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Olvidando un amor por FruttiKouki

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Notas del capitulo:

¡Volví! (sé que tiene menos de 10 minutos que me fuí xD) Bueno, como les dije en un capítulo, tengo hasta el capítulo 7 (;-;) ¡Pero! lo más seguro es que para mañana o pasado mañana tenga el siguiente (creo) aún así subiré un one shot MayuFuri que escrib, ¡espero y puedan leerlo! Ahí les avisaré de otro Fanfic que subiré también hoy >u<

¡Nos leemos abajo!

Pasados unos días, Kouki se hallaba en la azotea donde solía comer con sus amigos, Fukuda y Kawahara, pero estos no se habían podido presentar, “seguramente anoche se quedaron hasta tarde jugando el nuevo videojuego de Fukuda” pensó esté a la vez que negaba con la cabeza y una sonrisa en sus labios. Sabía que sus amigos no cambiarían nunca y él así lo deseaba, que fueran como hasta ahora pues era por ello que les había agradado y que se llevaba tan bien con ellos. Al pensar en ello se vio contento de qué al día siguiente fuera de descanso, aunque por la tarde tendría que ir al entrenamiento de básquet. – Furihata-kun, ¿por qué estás comiendo solo? – cuestionó Kuroko sentado a su lado. Furihata, quien se hallaba bebiendo un jugo de uva en esos momentos, casi se atraganta al escucharlo y tosió para evitar morir – Ku… Kuroko… ¿desde cuándo estás aquí? – cuestionó el castaño tratando de calmar su corazón que yacía latiendo sin frenarse por el susto. – Yo llevo aquí desde hace un rato – soltó el pelo celeste como si fuera lo más obvio.

La puerta de las escaleras se abrió abruptamente dejando ver a un pelirrojo alto - ¡Oe, Kuroko! Te dije que me esperarás – regaño Kagami mientras cerraba la puerta por donde había entrado y sentándose a un costado del pelo celeste. – Pero Kagami-kun tarda demasiado cuando compra todo lo que encuentra a su paso – comentó sin expresión alguna Tetsuya a lo que Kouki ahogó una risita divertido, - ¡no compró todo lo que encuentro a mi paso!... solo compró lo necesario – terminó de decir el pelirrojo como dando una excusa. – Que es prácticamente lo mismo – dijo Kuroko con cierto tono de diversión y haciendo que el castaño a su lado riera más alto. Kagami se limitó a fruncir los labios en disgusto a la vez que masticaba un bocado de uno de los panes de melón que había comprado miró de reojo al más bajo, quien le devolvió la mirada y esté se giró para ignorarlo.

- Sabes que es una broma, Kagami-kun. No deberías molestarte. Eres libre de comer todo el pan que desees mientras eso te haga feliz – habló Kuroko para seguir comiendo. El más alto se quedó por unos segundos callado para después seguir comiendo – solo no te vuelvas a burlar de todo lo que como, es normal para un chico en edad de crecimiento – soltó más tranquilo con una ligera sonrisa.

Cabe decir que, para estas alturas, Furihata se sentía como un completo extraño ante esa atmosfera que parecía rodear al dúo de luz y sombra de Seirin. Sin decir palabra alguna siguió comiendo perdiéndose en sus planes para el fin de semana para así olvidar el incómodo sentimiento que le embargaba cuando estaba fuera de lugar. El sonido de la campana sonó sacando al castaño de su trance de pensamientos y se levantó junto con sus amigos para ir de camino a su aula. Se despidió de ambos a la vez que Kagami y Kuroko prometían pasar por él para ir después juntos al club. Las clases transcurrieron tranquilamente y sin más llegó la última hora, historia de Japón, el castaño sabía que se enseñaría ese día “Japón en la era Showa” pronunció en su mente al mismo tiempo que lo decía su maestro, pero Furihata se sentía como si estuviera en un tipo de ensueño. La mente del menor se sentía revuelta de algún modo ya que sus pensamientos se encontraban en completo desorden y sentía la confusión a flor de piel.

Algunos recuerdos se aparecían en su mente de la última vez que salió con Akashi, recordaba con claridad la camisa blanca con cuello V que traía junto con el ligero suéter sobre está. Aquel pantalón de mezclilla de azul oscuro que le combinaba perfecto y que le hacía parecer casual, pero sin perder ese aire elegante que le rodeaba. Ese día hacía un ligero viento frío que a Kouki le provocaba un escalofrío y de vez en cuando se abrazaba a sí mismo. Recordaba que fueron a un parque en Kioto bastante grande y muy bien cuidado, le sorprendió bastante que Akashi conociera el lugar y que lo haya citado ahí, él pensaba que irían al centro comercial o al cine luego de comer algo en un restaurante como hacían casi siempre que se veían.

“¡Cuán equivocado estaba!” Furihata pensó con una sonrisa de nostalgia al no haberse dado cuenta de lo que vendría después de ese paseo. En lo único en lo que se había fijado era en lo atractivo que se miraba el pelirrojo y el cómo el viento acariciaba su cabellera.

“Está haciendo un poco de frío el día de hoy, ¿no crees?”

“Así es. Olvidé mencionártelo. “

Mentira. Hasta este momento se había dado cuenta que Akashi tenía planeado despacharlo pronto y por ello no vio la necesidad de tan si quiera llevar él mismo un abrigo más grueso. No pensaba pasar demasiado tiempo con el castaño. Si Kouki no hubiera estado tan embelesado por el amor unilateral que sentía por el pelirrojo se hubiera dado cuenta de ese pequeño detalle. O quizás también hubiera notado lo cortante que sonaba cada vez que él intentaba de comenzar alguna conversación. O también se hubiera dado cuenta de que a cada rato miraba su teléfono para ver la hora. Pero no. Kouki decidió calmar cualquier signo de que aquello no iba bien. Quería cegarse ante la realidad de que no sería correspondido y que de nada servía lo que hiciera porque el otro nunca sintió algo especial por él.

“Pronto pasaremos a segundo año. Me pone un poco nervioso, pero a la vez estoy ansioso porque volvamos a la inter high.”

“Es cierto.”

Que ridículo se debió ver ante los ojos de Akashi. Era como un perrito tratando de llamar la atención de su amo. – Que ridículo soy – susurró el castaño con decepción – lo único que hago es mendigar por su atención, ya que su amor jamás lo tuve – se mordió el labio inferior mientras miraba el libro que estaba en su escritorio.

“¿Qué harás durante las vacaciones de verano? Yo pensaba que podríamos pasar algunos días juntos, claro si tú no tienes inconvenientes. Además, podríamos…”

“Furihata-kun… Hay algo que debo decirte.”

Furihata aún recuerda como sintió que su corazón comenzó a estrujarse en ese mismo instante. Aunque no sintiera ya nada al recordarlo, la sensación permanecía y el estremecimiento de su cuerpo al contener el aire cuando el pelirrojo le dijo esas palabras. No quería volver a sentir aquello. No quería volver a sentir como su corazón se aceleraba de manera dolorosa esperando lo peor. No quería volver a amar como lo hizo en ese tiempo.

“Lo siento, pero creo que no es lo mismo que antes. Perdón. A pesar de haber aceptado salir contigo, no puedo verte de esa manera.”

Las palabras más terribles salieron de los labios más hermosos que pudo haber visto hasta ese momento. No podría decir que lo tomaba de sorpresa. De algún modo, muy dentro de él, ya se lo esperaba, pero no quería aceptarlo. En algunas de sus salidas veía como cuando se armaba de valor y tomaba la mano al pelirrojo, esté se incomodaba. Pero se engañaba a sí mismo diciendo que seguramente sentía vergüenza por la acción. Recordó cómo en ese momento la mirada de Akashi le decía en silencio que quería dar por terminada esa conversación y Kouki sonrió irónico para sus adentros ya que él también quería lo mismo. Apretó sus puños y fingió de manera esplendida una sonrisa comprensiva, aunque no era del todo mentira. – Está bien Akashi, lo comprendo. Gracias por haber salido conmigo – sonrió el castaño al momento que repetía aquellas palabras. ¿Cómo era que aún podía recordar ello con tanto detalle? La respuesta era simple, fue la primera vez que amo de verdad a alguien. Sabía mejor que nadie que no era un simple “me gustas” sino un amor que guardaba demasiados sentimientos envueltos.

– Que iluso – volvió a hablar Kouki y su mirada yacía mirando el pizarrón y escribiendo lo que el maestro ponía en esté. Una vez la clase culminó, recogió sus cosas. Fijó su mirada a la ventana que tenía al costado de su asiento y observó como el primer grupo de chicos salía del instituto. Una ligera sonrisa se formó en sus labios pues a pesar de que aún pensaba en el pelirrojo ya no dolía tanto como lo había hecho semanas antes. De alguna manera lo había sobrellevado y superado, pero la decisión de no volver a enamorarse seguía persistiendo en su pecho a fuego vivo. Era como un juramento silencioso que se había hecho a él mismo. Observó el horizonte donde pasaban algunas aves negras y sin querer recordó al chico de Yosen con el que había conversado. Su rostro se pintó de rojo y sacudió su cabeza ante la tonta idea de que pudiera ser amigo de esté. Ni siquiera sabía si sería capaz de volver a confiar en alguien plenamente. No tenía idea si volvería a amar a alguien ya que sentía que todo aquel sentimiento de amor se había perdido junto con la espalda de Seijuro cuando se alejó de él para ir con sus amigos que lo esperaban.

Una mano sobre su hombro lo sobresalto y lo obligó a salir de sus cavilaciones. Volteó la mirada encontrándose con Kuroko que lo miraba con seriedad. También notó a Kagami en la entrada esperando a ambos mirando por el pasillo. Su salón de clases estaba completamente solo y se dio cuenta de que había tardado más de lo que pensaba. Se giró en dirección al pelo celeste que cambió su expresión estoica a una de preocupación y fue ahí cuando Kouki sintió sus mejillas mojadas.

- Lo siento. Lo siento. Lo siento. Los siento – repetía una y otra vez entre sollozos mientras trataba de detener las lágrimas de sus ojos. Kuroko rápidamente lo sostuvo entre brazos cuando comenzó a descender al suelo y escuchó los pasos apresurados de Kagami acercándose para ver qué era lo que pasaba. Furihata sin querer se había roto enfrente de sus amigos. No quería preocuparlos y era por ello que ni siquiera a Fukuda y Kawahara les había hablado de la relación que había tenido con Akashi. Aún menos al pelo celeste que se hallaba sosteniéndolo sentados en el suelo de aquel salón.

Kuroko se sentía desconcertado al mirar a Furihata de ese modo. Hace menos de 3 horas lo habían visto en perfecto estado cuando se despidieron después del almuerzo. Sostuvo entre sus brazos al castaño y dirigió una mirada de preocupación hacia su luz para ver si sabía algo al respecto al mismo tiempo que sobaba la espalda del otro para tratar de tranquilizarlo. El pelirrojo negó apresuradamente sintiéndose completamente inútil en aquella situación. – No te disculpes, Furihata-kun. Tranquilo, trata de respirar con calma – susurró el pelo celeste ante las disculpas que pedía su compañero, Kagami le paso un pañuelo con el cual limpió las mejillas del otro con cuidado como si de un niño pequeño se tratase, y es que era así como se miraba en ese momento Kouki, se sujetaba con fuerza de la camisa escolar de su amigo mientras seguía disculpándose.

Otra mano se posó en su espalda, pero está era más grande, supo de inmediato que se trataba de Taiga. El más alto dio unos cuantos pasos a su costado y paso otra de sus manos bajo las rodillas del castaño – tranquilo Furi. No te preocupes por esto – susurró para luego cargarlo al estilo princesa. Con la mano que sostenía su espalda empujo su cabeza hacia su pecho y le sonrió con comprensión – te llevaremos a la enfermería para que te calmes – giró la mirada hacia el 11 de Seirin – Kuroko, trae su mochila – dijo para comenzar a caminar en dirección a dicho lugar.

Por un momento Kouki se sintió protegido y agradeció en su mente por tener amigos tan comprensivos. Las lágrimas seguían cayendo desde sus ojos, pero ya no sentía como si el aire se le fuera de los pulmones. Ya no sentía la necesidad de pedir perdón, lo único que llenaba sus pensamientos era el cansancio que le llegaba después de haber podido desahogarse.

Cuando llegaron a la enfermería, Furihata ya se encontraba dormido en los brazos del pelirrojo y un suspiro de alivio salió de ambos chicos. El castaño fue recostado en la camilla que se hallaba en la vacía aula. - ¿Y la enfermera? – preguntó Kagami una vez que termino de acomodar a Kouki en la camilla. – No lo sé. Puede que ya se haya retirado – respondió el menor mirando alrededor – iré a avisar a la entrenadora – terminó de decir para ir hacia el gimnasio y dejando al pelirrojo con Kouki dormido.

El celular del más alto sonó espantándolo, pero sonrió al mirar de quien se trataba. Respondió la llamada tratando de no hablar demasiado alto para evitar despertar al castaño que dormía. – Ey, Tatsuya. ¿Cómo estás, Bro? – sonrió al escuchar una respuesta y negó con la cabeza como si su interlocutor lo pudiera ver – ahora no estoy en el gimnasio, estoy en la enfermería y… - se detuvo cuando el pelinegro le pregunto si se había lastimado – para nada. Al parecer uno de mis amigos no se siente bien y Kuroko y yo lo trajimos… - el desconcierto se dio a notar en la expresión del tigre – se trata de Furihata Kouki… Sí, parece que ya se tranquilizó, pero ahora está dormido y no queríamos dejarlo solo – volvió a sonreír y asintió mientras sostenía su celular - ¿estás seguro? Por nosotros no hay problema con cuidarlo, pero si tú quieres hacerlo no te lo negaré… – soltó una carcajada y se cubrió la boca rápidamente asustado – solo entras y caminas a la derecha, ahí verás el letrero que diga enfermería, no está muy lejos y no hay pierde. Quizás te encuentres con Kuroko – la puerta se abrió mostrando la llegada de Tetsuya para después cerrar la puerta – ah… olvídalo, él ya llegó. Aquí te esperamos. Gracia Bro – y colgó.

Tetsuya se asomó para ver cómo se encontraba su amigo quien seguía dormido. Segundos después dirigió su vista al tigre - ¿era Himuro-san? – cuestionó obteniendo un asentimiento del otro. – Le conté sobre Furi y ha dicho que él puede cuidarlo para que nosotros podamos entrenar. Cuando despierte lo llevará al gimnasio – explicó con mirada preocupada sobre el castaño - ¿qué crees que le haya pasado? – se atrevió a preguntar el pelirrojo a lo que el menor negó encogiéndose de hombros y con mirada angustiosa. La puerta volvió a abrirse dejando ver a un alto pelinegro con el uniforme de Yosen. - ¡Bro! – alzó la voz Kagami y todos detuvieron cualquier movimiento al notar como se movía Furihata. – Kagami-kun no seas tan ruidoso – soltó Kuroko una vez que se aseguraron que el otro seguía dormido. – Taiga – llamó con voz suave completamente contrario al otro – yo cuidaré de él. Ustedes pueden ir a entrenar – confirmó con una sonrisa a pesar de estar recibiendo una mirada inquisidora por parte del más bajo. – Entonces te lo encargamos, por favor cuídalo – habló el tigre mientras se dirigía a la salida, - y no intentes nada – susurró Tetsuya al pelo negro cuando paso frente a esté quien solo sonrió ante la percepción tan aguda que el otro poseía. – No podría hacerlo – respondió a pesar que solo se encontraba él y aquel chico dormido.

Notas finales:

Sinceramente, me gusto mucho este capítulo, no sé la razón, pero me encanta ver a Kuroko protegiendo a sus amigos. Así que espero que también sea de su agrado. 

Nos vemos en el siguiente capítulo OwO)/"


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