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Olvidando un amor por FruttiKouki

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Notas del capitulo:

¡hola! Heme aquí trayendoles un nuevo capítulo de este Fanfic medio raro(¿?). Les confesaré que tenía planeado hacer más corta la parte de las vacaciones, pero creo que serán (aproximadamente ) unos tres o cuatro capítulos de ello. Después de eso, se viene lo bueno (7w7). 

Quiero agradecer a cada uno de los que ha puestosu lindo review ¡¡Muchas gracias!! Me animan un motón.

¡Nos leemos abajo!

 

Los shorts cortos le venían como guante en mano. Himuro agradecía que el castaño decidiera usarlos y él pudiera admirar las hermosas piernas morenas que poseía. Se felicitó a sí mismo por haber tenido la increíble idea de llevarlo a la playa. Su habitación ya se encontraba reservada y con sus maletas sobre la cama del cuarto designado.

Tatsuya pudo admirar el cuerpo de Furihata con más ahínco, cuando éste corrió a la orilla del mar con una sonrisa resplandeciente que hizo latir con fiereza su jovial corazón. Río divertido al observar como el castaño huía de las olas para evitar que el frío del agua le alcanzase. Cuando menos lo pensó, él ya se hallaba parado a unos cuantos metros del juego que llevaba a cabo el menor de ambos. La sonrisa divertida del castaño mostraba lo infantil e inocente que era, pero al mismo tiempo lo sensual y apetecible que podía llegar a ser sin proponérselo.

<<Justo como un corderito>> le vino en mente al pelo negro mientras el viento le revolvía el cabello como si lo acariciara. <<Y, definitivamente, yo seré el lobo que lo devorará>> se dijo a sí mismo viendo al otro quitarse la playera blanca que traía y que, antes de que la retirará, dejaba ver los botones rosados de su pecho, haciendo que ahora fueran completamente visibles.

- ¡Himuro-san, vamos a nadar! – le invitó con aquel brillo en los ojos que lo caracterizaba y Himuro estuvo más que seguro, que sí Kouki hubiera sido algún tipo de monstro marino, como las sirenas para ser específicos, y que su vida peligrará si le seguía, sin lugar a dudas, él hubiera aceptado a pesar de ello.

- Sabes que no puedo decirte que no, Kouki – respondió con voz suave. Seductora. Y dando a conocer las intenciones que tenía con ese cuerpo frente al suyo. Se retiró la camisa, quedando solo en el short que le llegaba hasta las rodillas. Notó la mirada que evitaba Furihata de darle y sonrió con sorna al verse deseado del mismo modo.

Con una de sus manos tomó la de Kouki y lo llevó hasta el agua. El menor le sujeto con fuerza ante el frio tacto con éste y Tatsuya sonrió para luego cargarle en sus brazos haciendo que el otro enredará sus piernas en su cintura.

- Te llevaré al fondo, ¿de acuerdo? – cuestionó más para pedir una confirmación que como un permiso. Furihata asintió con timidez y sonrojadas mejillas, le abrazó por el cuello para recargar su barbilla en el hombro del más alto y Tatsuya entró al mar sosteniendo al castaño con una mano de la cintura y con la otra se impulsaba para avanzar.

- Una vez que te acostumbras no está tan fría – comentó Kouki cuando se hallaron alejados de la orilla. No se había soltado de su cuello en ningún momento y, de vez en cuando, repartía cortos besos en el hombro del mayor.

- Pero sería sencillo hacer que el frío se evite – avisó Tatsuya y despegó por pocos centímetros al castaño que tenía en brazos.

Kouki, con el rostro sonrojado hasta el cuello, siendo la causa la sugerencia que el de Yosen le daba, sonrió de manera tímida y un poco juguetona. Entre lazó sus dedos tras la nuca de aquel cuello blanco y miró aquel par de orbes que observaban sus ojos cafés. - ¿En serio? – preguntó mordiéndose los labios sin hacer desaparecer esa sonrisa.

- Así es – respondió Himuro siguiendo el juego de miradas y coqueteos al que le había invitado Kouki. Con sus manos debajo del agua, comenzó a tocar toda la extensión de piel que se le presentaba frente a éstas, empezando por la espalda.

Tatsuya observó cómo el menor se enderezaba ligeramente ante el contacto de sus manos con su piel y se vio satisfecho con el suspiro que escuchó salir de labios del castaño. Se acercó de manera lenta a los seductores labios de Furihata quien, sin decirle nada, le dio la bienvenida acercándose también para poder besarle lentamente, degustando de los carnosos labios del otro.

- ¡Mn!

Un ligero gemidito salió de la boca del más bajo tras recibir la mordida del contrario, el cual, aprovechando la oportunidad, metió su lengua con cierta brusquedad, pero sin llegar a lo violento, solo lo suficiente para encender más a aquel moreno cuerpo que manoseaba. Con ambas manos descendió a los glúteos firmes que tenía Kouki, masajeó el área con total satisfacción y poco recató provocando jadeos en la boca ajena que le deleitaban.

- ¿Podrían dejar de coquetear en la puerta de entrada? – cuestionó el pelo celeste con aquellos ojos intensos y el ceño bastante arrugado en molestia. Con paso decidido se acercó a ambos, quienes se hallaban en la entrada de la casa de Kagami, y Tatsuya sintió el cuerpo de Furihata temblar con más ahínco en sus brazos, bajó la mirada y se halló con un pequeño cachorro de la raza chihuahua. Frunció la ceja con extrañeza y soltó al animal que, tras caer exitosamente al suelo, echó a correr como si su vida dependiera de ello.

- ¿Pero qué…

- Deberías saber que Kouki me ama a mí, nunca se fijaría en alguien como tú – la voz de Akashi resonó como si estuvieran en un cuarto cerrado, sin embargo, se hallaban en el parque.

- ¿Akashi-san? – la mirada del pelinegro buscó la castaña de Furihata, pero una presión en su pecho se desató al observar a éste mismo correr a los brazos del emperador y besarle fogosamente.

- Furihata-kun… - le llamó débilmente incrédulo de lo que sus ojos observaban.

Ambos chicos posaron la vista en él y Kouki río encogiéndose de hombros con simpleza y falsa disculpa.

- Lo siento, no puedo corresponder a tus sentimientos. Después de todo, no sé nada de ti… - le dijo con cierto deje de culpabilidad.

La opresión en su pecho aumentó y con una mano apretó su camisa estrujándola entre sus dedos. Su vista se volvió borrosa y acuosas, las lágrimas no tardaron en llegar dejando que bañaran sus mejillas mientras se sentaba en el sofá.

- Te dije que no le presionaras, Himuro-kun. Debes darle tiempo, pero ser claro con sus intenciones…

- Ser claro con mis intenciones – repitió las palabras de Kuroko y cerró sus ojos dejando que la obscuridad le envolviera.

Amo a Furihata Kouki, de eso estoy seguro, pero… ¿qué siente él por mí?

- …kun

- …ro-kun

- Himuro-kun…

Abrió los ojos encontrándose con la mirada celeste del novio de su hermano. Miró alrededor con confusión y a su mente regresó el recuerdo de haberse quedado a dormir en el departamento de Taiga.

- ¿Estás bien, Himuro-kun? – le cuestionó Tetsuya con una preocupación que Himuro no supo encontrar la razón de ello. La humedad en su rostro le hizo salir del trance y con su mano tocó su mejilla mojada por las lágrimas que estaba derramando.

- … ¿Qué?… ¿Por qué? – inquirió confundido el mayor tomando el pañuelo que el chico fantasma le pasaba.

- No lo sé. Cuando vine a despertarte ya estabas así y susurrabas… cosas – terminó de decir evadiendo la mirada del pelo negro.

- ¿cosas?

- Sí, estabas llamando a Furihata-kun… - habló con sinceridad el menor y le brindó una mirada comprensiva. - ¿Tuviste una pesadilla?

Tatsuya, que para entonces se hallaba mejor y había terminado de limpiar su rostro, le mostró una sonrisita mientras se sentaba en el futón. – Así es, una donde nos interrumpías – contestó con diversión observando el ligero fruncimiento de ceja que mostraba el chico frente a él. – Ni siquiera en mis sueños puedo acercarme a Furihata-kun sin que te metas

-  Y así será en nuestro viaje – sentenció el de Seirin con un toque de diversión en la voz, enderezándose para caminar a la habitación del tigre. – Será mejor que te levantes, en cuarenta minutos nos vamos.

Himuro río ligeramente viendo como el más bajo desaparecía tras la puerta de la habitación. Su sonrisa se desvaneció al estar sólo de nueva cuenta. ¿Qué se supone que había sido ese sueño? ¿Quería decir que Kouki le podía dejar si le presionaba y no le contaba acerca de su alocada vida del pasado en América? En ese caso, Furihata también debía contarle que tanto había pasado con el pelirrojo de Rakuzan. Bufó con molestia contenida, no servía de nada preocuparse e intentar entender sueños que encerraban sus temores. Sabía que, llegado el momento, él le revelaría todo al castaño y viceversa.

Se levantó con cierta pereza del suelo y se dispuso a recoger las mantas y futón que utilizo para pasar la noche. No debía pensar en cosas demasiado futuras, aún no. Por ahora se encargaría de disfrutar de su viaje con Taiga, Kuroko y Furihata. Después de todo, se acercaría al castaño para obtener su corazón.

                                               *                             *                             *                             *

- ¡Llegan tarde! – reclamó con un fruncimiento de labios e inflando las mejillas haciendo un puchero, el castaño de Seirin. Caminó con paso apresurado al trío que se acercaba a él, ya todos con sus maletas. – Será mejor que nos apresuremos o el tren se irá.

- Vamos yendo entonces – incitó Kuroko con emoción en la voz, cosa que hizo sonreír con cierta ternura a Kagami. Entraron al vehículo que les llevaría a Sapporo, donde disfrutarían de una semana en aguas termales por la noche calurosa y durante el día ponderaban ir a la playa a disfrutar de brisa fresca del mar junto con comidas de parte de los restaurantes que planeaban visitar.

- Furihata-kun -le llamó Himuro y Kouki alzó la mirada encontrándose con cierta preocupación en el semblante del mayor.

- Dime

- Acércate un poco más – le instó a la ve que le tomaba de la cintura para arrimarlo más a su lado. Furihata, nervioso y tímido, se dejó hacer sin verle en demasía.

El viaje fue largo, demasiado en opinión de Kouki. Sin embargo, cuando llegaron, el dolor de la espalda baja y su trasero, tras estar bastantes horas sentados, se olvidó por completo cuando vieron el hotel donde se hospedarían. Para resumirlo en pocas palabras, era, definitivamente, el indicado. Los costos no eran demasiado caros, permitiéndoles quedarse toda la semana sin quedarse más pobres y limitados durante su estadía. Las habitaciones podían ser compartidas hasta para seis personas, gracias a las instalaciones amplias de cada una. La ubicación era la adecuada, estando en un pequeño monte, no demasiado lejos de todo, dando una vista, casi romántica, de la playa a unos metros.     

- Es simplemente… perfecto – opinó el castaño del grupo mirando desde el balcón el océano que se dibujaba frente a sus ojos, su sonrisa demostraba la emoción y admiración por dicho paisaje que se presentaba bajo la luz de la luna y estrellas, las cuales resaltaban con más ahínco al estar lejos de las luces de la ciudad.

- ¿Te gusta? – preguntó Tatsuya posicionándose a su lado observando el mismo paisaje. Visteo a Kouki de reojo mientras éste, sin quitar su mirar del cuadro perfecto, asentía con irrefutable alegría. – Que bueno. Aunque esperaba que solo tú y yo viniéramos – expuso con tono severo, aunque sin llegar al reproche.

La risita que Kouki soltó fue como música para sus oídos, giró su mirada y atención al castaño, quien se cubría con una mano para evitar reír demasiado fuerte. – Kuroko no lo hace con mala intensión – denotó con sinceridad y aquel brillo en los ojos que provocaron un estremecimiento en el corazón de Tatsuya.

- Lo sé, pero eso no quiere decir que no me molesta – habló el pelo negro con una sonrisa ladina. Estiró su mano para acariciar la mejilla del menor y sintió como éste se sobresaltó ligeramente bajo su tacto. La mirada del mayor se enterneció ante aquella reacción y, mordiendo sus propios labios con ansiedad, se acercó con lentitud a esos labios rosados. Cerró los ojos sintiendo sus labios chocando con el frío y plano plástico de la carta del menú.

- Recuerden que sigo aquí – habló Kuroko impasible y estoico. Furihata saltó del susto al mirarle en tan bochornosa escena. Himuro chasqueo la lengua con molestia latente. – Vamos a pedir algo para cenar. Kagami-kun tiene hambre – añadió para luego retirarse dentro de la habitación donde le esperaba el pelirrojo recostado boca arriba.

- Lamento eso, supongo que será mejor que entremos – comentó el de Yosen al notar el nerviosismo notable del más bajo.

- S… Sí, tienes razón. Entremos – respondió con las mejillas rojas en cada rincón y dirigiéndose a donde sus compañeros estaban.

Tatsuya observo con suspicacia cada movimiento de Kouki, sonrió con ternura y amor visible ante las inocentes acciones del chico. Definitivamente pronto se encargaría de que estuvieran a solas. 

Notas finales:

¿Y? ¿Qué les parece? (OnO) Sinceramente planeaba poner hasta cuando hacen sus... "cositas" (7w7) pero luego me dije a mi misma: " mi misma, creo que sería bueno poner inseguridad en Himuro, después de todo solo Furi es el que ha tenido miedo" y de ahí nació la idea. 

Sé que la ida a las aguas termales en verano no es muy convincente, ¡pero! en lo personal me encanta tomar baños con agua MUY caliente no importa la estación del año (xD). Por ello mismo lo puse, pero con un toque veraniego como la playa. 

Espero sus lindo reviews que siempre me animan y les invito a recomendar el FanFic (obviamente si creen que es dogno de ello). 

Nos vemos en el siguiente capítulo OwO)/"


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