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Olvidando un amor por FruttiKouki

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Notas del capitulo:

¡Hello, it´s me! (okno xD). Bueno, bueno, creo que todos, o la mayoría, sabe más o menos de qué trata el capítulo de hoy (7w7r). 

Sinceramente, este capítulo lo comencé desde anoche y me termine durmiendo como a la 1 am. De pronto, inspiración-chan vino a mí, así que... Pues aproveche (xD).

¡¡Muchisimas gracias por los reviews lindos que me dejaron!! Me hace muy feliz saber que les agrada. 

¡Un anuncio! en el capítulo anterior (quiero suponer que por la emoción) olvidé, cosa que no es rara, poner la aclaración del billar.

Aclaración del capítulo anterior: Según la Wiki de KuroBasu a Himuro le gusta tener de pasatiempo el billar, por lo que creí que sería una buena opción el que quisiera sorprender a Furihata con éste. 

Bueno, eso es todo, al final hay más aclaraciones...

¡Nos leemos abajo!

Las vacaciones habían pasado con citas cortas, salidas a los alrededores y encuentros grupales. Furihata no la pasaba mal, pero decir que con Himuro sucedía lo mismo sería mentir, y de la manera más descarada. No es que para Tatsuya fuera un problema el que Kouki se encontrará con sus amigos, ni que no se quedará a dormir en casa de Taiga. No, ese no era el problema. El verdadero problema era que no lo dejaban tener tiempo a solas con su novio.

<<Llamarlo así me hace sentir tan tranquilo>> pensó el pelo negro mientras corría por las canchas de Yosen con semblante tranquilo, a pesar de que sentía que su cuerpo se derretiría por completo en el suelo por la calma que tenía cada vez que pensaba en Furihata. Su pecho se llenaba de una emoción inexplicable que hacía acelerar a su corazón y su abdomen tenía un cosquilleo agradable que Himuro denomino como las famosas “mariposas en la pansa”.

No es qué pensará estar a solas con el menor para hacer cosas sucias, o como Kuroko lo decía “cosas de adultos”, aunque mentiría si dijera que no lo deseará. Pero le había prometido al chihuahua ir lento, Kouki había depositado toda su confianza en él y no le defraudaría.

Sin embargo, Tatsuya deseaba pasar tiempo con su novio a solas para conocerlo mejor, que ambos se conocieran mejor. Quería mimar a su novio, quería hacer que se sonrojará con sus palabras. Deseaba besarlo sin temer a que Kouki se pusiera tímido por ser vistos por los demás que los acompañaban.

Pero ahora que habían comenzado las clases, no podría hacerlo. Maldijo mentalmente su mala suerte. Puede que aún no conociera a la madre del castaño, y pensaba hacerlo pronto para poder concretar la seriedad con la que iba, pero con el simple hecho de tener a Tetsuya, Fukuda o Kawahara cerca, le había arruinado parte de sus planes. Pues desde el momento en el que dieron a conocer su relación, este trío se pegó a su pareja como moscas al dulce, <<bastante convincente la ilustración>>.

Soltó un suspiro, por más que se lamentará, no podía hacer nada ahora. Lo único que le consolaba era que podía escuchar la dulce voz de SU castaño cuando se llamaban al salir del entrenamiento o durante las noches antes de dormir. También ayudaba el que se enviarán mensajes cada que podían, si tenían un descanso en medio de la práctica, si esperaban a ducharse, si tenían alguna hora libre.

No obstante, a pesar de todo eso, para el de Yosen no era suficiente, además de que pronto comenzaría a tener menos tiempo libre por estar ya en su tercer año. Y como si eso no fuera suficiente, su puesto como tesorero en el comité escolar [1] aún no podía ser ocupado por lo que se veía obligado a seguir ejerciendo sus tareas en éste.

Pero, a pesar de todo lo que prometía no mejorar hasta finales del año escolar, podía ser soportado por el apoyo de su hermano, quien le enviaba, de vez en cuando, fotografías de su cachorro. Kuroko, que se compadeció un poco de su situación, en algunas ocasiones enviaba cortos videos de cuando salía todo el equipo junto, o grabaciones de voz que hacía a escondidas cuando hablaba con Kouki sobre su relación con él y lo que sentía.

Fue de ese modo que Himuro se enteró por boca del castaño, aunque sin ser consciente, lo amado que era. Cómo, de la misma manera que él, provocaba una variedad de sensaciones, emociones y sentimientos que hacían palpitar velozmente el corazón de Furihata, a la velocidad de los aleteos de un colibrí.

Resignado, tomó su toalla del banco para secar su sudor, desde hacía dos semanas que no veía cara a cara a Kouki, que no le tocaba, que no lo besaba. ¿Cómo podía perderse tan fácilmente por alguien?

- Es amor, idiota – le dijo Liu mientras caminaban de camino a casa de Murasakibara, donde habían quedado de encontrarse para ver el partido que se llevaría a cabo en Tokio.

- Pero… Me hace sentir inquieto todo el tiempo – expuso siguiendo el paso. Tocó su pecho apretando su camisa. – Desearía estar todo el tiempo con él.

- ¿Él? – la preguntó salió en automático por parte de Wen[2] al escucharle expresarse de esa manera. – Querrás decir ella.

Tatsuya negó con una sonrisa ladina sin mirar a su compañero. – Es un chico de Seirin. Se llama Furihata Kouki.

- ¿Un chico? – no es que estuviera completamente sorprendido el otro, pues había escuchado rumores sobre el pasado del 12 de Yosen, sin embargo, le sorprendía que estuviera en una relación con otro hombre.

- ¿Te molesta? – cuestionó Himuro. Aunque realmente no le interesaba como se sentían los demás sobre su relación, eso no quería decir que incomodaría a alguien con ello con tal de que los aceptarán.

- Para nada – respondió el otro con una sonrisa confiada. – Es sólo que me tomó de sorpresa. Siempre pensé que, al ser tan popular [3], irías en serio con alguna chica de la escuela. O inclusive hasta la universidad.

- Yo también pensaba eso, pero desde que lo conocí cambie de parecer – confesó con sinceridad al llegar a la puerta de entrada de la casa del titán.

                                               *                             *                             *                             *

- ¡Furi, apresúrate! ¡Ya van a comenzar a presentarlos! – avisó Fukuda desde la sala de estar en la casa de Kagami. Todo el equipo de Seirin, a excepción del capitán y la entrenadora, se habían reunido para ver el partido que se llevaría a cabo.

Según lo que habían escuchado, un grupo de baloncesto callejero llamado Jabberwock, traído desde EE.UU., se presentaría a jugar contra un equipo universitario. La curiosidad del equipo les había hecho encontrarse para observar el partido. ¿Tan buenos eran? No sabrían decirlo, pero por eso mismo estaban ahí, todos amontonados frente al televisor.

- S… Sí, ya voy, en un momento – avisó desde el balcón. Volvió a pegar el teléfono en su oído – Me están llamando – avisó con un tono triste, pero con una sonrisa tímida dibujada en sus labios.

- Ya escuché. Pero no quiero dejarte ir – contestó juguetón Tatsuya. Desde que había llegado a la casa de Atsushi se dispuso a preparar aperitivos para que comieran mientras veían el partido. Sin embargo, Furihata le había llamado porque tenía un poco de tiempo antes de que el programa comenzará.

Las mejillas de Kouki se tiñeron de un poco de rojo y mordió ligeramente su labio inferior por la vergüenza que le embargaba. – Yo tampoco… te quiero dejar ir – susurró en respuesta. Cuando estaban a solas, sin que nadie más les pudiera escuchar, Furihata se mostraba un poco más atrevido. Decía cosas que, si los demás supieran, se avergonzaría completamente y no se atrevería a verles de nuevo la cara.

Tatsuya no podía estar más que feliz con eso. Saber que sólo él tenía la oportunidad de conocer ese lado suelto de Kouki. Saber que le deseaba de igual manera, pero que aun así pondría sus límites, esperar por tocarle cuando se veía incitado a hacerlo sin que el castaño lo hiciera de manera deliberada, sólo hacía crecer su deseo de tenerlo en sus brazos.

- ¡Whoo! Son inmensos – se escuchó desde dentro de la casa. Kouki, curioso, se acercó al montón de chicos que veían expectantes la presentación de cada uno de los jugadores.

- ¿En serio son humanos? – se escuchó decir por parte de Kawahara al ver a un tal Jasón mover la pelota de manera veloz.

Furihata quedó impresionado por las habilidades que aquellos americanos poseían. - ¿Estás viendo ahora mismo el televisor? – le preguntó a su novio tratando de no sonar demasiado alto, pero dejando entre ver la emoción que sentía al ver a jugadores tan buenos.

Se acercó al sofá por la parte de atrás, Ryu y Murasakibara ya se encontraban comiendo mientras miraban el gran televisor que poseía el milagro. – Sí, parecen muy buenos – comentó recargando una mano en el mueble frente a él.

- Ya lo sé. Podrían ser igual de buenos que la generación de los… - Furihata detuvo abruptamente sus palabras. Sus ojos se abrieron en sorpresa y sus rodillas comenzaron a temblar ligeramente.

- ¿Furihata? – le habló, Himuro, con preocupación. Despegó el teléfono de su oreja para saber si, de casualidad, la llamada no se había cortado. No era así.

- H… Himuro… Lo… ¿Lo estás viendo? – volvió a preguntar con voz temblorosa.

- Sí… - más que una respuesta parecía una pregunta. ¿Por qué se escuchaba tan asustado el castaño? Alzó la mirada hacia la pantalla, ya que se había perdido en sus pensamientos al hablar con el cachorro, y sus respuestas fueron respondidas de inmediato.

Ahí presentado, frente a una multitud de personas entusiasmadas por el juego que se presentaba, estaba el mismo tipo que había visto la vez que se encontró a Furihata. El mismo que no parecía querer desistir de dejarle ir. Se encontraba en Japón. Y no lo eso, sino que, en Tokio, en la misma ciudad que Kouki.

Nash Gold Jr.

Se leía en la pantalla.

- Hijo del gran empresario americano Nash Gold – anunciaba la mujer del micrófono – Se encuentra estudiando en una de las mejores universidades y, con la corta edad de 18 años, es capitán del equipo más fuerte en baloncesto.

- Furihata, tranquilízate – indicó el mayor alejándose de la sala de estar.

Kouki no cabía en su asombro, en su temor. Sus piernas temblaban al igual que el resto de su cuerpo. ¿Cómo es que podía tener tan mala suerte? El shock no parecía querer soltarle y unos ojos celestes lo habían notado.

Kuroko se levantó del suelo y caminó hasta el castaño, que no dejaba de ver la pantalla.

- Furihata-kun, ¿estás bien? – le pregunto con preocupación patente. El teléfono que yacía en la mano derecha del 12 de Seirin se encontraba sujetado con fuerza delante de éste. Tetsuya, inquiriendo que algo malo sucedería, lo llevó de nueva cuenta al balcón y sujetó el celular que anunciaba la llamada en curso. - ¿Himuro-kun?

- ¿Kuroko? – sorprendido por el cambio de interlocutor, el pelo negro reaccionó a los segundos. - ¿Dónde está Furihata? ¿Está bien?  

- Sinceramente, no lo sé. Lo alejé un poco de los demás porque sospeché que algo andaba mal, pero él no dice nada.

El de Yosen soltó un suspiro. ¿Cómo podía pasar eso? Justo cuando comenzaban a tener una relación, aparecía otra obstrucción frente a ellos. – Mira, Kuroko – volvió a hablar, con la confianza de saber que el pelo celeste entendería y sabría qué hacer. – Ese chico, Nash, conoció a Furihata en una fiesta y quería tener sexo con él – pausó un momento su relato para saber si el pelo celeste tenía algo que comentar. Nada. – Por suerte pude quitarlo de encima, pero no quisiera que…

- Que se encontrarán de nuevo – completó Tetsuya comprendiendo la situación. Aunque seguramente tendría mucho de qué hablar con su compañero de equipo. – Yo me encargaré, no tienes de qué preocuparte.

- Gracias – dijo el otro con sinceridad. – Sólo será hasta el próximo fin de semana, debo arreglar unas cosas de la escuela y el mismo sábado iré a Tokio para estar con él.

- De acuerdo, estaremos en contacto – finiquitó la conversación y colgó. – Furi…

- ¡Kuroko, ven! – sus palabras fueron interrumpidas por Kagami.

Dejando a Kouki, que estaba aún en shock, sentado en una de las sillas blancas, caminó hasta su luz, quien le señaló el televisor.

- “Todos aquí… No, mejor todos aquellos que juegan baloncesto en este país. Mejor déjenlo ya y mátense “– la voz burlona de Nash resonaba en el departamento. – “Para que puedan entenderlo mejor, les contaré algo “- continuó el rubio con aquella misma actitud. – “Como, por ejemplo, hay simios con la inteligencia parecida a la de los humanos y comienzan a practicar sumo. Usan cinturón y tienen reglas, igual que con los humanos. Entonces, llegan a otro país y a los luchadores residentes les dicen, pretendiendo que están al mismo nivel que ellos… ¡Tengamos un encuentro! – giró su mirada con dirección a la pantalla con una sonrisa llena de sarcasmo y burla desbordante haciendo uso de un tono despreciativo. - ¿Qué harían ustedes si les hicieran luchar contra esos simios? ¡Querrían destrozarlos, por supuesto!

Kuroko apretó los puños con fuerza e ira contenida, sin quitar la mirada del televisor, frunció el ceño sin decir nada.

- “Un partido amistoso… ¡No me hagan reír! A los que trajeron niños a ver el partido… Me gustaría destruirles sus esperanzas como si fueran hijos de esos simios. También a los que vinieron con sus familias… Quiero darles los peores recuerdos” – volteó la mirada a la mujer castaña de gorra que le entrevistaba, la miró con despreció y altivez. – “¿Unas palabras? Empecemos con el hecho que son peores que los simios” – declaró con convicción. Miró la mano que se hallaba extendida frente a él y, con repudió y asco, escupió ésta. – “¡Y los simios no tienen derecho a jugar baloncesto!”

 

                

Notas finales:

Ya apareció el BadBoyGay(¿?). 

¿Qué hará Furihata cuando le tenga que explicar a Kuroko? ¿Cómo a soportado Himuro el no tocar a su cachorrito? ¿Nash se encontrará cara a cara con Furihata? Y si es así, ¿lo violará? ¿ lo raptará? Quien sabe, no la verdad ya sé pero es secreto (>u<). 

Me gusto mucho escribir esté cap con los sentimientos inexpertos de Tatsuya y el estés por la distancia junto con la escuela. 

Les invitó a dejar sus lindos comentarios y opiniones en un review, que con gusto responderé. Aca abajito de las notas está para que puedan escribir. 

Y.... aclaraciones, antes de que me olvide (:'v):

(1): Según wiki de KuroBasu Himuro está en el comité escolar. Sin embargo, no especifica en qué, por lo que opté en hacerlo tesorero (osea, ya me siento la presidenta xD) ya que es un puesto importante, pero no muy necesario estar presente en los eventos. 

(2):Este personaje es muy poco aparecido en la serie, pero es uno de los tres que se quedan luego de la graduación (siendo Murasakibara y Himuro los otros dos). Así que por ello lo puse, además de que, según wiki (es que estuve investigando >u<) su personalidad es muy parecida a Mayuzumi, así que, creo, que a él no le importaría mucho la relación que tiene el sexy pelo negro con un chico.

(3): Y, como anteriormente, me enteré (y creo que es algo bastante obvio xD) que, según palabras de sus sempai, Tatsuya recibe muchas cartas de amor por las de su escuela. 

Nos vemos el siguiente capítulo OwO)/"


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