<< Hemos ganado… Hemos ganado…>> - ¡Hemos ganado! – grita Furihata vaciando por completo sus pulmones. Salta con emoción sobre Himuro para abrazarle, mientras que los de alrededor lanzan gritos de júbilo por la victoria sobre los Jabberwock.
Tatsuya sonríe con regocijo abrazando al castaño. Le estruja contra su cuerpo y la felicidad no cabe dentro de él. – Así es. ¡Ganamos! – alza la voz para luego tomar con ambas manos el rostro de Kouki y plantar un beso contra sus labios.
Furihata no se lo esperaba, pero, aun así, le corresponde abrazándolo por el cuello, olvidando a la gente que los rodeaba. Perdidos en su propio mundo, en su propia burbuja que creaban. Himuro bajó sus manos hasta la cadera del menor para apegarle más a su cuerpo.
- Creo que… Hasta ahí está bien. – Comentó con la respiración agitada el pelo negro. Kouki, con las mejillas sonrosadas y la vista nublada, le sonrió ligeramente a la vez que se mordía el labio inferior.
- Me parece bien.
- Será mejor que vayamos a felicitar a los chicos. – comentó con entusiasmo el más alto, recibiendo un asentimiento de parte de su novio.
* * * *
- Puedo asegurar que Kagamicchi y Aominecchi se han lucido al final. Eso no es justo para los demás – refunfuñaba fingidamente, Kise.
Todos sonreían secándose el sudor del cuello y rostro. Riko y Momoi se encargaban de hacer que Murasakibara evitará cualquier movimiento brusco con la mano lastimada. Kagetora les felicitaba a todos acercándoles botellas con agua energética junto con toallas pequeñas.
- ¡Felicidades! – llegaron gritando los pocos que habían ido de la escuela de Seirin.
- ¡Eso fue asombroso! – habló Koganei siendo seguido por Mitobe limitándose a asentir.
- Todo fue gracias a que trabajamos en equipo – comentó Kuroko con orgullo. A lo que los demás concordaron con una sonrisa.
Himuro y Furihata se habían acercado al grupo. Tatsuya, preocupado por su compañero de equipo, le avisó al castaño que hablaría con el titán. Kouki se acercó a Kuroko y Kagami para felicitarles, pero se vio detenido al notar que se habían apartado un poco de los demás para tener algo de privacidad entre ellos. Sonrió por el amor que se daba a notar entre la pareja, pero fue sacado de sus pensamientos por Akashi que le tomó del codo para llamar su atención.
- Furihata…
- ¡oh!... Amm, felicidades por su victoria – dijo con entusiasmo mientras rascaba su mejilla.
- Si. Gracias. – contestó con honestidad y se aclaró la garganta. – Bueno, quiero hablarte de algo.
- Por supuesto, dime.
- Me gustaría que fuera en privado – pidió el pelirrojo y Furihata se sintió entre la espada y la pared. Sentía que debía hablar con Seijuro, pero estaba seguro que Himuro no se lo permitiría. Antes de pensar en qué responder, Akashi añadió: - Solo será un poco apartados.
Kouki, tras pensarlo pocos segundos, asintió con nerviosismo. <<No pasará nada malo. Solo platicaremos un poco>> se dijo a sí mismo el castaño mientras era llevado por el otro a unos metros alejado de los demás.
- Entonces… ¿De qué querías hablar conmigo? – preguntó Furihata, cuando hubieron estado lo suficientemente alejados, pero sin perder de vista al grupo.
- Es sobre… el otro – dijo con cierto titubeo, cosa que solo se permitía hacer delante de Kouki. – Él…
- Lo sé – le interrumpió con un tono de nostalgia y tristeza impregnado en la voz. – No sé cómo, pero de alguna manera lo supe…
- Me alegra que te dieras cuenta. Me dijo algo importante antes de irse. – Kouki le miró con confusión en el rostro, y Seijuro sonrió para sus adentros al darse cuenta hasta ahora que esos pequeños gestos eran lindos y únicos del castaño. – Me dijo que debía tener algo tuyo, antes del adiós definitivo.
- ¿Algo mío? – Furihata frunció el ceño en desconcierto.
* * * *
- ¿Aún te duele? – cuestionó Himuro tomando asiento en la silla de metal a lado del pelo morado de Yosen.
- Solo un poco, aunque quería golpear el rostro de ese idiota – contestó aún molesto el más alto.
Tatsuya rio divertido por la respuesta, era rara la vez que su compañero se enojaba. – Tranquilo, ya le han ganado y creo que eso es suficiente para él.
- Si. Pero de verdad me hizo enojar – soltó con pesadez en la voz, usando el tono que siempre solía usar, dando a entender que su furia poco a poco se sosegaba. - ¿Y el cachorro de Muro-chin?
- Está platicando con Kuroko – señaló con la barbilla el mayor sin dirigir la mirada.
- Muro-chin es un mentiroso. Kuro-chin está hablando con Kagami.
El pelo negro giró su vista rápidamente hacia donde, ciertamente, el pelo celeste platicaba con su hermano. Con la mirada buscó al castaño y logró hallarlo a unos pasos alejado con el capitán de Rakuzan.
- Espérame un poco. Debo ir por algo – avisó a la vez que se levantaba para ir en dirección del par.
* * * *
- Así es. Será algo pequeño, pero que probablemente me haga tener problemas con Himuro-kun. – Akashi sonrió acercándose de manera sutil al castaño que observaba sus ojos carmesís tratando de entender las palabras dichas.
- ¿A qué te refieres?
- Dejaré en claro que me apartaré después de esto. Pero también - tomó el brazo de Kouki para acercarlo y con su otra mano le agarró de la nuca acercándole a su rostro logrando darle un corto beso en la comisura de los labios.
Furihata abrió los ojos con sorpresa y su rostro se pintó de rojo en cada rincón. Con ambas manos le separó de sí logrando que ambos dieran un paso hacia atrás. Con su mano derecha cubrió su boca mientras que de la izquierda era jalado por otra persona.
- ¡Oye ¿qué te pasa?! – gritó Himuro con furia soltando el agarre que tenía sobre el castaño para lanzarse contra Akashi.
- Sólo era una despedida – se excusó Seijuro con una sonrisa con fingida inocencia.
- Yo te daré una verdadera despedida… - Furihata detuvo al mayor antes de que hiciera algo. Tatsuya le miró a los ojos cafés que parecían pedirle en silencio que se abstuviera de tomar acción alguna. Soltó un suspiro cerrando los ojos. – Está bien. – dijo entre dientes. – No te le acerques, Akashi.
- No lo haré. Respetaré la decisión de Furihata – aclaró el pelirrojo para luego dirigir sus ojos a los de Kouki. – Furihata, solo quería obtener esto. Lamento en demasía que me haya tenido que dar cuenta de lo importante que eres ahora que te he perdido, pero veo que estas en buenas manos. Perdí mi oportunidad y ahora debo cargar con las consecuencias. Gracias por haberme amado, y gracias por haberlo aceptado a él.
Furihata sonrió, aunque realmente deseaba darle un corto abrazo. Negó sin desvanecer la expresión de su rostro para luego decir: - No me agradezcas, yo lo hice porque te conocí tal y como eres. Y créeme cuando te digo que realmente deseo que puedas ser feliz.
Sin más palabras de por medio, Seijuro se retiró pasando a un costado de Tatsuya susurrándole un: “Cuídalo bien”.
- Me debiste haber dejado golpearle – se quejó el mayor sacando una risita de los labios de Furihata. – No te rías. Realmente lo iba a golpear.
- Lo sé, pero no quiero que te metas en problemas – susurró el castaño abrazándole por la cintura. Pegó su rostro al de Himuro para aspirar su aroma. – Gracias, te amo.
Tatsuya sonrió enternecido por aquel acto y pasó sus brazos por la espalda ajena depositando un beso en la cabeza de Kouki. – Y yo a ti.
* * * *
- ¿Qué estás viendo? – preguntó Silver deteniendo su caminar al auto que les esperaba. La gente, que minutos antes se arremolinaba alrededor de la cancha, comenzaba a disiparse. Entre la multitud, Nash miraba al castaño que había estado deseando desde hacía unos meses en brazos del pelo negro con quien se había encontrado la primera vez que vio al cachorro.
- Nada. Vámonos – ordenó el rubio para subir al auto alejando el enojo que le daba el par de derrotas que había tenido el mismo día. – Son unos idiotas…