Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un profesor travieso y un chico 1/2 por LuceDiHaru

[Reviews - 17]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Aquí está el nuevo capítulo!


¡Que lo disfrutéis! 

A LA MAÑANA SIGUIENTE:

Me encuentro en mi aula sentado en mi asiento, estoy solo en el lugar. No me extraña, son solo las siete de la mañana y las clases no empiecen hasta las nueve. Pero no podía quedarme un instante más en la cama, hiciera lo que hiciera no podía conciliar el sueño. Me pase toda la noche en vela pensando en ese beso con Karma-sensei. Sólo fue un roce de labios, nada del otro mundo. Pero no sé porque, se me hace un inmenso nudo en el estómago cada vez que pienso en ello. Luego, el nerviosismo me invade y mi rostro se enciende como un árbol de navidad.

Vine a la clase temprano, pensando en estudiar por las lecciones de hoy y así poder ocupar mis pensamientos en otra cosa, en este caso el estudio. Pero es un fracaso total... Un suspiro seguido de diversos más, escapan de mis labios.
No puedo entender estos sentimientos que empiezan a crecer dentro de mí por Karma-sensei. Se parecen un poco a lo que sentía por Irina, pero a la vez son totalmente distintos.

- ¿Podría ser... que me gusta Karma-sensei? – me pregunto mentalmente a la vez que realizo la incógnita en voz alta sin darme cuenta.

- Esto no es posible... – hablo conmigo mismo.

¡Es imposible que me guste un hombre! Después de todo, siempre me he sentido atraído por las chicas, hasta llegue a enamorarme de una. Nunca antes me había atraído un hombre. Ciertamente me había fijado en ellos, pero solo por pura envidia de su masculinidad de la cual carezco. Aun así, cuando más lo pienso, más dolor de cabeza tengo. Ya que estos sentimientos que crecen dentro de mí por Akabane Karma, no puedo describirlos con otras palabras que no sean "atracción" e incluso... "amor". La verdad, me cuesta aceptar estas dos palabras. No es que esté en contra de la bisexualidad – lo cual empiezo a pensar que soy – o la homosexualidad, pero tengo la sensación de que si acepto este nueva etapa en mi vida, perderé toda la masculinidad que me queda. Si es que tengo algo... porque de aspecto, ya he asimilado que de chico no tengo nada a parte de mis partes nobles.
Y bueno, si acepto estos sentimientos, nadie me garantiza que Karma-sensei sienta o llegue a sentir lo mismo por mí. Además, él piensa que soy una chica... También soy menor de edad y es mi profesor, por lo tanto, no puedo decirle lo que siento ya que podría ponerlo en un aprieto. 

De repente, me asombro por mi propia evolución de pensamientos. Ya que escasos minutos atrás, aún no estaba preparado por aceptar estos nuevos sentimientos que crecen dentro de mí, pero todo y eso, mi línea de razonamiento ya se encuentran en el nivel de si confesarme o no. ¿Eso no quiere decir que ya he aceptado mi atracción y amor por él?
La verdad, me asusta mi rapidez a la hora de adaptarme a los cambios, tanto internos como externos. Después de todo, solo hace unos días que lo conozco.

Sin darme cuenta, las dos horas pasan volando y el aula se llena de mis compañeros. Mis nuevos amigos, a medida que llegan se acercan a donde me encuentro. Poco a poco nos juntamos todos; Sugino Tomohito, Kanzaki Yukiko, Chiba Ryūnosuke, Nakamura Rio, Maehara Hiroto y Isogai Yuma. 
Empezamos una amena conversación, eso me ayuda a olvidar un poco todo lo relacionado con Karma-sensei y mi descubrimiento sobre mi sexualidad. 
Poco después, somos interrumpidos por la llegada del profesor de historia, Takaoka Akira. 

Al igual que el primer día, me sigue dando una mala sensación, así que en su clase intento mantener un perfil bajo para no llamar mucho su atención. Pero no funciona muy bien, ya que de tanto en tanto, veo como su mirada se detiene sobre mí con una sonrisa extraña, la cual, no sabría describir. No me gusta, pero tampoco le doy demasiada importancia.

La clase de historia pasa volando, para luego dar paso a la de ciencias. Para esta clase, nos tenemos que desplazar hacia el aula de laboratorio. Allí, cada uno se sienta al sitio de su elección. Yo me coloco en medio de Sugino y Nakamura. Delante de mí se encuentra Maehara, a su lado derecha Isogai. Detrás tengo a Kanzaki y a su lado izquierda a Chiba.
Ahora que lo pienso, es la primea vez des de que he llegado que tengo esta materia. Me pregunto quién es el profesor. Por suerte o desgracia, mi curiosidad es saciada de inmediato, ya que la puerta del aula se abre para dar paso - al que supongo que es- nuestro profesor de ciencias. Grande abro los ojos al ver entrar a Akabane Karma. Inmediatamente mi pulso sube a un ritmo frenético y la sangre de gran parte de mi cuerpo va a parar a mis mejillas. Igual que un tsunami, los recuerdos del beso me arrasan sin piedad.

- ¿Te encuentras bien, Nagisa? – me pregunta preocupado Sugino mientras se inclina un poco hacía mí. 

- ¿Eh? ¿Por qué lo dices? – no entiendo su preocupación.

- Bueno... tu rostro está muy rojo. Parece como si en cualquier momento te tuviera que dar algo. – me dice entre susurros.

Me aclaro un poco la garganta y con una sonrisa fingida le digo: "Estoy bien, gracias por preocuparte". Veo que él no está muy convencido por mi respuesta, me quiere decir algo, pero la voz de Karma-sensei lo interrumpe.

- Bien chicos, silencio. Si no lo hacéis, utilizare mis nuevos castigos para que lo hagáis por la fuerza. – toda la clase se sumerge en un profundo silencio. – Che, que aburridos. Pensé que podría probar mis nuevas técnicas en ustedes para ver si funcionan o no, pero si sois tan obedientes ya no tengo ninguna excusa para utilizarlas. - Dice con una mueca de aburrimiento y con un tono de decepción.

- Tsk, como si te dejáramos la oportunidad de utilizar tus bromas contra nosotros otra vez. – oigo como susurran algunos.

- Es un diablo, sin duda alguna. – oigo murmurar a otros.

- ¿De verdad es un adulto? Mira que querer jugar así con nosotros. – dice otro.

Aunque se oyen palabras negativas dirigidas hacia Karma-sensei, no veo a nadie realmente odiarle. Todo lo contrario, puedo percatarme que a todos les cae bien. Pero no entiendo porque le dicen entre susurros "demonio" y "diablo".

- Heee... me parece oír algunas cosas salir de sus bocas. Puede que al final tenga la oportunidad de utilizar mis nuevos castigos. – dice Karma-sensei con una sonrisa de niño travieso.

Todos inmediatamente vuelven a callar, parece como si cada uno de ellos tuvieran los labios pegados con cola. Todos se ven... ¿asustados?, ¿Se puede saber qué clase de castigos son porque reaccionen de esta forma? 
Inmediatamente, veo a Isogai levantar su mano pidiendo permiso para hablar. Karma-sensei, al verlo, le da permiso.

- S-sensei, creo que sería mejor empezar con la clase. – dice con una sonrisa gentil, pero igual de nervioso que los demás.

Ahora si estoy curioso por esos "castigos", hasta el delegado de la clase parece preocupado. El profesor, se queda unos segundos en silencio mientras mira fijamente la clase entera. Puedo percatarme de la tensión en el ambiente. Todos están expectantes, esperando con ansias su respuesta. Puedo oír débilmente unos susurros provenir de Maehara "Por favor que se olvide de los castigos... que se olvide de los castigos... por favor, por favor..."

- Está bien. – al oírlo decir esto, un suspiro de alivio sale de los labios de todos. – Ya tendré la oportunidad de castigaros en el futuro, hahaha... – De repente, mis compañeros se hunden en depresión al oír la respuesta de Karma-sensei. Yo no puedo evitar sonreír forzosamente al verlos. Me dan un poco de pena.

Gracias a toda esta extraña situación, mis nervios se van y puedo seguir la clase con buen ritmo. Al ver a Karma-sensei impartir su materia con tanta habilidad me deja un poco sorprendido. Él, es muy joven, pero puedo ver que es muy competente. Su forma de explicar es muy clara y precisa, no hace falta que le preguntemos ninguna duda. Al verlo así, me doy cuenta que es todo un adulto. Este hecho, de cierta forma me deprime un poco. Yo, a su lado solo soy un niño que no sabe aún que hacer con su vida. Para ser exactos, no sé ni cómo liberarme de las ataduras de mi madre. Ella ya tiene toda mi vida planeada y yo no sé cómo negarme a sus planes. 
Mientras estoy perdido en mis pensamientos, mis ojos están fijos en la hoja en blanco sobre mi pupitre. De repente, mis divagaciones son interrumpidas por una masculina voz.

- Shiota, sal a resolver estas preguntas. – me quedo un momento en blanco, pero de inmediato recobro mis cinco sentidos y me levanto.

Mientras me dirijo hacia al pizarrón, Karma-senei me mira fijamente. Eso me pone los pelos de punta y mis manos empiezan a sudar por culpa de los nervios, los cuales me invaden como un virus. Exteriormente intento aparentar serenidad y por suerte, parece funcionar. Intento resolver las preguntas lo más rápido que puedo, su mirada me da la sensación de estar desnudo delante de él. Lo sé, una tontería, pero así me hace sentir sus orbes color cobre. Al terminar, me dispongo a ir otra vez a mi asiento. Al girarme me asusto, ya que Karma-sensei se encuentra delante de mi más cerca de lo que creía, está a medio paso de distancia. Demasiada cercanía para mi pobre corazón, el cual late como un caballo desbocado. Levanto un poco mi cara para verlo a los ojos, pero mi mirada se detiene instintivamente a sus labios. Otra vez rememoro el beso. De cierta forma al verlos me dan ganas de volver a conectar los míos con los de él. 
¿Me pregunto qué se sentiría si fuera algo más que un simple roce? ¿Volvería a sentir ese hormigueo en mi estómago? ¿Me gustaría aún más de lo que ya me gusto?

"..." Mi cerebro se queda unos segundos en blanco por culpa de mis pensamientos. Al percatarme de la dirección en que empieza a dirigirse mi mente, aparto de inmediato mi mirada de él. Me siento tan avergonzado... ¿Cómo puedo estar pensando en quererlo besar cuando estoy en medio de una clase?

- Ten. – me susurra Karma-sensei, aún más cerca que antes, mientras me da un pequeño papel. Me lo da de tal forma que nadie lo nota.

Yo lo cojo de inmediato. Veo como pone el dedo índice encima de sus labios en señal de silencio. Yo hago una afirmación con la cabeza y vuelvo a mi pupitre. Nadie más se ha dado cuenta de nuestra pequeña transacción. Una vez sentado, leo con cuidado lo que pone en el pedacito de papel.

"Al finalizar las clases nos vemos en el lago, tenemos que hablar."

Después de leerlo, guardo el papel en mi estuche. Lo que queda de clase me lo paso pensando en dichas palabras. ¿Me pregunto de qué quera hablar? ¿Sera sobre el b-beso?

Y así me paso las demás clases – aparte de esta – pensando en la futura conversación. 
Las materias y los recreos pasan rápidamente. Finalmente el horario escolar ha terminado. Como los otros días, me despido de los míos y mis pies se dirigen hacia al lago. 
Al llegar allí, no hay nadie más que yo.

- Mm... supongo que aún tiene trabajo.

Me siento debajo del mismo árbol que ayer y aprovecho que Karma-sensei aún no ha llegado para tranquilizarme un poco.

*¡Pum!* De repente, una sombra cae des de una de las ramas del árbol. No puedo evitar gritar por la sorpresa.

- ¡¿K-Karma-sensei?! – digo asombrado.

- ¡Oh! Shiota, ya estás aquí. – me dice él muy tranquilo. Veo que entre sus brazos hay un gato negro. Se me hace conocido...

- ¿Por qué cae de un árbol? – pregunto.

- Oh, eso. Este pequeñín subió el árbol, pero después no ha sabido como bajar y le he dado una pequeña ayudita. – me responde, entretanto acaricia el pelaje oscuro del felino.

- Y-ya veo. Me ha asustado cuando ha aparecido de golpe. – no puedo evitar sentirme enternecido al verlo acariciar tan gentilmente el minino.

- Lo siento por eso. – responde acompañado de alguno que otra risilla.

Pone una de sus rodillas encima de la mullida hierba y deja ir al gato. Una vez libre, el felino fricciona su pequeño cuerpo contra las piernas del profesor, maúlla como agradecimiento y se va. 
Nos quedamos solos. Él se acerca para sentarse a mi lado. No me dice nada y yo hago lo mismo. Después de unos largos cinco minutos, ya no puedo aguantar más el silencio.

- Sensei, ¿De qué quería hablar? – le pregunto nervioso.

- Ah, sí. ¿Qué clubs te interesan? Depende de los que hayas escogido, podemos ir hoy a verlos.

Al oírlo, un inmensa decepción palpa mi cuerpo. Pensaba que él, al igual que yo, querría hablar del beso. Pero puedo darme cuenta que para él, no fue nada del otro mundo.

Mh (sonrisa forzada), pues claro Nagisa. ¿Qué te esperabas? Es imposible que un adulto como Karma-sensei, viera ese roce de labios como un beso. Si me paro a pensarlo bien, no fue nada del otro mundo. Solo fue un leve contacto. Aun así, para mí, esa sutil fricción de labios me estremeció el cuerpo.

- ¿Qué te pasa? Pareces triste. – me pregunta extrañado. También, me puedo percatar de un sutil tono de preocupación en su voz.

- No es nada. – le responde de una forma un poco cortante. Él se queda unos instantes mirándome fijamente.

- Si no es nada... ¿Entonces porque parece que estas al borde del llanto? – dice él, al mismo tiempo en que pone su dedo índice bajo mi barbilla para levantar mi rostro, y así ver mis ojos con claridad.

- ¿Y a usted qué le importa? - se sorprende por mi brusca contestación - A sus ojos soy solo una niña. Después de todo, ya ni se acuerda del beso. Seguramente me debo ver como una tonta por haberme pasado toda la noche despierta pensando en ello, cuando es obvio que a usted poco le importó. – le digo con un tono de reproche. Aunque se, que no tengo ningún derecho en recriminarle nada, porque no soy nada más que una alumna para él.

- ¿Todo esto es por lo de ayer? – me pregunta sorprendido. Escasos segundos más tarde, deja escapar un suspiro.

Cierro fuertemente los ojos, no quiero ver su expresión. Debe pensar que soy una "niña" tonta. Pero todo es mi culpa, después de todo, soy el único que se emocionaría por un "beso" como aquel. Creo que si... todavía soy un niño...

- No considero lo de ayer como un beso. – dice él, con un rostro serio.

Sus palabras, se clavan como dagas en mi corazón. Triste, intento zafarme de su agarre, pero me es difícil ya que él es mucho más fuerte que yo. Las lágrimas se acumulan en mis ojos, pero no quiero derramarlas. Después de todo, aún tengo orgullo.

- Eso solo fue un roce de labios, solo los niños de cinco años lo considerarían un beso. – otras duras palabras que se clavan en mi interior sin piedad.

Ya no quiero oír nada más. Solo quiero irme lejos de aquí.

Notas finales:

Y aquí el final de este capítulo.


 Seguramente pensáis que Nagisa exagera un poco, pero si os fijáis, en la mayoría de animes y mangas, los personajes suelen tener este tipo de reacciones exageradas por un simple beso. 


Yo, quise palpar un poco de la forma de ser de los japoneses. Ya que para ellos, hasta un beso en la mejilla ya es algo serio hahaha.


¿Qué os ha parecido?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).