Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¡Esto NO es amor! por YukaSayamato

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Finalmente, el encuentro había terminado. Ahora ambas escuelas se encontraban en un salón para convivir entre todos.

El ambiente parecía ser caótico por todo el alboroto que se escuchaba, más sin embargo todo era llevado de forma amistosa y sin resentimientos.

En una de las esquinas del lugar se encontraba Oharano Etsugo, ignorando totalmente su entorno, sólo concentrándose en su teléfono móvil.

Ogi Yoichi se acercó a él -para entablar conversación- pero todo intento fue en vano pues Oharano simplemente seguía en su celular ignorando su presencia. Incluso cuando preguntó su dirección de e-mail él simplemente contesto con "no tengo un celular".

Era increíble cómo podía mentir aún con el aparato en mano.

Luego de mucha insistencia, Ogi se dio por vencido y optó por retirarse de ahí.

Oharano por su parte -cuando Ogi ya se había ido- retiró su vista de la pantalla del celular y dio un suspiro de aburrimiento. "Qué ruidosos", pensó al escuchar todo el alboroto.

Con una mirada aburrida pasó su vista por todo su alrededor, encontrándose a su lado derecho al chico titán de su equipo, Iwashimizu Sumiaki, el cual se encontraba comiendo un onigiri de ciruelas encurtidas.

Sin nada más interesante que ver volvió su vista a su celular, pero inmediatamente después un alboroto a su derecha lo hizo volver a voltear hacia esa dirección, encontrándose a Iwashimizu junto con otros dos tipos, los cuales eran Ochiai Keita y Tanashi Yugo del equipo de Keijo. Casi parecía que se estaban metiendo con él por la forma en la que Iwashimizu reaccionaba, aunque al parecer es lo normal para él ser un manojo de nervios todo el tiempo.

Se quedó viendo la escena, más sin embargo no podía escuchar muy bien de lo que parecían hablar pues el parloteo de otros impedía oírlos.

Un poco después ambos chicos se alegaron, dejando a Iwashimizu solo, aun siendo un manojo de nervios parado ahí con su onigiri a medio comer.

Instantes más tarde se acercó el número 10 de Keijo, Miyuki Atsushi, el cual lo tomó del brazo y se lo llevó con él.

"Ah, es verdad", dijo Oharano en su mente, "ese número 10 e Iwashimizu... ¿será que...?", seguía hablando mentalmente, pero otro escándalo a unos metros frente a él lo hicieron dirigir su atención hacia ahí. Frente a Oharano estaban Iwashimizu, Miyuki y Gion. Al parecer Miyuki le preguntaba algo a Iwashimizu en voz baja, para después voltearse a Gion y preguntarle entusiasmadamente otra cosa. Iwashimizu parecía incómodo durante la conversación entre Gion y Miyuki, pero momentos después parecía que se iba morir de un infarto cuando Taira Tadakazu -el capitán asistente de Keijo- apareció de repente abalanzándose sobre el desprevenido de Miyuki, pero al percatarse de la presencia de Iwashimizu se dirigió a él -casi acosándolo- para preguntarle si quería unirse a su equipo, más sin embargo él volvía a ser un manojo de nervios combinado con miedo a causa de lo ruidoso que era Taira.

Afortunadamente Taira cambió su objetivo, dejando libre a Iwashimizu y yéndose ahora con Gion. Iwashimizu -al ser "liberado"- se alejó lentamente del centro de todo aquel alboroto.

Una vez fuera dio un suspiro de alivio y continuó a seguir comiendo, viendo todo aquel espectáculo desde un "lugar seguro".

Momentos después -mientras seguía comiendo- notó la presencia de alguien a su izquierda, por lo que se giró y encontró a Oharano, el cual lo miraba con una cara seria, lo cual volvió a poner nervioso al pobre.

"Oye...", pronunció Oharano, haciendo a Iwashimizu dar un pequeño respingo para luego contestar nerviosamente un "dime".

—Corrígeme si me equivoco, pero me parece que tal vez te gusta ese número 10 de Keijo -le dijo, aún con cara seria.

—¿Nn? –se quedó pensando unos segundos para después contestar. —Ah, sí. Miyuki-kun y yo solíamos estar en el mismo equipo de rugby durante la secundaria. Es un amigo muy querido para mí –terminó de decir con una sonrisa.

—Ah. No, no, no. Has entendido mal. No me refería a ese tipo de gustar, sino al gustar romántico, de querer tomarse de las manos y darse besos. Ese tipo de gustar r10;le explicó Oharano, y ante esto, Iwashimizu quedó en un pequeño shock mientras procesaba la información, para luego ponerse rojo de la vergüenza.

—¡¿EH?! –exclamó Iwashimizu en un grito ahogado. —¿Po-por qué dices eso? ¡Definitivamente no me siento así sobre Miyuki-kun! ¡Sólo es un amigo!

—¿Ah sí? Sí tú lo dices... –terminó de decir con un tono y cara de "no te creo".

—¡Es la verdad! –le replicó aún colorado. —Y, por cierto, ¿por qué me estás preguntando esto?

—Para comprobar... quizá –respondió con algo de duda.

—¿“Quizá”? ¿A qué te refieres?

—Pues a que desde que te encontraste con él te le quedas viendo como si te gustara. Aunque... eres demasiado obvio.

—¡¿EH?!

—¿Podrías dejar de chillar? –le dijo en tono autoritario.

—Ah, lo-lo siento... –se disculpó Iwashimizu agachando la cabeza un par de veces.

—Agh –suspiró frustradamente Oharano. —¿Entonces?

—¿Entonces qué?

—¿Aquél ya sabe que le gustas?

—¡T-te digo que no me gusta! –le volvió a replicar.

—¡¿Aún lo sigues negando?! –exclamó Oharano.

—¡Pe-pero...! –Iwashimizu guardó silencio unos segundos antes de continuar. —A-aun si Miyuki-kun me gustara... seguramente él no sentiría lo mismo... –terminó de decir desilusionadamente.

—... –Oharano se quedó pensando unos segundos para luego proseguir. —¿Y cómo estás tan seguro de eso?

Iwashimizu bajó la mirada, mientras recordaba aquel trágico momento en la secundaria. "No creo que después de eso...", masculló inconscientemente.

—¿Qué? Creo que no te escuché bien... –dijo Oharano, sacando de sus recuerdos a Iwashimizu.

—¡¿EH?! –volvió a exclamar Iwashimizu. —Ah, ¡n-no dije nada!

—...Humpf, cómo digas –dijo Oharano resignadamente. —Aunque... Si no te das prisa puede que Gion-kun te lo arrebate -terminó de decir con tono burlón.

—¿A qué te refieres? –preguntó un tanto desconcertado.

—Me refiero a eso –dijo apuntando con su cabeza el lugar en donde se encontraba el disturbio del que recientemente Iwashimizu había logrado salir, más concretamente, hacia Gion y Miyuki, quienes estaban juntos en un lugar fuera del centro de aquel revuelo.

—No.… no entiendo a qué te refieres... –dijo Iwashimizu un poco apenado. —¿Qué tiene que ver Gion-kun en todo esto?

—¿Que qué tiene que ver? –cuestionó Oharano para sí mismo, dejando salir una pequeña burla. —¿No lo entiendes? Seguramente a tu amorcito le gusta el enano aquél.

—¡¿Qu-?! ¡Co-cómo puedes decir eso! –exclamó por lo bajo. —¡N-no conoces lo suficiente a Miyuki-kun como para decir eso!

—Tienes un punto... –le elogió. —Pero a mi punto de vista, tu amorcito parece bastante afectuoso con Gion-kun, digo, para sólo haberse conocido hace unas horas.

—¡Deja de decir "amorcito"! –le replicó Iwashimizu, pronunciando la última palabra en casi un susurro.

Oharano río por lo bajo, haciendo a Iwashimizu hacer un puchero de exasperación.

Después de eso Iwashimizu dirigió su vista a donde estaban Gion y Miyuki, observándolos en silencio durante un tiempo, como esperando algo. Fue entonces que Miyuki se acercó a Gion para pasarle el brazo por arriba de los hombros y pegarlo más a él.

En ese momento Oharano había optado por observar el rostro de Iwashimizu discretamente mientras éste veía aquella escena, esperando ver algún rastro de celos en su rostro que delataran su afecto a aquél chico de cabello negro.

Pero no.

Lo único que lograron captar sus ojos fueron una triste mirada acompañada de una sonrisa melancólica que de alguna forma logró perturbarlo, haciendo que apartara mirada.

—Es suficiente –anunció Oharano, tomando del antebrazo a Iwashimizu y comenzando a halarlo con él.

Iwashimizu seguía absorto viendo aquella escena, por lo cual al momento en que Oharano empezó a llevarlo con él éste perdió ligeramente el equilibrio, tambaleándose un poco antes de volver a la realidad.

—O-Oharano-kun ¿qué pasa? –le preguntó desconcertado.

—No es nada –dijo en seco, caminando un poco más antes de cesar su paso.

Iwashimizu se quedó viendo la espalda de Oharano, el cual parecía estar un poco agitado.

—Oharan-

—¿Por qué? –soltó Oharano, opacando a Iwashimizu. —¿Por qué eres así...?

—N-no entiendo... a qué te-

—Me refiero a que cómo es que puedes sonreír de esa forma sabiendo que la persona que te gusta es feliz con alguien más... –sentenció.

Iwashimizu guardo silencio antes de contestar.

—Pero... Yo me siento feliz si Miyuki-kun también es feliz –respondió sonrientemente.

—¿Ah sí? –dijo en tono de indignación. —Entonces, ¡¿por qué pusiste esa cara triste también?! ¡Te veías patético sabes!

—Oharano-kun... –pronunció tímidamente, asustado del tono severo de Oharano.

"¡Oye Sumiaki!", se escuchó a la distancia justo detrás del nombrado.

Oharano asomó la vista ahora más calmado, vislumbrando a Miyuki aproximándose hacia ellos.

—Parece que mejor me voy yendo –dijo un tanto irritado. —Buena suerte, “M” –finalizó de decir, retirándose del lugar a paso rápido.

Iwashimizu -quien había quedado completamente perplejo- le miró irse, sólo apartando la mirada cuando Miyuki ya se encontraba frente a él.

Mientras tanto Oharano seguía con su paso con cara de pocos amigos, dirigiéndose al otro lado del salón, justo al lado de la mesa de bocadillos.

¿Por qué se sentía tan irritado? Ni él mismo lo sabía.

¿Era por Iwashimizu o aquél tipo Miyuki?

¿Y por qué siquiera debería tomarle importancia a ello?

Todas esas preguntas sólo lograban enfurruñarlo más por lo que, de mala gana, tomó un emparedado de la mesa de bocadillos, dándole inmediatamente un gran mordisco llenándose la boca con éste. Pero mientras masticaba casualmente su vista se topó con la escena de Miyuki e Iwashimizu chocado puños... muy amistosamente.

Oharano ante esto inconscientemente comenzó a mascar más rápido, y en determinado momento terminó por morderse la lengua. "¡Mierda!", gritó internamente por el dolor que le propició su misma mordida. "No puedo esperar hasta que este festejito se acabe de una vez", masculló por lo bajo de muy mala gana.

 

 

Notas finales:

¿A Oharano le pegó el síndrome de Onodera Ritsu?

Jajaja. Quién sabe, ¡tal vez no le haya pegado tan grave!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).