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UN PAPÁ PARA NAVIDAD por Sangre Samurai

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Notas del capitulo:

ha llegado el momento de las revelaciones...

Tony y Steve deben afrontar su realidad, sin contemplaciones...

Loki también, al revelar la verdad a los dos hombres de su vida, descubrirá la elección que ellos mismos han de hacer y el precio que debe pagar.

 

Un mes atrás, en Midgard, Tony Stark vivía su propia tragedia.

 

-¿Pett? ¿Puedo pasar?- murmuró, abriendo la puerta con cuidado y caminando hasta la cama donde su hijo fingía dormir- ¿Estás bien? ¿Quieres hablar conmigo?

 

-No…- respondió el muchacho, sin levantar la cabeza y dejando escuchar su voz entrecortada por los sollozos- No quiero hablar, quiero estar solo… por favor, papá...

 

-Si… entiendo que quieras estar solo… por mucho tiempo cometí la estupidez de dejarte solo, sin acompañarte en tus momentos difíciles, en tus logros escolares… pero he intentado enmendarme, Peter… Quiero ser un mejor padre para ti, así que permíteme hablar contigo, déjame explicarte un poco lo que la experiencia y la vida me han enseñado a mí

 

-¡Lo siento, papá!- exclamó el chico, descubriéndose de golpe y colgándose de los hombros de su progenitor, por supuesto que necesitaba desahogarse, necesitaba explicaciones y mucha comprensión- ¡Lo siento mucho! ¡Yo jamás creí que él fuera capaz de hacerte esto! ¡Yo…!

 

-Calma, calma… mi niño, mi hijo amado…- respondió Stark, devolviendo el estrecho contacto con todo su amor paternal- ¿Por qué dices que Steve me lo hizo a mí? No, Peter… él y yo habíamos terminado hace tiempo, lo hablamos… discutimos un poco sí, pero terminamos como adultos… tranquilos, serenos… es natural que tanto tu padre Steve como yo, en un futuro, claro está… intentemos rehacer nuestras vidas...

 

-Pero… ¿Qué dices? ¿Tú lo sabías…?

 

-¡Por supuesto que yo lo sabía! Conocemos al Soldado del Invierno, sabemos la gran amistad y el profundo amor que ha sentido desde hace casi medio siglo por tu padre… no lo podemos culpar, Pett… sobre el corazón no se manda… ¿Acaso tú no nos has enseñado a querer y valorar a tu novio? Imagina si los prejuicios por la edad o por la apariencia nos hubiesen gobernado…

 

-Esto es diferente... Esto es una traición, una infidelidad… una falta de respeto.

 

-Te equivocas… es igual… Solo es amor entre dos personas, y es el fin de una relación entre otras dos personas… sucede siempre, en todas partes… y todos debemos tener la frente en alto y seguir nuestras vidas. Si yo lo comprendo ¿Por qué no lo has de comprender tú? Anda, tu padre nos espera allá afuera… muere de dolor y no lo has tratado con justicia. Pett, querido mío… por favor perdónalo, perdóname a mí también… debimos informarte con claridad que lo nuestro se terminó y que él reanudó su relación con el Señor Barnes… anda, que tu corazón no sea menos generoso que los ideales que defiendes como el Sorprendente Hombre Araña…

 

Peter escuchaba a su padre con creciente admiración, Tony estaba dándole una lección de amor y de grandiosidad que difícilmente olvidaría. Haciendo un esfuerzo supremo limpió sus lágrimas, recobró un poco la calma y le sonrió luminosamente.

 

-Si tú me lo ordenas...

 

-No te ordeno… te lo suplico.

 

-¡Papá!- exclamó Peter, besando la mejilla del mayor- Gracias por mentirme para hacerme sentir bien... Haré lo que me dices y quiero que sepas, que te amo este día todavía más que antes…

 

-Hombre, hijo… yo no te estoy mintiendo, dame algo de crédito- sonrió Tony a su vez, acompañando a su vástago hasta donde Rogers esperaba- Deberías darme al menos un 12% más de crédito a mis palabras...

 

Steve recibió en sus brazos a su hijo, con lágrimas en los ojos, con el arrepentimiento enorme de haberle puesto la mano encima y de haber perdido la compostura al verse descubierto… conocía cada una de las palabras con las que Tony lo había convencido de perdonarle y estaba eternamente agradecido con el millonario… Lo más importante de su vida era sin duda aquel muchachito pecoso y audaz que una vez adoptara y que sentía como una parte muy importante de su corazón.

 

-Quiero explicarte todo, hijo mío...

 

-No hace falta, papá… Yo debo ser respetuoso con tu vida y con tus elecciones… James Barnes es un hombre bueno… estoy seguro de que te hará feliz, muy feliz...

 

-¡Peter!

 

Tony tosió un par de veces para llamar la atención de los dos, había sido una noche muy, muy desgastante para su ánimo… primero Loki, toda la mañana hablando con él, intentando comprender como es que podía estar tan tranquilo mientras dos hombres se enfrentaban por su amor… era parecido a Steve y al mismo tiempo, no se parecía en nada su situación… aún así, soportó otras tantas horas de charla y negociación con Stephen Strange… y todo para que al atardecer, cuando creía que podía irse a descansar… Peter llegara de improviso, arrasado en lágrimas y maldiciendo a su Padre Steve…

 

Enterarse de las tristes condiciones en que Peter lo había sorprendido fué devastador para Stark, escuchar de boca de su hijo como Steve y Bucky tenían un encuentro sexual clandestino, y que el muchacho los sorprendió en plena acción y le reprochó su traición, su infidelidad, en fin… enterarse de como Peter regresaba con el corazón roto y decepcionado del amor paternal, era demasiado doloroso para cerrar el día… y después, enfrentarse a Steve y aguantarse las ganas de romperle sus perfectos dientes, de sacarle el corazón con la mano y comérselo a mordidas para que aprendiese a no burlarse de su amor… lo tenía todo esto muy agotado...

 

-Pett, mi querido… ¿Qué te parece si sales al exterior e invitas a tu novio, el Señor Wilson, a que tome una bebida caliente dentro del edificio? Ha estado esperándote bajo la lluvia por horas… si ya te sientes mejor, sal y tranquilízalo… y regresen a desayunar, a pesar de esta noche de locos… ya está amaneciendo y supongo que tendrán hambre... al menos yo sí tengo… un poco...

 

-Si Papá…- dijo Peter, obedeciendo inmediatamente, comprendiendo que después de aquel acercamiento con su padre, los dos mayores necesitaban hablar a solas.

 

Esperaron que el muchacho saliera, incluso pudieron escuchar las risas juveniles cuando ofrecían una toalla seca al dedicado Wade, que efectivamente, estaba empapado, pegado a la cornisa del techo, preocupado por el estado anímico de su adorado niño.

 

Y luego de algunos tensos minutos en silencio, Steve creyó su deber comenzar las explicaciones.

 

-No… Steve, no… disculpa- interrumpió Stark, llamando a su asistente virtual Jocasta- Yo no te estoy solicitando ninguna clase de explicaciones… creo que salen sobrando...

 

-Cometí un error, Tony… creo que es justo que escuches lo que puedo decir al respecto...

 

-Mira, Capi… las cosas son así: Peter te vió cogiéndote a tu amante en plena calle… Yo tengo que guardar la compostura porque mi hijo me importa más que todo en este mundo, me importa muchísimo más de lo que tú me puedas explicar y me importa un carajo que te revuelques con el mapache...

 

-Lo sé… mi comportamiento no tiene excusa... – murmuró Steve, ante la brutal verdad que Tony acababa de dejar caer sobre sus hombros.

 

-Nop… no lo tiene… ¿Listo Jocasta, tienes todo ya?- cuestionó Tony, estirándose como si tuviese mucho sueño y preparándose para descansar- Abajo, mi querido Steve, está preparado tu equipaje… no falta nada, hasta tu cepillo de dientes está ya empacado y listo para tu mudanza… si quieres, puedes revisar que no falte nada… Que tengas un buen día.

 

Y el millonario le dio la espalda al rubio, sintiendo que con él, en esa ocasión, se iba para siempre un trozo de su existencia misma.

 

-Tony, perdóname… en serio… perdí la cabeza… Sé que estás herido, lastimé tu vanidad, pero quizá deberíamos hablar… tomar esa terapia que habíamos planeado… Yo… yo sé que no hay nada que me justifique, Bucky se escuchaba tan triste por teléfono… solo íbamos a hablar… una cosa llevó a la otra...

 

-Sabes Steve… ese increíble asgardiano llamado Loki, me dijo unas cuantas cosas que en su momento no comprendí… pero ahora lo entiendo… me dijo que tú no vas a cambiar, que tu corazón no va a elegir entre el mapache o yo… que seríamos nosotros los que elegiríamos. Algo así como lo que Thor y Strange deben hacer por el amor de Loki… solo que en nuestro caso, querido… no será quien más te ame el que te elija… yo pienso que será el que menos te odie y sea capaz de perdonarte... Buena suerte con eso. Pero ahora… sal de mi hogar… sal de mi vista y no me llames, no me busques… no me mientas… siéntete en entera libertad de regresar a terminar tu trabajo con Barnes, quizá ustedes están hechos el uno para el otro… solo te suplico algo: Sé el padre que Peter ha creído que eres… nuestro hijo al final… no tiene la culpa de nuestras decisiones, ni de nuestros errores...

 

***

 

Loki leyó la carta de su amigo con lágrimas en los ojos… de alguna forma sabía que su situación no se resolvería como esperaba resolver la suya propia, o quizá tan solo era un adelanto de lo que le esperaba… Tony Stark escribía tan lleno de melancolía, tan destrozado por su amor ausente, pero al mismo tiempo tan decidido a rescatar su dignidad pisoteada, su amor propio, sus ganas de seguir adelante y olvidarse de la enorme pasión que un día lo había unido al gran Capitán América.

 

-Demonios Tony… recuerda siempre que tú eres Ironman…- murmuró Loki para sí mismo, guardando la carta y esperando a su compañero de paseo, que en esos momentos se acercaba por la vereda de arena cernida de los jardines… Loki se quedó pensando en qué cosas podía responderle para confortarle un poco… incluso pensó que podía invitarlo a él y a Peter a la celebración que Odín estaba planeando para el dia del reconocimiento.

 

El día en que ciertamente, él aceptaría a su hija como parte de su casa y de la casa real de Asgard.

 

El día en que tendría que revelar la identidad de su verdadero padre… y ya era bastante complicado eso como para lidiar con los problemas mortales de su amigo.

 

-¿Cómo es posible que esta criatura sea tan bella?

 

Loki salió de su ensimismamiento al escuchar las palabras cálidas y amorosas del hombre que sostenía a su pequeña Annya entre sus brazos, alzó su magnífica mirada de esmeralda y sonrió… en ese momento, era el ser más feliz y pleno de los nueve mundos… y la serenidad de su rostro majestuoso así lo reflejaba.

 

-Mis dos hijos son lo mejor de mí… nada se compara a tenerlos, por ellos me convertiría en un hombre nuevo, por ellos simularía obtener virtudes que no tengo… por ellos entregaría mi alma a Hel...

 

-¡Por favor, Loki, no digas eso!

 

-No tengas miedo de las palabras Stephen… nada valen si no van acompañadas de acciones- rió el pelinegro, notando lo pálido que el Dr. Strange se había puesto al escucharlo- ¿Qué crees que yo haría para echar a perder mi actual felicidad? Nada… ¿Verdad? ¿O crees que yo haría algo estúpido?

 

Strange se estremeció nuevamente al ver el gesto malicioso de Loki, el brillo de su mirada y la sonrisa nada tierna con que acompañó sus palabras… Algo había cambiado en el atractivo Jötunn, algo en su naturaleza traviesa y embustera que regresó junto a su magia, junto a su poder… algo que le hizo recordar al Hechicero Supremo que inicialmente él y Loki eran enemigos, que su deber primario era proteger a la tierra de entes poderosos y no enamorarse de ellos…

 

Pero su corazón amaba a Loki… o estaba terriblemente encaprichado con sus ojos verdes, con su piel de leche, con sus cabellos de azabache… con aquella mente magistral y lúcida con quien, además de compartir un sexo extraordinario, también compartía gustos por la música, la literatura, los conocimientos de magia… sentía que eran almas gemelas destinadas a estar juntos…

 

Además… ¿Tenían o no una hija en común?

 

-Terminó el paseo…- dijo el hechicero, suspirando al tener a la vista de nuevo la puerta lateral del palacio de Bilskirnir y a Thor, esperando de brazos cruzados y gesto ansioso, la llegada de los dos paseantes y de los niños, ya que Raynor se adelantaba para correr y saltar al pecho amoroso de su progenitor- Me parecen muy cortas las horas que pasamos juntos… y no puedo imaginar que va a suceder cuando al fin te decidas a elegir a uno de los dos…

 

-Yo no voy a elegir… ya se los he dicho muchas veces: Ustedes van a elegir...

 

Loki solicitó a Strange que le entregara a la pequeña, Annya ni siquiera se incomodó al pasar de los brazos del castaño a los del pelinegro, y quedándose rezagado un poco, solo pudo ver la recepción que el rubio hijo de Odín le daba a los que consideraba su familia: Ya con Raynor en brazos, lo pasó a su fuerte diestra para extender su otra extremidad hasta el cuello de Loki y atraerlo hacia sus labios, depositando un casto beso en su mejilla… y de inmediato dirigió sus ojos azules hacia la niña, que al sentir la cercanía del grandote, abrió los ojos, mostrando el color jade que comenzaban a tomar y se inquietó tanto, que comenzó a llorar.

 

-Papá, asustaste a mi hermana- dijo Raynor, extendiendo sus manos para intentar calmar a la niña.

 

-¿De verdad? ¿Yo la asusté?

 

-Puede ser, con tu voz de trueno- rió Loki, dejando que Thor la tomara en los brazos también e intentara consolarla.

 

Tras bajar a su hijo y arrullar un poco a la hermosa Annya, todos se sorprendieron cuando el grandote logró hacer que dejara de llorar… y se quedó muy quieta, escuchando la canción guerrera que Thor tarareaba para ella… a falta en su repertorio de canciones de cuna, aquella oda a las batallas heroicas del Dios del Trueno parecieron tener un mejor efecto sedante en Annya.

 

-“Mi corazón va a estallar… no puedo más…”- pensó Loki, cuando sus ojos se encontraron con el gesto de felicidad del rubio al lograr hacer dormir a la niña. Le pareció un niño crecido, feliz con su logro, orgulloso y triunfal, llevando a la niña con tanta ternura, perdida en la inmensidad de los músculos de sus brazos y todavía con el ánimo suficiente para permitir que Raynor subiera a sus espaldas y correr con los dos pasillo adentro, hasta la terraza donde la merienda los esperaba…- “Mucho hemos vivido, hijo de Odín, como hermanos, como enemigos y como amantes… pero durante todos los milenios una cosa es constante entre los dos: tu amor por mí… lo reconozco, lo valoro… hemos jugado juntos, hemos peleado juntos y hemos tenido batallas de uno contra el otro, y siempre… en el fondo… sabíamos que nos amábamos… nunca dejé de amarte, nunca… a pesar que estabas en otra relación mi alma y mi vida seguían perteneciéndote… de alguna forma, y tú… que me aceptas como soy, como siempre he sido y como seré… no puedo más Thor Odinson, cada célula de mi cuerpo me está pidiendo que no vuelva a dejarte ir… ¡Te amo!”

 

Stephen captó de inmediato el gesto tan diferente de Loki al verlo a él y al ver a Thor. Quizá en ese instante tuvo la primera premonición de que lo estaba perdiendo… o que quizá Loki nunca fue suyo.

 

-¿Cómo te atreves a intentar leer mi mente?- dijo Loki de pronto, volviendo el rostro atrás, mirándolo con frialdad.

 

-¿Cómo aprendiste a protegerte de mi lectura? Nunca… nadie, jamás me había detectado antes….

 

-¡No soy un mortal, Stephen! No soy como cualquier hombre que antes trataras… soy un Dios, soy una deidad eterna, más antiguo que tú y más eterno que tú… No intentes buscar en mis pensamientos, debes saber que siempre estoy un paso delante de ti y de todos...

 

-Es que estoy cansado de tanto misterio.

 

-Bien, si eso es lo que realmente te preocupa… entonces terminaré el misterio para ti, esta misma noche, después de que acueste a mis niños, te espero para hablar.

 

-¿Me lo dirás todo?

 

-Absolutamente.

 

***

 

Strange lo vió apenas hizo su entrada al jardín… Loki aguardaba sentado en uno de los tantos bancos de granito, disfrutando de los primeros días de un otroño que se anunciaba ya con el viento fresco y algunas hojas cambiando a tonalidades rojizas y ocres. Le sonrió cuando se acercó, recibiendo en reciprocidad una sonrisa que rivalizaba con las luces del norte que alguna vez había contemplado junto a él, cuando compartían las noches de sexo y algunos sueños a futuro...

 

Se sentó a su lado, tomó su blanca mano con firmeza y besó la punta de sus dedos… entonces no percibió el estremecimiento de antes… de hecho… no percibió nada, solo el mismo rostro sereno y sonriente que ante sus ojos se mostraba, mientras bloqueaba cualquier pensamiento que Strange se atreviera a intentar leer nuevamente.

 

-Aquí estoy a tu disposición, mi querido colega hechicero- le dijo, haciendo gala de la sangre fría con la que sabía controlar sus emociones. Después de todo, había sido un afamado Neurocirujano… y en esa rama de la medicina, se aprendía a actuar cerebral y sin apasionamientos- Por tu tono de voz… por los acontecimientos recientes y futuros, me parece que de verdad tienes asuntos serios que hablar conmigo...

 

-Los tengo- respondió Loki, suspirando y alzando la mirada de esmeralda hasta la ventana cerrada de su alcoba. Sabía o al menos sospechaba, que Thor los estaba espiando tras las cortinas- He decidido como ya te lo dije antes, que no tiene ningún sentido seguir guardando para mí, algo que le interesa al menos, a una persona más... Se acerca el día del reconocimiento, y después quizá… el día en que mi hijo Raynor sea inscrito en el libro de la sucesión… son los dos acontecimientos que más ambiciono en la vida, Stephen… ya que para mí jamás pude obtener el trono, al menos mi hijo varón lo heredará y mi hija será nombrada Princesa de Asgard, por mi derecho, entrará a la Casa de Odín...

 

Strange escuchó sin interrumpir, lo meditó un poco y respondió con un acento no exento de un tono irónico y algo mordaz.

 

-¿Satisfaces tu ambición del pasado con el futuro de tu hijo? ¿Eso es todo lo que te importa? ¿Estás siendo serio, Dios de las Mentiras?

 

-¿Es tan difícil creerlo?

 

-Creo que realmente no tengo humor para esto… Loki, te he seguido hasta tu mundo con un solo objetivo: Hacerte mío. Lograr que te quedes a mi lado y que me permitas amarte, pero en serio, en serio te lo digo: haces las cosas muy difíciles...

 

-No llegaríamos muy lejos si me ves tantos inconvenientes… mi querido y lindo mortal… ¿Acaso no te lo dije muchas veces? ¿Repetidamente? Yo soy un trato que no conviene… soy riesgo… soy pecado y soy la vía más pronta a la perdición… pero ¿Sabes? También tengo sentimientos… y por eso decidí hablar contigo primero. Antes que con Thor… hablar contigo y contarte la verdad… de ti y solo de ti, Stephen Strange, dependerá lo que suceda después.

 

-Habla entonces… dejemos las retóricas, dejemos las contemplaciones… habla directo, sé brutal, se encantador… sé Loki, el que yo amo y por quien estoy dispuesto a entender la mejor forma de lidiar contigo, con tu carácter, con tu extraña forma de pensar que en ocasiones me despista totalmente...

 

-Has sido conmigo un buen hombre, Stephen… me devolviste la confianza en mí mismo, me tuviste paciencia y ¡Por todo lo eterno! Supiste llegar a mi corazón. Despertaste en mí una inmensa ternura, un agradecimiento que será eterno y un cariño muy especial… Eres importante para mí, jamás lo dudes…

 

-No te escucho decir que me amas...

 

-No… ciertamente… Mi amor pertenece a Thor. No hace falta insultar tus sentimientos explicándote por qué… simplemente lo amo y las cosas son así...

 

-Para ser sincero… esperaba esto hace tiempo… no me sorprende...

 

-En cuanto a Annya...

 

-¿Sí?- Stephen arqueó la ceja, dispuesto a escuchar por fin la confesión del pelinegro.

 

-Tú eres su padre… Annya es tu hija, de acuerdo a ese exámen de sangre al que me sometí... Mi sangre unida a tu sangre mortal… Annya Lokisdöttir y también acaso… ¿Strangedöttir?

 

***

 

Thor* fue sorprendida por un golpe fuerte que provenía de un lugar desconocido en el espacio… volaba de regreso a Midgard para unirse a una misión con los Vengadores, estaba tan ensimismada en sus pensamientos que no percibió el peligro hasta que algo impactó en su casco plateado y la hizo dar vueltas sin control por varios instantes. Se rehízo y empuñó su martillo, buscando a toda prisa a la extraña fuerza capaz de causarle aquella inestabilidad en su poderoso vuelo.

 

-¡Zorra! ¡Embustera! ¡Falsa!

 

-¿Quién, por todos los demonios de Hel se atreve a insultar a la Diosa del Trueno? ¡Muéstrate y atácame de frente! ¡Muéstrate ahora mismo!

 

-Maldita asesina...

 

-¿Qué me dices? ¿Qué me acusas? ¿Quién eres? Repíteme todo eso de frente y no seas cobarde...

 

Thor* aguardó entonces a su adversario y en respuesta, con la velocidad que sus alas angélicas le daban, Ángela Odinsdöttir apareció, furiosa, trastornada por la rabia y los deseos de venganza… odiaba a la dueña del martillo, su amargura desde la pérdida de su hijo y el abandono de su novia la tenían sumida en una depresión tan profunda, que afloraba como el peor de los sentimientos: Odio, rabia, desprecio hacia todo aquel o aquella que ella creía culpables de su infelicidad.

 

Las dos se miraron con altanería y desafío, el orgullo entre ambas era muy evidente… ninguna estaría dispuesta a averiguar la razón de la pelea, hasta que la batalla terminara… y si es que alguna sobrevivía, entonces quizá se dignarían a solicitarse explicaciones mutuas.

 

-Defiéndete…

 

-No encuentro una sola razón para que luchemos… pero no voy a cederte un solo instante de tregua, Angela. Hija de Odín…

 

Angela inició, lanzándose con su espada de fuego en alto, lanzando un grito guerrero de valor y coraje, si no derrotaba a la poderosa Thor*, entregaría su alma a las Valkirias luchando hasta la última gota de su sangre… pero al menos el dolor que sentía, se desvanecería en el fragor del confrontamiento.

 

Thor* lo supo entonces… la hermana de Odinson llevaba intenciones suicidas al buscarla, insultarla y provocarla para la pelea… sus instintos siempre se desbocaban, su furia guerrera era difícil de controlar… pero desde que había descubierto que Mjölnir en ocasiones tomaba sus propias decisiones, también la rubia de la máscara podía, con algo de esfuerzo, razonar las cosas.

 

-Angela… no seas imbécil… ¿Para qué quieres pelear conmigo?- exclamó Thor* convencida de que si preguntaba, el martillo le haría más caso, ya que sintió su resistencia a dañar a la hija de Odín.

 

-Por tu maldita culpa mi hijo murió- murmuró la otra, rabiosa

 

-Pero yo no lo maté- ¡Tú sabes que yo no lo maté!

 

-Tus malditas ideas, tus malditas obsesiones me hicieron actuar con mala fé…- chilló Angela, atacando una y otra vez con su espada, mismas que Thor* se limitó a frenar con Mjölnir.

 

-¡Estás loca!- terminó entonces la rubia, comenzando a contraatacar.

 

***

 

-¡Loki! ¿Qué te sucede? ¿Por qué lloras?

 

-¡No tengo nada! Vete… ¡Vete! Ya me tranquilizaré...

 

-¿Ese mortal tuvo algo que ver con tu llanto? ¡Dímelo! No me voy a mover hasta que me lo digas todo… si se atrevió a decirte algo insultante, algo atrevido… ¡Cualquier cosa para hacerte llorar, entonces iré a matarlo!

 

-¡No me dijo nada de eso, Thor!- replicó Loki, haciendo a un lado los brazos del rubio, que intentaban consolarlo para ir directo a sus habitaciones, molesto por haber sido descubierto mientras sollozaba abiertamente.

 

Pero el mayor no estaba dispuesto a quedarse con la duda… fue tras él, caminando a toda prisa hasta alcanzarlo y seguirlo apenas medio metro atrás. Ya sin decirle nada, pero asegurándole con su actitud que no se daría por vencido. Loki entró a la alcoba que los dos compartían y Thor se metió antes que el otro cerrara las puertas de pesada madera labrada.

 

-Dime ahora qué sucedió...

 

-¡Demonios, Thor! ¿Por qué me cuestionas? ¿Acaso no puedo tener un momento privado? ¿Un rato de mal humor? ¡No pasó nada! Stephen incluso se ha marchado de Asgard, solicité a Heimdall que abriera el portal, y solicité a uno de los Einherjar que lo escoltara hasta Midgard ¿Contento? Él no tiene nada que ver con lo que me sucede...

 

-Bueno- murmuró el rubio, con toda tranquilidad, mientras se servía un vaso de vino y se sentaba con desparpajo en su sillón favorito- Termina de llorar, termina de hacer rabieta y luego me cuentas...

 

Loki ahogó un grito de coraje, derribó el florero con rosas rojas que siempre estaba en su mesita de noche, se sentó sobre su cama, se dejó caer de espaldas… luego de mirar al techo por breves instantes, volvió a sollozar y se cubrió el rostro con ambas manos… su pecho subía y bajaba con una respiración inquieta, desigual… reflejando sin duda el caos de sus pensamientos en esos instantes.

 

Thor reprimía sus deseos homicidas… maldito mortal… ¿Qué le había hecho? ¿Qué le había dicho para ponerlo así? Con toda certeza hasta ese momento su paciencia había sido mucha, su tolerancia por la presencia del hechicero y su cercanía con Loki… jamás volvería a convidarlo, las puertas de su casa se cerraban para siempre a la persona de Stephen Strange… y si Loki no le decía pronto que pasaba, entonces él mismo volaría a Midgard para forzarlo a hablar...

 

-¿Puedes creerlo, Thor? ¿Puedes creer que el mortal ha despreciado a su hija?- comenzó a decir Loki, queriendo desahogar su rabia y sin pensar en las palabras que estaba dejando caer de tajo sobre el corazón amante del hijo de Odín- ¡No me creyó! Me dijo mentiroso… me acusó de querer manipularlo diciéndole que Annya es su hija y despreciando su amor al mismo tiempo… ¿Pero cómo se atrevió a pensar que yo pudiera estar bromeando o mintiendo con algo tan sagrado como mi niña?

 

Loki habló seguro que encontraría en su compañero la comprensión necesaria, no se dio cuenta que la noticia de la paternidad de Annya no estaba desvelada para el mayor…

 

-No bromearías con eso…- dijo, con acento lastimero.

 

-¡Exacto!- exclamó el pelinegro, incorporándose de golpe para mirar a Thor- ¡Ese arrogante mortal ni siquiera quiso mirar las pruebas! Dijo que yo las podía alterar con mi magia… ¡No ha sentido amor verdadero por Annya nunca! ¡Solo fingía para complacerme! Y no quiso escu...

 

Loki guardó silencio al mirar el rostro desencajado de Thor… sin quererlo, había revelado también al rubio la paternidad de su hija y no midió sus consecuencias… quejándose amargamente de que Strange había decidido no creerle y no asumir que él era el padre biológico, retirándose de Asgard sin esperar el día del reconocimiento… acusándolo de mentiroso y manipulador… Ni siquiera parecía el mismo mortal enamorado y noble de antes…

 

Pero Thor… ¡Cielos eternos de Asgard! Loki no había pensado en Thor, ni en su corazón… ni en sus sentimientos… la noticia había quebrado su resistencia, se sintió decepcionado, infinitamente triste...

 

-Strange seguramente lo pensará mejor- declaró entonces, con los zafiros de sus ojos annegados en lágrimas- Un regalo de vida y de amor tan grande, tan maravilloso… proviniendo de ti… no se otorga a diario… Dale un par de días y seguro recapacitará… y volverá a tus brazos y a los de su hija pidiéndote perdón...

 

-Thor… escucha… lo lamento… no era así como yo quería enterarte...

 

-Estás en todo tu derecho de actuar como consideres mejor- sonrió el otro, amargamente- Ya es tarde... Para que estés más tranquilo… voy a dormir en la otra habitación…

 

La voz no acudió a su garganta, sabía lo que quería decirle, pero sus palabras se quedaron congeladas en su boca… vió el dolor, vió la decepción en los ojos azules de Thor… y no… no había querido hacerle daño, pero acababa de romper su corazón...

 

Cuando la puerta se cerró, Loki pudo al fin darse cuenta de que había cometido el más grande de los errores, pensó que podía combinar a sus dos amores, el que sentía por Stephen como padre de su hija, un amor que había sido insensato y carnal, pero que finalmente podía cambiar por algo raro, por una combinación de afecto fraternal y complicidad, porque tenían una hermosa hija y era sin duda, una criatura mágica, que con la herencia de ambos estaba destinada a ser un ser superior, ya fuera que su destino estuviera en Asgard, en Jötunheim o en Midgard… Y el amor inmenso y eterno que en su corazón, en su alma, en cada célula de su cuerpo sentía por su amado Thor… por su hermano, su amante, su cómplice… su compañero de vida…

 

Ahora, gracias a una rabieta de párvulo… quizá lo había perdido nuevamente… y esta vez, era enteramente su culpa.

 

-¡Thor, no me dejes! ¡Te amo!- gritó… y su grito casi sin lugar a dudas había sido escuchado por el mayor. Pero tras esperar unos segundos… la puerta no se volvió a abrir…- Te amo… -repitió el ojiverde apenas en un susurro… y el llanto de su hija, inquieta sin duda por sus gritos, lo hizo reaccionar.

 

-¿Padre Thor y tú han vuelto a pelear?- lo cuestionó con inmensa tristeza y gesto acongojado su hijo.

 

-¡Raynor!- dijo Loki, sosprendido por ver a los dos niños a su lado.

 

La puerta que comunicaba con sus alcobas, por un error garrafal de las nanas, estaba abierta y su hijo había escuchado no solo sus palabras, sino que había visto la reacción de su otro padre ante la decepcionante noticia... Y llevando a su pequeña hermana en brazos, estaban ahí, parados frente a Loki…

 

***

 

Thor era mucho más que un corazón convulsionado por los celos y la tristeza y así lo tenía que demostrar… apenas se recostó sobre la cama de su alcoba privada, un mensajero lo solicitó con urgencia en el Observatorio de Heimdall, por orden de su padre, tenía que acudir para estar atento al personaje que se aproximaba a Asgard y que no era bienvenido en la ciudad dorada.

 

-¿Quién es el viajero?- preguntó Thor, mientras se vestía a toda prisa.

 

-La Falsa Thor*. Alteza…

 

Y solo fue cuestión de minutos, para que, a las puertas enormes de Asgard, una comitiva de Einherjar, encabezada por el primogénito de Odín, esperara la figura que volaba hacia ellos a toda velocidad… el rubio no comprendía que cosa era lo que ahora se proponía… tenía tanto tiempo sin saber de ella, sin noticias ciertas de su paradero o de lo que estaba pensando hacer, que su visita realmente lo sorprendía.

 

Loki, en su alcoba… abrazado de sus hijos, se enteró también de aquella visita y su corazón tembló… ¿Significaba algo en los telares de las Nornas del destino que apareciera justo cuando Strange se había marchado y su gran e imprudente boca había revelado la verdad de forma brutal a aquel que tanto amaba? Con un simple ademán pudo aparecer a un lado del rubio y pelear por él… enfrentarse al fin con sus poderes a aquella detestable mujer que una vez, con malas artes, se lo había robado de su lado. Demostrarle a Thor que, pese a la ligereza de su lengua, lo amaba y estaba dispuesto a luchar por su amor.

 

Pero sabía que no debía hacerlo… y prefirió aguardar…

 

-¿Pasa algo malo, papá Loki?

 

-Nada malo está sucediendo… siempre en Asgard debemos estar alertas por las visitas de los otros mundos y tu padre Thor está ahí, no sucederá nada que él no pueda controlar.

 

-Y entonces regresará para que te disculpes… tú lo has dicho…

 

-Si, querido… también yo me equivoco, lastimé a tu padre sin quererlo y es muy necesario que sea ahora el que le pida perdón…

 

-¿Y él te perdonará?

 

-Espero que sí...

 

Las puertas gigantescas, brillantes y poderosas, permanecían cerradas… nadie penetraría el escudo de protección de la ciudad, su único acceso era el Bifröst y resguardándo, el antiguo Dios del Trueno, de pié, con los brazos cruzados, esperaba con tranquilidad aparente.

 

Poco a poco pudo distinguir que Thor* no volaba sola, llevaba entre los brazos algo que después se distinguió como una figura inerte, herida o quizá muerta… “¡Ángela!”- Exclamó el Padre de Todo desde el salón del trono, haciendo retumbar su voz en la inmensidad del palacio de Valhalla- “¡Ángela, mi hija!”

 

Odinson también la reconoció, y alarmado envió de inmediato un drakkar volador para interceptarla, mientras él mismo montaba a su cabra “Rechinante” y llegaba hasta la diosa… junto a ella constató que, efectivamente, era su hermana, severamente herida, pero viva, quien era llevada de regreso a su hogar por la rubia del casco plateado… ella, la dueña de Mjölnir, que también lucía las huellas de una lucha terrible, pero con más fuerza para auxiliar a la asgardiana.

 

-Thor… -murmuró Angela, al sentirse tomada entre los brazos por su hermano- La sombra… la sombra mató a mi pequeño bebé...

 

-Calma, hermana… permite ser llevada al cuarto de sanación… guarda tus fuerzas…- replicó Thor, recordando al infame ser oscuro y desconocido que atentó primero contra su hijo y después, intentó apoderarse de la hija de Loki- Cuando seas atendida iré a tu lado y haré lo que me mandes para vengar la muerte de tu hijo...

 

Angela fue depositada en el Drakkar, que voló a toda velocidad hasta el palacio de Valhalla… luego, Thor sintió el impulso de pedirle a la rubia que también ella fuera atendida, pues lucía golpes que sin duda eran dolorosos… ella también requería atención… pero la invitación no nació de su corazón y no salió de su boca, ni una palabra de interés o compasión hacia ella.

 

-Sin duda ustedes han librado una gran batalla- le dijo, halagando su ego de guerrera.

 

-La peor de todas- respondió Thor*, limpiando un poco de sangre seca de la comisura de sus labios- Y también la más honesta...

 

-Honra la noble arma que ahora llevas en el cinto- replicó el otro, haciendo un ademán de despedida.

 

-¡Odinson!- exclamó ella entonces, deteniéndolo- ¿Así nada más te marchas? ¿Ya nada queda de lo nuestro, tú mi fiel amante? ¿Aquel que empeñó su juramento de matrimonio hacia Jane Foster?

 

-Me considero libre de ese juramento cuando lo hice bajo los efectos de conjuros y pociones…

 

-Entonces yo… la Poderosa Thor*… te suplico… hablemos…

 

-¿Crees que tenemos todavía algo que hablar?

 

-Después que Ángela te cuente de esta batalla… sí…

 

-Pues iré a hablar con ella y después… veremos.

 

-Viajo ahora a Midgard, voy ya con varios días de atraso… gracias a tu hermana y a esta… batalla… pero estoy segura que me concederás una última charla… te espero en Midgard, en nuestro hogar… en casa…

 

Entonces, Thor* revoleó el martillo y se alejó volando a toda prisa… sin poder contener un par de lágrimas. También su corazón albergaba la esperanza de que el rubio se preocupara por sus heridas y le ofreciera ayuda… pero no fue así y tuvo que seguir su viaje… sola y doblemente dolorida… del cuerpo y del alma…

 

***

 

El amanecer estaba pleno, las luces doradas del alba rompían entre las nubes de la lluvia fresca que había caído durante la última parte de la noche. ¿Acaso eran las lágrimas de Thor convertidas en nubes otoñales? ¿Acaso era alguna la que nublaba su valiente corazón? Loki esperaba de pié, ansioso, pegado al balcón de su alcoba cualquier noticia de su amado…

 

Ya sabía que era ELLA la que se acercaba a Asgard, ya estaba enterado que Angela la acompañaba y que ambas tenían heridas de guerra… sabía también que Thor regresó a Valhalla para estar pediente de la revisión y atención de su hermana… y sabía que algo habían hablado los anteriores amantes. Ella y él… Thor* y Odinson… antes de separarse...

 

¿Qué se habían dicho? ¿Concertaron una cita? ¿Fueron sus palabras cariñosas o ásperas? Thor debió ignorarla, no escucharla… pero… ¿Y si estaba destinado que escuchara? Los celos le roían el alma y se recriminaba una y otra vez su lengua como daga que había cortado en dos la confianza del rubio… porque… si hubiese sido al revés, si hubiese nacido una hija entre su amado y la mujer del martillo, Loki le habría perdido toda la confianza… entonces ¿Qué esperanzas podía tener? ¿Qué le aguardaba si regresaba? ¿Le pediría que se fuera tras Stephen y le rogara que lo aceptara junto a su hija? ¿Retendría a Raynor ahora con razón, ya que el niño le pertenecía por las leyes de Asgard y las de Midgard le darían la razón si le acusaba de ser infiel?

 

Loki se clavaba las uñas en la piel, lleno de nerviosismo… miró con indolencia la taza de té, fría y llena, que no pudo ni siquiera probar… estaba también cansado de llorar… ¿Cuánto tendría que pagar por su error?

 

No hubo trueno que lo acompañara, pero escuchó claramente cuando el carruaje de cabras llegó a la puerta de servicio. Corrió a asomarse por una de las ventanas y vió a Thor entregar a sus animales a los servidores, para que las llevaran a descansar… le fue ofrecido vino y alimento, pero el rubio declinó… su voz grave y varonil solicitó un baño caliente y que le prepararan la cama, luego agregó que se sentía algo cansado y que no tenía deseos de ser molestado.

 

Su alcoba privada tenía varios accesos, además del que comunicaba a la alcoba principal, la que ellos dos compartían. También tenía una puerta que daba al pasillo y una tercera que daba al jardín particular… Loki pensó que esa era la que usaría, pues era la menos usada y la de más rápido acceso desde el jardín. Corrió lo más aprisa que pudo a sus habitaciones, cambió de prisa la ropa que traía por una pijama de seda verde, cepilló sus cabellos de azabache y se puso un poco de loción… comprobó en el espejo varias veces que sus ojos no lucían tan hinchados o irritados como él creía y se encaminó por el pasadizo que unía ambas alcobas.

 

-Espero que no estés ya roncando…- murmuró, mientras acomodaba por última vez la bata de casa, repasaba con la mano sus cabellos y ensayaba una sonrisa esperanzadora- Así me tenga que echar a tus pies… haré que me perdones…

 

Lanzó una maldición cuando comprobó que la puerta estaba cerrada… tenía la llave echada y eso era claro indicador que Thor no deseaba verlo. Giró varias veces la manija, con gesto desesperado… su cara volvió a reflejar su angustia… ¡No podía perderlo! ¡No ahora!

 

-¿Esa ha de ser mi vida? ¿Es acaso que estoy maldito por la eternidad? Siempre que creo estar a punto de alcanzar la dicha, de ser feliz… algo sucede… un mínimo error y todo se rompe, todo se vuelve oscuridad… ¿Es que mis pecados jamás serán perdonados?- susurró Loki, subiendo poco a poco el tono de su voz, mientras se deslizaba lentamente de espaldas a la puerta de la alcoba del rubio hasta sentarse en el suelo. Ahí cruzó sus brazos, abrazando sus piernas, haciéndose ovillo como si de esa forma aminorara su dolor- Yo te amo, Thor… nunca he dejado de amarte… y yo no planeé embarazarme, ni reniego del nacimiento de mi hija… aunque mucho pedí a lo eterno que fueras tú el padre, mi desliz me ha costado nuevamente la felicidad… porque aun cuando el padre de Annya no la hubiese despreciado… yo no lo amo… ¡Fue demasiado pedir que me aceptaras así, con la hija de otro! ¡Ni siquiera el corazón más noble soporta un engaño de esta naturaleza! No debes tener dos puertas abiertas jamás… porque el viento más quedo las puede cerrar ambas de golpe… y eso me ha sucedido… ¡Estoy solo de nuevo! ¡Solo como siempre! Y sin poder confesarte lo mucho que te amo… aunque pienso que siempre lo has sabido… ¿Qué hago ahora, Thor? ¿Qué hago con mis hijos y sin ti? Tú que eres mi luz, mi faro… mi guía en la tremenda oscuridad de mi vida, que parece ensañarse y regresar una y otra vez…

 

-¿En tan poca valía tienes mi amor que piensas que un viento quedo lo puede desvanecer?

 

Loki alzó la mirada con ansiedad… no se había dado cuenta del momento en que Thor entreabrió la puerta, para encontrarlo ahí, en el suelo, hecho un mar de lágrimas… muerto de celos… y lo estaba escuchando y lo estaba mirando con esa calidez que solo él sabía proyectarle, con ese brillo en los zafiros de sus ojos que tanto adoraba y con su presencia recia, varonil… dispuesto como siempre a ampararlo… a perdonarlo… a cumplir su palabra de ser su compañero y su apoyo por toda la eternidad...

 

-¡Thor!- exclamó Loki, mientras el mayor lo levantaba sin esfuerzo para recibirlo entre los brazos- ¡Cariño, perdóname! ¡Perdóname! Fui un tonto al hablar así… no pensé que mis palabras te herían… ¡No lo pensé! Estaba molesto, estaba decepcionado… me cegué sin recordar que tu amor y tu nobleza están antes que cualquier otro sentimiento hacia cualquiera… que tu estás siempre por encima de todo y de todos, que tu amor es lo más importante para mí…

 

Loki todavía sollozaba, pero al sentir la calidez y el aroma varonil del mayor, poco a poco comenzó a recobrar la calma, perdido en el abrazo y el amparo del fuerte pecho de Thor, quien acariciaba tiernamente su negro cabello y depositaba besos en la testa que estaba aromada a sándalo… detalle que no le pasó desapercibido y que lo llenó de ternura.

 

-Lo lamento yo también… cuando te escuché hablar de ese mortal con tanta vehemencia y decir que la niña es su hija… mi mundo se derrumbó, mis ilusiones estallaron… Loki… yo creí que te había perdido, que mis errores habían apagado tu amor y que estaba llegando el momento de renunciar a ti...

 

-¿Quieres decir… que hubieses renunciado a mí si yo amara a Stephen?

 

-Si arrancarme los ojos te hace feliz… me los arrancaría de sus cuencas y los pondría a tus pies...

 

-¡Oh, cielos eternos! Cariño mío… si estar contigo es todo lo que anhelo... Nuestro hijo y mi hija, deben crecer con tu mano fuerte guiándolos… si tú me lo permites...

 

-Y si tú me lo permites a mí… yo digo nuestros hijos, ambos… quiero gritar a los nueve mundos que Annya es mi hija también… que es bienvenida no solo en mi casa, sino en mi corazón… sé que no le negaremos su origen, que quizá en el futuro su padre desee asumir su deber y verla y amarla… pero quiero que me des la oportunidad de intentar que me vea también como un padre hasta que el verdadero llegue...

 

-Si… no te lo permito, te lo pido, te lo suplico… cariño, te amo… ¡te amo!

 

Y Loki ofreció sus labios rojos y frescos entreabiertos para que el rubio los tomara sin pensárselo dos veces… ese era el beso que ambos estaban esperando desde la primera vez que hablaron de reconciliación. Todo el trabajo que hacían por volverse a entender como pareja, por dejar atrás malos momentos, por rehacer sus ilusiones y sus metas se reducía al sentimiento que desencadenaba un beso lleno de amor y de promesas futuras… los dos juntos, más unidos que nunca, más libres de amarse, de pertenecerse, de ser uno solo, una sola carne, un solo corazón...

 

-¿Cuánto tiempo falta para que estés en condiciones de hacer el amor?- rogó Thor, pasando un suave roce de sus labios a lo largo del cuello blanco y estilizado del pelinegro, que se estremecía con el aliento cálido que lo recorría, ávido y dulce a la vez.

 

-Hasta en Midgard saben que eso de la cuarentena es una costumbre sin fundamentos- respondió Loki, revolviendo la rubia melena que ya comenzaba a crecer, aunque Thor mantenía el corte raso en la parte posterior- Y no quiero otra cosa en este instante que pertenecerte… hazme el amor, Thor… hazme el amor y convénceme que no estoy soñando…

 

-Hueles todo tú a pecado, mi amado compañero…- asintió el otro, cargándolo en vilo para regresar hasta su alcoba y olvidarse del mundo, perdiéndose en su cama.

Notas finales:

Luego de una semana un poco pesada en el trabajo, me alegro mucho de este capítulo, porque me ha gustado bastante.

Tendremos ya casi los desenlaces, entre Tony, Steve y Bucky... espero que su decisión final sea la mejor... al menos  así me lo pareció a mí...

Entre Thor y Stephen todavía queda algo por afinar

Igual entre Thor* y Thor Odinson.

Y Loki... bueno... no sé si esta vez va a ser feliz o todavía le espera una que otra cosilla (creo que sí) al menos ya sabemos que jamás dejó de amar a Thor.

Gracias como siempre por sus reviews, las amo, las amo con el corazón... este fic es para ustedes, gracias!!!

Feliz lectura!


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