Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Decidí olvidarte por Hanare Uchiha

[Reviews - 35]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Es un ItaNaru, espero les guste.

Notas del capitulo:

. Espero les guste...

 

Desperté temblando, aún era de noche, estabas en mis sueños como otras tantas veces.  No había querido cenar alegado que estaba demasiado cansado, me había acostado hecho un ovillo, me cubrí con una cobija y me encargue de dar la espalda al pasillo para que mi madre no notara que lloraba.

Mi pecho dolía, hacía un mes de desde su partida, había bajado unos cuantos kilos, me había convertido en una versión rota de mi mismo.

 

Mire hacia todos lados de la habitación, mi almohada estaba mojada así que le di la vuelta, y aun temblando me acomode nuevamente.

 

Pasaron rápidamente las horas, no volví a dormir, solo me quedé muy quieto para no perturbar el sueño de mamá, cada tanto cambiaba de posición lentamente para no cansarme

 

Desayuné, me vestí, mi cuerpo se sentía pesado. Me miré al espejo y admiré a un extraño con ojos apagados, sonreí nostálgico intentando animarme, es evidente que no lo conseguí y menos con tan patético intento.

 

Realice mi rutina lo mejor que pude, como hacia todos los días desde que él no estaba. -Vamos a un antro, Naruto. Hace mucho tiempo que no sales, te hará bien- comentó alegre Ino, era la única que aún intentaba ayudarme, los demás después de tantos rechazos a sus bienintencionadas invitaciones simplemente habían optado por dejarme ser en medio de mi sufrimiento.

 

Sonreí, no quería salir pero quizá era un buen momento para hacerlo.

- Está bien, Ino. ¿a dónde iremos?- me miró sorprendida, quizá había sido mala idea aceptar, lo más probable es que lo hubiese dicho solo por cortesía y no quería en realidad que la acompañara.

 

-No sabes qué gusto me da que hayas decidido venir-. Su respuesta me tomó por sorpresa.

 

Quedamos en que más tarde pasaría por mi casa para llevarme al dichoso antro, era uno de moda. No lo conocía pero había escuchado maravillas de el.

 

 Llegue a casa y me bañe, escogí algo sencillo, así me sentía a gusto  no me gustaba lo ostentoso. Se trataba de un pantalón de mezclilla roto, una playera y unos converse negros.

 

Se sentía bien cambiar el uniforme de la oficina, un pantalón negro con una camisa blanca y corbata roja.

 

Me di una última ojeada, en el espejo vida algo que hacía mucho tiempo no veía, hace una eternidad. Vi un chico joven, bastante apuesto y con un brillo especial, resplandeciente. Y entonces le sonreí dichoso.

 

Ino fue tan puntual como siempre. Llegamos al dichoso sitio, no era nada del otro mundo aunque tampoco estaba nada mal, se escuchaba música del momento, de vez en cuando uno que otro de los clásicos para bailar.

 

 Las luces fluorescentes me cegaban un poco hasta que me fui adaptando, pedimos unas margaritas, me gustaba su sabor, básicamente me la pase pegado a Ino, no hablaba mucho con los demás, solo éramos cinco. Shikamaru, Temari y Gaara, eran los otros.

-¿Quieres bailar?- pregunto el pelirrojo, no creí que un tipo como el fuera de bailar pero supongo que había llegado a lo mismo que yo a un aburrimiento total después de ver a Ino con una nueva conquista y a su hermana con su novio, dándose amor y presentándose hasta las anginas.

 

El pelirrojo se movía bastante bien, nuestros movimientos eran sincronizados, no tardamos en conseguir pareja de baile, lamentablemente tampoco tardé mucho en perder al pelirrojo que se desapareció muy felizmente con el pelinegro pálido que le quería meter mano a toda costa, era más que evidente que les urgía un hotel.

 

- Eres bastante guapo- me susurró en mi oído el tipo con el que bailaba, le ignore, no era le primera vez que m decían algo así y más tratándose de lugares como ese.

 

-Voy a regresar a mi mesa, gracias- comente sin hacer mención a su halago. Me di la vuelta y camine hacia la mesa, me alcanzó a medio camino.

- Te hice un comentario, y no esperaba que me ignoraras, lindura. Ahora haré otro. Vas a ser mío esta noche- su voz era grueso, masculina, profunda. Llenó todos mis sentidos, me abrazó por la espalda, su mano en mi cintura se sentía bien, esa era una sensación realmente electrizante, nunca había sentido eso en tan sólo un toque.

 

Deje que me invadiera la sensación, mis sentidos se concentraron en ese momento, mis oídos se concentraron en su voz, deje que su aroma me embriagara, cerré los ojos y en ese rato de ensimismamiento me arrastró consigo. Con trabajo reaccione y cuando eso pasó era bastante tarde.

 Me había llevado a la zona de fumadores, estaba extrañamente vacía.

Me empujo contra la pared, abrí ligeramente la boca por la sorpresa, estampó sus labios contra los míos, eran delgados, extremadamente suaves, los movía con maestría. Coló su lengua dentro de mi boca, daba un suave y sensual masaje con su lengua que me llevaba al cielo, había perdido la cordura.

Su mano se coló por debajo de mi playera, su tacto era suave y helado, el contraste perfecto con el calor abrasador de mi piel.

Tome su cabeza enredando mis manos en su cabello, acercando más si eso era posible, su rostro al mío.

 

Sus manos viajaban por mi piel quemándola a su paso. Llegó a mis pezones, hizo círculos a su alrededor, gemí en su boca, el aire dejó de entrar fácilmente a mis pulmones pero no me importó, necesitaba ese contacto, lo necesitaba como agua en el desierto. Se separó dejándome desconcertado, iba  a protestar cuando sentí su boca bien mi cuello, tenía una barba de un par de días, raspaba a su paso pero en lugar de resultar desagradable era todo lo contrario, daba una sensación completamente agradable que erizaba mi piel con cada contacto. La mezcla perfecta entre suavidad y aspereza.

 

Una de sus manos bajo por mi vientre hasta el botón de mi pantalón, lo desabrocho con destreza. ¡Dios! Este hombre estaba hecho para despertar los más bajos deseos de cualquiera.

 

Metió su mano y tomo mi miembro con cierta rudeza, un sonido que estaba entre un gemido y un gruñido salió desde el fondo de mi garganta, la sensación era abrumadora, con trabajo me mantenía en pie, mis manos viajaban por sus trabajados brazos y su espalda, en repetidas ocasiones mis dedos se entrelazaban en la suave cortina negra que tenia por cabello.

 

- Te deseo tanto- su aliento tocó mi oído volviéndose la sensación mas placentera que  había experimentado nunca. El me deseaba tanto como yo.

 

De repente me giro, bajó mis pantalones y bóxer de un brusco jalón -Perdóname dulzura, esto posiblemente te va a doler pero ya no aguanto más- le escuché decir antes de que me inclinara y tomara de la cintura para penetrarme de una sola estocada. Me dolió, no demasiado, quizá más bien solo había sido un pequeño ardor.

 

Solo había mantenido relaciones sexuales tres veces y bueno, aun no me habituaba por completo, y la ultima vez había sido hacia un mes o quizá solo un poco más.

 

-Eres muy estrecho. Disculpa- mencionó. Su aliento chocaba en mi nuca, me encantaba, me llenaba por completo, su miembro era ancho y largo por lo que se podía percibir. Sus embestidas eran lentas, profundas, no era experto en absoluto pero por instinto intentaba moverme a su ritmo y contraer mientras tanto.

 

-Más rápido, por favor- me atreví a pedir, lo necesitaba. Necesitaba algo menos tierno para dejar volar mi mente y dejar de pensar en él.

 

El se movió increíblemente rápido, llevándome al éxtasis, un calor abrasador se apoderaba de mi cuerpo, mi mente se nublaba y solo era capaz de vivir ese momento, disminuyo la velocidad, acarició mi pecho, besó mi cuello. -Necesito verte- su voz era entrecortada y más sensual si eso era posible.

Me arrastró a una mesa, sentí una sensación de vacío cuando abandonó mi cuerpo, afortunadamente no duro mucho, sus ojos eran unos pozos negros, cerré los ojos y me abandoné de nueva cuenta a la sensación. Un par de embestidas mas y terminó dentro de mí, yo hice lo mismo al instante. Se quedó un rato mas así, nuestras respiraciones estaban agitadas y poco a poco se fueron acompasando.

-Podría estar así toda la vida-

-Yo también- concedí. Me regalo un sonrisa, una tierna que le hacía parecer más joven de lo que quizás era. Me beso, tiernamente, dándose su tiempo para conocer mis labios, cada rincón de mi boca, un beso dulce y nada hambriento, nada parecido a los que me había dado. Este hombre era multifacético era tan apasionado como podía llegar a ser tierno.

 

Salió dentro de mí, me ayudo a incorporarme y me tendió un pañuelo que cogí sorprendido, ¿quien en la actualidad cargaba un pañuelo?

 

-Fue un gusto ¿tal vez podrías darme tu número?- se acercó a mí y me envolvió con sus fuertes brazos, me tenía contra su pecho, así que no podía ver mi rostro, estaba estupefacto, asustado. No quería una relación y tampoco una aventura, era suficiente con esta noche, apenas me estaba curando y no necesitaba por nada del mundo liarme con un desconocido.

-No lo creo- respondí en automático. Me separó un poco y observó cuidadosamente mi rostro, no sé que vio pero solo sonrió de lado y me dio un beso en mi frente, me soltó. Sentí el frío de la noche de inmediato al ko sentir su fuerte cuerpo junto al mío.

-Al menos regálame tu nombre- pidió.

-No- fui tajante, era hora de poner distancia y mi actitud fría y grosera servía muy bien como escudo.

-Perfecto, te daré el mío porque al menos yo, no olvidaré esos ojos de cielo- era bueno con las palabras, me hacían cohibirme y sentirme como colegiala tonta.

-No quiero saberlo- soltó una risa, soltó una carcajada y le entendía. Me estaba completando como un completo chiquillo.  Me dio un casto beso.

Se alejó con movimientos seguros y elegantes. Se dio la vuelta antes de abrir la puerta.

 

-Uchiha Itachi. No puedo concederte eso, porque no planeo que me olvides- sentenció. Salió y cerró la puerta tras de sí.

 

Mierda, me había acostado con el hermano de mi ex, ese por el que tanto había luchado por olvidar, él me había comentado sobre un hermano pero no le había llegado a conocer nunca. Me quedé sorprendido, el viento movía en una suave danza mis rebeldes dorados cabellos, sonreí. Lo que había sucedido esta noche no debería haber pasado nunca pero quién sabe a lo mejor se había cumplido mi cometido, había sacado de mi corazón por fin a Sasuke.

 

Uchiha Itachi...

 

Llevé mis dedos a mis labios y sonreí más ampliamente.

 

Notas finales:

Cuaquier duda o sugerencia por favor hagánmela saber. Gracias por leer


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).