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Olvidando un amor por FruttiKouki

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Notas del capitulo:

¡Hola! Bueno, bueno. Debo decir que me encantó hacer el capítulo de hoy, y no sólo por Nash (7w7). Quizás algunos se confundan y puedo, casi, prometer que habrá nuevas dudas. Pero dejaré que lo lean prmero. 

Mcuahs gracias personitas de los reviews (>u<!!!) Siempre me dan ideas nuevas y me inspiran a seguir. 

¡Nos leemos abajo!

Los rechinidos en el gimnasio se hacían resonar cada vez que alguno de los jugadores frenada sus pasos. La pelota de baloncesto iba de un lado para otro cuando encestaban o hacían pases. Furihata se sentía cohibido ante la imponente presencia de todos los milagros, por ello mismo, durante toda la semana, esperaba afuera del gimnasio a Kuroko y Kagami, ya que habían llegado a la conclusión de que la mejor manera de “cuidar” de él sería que les acompañará. 

Kouki se hallaba sentado en una de las bancas afuera del gimnasio que usaban para practicar, pronto todo eso acabaría y al día siguiente llegaría Himuro para pasar tiempo juntos durante todo el fin de semana.

- Entonces, te dejo el resto a ti – se escuchó decir desde la puerta a Kagetora, Furihata había escuchado, por parte de Kagami, que él había sido quien había retado al equipo de Jabberwock y que también sería su entrenador. Le parecía bastante imposible de creer que ese mismo hombre tuviera que pagar todos los gastos del otro equipo, bastante injusto, si le preguntaban. – Voy a… Roppongi… - avisó el hombre de manera poco entusiasta.

El 12 de Seirin le vio salir del lugar y sintió pena por el pobre hombre. Kouki sacó su celular para mirar la hora, las nueve con cinco, bastante tarde, pero siempre terminaban cerca de las nueve y media, así que no tardarían en finalizar el entrenamiento. Alcanzó a observar que tenía un mensaje sin leer y pudo notar que era del pelo negro de Yosen. Era una pena que no hubiese podido ir en esa semana, aunque Murasakibara había comentado que últimamente estaba muy ocupado con sus responsabilidades en el comité y las clases.

“Mañana ya voy a poder estar ahí. Perdóname por no haber podido estar en toda la semana, te lo compensaré. Te amo.” Furihata soltó una pequeña sonrisa y un ligero sonrojo, Tatsuya siempre se disculpaba por más que Kouki le decía que no era necesario.

Se levantó de la banca para caminar un poco alrededor mientras respondía el mensaje. “No te disculpes, comprendo que estás ocupado. Espero con ansias que ya sea mañana para poder verte, te extraño.” Sonrió ligeramente con las mejillas sonrosadas antes de enviar el mensaje. Si Tatsuya se lo proponía, podía llegar a ser bastante cursi. Agradecía mentalmente a que no fuera en ese momento así.

- ¡¿Dónde está?! – se sobresaltó ante el grito de Kagami. ¿Qué era lo que pasaba? Se acercó a la puerta del gimnasio para mirar de reojo como todos los jugadores buscaban alrededor. - ¡Kuroko!

- ¡Kurokocchi! ¡Es imposible que se haya ido, ¿cierto?! – Kise parecía bastante asustado y la entrenadora estaba furiosa. – ¡No pudo habernos hecho lo mismo!

Furihata abrió levemente la puerta de manera sigilosa y poder pasar desapercibido, cosa que no funcionó cuando Hyuga se acercó para hablarle.

- ¿No viste a Kuroko allá afuera? – le preguntó con tono serio y el castaño negó encogiéndose de hombros de manera nerviosa, no entendía la situación, pero parecía ser que su amigo pelo celeste se había perdido. <<Nada fuera de lo común>> pensó pegándose a una de las paredes blancas para ver el resto del entrenamiento.

- No lo vi luego de que Kagetora-san se fue – avisó Midorima sosteniendo el balón. La expresión de Ryota y Taiga cambiaron de desconcierto a incredulidad en un segundo.

- ¿Sucede algo? – cuestionó Akashi acercándose al par.

- ¡Kurokocchi va a morir!

- ¡No podemos permitir eso!

Furihata intentaba no reírse de las expresiones de Kagami y Kise, pero le parecía bastante gracioso lo que decían, era imposible que Kuroko muriera, no había razón para ello. No era como si hubiera desaparecido para seguir a Kagetora y encontrarse con aquellos americanos que parecían golpear a cualquiera que se interpusiera en su camino… ¿o sí?

- Kuro-chin no morirá. Seguramente fue al baño – opinó Murasakibara a la vez que sacaba una bolsa de papas de su mochila, donde alcanzó a notar al castaño que parecía estar blanco del susto. - ¿Mn? ¿Furi-chin? – se acercó a éste para sentarse a su lado en el suelo. – Muro-chin me dijo que te cuidara – comentó despeinándolo ligeramente. - ¿Quieres una papa?

- ¿Me pueden explicar por qué dicen eso? – dijo Aomine irritado por no comprender a que se referían el pelirrojo y el rubio.

- ¡Kuroko se fue con Kagetora-san!

- ¡Va a hablar con los de Jabberwock!

Kouki dejó caer la papa al suelo ante la impresión de que sus sospechas eran ciertas. Eso significaba que Tetsuya corría peligro, ya que aquellos chicos definitivamente le harían algo. ¡¿Por qué Kuroko era tan temerario?!

- En ese caso, será mejor que nos apresuremos a… ir a detenerlo – ordenó Seijuro con un ligero titubeo al notar la presencia de Furihata. Caminó a la salida detrás de Kagami y Kise, que corrían apresurados, siendo seguido por los otros milagros, donde Atsushi jalaba a Kouki para que les acompañará. – Me ha tomado de sorpresa el que estés aquí – comentó el pelirrojo corriendo a un costado de Furihata.

- He estado viniendo toda la semana para acompañar a Kuroko y Kagami, pero siempre los espero fuera del gimnasio – informó a la vez que intentaba seguirles el paso a los demás.

- No estaba enterado de ello. Debiste haber entrado para entrenar también – Kouki negó levemente con una sonrisa. - ¿Puedo saber la razón?

- B… Bueno – titubeo en decir que era porque Tatsuya no quería que estuviera cerca del de Rakuzan y sintiéndose agitado por el ejercicio, por ello mismo Murasakibara, que notó el cansancio del “cachorro de Muro-chin”, le cargó como saco sobre su hombro. Cosa que hizo al castaño enrojecer hasta las orejas y cuello. – M… ¡¿Murasakibara-kun?!

                                               *                             *                             *                             *

- ¿Por qué dices cosas como esas? Acerca de monos que no son capaces de jugar baloncesto, y cosas así… - preguntó Kuroko sin ningún titubeo a pesar del poco inglés que podía manejar. Le molestaba en demasía que Nash menospreciara a los demás sin siquiera saber cómo jugaban.

- ¿…Hah?

- Tal vez luego de que veas nuestro baloncesto y veas que realmente somos un montón de monos con habilidades inferiores… pero, que un mono juegue al baloncesto… ¿qué hay de malo con eso? ¡Todos deberían poder jugar baloncesto!

- ¿A qué está jugando? Vino hasta aquí para decir eso – comentó con cinismo Silver burlándose del pelo celeste.

- Silver – le movió a un lado el rubio. – Con un inglés malísimo, pensé que iba a decir algo importante – levantó el pie y pateó a Tetsuya justo en el estómago sacando el aire y logrando hacer que un poco de sangre saliera de su boca cuando chocó contra una de las mesas detrás de éste.

- ¡Kuroko! Oigan. ¡¿Qué están haciendo?! ¡Deténganse! – regañó Kagetora preocupado por el bienestar del chico sombra. Los demás americanos tan sólo rieron en burla por lo patético que les parecía Kuroko al querer levantarse.

- Deja de poner atención a cosas insignificantes – habló Nash tomando del cabello al menor, quien sólo fruncía el ceño por el dolor en su estómago y cabeza. - ¿No dije que eran una monstruosidad? ¡¿Quién quiere escuchar lo que dicen los monos?! – le soltó dejándole caer al suelo al notar la cercanía de alguien más.

- ¡Kuroko! – gritó Kagami al llegar mientras soltaba su puño contra el rubio que lo esquivó con facilidad. - ¡¿Estás bien?!

- ¿Qué crees que le haces a nuestro compañero? – inquirió Aomine con enojo queriendo incinerar a Golden con su mirada. Jason río al mirar a los de la generación de los milagros entrar en el lugar.

- Al parecer ustedes son nuestros oponentes mañana. ¿No hay ninguno que valga la pena aquí? – dijo provocando al tigre y a la pantera que se retenían de no darle un golpe en la cara. Algo que no pasó desapercibido por el moreno – Bueno, no importa, ¿quieres pelear? Entonces, vamos…

- Detente – ordenó Akashi llamando la atención de los presentes. Y haciendo que Nash notará al castaño que temblaba detrás de todos manteniéndose callado y al margen de todo lo que pasaba.

- Akashi-kun – llamó el 11 de Seirin con voz apagada por el dolor a causa del golpe.

- Entiendo. Conociéndote, probablemente quieres arreglar esto con un partido de baloncesto, ¿no? – indicó el pelirrojo con una ligera sonrisa en comprensión.

- Si… Por favor – respondió el otro intentando mantenerse en pie con ayuda de Kise.

- No tiene sentido pelear aquí – dijo el capitán de Rakuzan – vamos. Tenemos que llevar a Kuroko a curarse primero – añadió dándose vuelta siendo seguido por los demás, pero no notando la cercanía que comenzaba a tener Nash hacia Kouki, quien caminaba detrás de todos callado.

- ¡¿Qué diablos?! – se río el pelo plata mientras carcajeaba. - ¡¿Vienes a decir todas esas tonterías y tan pronto eres golpeado, te vas como niño pequeño?! ¡No sólo no trajeron sus cerebros; tampoco trajeron sus agallas! ¡Es por eso que les decimos monos! – decía siendo seguido por los abucheos y burlas de los demás jugadores de Jabberwock. - ¡Asegúrense de traer unos pañales mañana o de lo contrario se harán pipí en el momento!

- Cálmate idiota – dijo Seijuro con un perfecto inglés y un tono amenazador. – Ustedes son los que tienen que prepararse para morir. Mañana los haremos lamer el suelo mientras lloran – sentenció saliendo del lugar llevándose consigo a los demás.

Furihata temblaba ante la tensión del lugar mientras seguía a los demás. Bajo la mirada al estar fuera del bar y soltó el aire que estaba conteniendo. <<Menos mal que no me reconoció >> pensó mirando a los milagros rodear a Kuroko preguntando si se encontraba bien.

- ¿De verdad pensaste que no te reconocería? – la voz le hizo temblar hasta la última de sus células. Volteó la vista hacia atrás con miedo y se encontró con la presencia de Nash que mostraba una sonrisa arrogante. - ¿Acaso uno de esos simios es tu novio? Vaya, no sabes elegir correctamente. Que decepción – soltó en un bufido mientras negaba como si estuviera hablando con un niño pequeño. Con su mano tomó el brazo tembloroso de Furihata para acercarlo a él. – Será mejor que nos vayamos a divertir, olvídate de esos idiotas, conmigo estarás mucho mejor.

El castaño intentaba soltarse, pero su cuerpo no le respondía, sus ojos se llenaron de lágrimas por el miedo que, a pesar de no entender del todo lo que decía el otro, sabía que era algo que no le agradaría. El rubio sonrió satisfecho por ello, no podía esperar a hacerlo suyo y hacer que llorará por otra cosa completamente distinta.

- No parece que él esté de acuerdo con eso – interrumpió, con un inglés envidiable, Seijuro sosteniendo el brazo del rubio y apretándolo con fuerza.

- Eso no te incumbe – se soltó del agarre, Nash. Le miró frunciendo el ceño con enojo para luego sonreír de lado. – Más vale que cuides a tu cachorro, o podría ser robado por alguien. Por mí, por ejemplo – río ligeramente con sorna para luego dirigirse al castaño que parecía estar petrificado en su lugar. – Después hablaremos, y puedes tener por seguro que serás completamente mío – aseguró antes de lamerse los labios y retirarse dentro del bar.

- ¿Estás bien, Furihata-kun? – preguntó el pelirrojo con preocupación mientras sostenía al castaño cuando sus piernas flaquearon. Kouki asintió no muy seguro de ello, sus manos temblorosas se sujetaban con fuerza de la camisa del otro.

- S… Sí… perdona por esto – se disculpó Furihata intentando ponerse de pie. Akashi agarró su mano derecha para sostenerle por la cintura con la izquierda.

- No es necesario que te disculpes – indicó con una ligera sonrisa al mismo tiempo que caminaban en la misma dirección que los demás que estaban más alejados. – Después de todo, el otro se enojó demasiado cuando se dio cuenta de cómo te tocaba Nash.

Kouki, que caminaba con paso lento siendo sujetado por el pelirrojo, le observó con confusión. - ¿El otro? ¿Te refieres a tu… amm otra personalidad? – Seijuro asintió mirándole con una sonrisa discreta. – Pero… ¿Por qué?

- Preferiría que él mismo te lo dijera, presiento que pronto volverá a aparecer – avisó volteando la mirada al frente. – Aunque compartamos el mismo pensamiento en estos momentos. 

Notas finales:

¿Qué es lo que quiere decir bokushi? ¿Nash se podrá robar a Furihata? ¿Cómo reaccionará Himuro al saber que su novio estuvo frente a frente con el rubio? ¿Murasakibara odiará a Furi por tirar una de sus preciadas papas? (xD). 

Me gusto poner un poco de tensión en el asunto. No sé porque, aunque soy malisima para el drama (:'u). 

Si gustan, y espero que sí (QnQ), me pueden dejar un pequeño o largo comentario en los reviews aquí abajito. 

Nos leemos en el siguiente capítulo OwO)/"


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