Explicar cómo todo comenzó sería algo largo en verdad, pero supongo tiene tiempo.
-Takanori date prisa ya debemos irnos! – me llamo Takanori Matsumoto y tengo 16 años y en este punto estoy pasando por lo más traumante que un adolescente puede pasar.
-Voy!- aun no podía creer que tenía que dejar todo lo que conocía atrás, el motivo simple a mi padre lo despidieron de su trabajo y el que consiguió esta en otra ciudad – voy a extrañarte habitación – di una última mirada antes de cerrar la puerta.
Baje las escaleras sin ganas y llegue hasta donde mi padre y madre esperaban, sin más subí al auto dejando así mi vida en esta ciudad.
-Veraz como te acostumbras rápido a la nueva escuela incluso puede que hagas amigos –
-Ja… Ja que graciosa mamá-
Dos días después estábamos llegando a la nueva casa en kanagagua, era un poco más pequeña que la antigua pero se veía acogedora.
-Bueno a desempacar se ha dicho –
-Creo que perdí lo poco que me quedaba de trasero en este viaje – dije mientras me tocaba esa parte que me dolía de tanto estar sentado.
-Tranquilo estoy seguro que los chicos no se fijaran en tu falta de trasero hijo –
-Están muy graciosos últimamente se comieron un payaso acaso? - por si lo preguntan si, soy gay y mis padres lo saben supongo lo han sabido toda la vida nunca fui lo que se llama muy macho tampoco es que anduviera jugando a las muñecas pero era notorio – a todo esto donde voy a dormir?-
-Pues veraz hijo mío esta bella casa tiene dos cuartos y pues ese que está allí – apuntando un lugar muy… enserio muy oscuro – será el tuyo – lo mire incrédulo.
-Debes estar bromeando – enserio la palabra lúgubre tomo otro significado – dios que alma perdida pudo habitar este lugar? –
-Ya tampoco es para tanto –
-Si tú lo dices madre – luego de estar todo el día limpiando y arreglando aquel lugar que desde ahora tendría que llamar casa pase mi primera noche en mi linda y nueva habitación y créanme que do muy bella.
Al día siguiente mi padre se fue temprano a su nuevo trabajo y mi madre y yo fuimos a ver la nueva escuela que para mi sorpresa era mixta, una señora me recibió y nos dio un pequeño recorrido por el lugar era muy lindo en verdad muchas áreas verdes donde esconderme en los recesos si las cosas se ponían malas ya saben no falta el homofóbico que te acosa y que luego resulta ser más gay que uno.
-Pues joven Matsumoto aquí están sus útiles, su uniforme junto con el de deporte, el número de su salón y su horario la entrada es a las 8:15 recuerde no llegue tarde –
-No se preocupe yo me encargare que llegue a tiempo – eso significa que tendría a mi madre desde las 6 de la mañana hinchando las que tengo pero no ocupo.
-Bien en ese caso nos vemos mañana, bienvenido a la Psc school –
-Gracias… – le tendí la mano y ella me sonrió de forma amable –disculpe seria mucho si me permitiera ir al baño antes de irnos? –
- Claro que no – me hiso el gesto de que la siguiera – sigues por este pasillo y llegaras a los baños –
-Gracias – camine rápido la verdad ya no aguantaba más las ganas de orinar, siempre y por alguna extraña razón me ha gustado orinar en el inodoro se me hace más privado que estar compartiendo tamaños y detalles en los urinarios, pero ni bien había empezado la puerta del baño se abrió de golpe me asuste un poco así que abrí un poco la puerta del cubículo y vi a cuatro chicos, dos de ellos sostenían a un rubio mientras otro le daba unos fuertes golpes.
-Ríete ahora imbécil – decía un enojado pelinegro al rubio mientras lo golpeaba en el estómago con bastante fuerza.
-Voy a hacer de cuenta que tus golpes de nena me duelen…-
-Hijo de puta – uno de los que sostenía al rubio le dio una golpe directo en la cara creo que hasta vi sangre salir volando, genial estaba en una sana y nada peligros escuela.
-La próxima Reita te ira peor – aquello se lo escupió el pelinegro, le dio otro fuerte golpe esta vez en el estómago y seguido los otros dos lo soltaron, claro que antes de irse le dieron un patada cada uno en las costillas.
-Idiotas – dijo el rubio por lo bajo, se quedó unos segundos ahí tirado cabeza agacha y yo no sabía si salir o quedarme hasta que se fuera, luego recordé que mi madre me estaba esperando así que no me quedo de otra.
-Oye… estas bien? –de apoco levanto la cabeza y lo vi, cabello rubio, ojos café intensos, un trapo cubría su nariz pero no los golpes que tenía por toda la cara y aquel hilo de sangre que escurría de su boca, para que negarlo se veía sensual, aterrador pero sensual, me miro de pies a cabeza como analisandome.
-Sí, no es primera vez y tampoco será la última- trato de levantarse pero al parecer algo le dolió porque cayó al suelo, camine hasta él y lo ayude aponerse de pie- no eres de esta escuela verdad? –
-No solo estoy de visita – no era del todo mentira – quieres que traiga a la directora o a la enfermera? –
-No tranquilo ya paso – se levantó y camino a paso lento hasta la puerta mientas se limpiaba con la mano la sangre que caía de la comisura de sus labios- gracias te debo una- me miro por última vez y seguido salió del baño dejándome con las mejillas encendidas el tipo tenia lo suyo, me tomo exactamente tres segundos para reaccionar y salir de aquel lugar mire a ambos lados pero ni rastros del vendado, cuando llegue a la oficina mi madre estaba que echaba humo por las orejas, pero luego de explicarle lo que había pasado me dejo en paz.
Ya en casa cenando me preguntaron si quería ir a esa escuela después de ver aquella golpiza a decir verdad mis padres se preocuparon por mi seguridad, ser gay no era mal visto pero aun había gente que no aceptaba que el amor no siempre se da de la forma tradicional.
Y luego de decirles que estaría bien pues dejaron el tema, al menos yo esperaba estar bien en aquel lugar. A la mañana siguiente y como yo había predicho mi madre comenzó de madrugada a hinchar con que me levantara para no legar tarde mi primer día de clases en la nueva escuela, eran las 7:15 cuando estábamos todos tomando el desayuno.
-Trata de ser sociable hijo tampoco es bueno que siempre estés solo, la escuela es el momento más importante en la vida de un joven –
-Lo se papá pero no todos los jóvenes quieren a un amigo gay piensan que me voy a enamorar de ellos o algo así-
-Pues trata de ser menos obvio hijo, ya sabes menos tu – mire a mi madre y esta solo me sonrió y no es que tenga un cartel que diga “soy gay” pero mis modos son algo finos ya saben soy un chico educado que se viste bien y se toma su tiempo antes de salir de casa.
-Esa es una buena idea Ruki –
-Si puede que funcione, por un día – la idea de fingir para agradar a la gente no me gusta pero ya había tenido problemas en el pasado por eso, pues verán teñí mi cabello rubio y pues a algunos de mis compañeros no les pareció masculino y sufrí buling por un año.
-Al menos trata de no ser tan obvio hijo, con tu padre odiamos verte mal por culpa de los demás estamos orgullosos de ti así tal cual eres –
-Lo se madre – los amo, el día que les dije que era gay mi padre me miro y me dijo que él y mi madre tenían sexo a diario, lo mire asqueado y le pregunte que tenía que ver eso con lo que le había contado de mí y su respuesta fue” creí que estábamos diciendo cosas obvias hijo” siempre lo supieron y me aman sin importar mi condición sexual.
-Bueno ya me voy, Ruki te vas conmigo o prefieres caminar? –
-Me voy contigo tengo demasiada flojera de caminar –
-Cuídense y que sea un buen día para ambos- mi madre nos besa la frente siempre que salimos de casa, a las 8.10 ya estaba en la puerta del colegio veía a todos los chicos y chicas juntarse con sus amigos para comenzar otro día y yo solo en medio de aquel lugar – si será un largo año - me dije en voz baja me moví solo un centímetro y mi vida cambió radicalmente.
-Ten cuidado idiota que estas ciego!?- sin querer había chocado con una chica bastante linda aunque bastante prepotente – mira como me déjate tarado! – me grito al tiempo que me daba un empujón, en segundos el lugar se llenó de curiosos y yo sin saber que mierda hacer o decir.
-Dios Sakura tu uniforme esta arruinado! – chillo otra chica.
-Yo…yo lo lamento no fue mi intención – sentía mi cara arder de vergüenza.
-Tus disculpas no me sirven, mira mi uniforme ahora como entrare a clases? – de apoco se fue acercando a mí la verdad estaba aterrado no porque me hiciera algo más bien porque yo al ser un “hombre” no podía hacerle nada – respóndeme como piensas arreglar esto?-
-Yo…-
-Yo pensé que con lo diva que eres siempre tenías un disfraz extra para estas ocasiones – de solo oír esa voz la chica detuvo su andar y fijo su vista en el chico detrás de ella.
-Re…Reita –me moví un poco para ver a mi salvador y como si de un fanfic se tratara era el mismo chico de ayer al que habían molido en el baño- si pero no por eso…-
-Además si me permites decirlo la culpa es tuya no de el - de un segundo me sentí como una damisela en peligro siendo salvada por su príncipe azul, y claro no lo aguantaría se supone que debo aparentar ser un macho alfa.
-Quien pidió tu opinión – la chica me miro fijo al igual que el tipo – tranquila yo te pagare la tintorería o lo que haga falta no sé cómo es que no vi a una… –trague grueso-… chica tan bella – el tipo me miro y sonrió de forma graciosa, creo ya entendió que las chicas no son lo mío.
- No te quieras hacer el galán conmigo no me gustan los niños finos, ni siquiera como amigos – si ya valió creo que tengo un cartel en la frente – y no te preocupes que recibirás la cuenta de la tintorería–
-Yo lo pagare – nuevamente la chica se le quedo viendo.
-Porque lo defiendes Reita es algo tuyo acaso? –
-No – dije fuerte algo me decía que si me emparentaban con este tipo mi vida sería un infierno, pero haciendo como si no existiera la tipa me ignoro.
- Si lo conozco o no, no es asunto tuyo, ya escuchaste yo pagare tu estúpido uniforme así que deja al chibi es paz – que mierda había dicho esa iguana!!
-Oye no…-
-Está bien pero si tú vas a responder no quiero dinero – alguien me explica en qué momento esto paso a otro nivel ahora siento que sobro – sal conmigo en una cita y quedamos a mano –
-Olvídalo no salgo con zorras – dijo desviando la mirada de forma sexy, este chico era sensual por naturaleza y al parecer si aquí solo sobro.
-Entonces no ahí trato –
-No saldré contigo Sakura y él no te pagara así que o aceptas que yo te pague con dinero o te vas a la mierda, elije –
-Eres un hijo de puta más te vale que respondas Reita o el enano este me las pagara!- creo que se enojó- y tú no te vuelas a cruzar en mi camino oíste!! - y mirándome feo paso de mi como si tuviera lepra seguida de su séquito que también me asesinó con la mirada.
-Demonios que bien comenzaste Takanori– me dije mientras bajaba la cabeza.
-Te pudo ir peor - escuche frente a mí y levante la vista.
-Tú crees? – nuevamente sonrió y comenzó a caminar hasta donde yo estaba.
-Pudo creerte eso de “chica tan linda” y seguirte hasta el infierno y cree eso sí sería un problema – se detuvo a centímetros de mí, mi espacio vital había sido ultrajado sin pudor alguno y yo ni pió decía.
-Oye gracias pero de verdad prefiero arreglar personalmente…-
-Estamos a mano Taka – sin siquiera preverlo corto la distancia con su mano, me acaricio la mejilla de una forma tan delicada que quise golpearlo.
-Oye no te tomes confianzas conmigo te agradezco lo que hiciste pero no te pases – si ya dije soy gay pero no significa que me gusten todos los tipos del mundo.
-Ya veo- aunque debo decir que la sonrisa que se dibujó en su rostro calo más hondo que cualquier otra en mi corazón – en ese caso bienvenido Takanori – dijo cerca de mi oído haciendo que algo en mí se moviera y esas simples palabras fueron la sentencia.
-Ya te dije no te tomes confianzas iguana – me miro divertido y luego de darme un guiño se fue dejándome con un sentir dulce en el cuerpo, y con todo el colegió mirándome.
Camine tranquilo hasta mi salón eso si siempre con la mirada de los demás sobre mí, acaso había hecho algo malo?
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