los clientes y preparar los cafés y los helados. –

 

- Yo soy Javier, aunque eso ya lo sabes. – “Desearía no conocerte.” - Trabajo en la cocina preparando los pasteles, las masas dulces, los panes y los helados, y también de comprar todos nuestros materiales. –

 

- Yo soy Maira Gutiérrez, esta es la primera vez que nos vemos, mucho gusto. Yo trabajo al lado de la señorita Stella en atención a los clientes y ayudando tanto como a preparar las bebidas como ayudar a Javier con los postres cuando necesita ayuda. – Hablo aquella chica con una sonrisa. Ella estaba vestida de la misma forma que Stella, solo que sin el delantal. Su color de ojos era marrón, su cabello era castaño y estaba atado con una coleta baja, su piel era beige y era demasiado alta, la chica podía llegar a medir hasta 1.78. Ángel se la quedó mirando sorprendido por esa razón.

 

- Que hija de puta ¿Cuánto mides? ¿Eres descendientes de jirafas o qué? – “¿Cómo es posible que una chica sea más alta que yo?” Apenas eran las siete de la mañana, y Ángel ya estaba considerando que ese día era el peor de toda su vida.

 

- ¿Qué dijiste, pulga? –  Le pregunto molesta y con el ceño fruncido a Ángel. Javier se acercó hasta Ángel, lo tomo de la camisa e hizo que este lo viera a los ojos.

 

- ¡Hey! Trata a mi novia con más respeto ¿Quieres? – Le hablo con un tono amenazante para que entenderá que no debía pasarse de la raya. Maira estaba ruborizada tras escuchar a Javier decir eso.

 

- ¿Eh? ¿Ella es tu novia? – Pregunto Ángel bastante confundido.

 

Continuara…

Notas finales:

Hola a todos/as! Lamento la tardanza. 

¿Novia? *Kina siendo abucheada en 3...2...1* Bueno, Maira es mi waifu del fic :3 dejadme XD!

Les recuerdo que ya subí a "Random Kina" Mi dibujo de Joel :D! El próximo sera de Luis, y acabaremos con lo que seria los dibujos de los protagonistas de "Unidos por las estrellas" Luego de ese, comenzaremos con Nicolás y Julián de "Mi rayo de sol" Sip, en ese orden :D (Aquí igual les dejo el dibujo de Joel)

Dibujo de Joel: CzWkPNfW8AArD2_.jpg (900×1200)

Link de Wattpad de Random Kina: Random Kina - Unidos por las estrellas: Joel - Wattpad

Bueno, eso fue todo por hoy! Gracias por leer! Bay nee! Nos leemos pronto.  


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