Narra Eevee.
Al llegar a ver a mis padres nunca imagine que ellos dos me pudieran hacer algo como esto, pero ahora, me encontraba encerrado en mi habitación, a punto de vestirme de blanco y a punto de casarme con una persona la cual no conozco y de la cual no siento nada y no lo podre sentir, porque mi corazón le pertenece a Pikachu. La puerta de mi cuarto se abrió y me di la vuelta para encontrarme con la mirada de mi madre.
-Hijo ¿Estás preparado? Hoy es tu gran día-al decir eso, no puedo creer lo descarada de que, preguntarme eso, como si lo estuviera haciendo con alguien que de verdad quiero y no con un completo extraño.
-Es mejor que te vayas, no quiero hablar contigo o mejor dicho no te quiero ver-seguí mirando hacia la ventana ignorando completamente su presencia en ese lujar.
-Él nunca te hará feliz, nunca podrán tener un hijo ¿Crees que eso es vida?... te dejo para que lo pienses-escuche los pasos que ella dio hacia la puerta y después esta cerrarse y el seguro sonar, las lagrimas empezaron a deslizarse por mis mejillas.
-Pikachu, por favor, ven rápido que te necesito.
Narra Pikachu.
Ya había llegado a pueblo paleta, junto a la amiga de Eevee que me ayudaría con todo esto, él tiempo corría y me encontraba muy molesto, yo a ella la deje en la mansión de los padres de Eevee, ya que hoy sería el día en que me lo llevaría.
-¿Sabes lo que vas a hacer?-le pregunte algo serio y sin ningún tipo de expresión en mi rostro, pero aunque no estuviera demostrado ningún tipo de sentimientos ahora, por dentro me estaba muriendo.
-No te preocupes, yo me encargare de todo, puedes confiar en mí-ella se bajo del carro, yo me fui a una cafetería que encontré en la ciudad y me sorprendió, ya que aquí cuando me fui no había nada de eso.
Me senté en una de las mesas y le pedí a la mesera un café, yo saqué mi teléfono del bolsillo, esperando una llamada o algo, la desesperación me está matando y las ganas de ir corriendo rápido para allá, se hacían más y más grandes.
-Aquí esta-yo le sonreí y gusto mi celular empezó a sonar.
Llamada:
-Dime ¿Ya entraste?-le pregunte muy desesperado.
-Sí estoy ahora al lado de-mi corazón empezó a palpitar demasiado rápido, pude sentir como quería salir de mi pecho e ir directamente a donde se encontraba Eevee.
-Pásamelo, por-por favor.
-Ok.
-Pi-Pikachu-yo me quede o estaba totalmente en blanco, de mi voz no podía salir ninguna palabra, mi mente no coordinaba con mi boca, “No me puedo quedar callado, tengo que decir solo una palabra”-¿E-estas hay?
-Yo… te extraño-sentí mis mejillas húmedas y me toco para ver qué era lo que estaba teniendo, cuando vi mi mano, eran lagrimas.
-Yo también te extraño, pero escucha bien-su voz, sentía como se quebraba y eso me estaba rompiendo el corazón en mil pedazos.
-Si… dime.
-La boda es a las 5 y necesito, que estés ahí antes. Nadie sospecha nada, así que por favor, ven a buscarme, que cuando yo vea una oportunidad escapare.
-Está bien, me voy a preparar, te veo pronto.
-Te amo-mi corazón empezó a latir, rápido y acelerado, y sentí mis mejillas arder y no pude evitar sonrojarme.
-Yo también- finalizamos la llamada y yo mire la hora, y son un cuarto para las 4, así que tenía una hora para estar listo para todo.
Narra Eevee.
-Eevee, te ves increíble- me dijo Roselia, a nosotros nos habían pasado a otra habitación donde nos estaban acomodando, a mi poniéndome el traje que voy a utilizar y a ella acomodándole el vestido de dama, ya que mi madre al saber que una amiga mía había venido se alegro mucho.
-Gracias…-yo suspire agotado y ansioso, esperando el momento indicado para por fin salir de este infierno, solo con una oportunidad bastaba para irme de aquí. Terminaron de arreglarnos, cuando la puerta se abrió, dejando ver a mi mama, que tenía una sonrisa de oreja a oreja.
-Te ves muy hermoso.
-Tiene razón señora-le dijo mi amiga.
-Y tu también te vez encantadora-Roselia le sonrió y eso le gustaba a mi mama, gente que la adulara y sabia que Roselia se está ganando la confianza de ella poco a poco.
-Muchas gracias.
-Bueno ya es hora de irnos-yo asentí y nos fuimos a lo que ahora sería mi infierno si Pikachu no llegaba pronto.
Narra el Escritor.
A partir de ahora comienza el conteo hacia atrás.
4:10 pm.
Pikachu se vistió completamente de negro, se coloco unos guantes y una gorra y unos lentes y se hizo pasar por chofer de unos de los invitados, logrando entrar al lujar y esperando a Eevee, para poder salir de ahí.
4:25 pm.
Eevee, se encontraba en el carro ya directo al lujar, los nervios le mataban y eso le estaba empezando a molestar, al tal grado que quería quitarse todo lo que está usando y lanzarse por la ventana, pero al saber que Pikachu lo estaba esperando para poder huir, lo llenaba de felicidad y era así que una sonrisa se formo en sus carnoso y rosados labios.
-Está feliz-le dijo Roselia a la mama de Eevee.
-Sí y eso me alegra mucho…
4: 45 pm.
Todo estaban reunidos, la ceremonia ya estaba a punto de comenzar, los nervios de Pikachu y Eevee eran grandes y más cuando Eevee había viso a Pikachu y lo vio alegarse a la salida.
-“Solo una oportunidad para salir, solo una”-le pidió a Arceus, con los ojos cristalizado y a punto de llorar.
4:55 pm.
Todos estaban acomodado en la iglesia, por órdenes de la madre de Eevee, su padre lo llevo a afuera, al estar ahí, Eevee sabe perfectamente que su padre es más blando y tal vez lo ayudaría a escapar.
-Papa, no sé en qué modo pedírselo a mi mama, pero por favor déjame ir, yo no quiero esto-las lágrimas amenazaron por escaparse de sus orbes café.
-¿Él está aquí? ¿Verdad?-él se quedó callado y su padre sonrió de medio lado-ese silencio habla por ti, sabes eres mi único hijo y te quiero mucho y a pesar de que él no me agrada, sonríes cuando escuchas su nombre, así que ve puedes irte, yo inventare algo-Eevee abrazo a su papa con toda sus fuerza y lo vio a los ojos.
-Muchas gracias-Eevee fue corriendo en busque de Pikachu y al salir, lo vio, se encontraba en un auto negro, Pikachu al verlo, encendió el auto y Eevee se montó en el-Vámonos-Pikachu asintió y se fueron.
5 Pm.
-¿Cómo que escapo?-la furia de aquella mujer estaba por los cielos y la del novio todavía aún más al saber que su prometido había escapado, aquella furiosa mujer miro a su marido y lo agarro por la camisa.
-Si ellos dos no aparecen, será nuestra ruina.
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