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MENSAJE DE TEXTO por Aifoss

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Notas del capitulo:

Creo que con este capítulo ya estoy al día depues de tanto tiempo jeje xd

En la parte final, hay un momento donde Aomine tocará el piano ( sisii, eso es demasiado raro en él ) si desean pueden escuchar la canción, le dejo el enlace, " https://www.youtube.com/watch?v=Ub4yTO394Ts ", lo créditos de esa melodía le pertenecen a la película "Cloud Atlas" <3 

 (Narra Tetsuya) 

Estaba un tanto incómodo cuando desperté. Pues sentía que todo el cuello me dolía. Me levanté y fui al baño que está en la habitación. Entré lentamente pues sabía que Kagami y Riko aún estarían dormidos. Entré y allí estaban ellos sobre la cama, el pelirrojo estaba detrás de ella abrazándola por la cintura y mi hermana  frente a él sosteniendo sus manos. Se veían realmente tiernos. Sí, sí estaban vestidos. 

Me duché y me vestí rápidamente, usé unos shorts celestes y un polo blanco. Supe que en el primer piso había un gimnasio así que decidí ir. 

Tomé mi celular y lo eché a una pequeña mochilita que llevaba conmigo. Estaba caminando por el pasillo cuando me encontré a Takao. Venía muy contento irradiando arcoíris. 

 

- ¡Buenos días Tet-chan! –dijo con una sonrisota. 

 

- Hola Takao-kun, buen día –dije tratando de sonreír. 

 

- ¿Cómo estás? –dijo deteniéndose. Incliné un poco la cabeza. 

 

- Me duele un poco el cuello así que iré al gimnasio de abajo –dije honestamente. 

 

- Que rara forma para curar el dolor de cuerpo, pero si eso te hace bien. Muy bien –dijo más sonriente. 

 

- ¿Qué te tiene tan feliz? –pregunté, tanta sonrisa era raro para mí. Él se sonrojó al instante y desvió la mirada – Oh –dije pensando en una noche con Midorima. 

 

- Bueno… es que tuve una linda noche con Shin-chan – sonrojado, parecía un tomate. 

 

- No necesito detalles –alegué desinteresado-, me da gusto por ti. Que tengas un buen día –me despedí y caminé.

 

- Gracias tú igual –dijo y caminó hacia la dirección opuesta. Al parecer iba donde Aomine. 

Bajé en el elevador y pasé por diversos pasillos. Muchas de las personas me sonreían o me decían “Buenos días”. Yo solo me limitaba a forzar sonrisas…osea nada. 

 

- Buenos días –dije a la señorita que allí estaba. Ella me sonrió. 

 

- Buen día, ¿vienes a inscribirte? –preguntó. 

 

- Sí –dije con seriedad. 

 

- ¿Me das tu nombre y el número de tu camarote? –preguntó. 

 

- Kuroko Tetsuya, camarote 640-B –respondí inmutable. 

 

- De acuerdo –dijo tecleando algo en la computadora- Te parece si te muestro algunos de los aparatos o… quieres hacerlo por ti mismo. 

 

- Me gustaría dar un paseo por aquí, en realidad no quiero una rutina, simplemente me gustaría correr un poco en la caminadora –dije honestamente. 

 

- Mira, todas las caminadoras están por allí –señaló mostrándome una gran hilera de ellas. 

 

- Gracias –dije y me acerqué a ellas. 

Estaba encendiéndola, puse mi celular enfrente de mí, me coloqué los audífonos y antes de que terminara escuché que decían mi nombre. 

 

- Hola Tetsuya –dijo Akashi a mi lado, también encendía una caminadora. 

 

- Buen día Akashi-kun –dije mostrándole una sonrisa. 

 

- ¿Ejercitándote? –como si no fuera obvio. Pero no quise romperle su orgullo. 

 

- Sí, digamos que necesitaba despejarme de alguna forma. 

 

- Es cierto, esta es una buena forma de aclarar la mente. ¿Por qué no fuiste a vernos ayer? –preguntó mientras corríamos. 

 

- ¿Ayer? No sabía que querían que los visitara –dije confundido. 

 

- Tú siempre eres bienvenido, en especial por mí –afirmó con su mirar incitador- No tienes que tener una invitación. 

 

- Bueno, gracias –dije apenado-. De todas formas estuve con Haizaki, así que creo que no pude haber ido. 

 

- ¿Sigue en pie lo de la boda? –preguntó con asco, miré mi anillo dudoso. 

 

- No lo sé –dije honestamente. 

 

- ¿Te puedo decir algo? –preguntó. 

 

- Claro –lo insté. 

 

- No hagas nada que creas que en un futuro te arrepentirás. Piénsalo bien –me dijo. 

 

- Gracias Akashi-kun –dije girando mi anillo. Él me sonrió y se puso sus audífonos. 

Puse el reproductor de mi celular a todo volumen y usé los dos auriculares. Estaba concentrado corriendo, tan solo pensando en si debería de casarme con Haizaki. Pensando en porqué él se había comportado así anoche. Luego de estar corriendo un rato noté que Akashi se despedía de mí con la mano y caminaba a los siguientes aparatos. Mi celular comenzó a vibrar. Rápidamente pensé que la hora feliz había llegado. Daimine me había enviado un mensaje. 

Buenos días. Acabo de despertar y aquí estoy para reportarme contigo. ¿Cómo estás?” –preguntó amablemente. Me bajé de la caminadora y me senté en una silla cercana. 

 

Buenos días, estoy bien gracias. Pensé que no te acordarías de mí, que solo bromeabas con eso de mandarme un mensaje cuando despertaras, ¿cómo estás tú?” –envié. 

 

“Estoy bien. Nunca me olvidaría de ti. Desde el primer día en que tu mensaje me llegó por equivocación, supe que quería seguir hablando contigo. Hoy desperté con una sonrisa por el simple hecho de que hablaríamos” –recibí. Eso me hizo sentir completamente ansioso. Una sonrisa no tardó en aparecer en mi rostro. Él también se había convertido en una parte esencial en mi día. Si no hablaba con él sentía que me faltaba algo por hacer. Lo estaba empezando a querer. 

Vaya, sabes… tú también te has convertido en una parte esencial en mi vida. Gracias por tener un dígito diferente al de mi novio” –envié. 

De nada, cuando tenga una conversación con la gente de la telefonía, les daré las gracias por darme este número. Te tengo que contar que yo también tengo novia, ¿lo recuerdas? De verdad espero volver a amarla como alguna vez lo hice” –recibí. 

 

No te fuerces a sentir algo, admito que yo tengo novio y la verdad ayer me decepcionó mucho. No sé si deba seguir con él” –dije diciéndole la verdad. 

Caminé hacia el elevador y allí me encontré con Kouki. Venía de la mano de una chica rubia. 

 

- Hola Tetsu –dijo mi hermano. 

 

- Buenos días Kouki, ¿quién es tu amiga? –pregunté curioso

 

- Hola soy Penny –dijo ella amablemente. 

 

- Hola –dije estrechando su mano- soy… 

 

- Tetsuya –completó ella. Yo asentí y me puse a su lado, el descenso en el elevador fue silencioso. 

 

“Pues yo digo que no deberías de estar con alguien a la fuerza, pero qué te puedo decir yo. Estoy en las mismas” –me daba algo de lástima ver que una persona cómo él estuviera con una mujer que no lo valorara. Pero igual y no podía hacer nada desde acá. 

Sabes, yo sí amo a mi novio, pero a veces me desesperan sus cambios de humor. Es tan lindo y luego se convierte en un pesado” –escribí. No sé por qué con él yo era tan sincero. 

 

“Eso no debería de ser así, contigo un verdadero hombre se debe de comportar de la mejor manera. Debe ser un caballero ante todo. No importa si la pareja es insoportable o simplemente molesto” –recibí. 

Si me conocieras te aseguro que lo caballeroso y lo galante se te quitaría. Creo que yo soy el culpable de sacarle lo peor, sus más oscuros pensamientos y los malos hábitos” –dije honestamente, pues conmigo nadie era tan caballeroso y amable. 

Bueno, últimamente Kagami y los chicos sí lo eran, pero… ellos ya tenían sus parejas, excepto Akashi, aunque no comprendo sus actitudes tan elegantes y amables conmigo, incluso más que con sus otros amigos. Llegué a mi camarote y tomé la cámara que Aomine me había regalado. De la habitación salió Riko con una sonrisa en sus labios.

 

- Hola hermanito –me dijo ella. 

 

- Hola Riko –dije serio. 

 

- ¿Te pasa algo? –preguntó con seriedad. 

 

- No realmente, estoy bien –dije tratando de sonreír. Tocaron a la puerta y ella fue a abrir, en el umbral se encontraba Haizaki con una flor en la mano. ¿Este tipo de verdad estaba loco?

 

- Hola Riko, ¿puedo pasar? –dijo dando un paso hacia delante. 

 

- Claro –dijo ella haciéndose a un lado. Él entró directo hacia mí y me dio un beso en los labios. 

 

- Hola –dijo aún cerca de mí- lamento lo de anoche, estaba un poco enojado –se disculpó. 

 

- Eso lo noté, pero ¿por qué no fuiste capaz de decirme la verdad, Haizaki? Te lo pregunté dos veces.

 

- Lo siento, es que no quería contarte los problemas por los que atravieso. 

 

- ¿No me tienes confianza o qué es lo que pasa? –pregunté. Mi hermana me hizo señales desde la puerta de que se iba. 

 

- No empieces con eso de la confianza porque el que menos tiene eres tú –comenzó a atacarme una vez que estuvimos solos. 

 

- Ves Haizaki –dije molesto con la decepción en la voz- vienes con una flor en las manos y me tratas pésimo

 

- No te estoy tratando de ninguna forma Tetsuya, estás exagerando. 

 

- ¿Por qué crees que yo no te tengo confianza? –pregunté tratando de no perder mi paciencia. 

 

- Porque no me dices la verdad. Te la pasas enviando mensajes con no sé quién y me mientes, diciendo que es una chica. 

 

- Pues deberías de confiar más en mí pues no te estoy engañando. 

 

- Tetsuya, por favor… no soy un idiota, a mí no me engaña un niño. 

 

- ¿Crees que soy un niño? –pregunté incrédulo, me alejé más de él. 

 

- No quiero discutir –dijo bajando la voz. 

 

- Tú eres el único que viene a esto –dije tratando de acallar el sonido de un nuevo mensaje en mi celular. 

 

- ¿Otro mensaje? –preguntó molesto. 

 

- Es solo una alarma –mentí. Giró la cabeza incrédulo y se levantó del sillón. 

 

- ¡Tetsuya, no te entiendo! Juro que no lo hago –dijo moviendo la flor, de forma que sus pétalos cayeron al suelo. 

 

- ¿Qué quieres entender? –pregunté confundido. 

 

- Dices que me amas, pero estás hablando con alguien más –se acercó de nuevo a mí-. ¿No me quieres,  verdad? –preguntó. Agaché la mirada. 

 

- ¿Me amas? –pregunté con ojos llorosos. 

 

- Eso lo sabes bien, cada segundo que paso contigo son los mejores de mi vida. Por eso te pedí matrimonio, porque quiero estar contigo por el resto de mi vida. 

 

- ¡Entonces deja de comportarte como un completo desconocido Haizaki!- exploté rompiendo en lágrimas.- Me asusta la actitud que tomas, tú no eras tan frío y tampoco discutías así conmigo.

 

- Lo siento –dijo sentándose de nuevo- solo sufro algo de celos. 

 

- No deberías sentir, porque tú eres quien me mantiene enamorado. No puedo… -no cesaba el llanto- olvidarte, traté… pero no puedo hacerlo. 

 

- No quiero que lo hagas –dijo acunando mi barbilla en su mano- yo quiero seguir siendo él que te mantenga enamorado, todos los días de tu vida. 

 

- Entonces, demuéstrame que de verdad me amas, no solo con palabras, sino con hechos –pedí. Él se acercó y me comenzó a besar, traté de seguir el beso, traté de sentir algo… ¿por qué mi mente quería estar con él y mi corazón no?, ¿por qué no podía sentir que de verdad lo amaba con todo mí ser? Después de intentar sentir lo que sentí anoche, me di por vencido y él lo notó. 

 

- ¿qué pasa? –preguntó. 

 

- Nada –dije desviando la mirada. 

 

- Vuelves a mentir –dijo decepcionado. 

 

- No lo hago –dije y tomé la cámara- Quiero ir a caminar, necesito estar solo. 

 

- Está bien –dijo y se fue. 

Leí el mensaje que tenía en espera. 

“Te aseguro que no pasaría eso conmigo. Sé que soy medio idiota, pero estaría dispuesto a ser el hombre más caballeroso para ti, el más galante, el más amable y el más cariñoso. Tetku… eres demasiado importante para mí” –su mensaje me hizo llorar nuevamente. 

¿Por qué tenía que estar con Haizaki?, ¿Por qué me sentía tan miserable pensando que solo él podría amarme? Una parte de mí estaba enganchada a Haizaki, no sabía si era por que de verdad, una parte de mí lo amaba o era la simple costumbre o mi miedo a estar solo. Mi corazón ya no daba para más, el no poder encontrar a alguien real que de verdad me ame y no solo finja hacerlo. 

Mis sollozos estaban algo descontrolados. Sentía que me faltaba el aire… me comenzaba a sentir derrumbado, miserable. Salí del camarote y entré al elevador con los ojos cerrados. 

 

- ¿Está bien joven? –preguntó el chico Kotaro. 

 

- No realmente, pero no quiero hablar de eso –tomé el celular y traté de responder.

“Me enamoré de ti –escribí- no puedo callarlo más. Estoy enamorado de ti y no puedo evitarlo, no sé si de verdad soy importante para ti, no sé si lo que dices es verdad. Pero no puedo callarlo más. Mi novio es un idiota y en lo único que pienso es que preferiría salir contigo que con él” –envié. Salí del elevador y fui directamente a proa. Allí estuve tomando fotos de mucha gente a mi alrededor, hasta que mi celular volvió a vibrar. 

 

No sé qué decir, la verdad es que me sorprendió mucho tu mensaje, pero no puedo decirte otra cosa más que, yo siento lo mismo que tú, estoy enamorado de ti Tetku. No dejo de pensar en la maravillosa persona que eres y lo mucho que extraño tus mensajes cuando no hablo contigo” –recibí. 

 

“¿Por qué solo existes en mensajes?, ¿por qué solo te puedo querer por aquí?” –estaba llorando con más intensidad, la frustración e impotencia se solidificaba penetrando en cada parte de mi alma, simplemente, me sentía a morir. 

 

(Narra Aomine) 

 

Tetku me había dicho que estaba enamorado de mí. Yo le respondí exactamente lo mismo pues desde aquella primera noche, su forma de hablar, su forma de tratarme… me hicieron sentir especial. 

¿Por qué solo existes en mensajes?, ¿por qué solo te puedo querer por aquí?” –recibí. Satsuki estaba sentada frente a mí, hablándome de no sé qué tontería. Pasé las manos bajo la mesa y comencé a responderle. 

“No tienes idea de cuánto me gustaría estar contigo. Le soy infiel a mi novia contigo Tetku, eso nunca había pasado. Nunca me había enamorado de alguien por un mensaje de texto, te puedo asegurar que eres la excepción a cualquier hecho… te quiero y no lo puedo explicar” –envié. 

 

Daimine, eres muy especial para mí. Aunque solo te pueda tener por aquí, prométeme que siempre, siempre estarás conmigo. Prométeme que no me abandonarás” –pidió. Sentí cómo mi corazón se partía en dos, necesitaba urgentemente estar con él. Mordí mis labios nervioso y Satsuki tomó mis manos. 

 

- ¿Amor, estás bien? –preguntó. 

 

- Necesito algo de aire –dije pagando la cuenta. Ella se quedó allí sentada y yo salí corriendo al elevador. Desde dentro contesté. 

Te prometo que siempre estaré detrás de esta pequeña pantalla. Siempre estaré dispuesto a escucharte, no me importa qué hora sea, qué día sea, simplemente quiero que sepas, que siempre estaré para ti” –envié. 

Al salir fui directamente a la proa, allí, sentado en el suelo noté que Tetsu estaba llorando. Me acerqué  y cuando me vio rápidamente limpió su rostro. 

 

- ¿Por qué lloras? –pregunté preocupado.

 

- Estoy bien Aomine-kun –dijo él- solo… necesitaba llorar un poco.

 

- Debes de tener una buena razón para hacerlo –dije tocando su mano. Él la retiró.

 

- De verdad, solo necesitaba llorar un rato –dijo mirando hacia otro lado.

- ¿Qué tal va todo con Haizaki? –pregunté, quería cambiar de tema. Tetsu me miró y sonrió.

 

- De maravilla, todo… bien –giró su rostro hacia el mar.

 

- Me da gusto que todo vaya bien – imité su gesto

 

- ¿Qué tal te ha ido con Momoi-san? –preguntó interesado. No sabía si contarle lo que me pasaba. Decidí ocultarlo.

 

- Bien, también… todo bien –dije mirando la cámara aunque ni yo mismo creía mis palabras. Estuvimos un rato en silencio y observando el panorama. Tetsuya trataba de no llorar, pero yo sabía que algo le molestaba.

 

- ¿Seguro que no quieres hablar? –pregunté.

 

- No es nada importante Aomine-kun –alegó poniendo una excusa- es solo…siento que estoy dejando de ser un pequeño niño para convertirme en una responsable y madura persona.

 

- ¿Por eso estás llorando? –pregunté con media sonrisa. Él me miró directamente a los ojos, una lágrima corrió por sus mejillas y suspiró levemente.

 

- No… no lloro por eso… lloro porque amo demasiado a Haizaki o eso es lo que creo, en realidad no lo sé – secándose las lágrimas.

 

- ¿Eso es malo? –pregunté.

 

- Sí… -dijo

 

- ¿Por qué? –pregunté aún más ansioso.

 

- Porque conoce todo de mí. Tengo miedo a perderlo –dijo tocando su anillo de compromiso- o más bien, a perderme a mi mismo por él.- lo último lo susurró apenas audible

 

- No creo que lo pierdas Tetsu, y tampoco creo que dejes de ser tú. Se nota que él te ama –le dije, pues era evidente. Él lo miraba de una forma totalmente enamorada y atenta- además, se casarán –no sé si mi voz sonó algo desilusionado, decepcionado o celoso.



Él se quedó callado y las lágrimas continuaron saliendo de sus ojos. Tetsuya me recordaba tanto a Tetku, dos personas agobiadas de tristezas y frustraciones, y ¿yo? Sin poder hacer nada por ninguno de los dos. Qué inútil me sentía, ni siquiera era capaz de consolar con algunas palabras, y los chistes no creo que sean propicios para estas circunstancias.


Luego de estar un rato en silencio, saqué mi billetera de mi pantalón y le enseñé mi identificación.

- Me tomaron cinco veces la misma foto –dije para cambiar de tema.

 

- ¿Por qué? –funcionó.

 

- Porque tenía mucha alergia y estornudé cuatro veces justo cuando el flash aparecía –dije riendo rascándome la nuca. Tetsu rió levemente y me dio un abrazo.

 

- Gracias Aomine-kun –susurró.

 

- De nada  Tetsu–dije apartándome de él y moviendo un poco su cabello. Se levantó y se fue caminando lentamente.



 (Narra Tetsuya)


Estaba caminando después de haber hablado con Aomine y con mi amado Daimine. La verdad era que ambos me mantenían de un buen humor y se esforzaban por que yo estuviera bien. Eran geniales esos chicos. Limpié mis ojos delicadamente y fui a ver a Nigou.


Una vez que entré me quedé frente a la jaula sentado solo haciéndole cariños y acariciando su cabeza por el único espacio en el que mis dedos entraban.

- Hola –dijo Haizaki en la puerta- Sabía que estarías aquí.

El chico que encargado se había metido a otra parte de la habitación, para dejarnos solos a mi prometido y a mí. Él se me acercó y me levantó del suelo.



Yo estaba inmóvil solo observando el suelo. Haizaki se me acercó más y pasó sus brazos por mi espalda. Rompí en llanto. ¿Por qué amaba a este ser que no se lo merecía? Pasé mis manos por debajo de su chaqueta y lo apreté más a mí.

- ¿Por qué te amo? –pregunté lloroso en un hilo de voz.

 

- No lo sé –dijo dándome un beso en la frente.

Me despedí de Nigou y caminé de la mano de Haizaki por un buen tramo. Luego él me abrazó y entramos a su camarote. Se recostó en el silloncito y yo estaba sobre él. Solo pensando en lo que mi corazón sentía. Una total y pura confusión. Me acerqué a su cuello y respiré su delicado perfume.



(Narra Aomine)

Luego de estar hablando con Tetsu, caminé hacia mi camarote y encontré una notita dentro, al parecer los chicos querían entrenar hoy también. En mi camino al lugar donde practicábamos, me encontré con Satsuki, quien también estaba llorando. Hoy qué día era, el de los llorones supongo.

- ¿Qué tienes? –pregunté cerca de ella.

 

- Estoy cansada Dai-chan –dijo limpiándose sus lágrimas.

 

- ¿De qué? –pregunté tratando de estar atento. Mi mente divagaba con facilidad.

 

- Estoy cansada de estar buscándote, estoy cansada de estar aquí como una tonta esperando a que me quieras y tú simplemente me ignoras. Tengo dos días de estar contigo y no me has besado ni una sola vez por tu cuenta, si alguien comienza el beso tengo que ser yo. ¿Qué te está pasando? Tu no eras así, tan frío conmigo.

- No lo sé Satsuki, no quise lastimarte. Es solo que aún no me acostumbro a estar contigo, de nuevo –dije pensando bien mis palabras.

 

- Daiki, cambié… estoy tratando de volver a ser esa chica que tú amabas y tú simplemente me ignoras. ¿Ya no me quieres? –preguntó con lágrimas en los ojos.

 

- Sí… -susurré y agaché la mirada.

 

- Demuéstralo entonces, amor –dijo sonriendo un poco.

 

- Perdóname… –dije honestamente.

 

- No importa, amor –dijo ella- saldremos de esto.

La abracé y la acerqué a mi boca. Una vez lo suficientemente cerca, la besé. Acaricié sus labios dulcemente y sentí cómo mi corazón estaba por reventar. Me sentía mal, no sabía ni qué sentía. En mi cabeza estaba la imagen de Tetsu cuando lo besé y también tenía en mente los mensajes de Tetku, yo estaba enamorado de él, pero era cierto. Nunca lo tendría conmigo y Satsuki era mi novia. Me separé de ella dulcemente y la abracé. Estaba demasiado nervioso por toda esta situación.

 

En el camino hacia el ambiente de entrenamiento me cruce con Takao que iba corriendo, me dijo que la práctica se canceló y que en cambio los chicos estaban reunidos en el salón instrumental que se ubicaba doblando el pasillo; decidimos ir con ellos, el azabache se adelantó dejándome a mí y a Satsuki con nuestro paso.

 

Allí dentro estaban ya los chicos, junto con un piano de cola blanco. Era realmente enorme pero elegante; Riko lo estaba probando mientras Midorima se daba unas orientaciones. Akashi, Kagami y Murasakibara estaban sentados en unos cojines cercanos, acompañados de Himuro, y un agitado Takao. Satsuki venía a mi lado, limpiándose las lágrimas.

 

- Hola –saludamos. Todos nos miraron y sonrieron.

 

- ¿Qué estamos haciendo aquí? –pregunté.

 

 

-Daiki-chan, no seas amargado.- habló Bakao con su tono niño mimado.- ¿Cuantas veces en la vida te topas con un hermoso piano como este?-

 

 

-Tsk…solo era una pregunta Bakao

 

- Ehm… mi hermano quiere venir, ¿le digo que venga? –interrumpió Riko preguntándole a Akashi.

 

- Claro –dijimos todos. Ella comenzó a teclear algo en el celular y luego de un rato sentí que mi celular vibró.



“Nunca te has sentido miserable, pero tienes que fingir que todo está bien para que la demás gente no te pregunte nada”
–recibí. Por supuesto que lo había sentido. De hecho ahora me sentía así.



“Claro que sí, pero tienes que prometerme que conmigo no fingirás nada, quiero que seas totalmente sincero con tus sentimientos, no me gusta que me mantengan intrigado o preocupado por eso” –envié. Estaba de la mano de mi novia y ella me miraba con una sonrisa.



Al cabo de un rato la puerta del salón se abrió. Entraron Haizaki y Tetsu con media sonrisa.

- Hola –saludaron a todos. Tetsu se sentó cerca de Takao. Haizaki estaba al lado de él tomando su mano. Decidí rendirme.



Estaba pasando por un momento crítico. Mi corazón estaba totalmente confundido en estar con tres personas. Yo quería a Satsuki por el hecho de que con ella viví muchas cosas y era feliz, pero a veces sospechaba de sus intenciones. Tetsuya era un chico muy agradable, pero aceptémoslo… él se casaría con Haizaki. Yo no tenía ninguna oportunidad. Tetku, era un chico estupendo que hacía que yo tuviera una sonrisa día a día. Me levantaba el ánimo y me entendía, pero no estaba cerca de mí y tampoco lo conocía en persona. No podría vivir eternamente enamorado de mi celular. Simplemente… estaba cansado.

Me acerqué a Riko y Midorima, mientras sonreía nervioso.

- ¿Pasa algo Aomine? –preguntó el peliverde.

 

- Quisiera tocar… Tsk, bueno… necesito tocar –dije aclarándome la garganta.

 

 

-¿Sabes tocar el piano?- preguntó Riko más que sorprendida- Es una broma ¿verdad?

 

 

- Oe, no soy tan idiota como para tocar sin saberlo.- me sentí ofendido.- Supuestamente era un secreto.- Cuando era niño mis padres tuvieron la ilusión que fuera un gran pianista, por ello me inscribieron en clases especiales, sin embargo, esa ilusión se vio desecha al regalarme mi primer balón de basket y me lucí en mi máximo esplendor en la cancha. Ya pasaron como once años desde que toque un piano, pero aún recuerdo unas cuantas melodías.

 

 

-Bueno, es todo tuyo Aomine.- alegó Midorima.- A ver que tanto sabes

 

- Solo digo que no soy un profesional.- me excusé por si me salía del asco

 

- Claro, adelante

 

- ¿Cuál tocarás Aomine? – Preguntó Riko

 

-El Atlas de las Nubes el sexteto.- anuncié, era el que más acorde iba con mis sentimientos en ese momento.

 

- Interesante, nunca la había escuchado –dijo Midorima. Ambos se apartaron dejándome el asiento libre. Miré a Tetsu, se veía confundido al igual que toda la sala por verme allí sentado con un piano; sin embargo, él me dedico una media sonrisa, una hermosa sonrisa que hacían homenaje a sus ojos cielo; y apretó la mano de Haizaki. Miré a Satsuki quien me sonreía ampliamente y después de un gran suspiro, comencé a tocar…

 

Notas finales:

Nos vemos:)


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