Ya han pasado 2 semanas desde lo ocurrido con Christian, también es el tiempo que me he estado bajo el mismo techo, no podía dejar de pensar que este niño de alguna parte me conocía, pero algo me decía que era algo más íntimo lo que había o hubo entre nosotros pero el solo tratar de recordarlo me provocaba dolor de cabeza.-
B-buenos días.- dije al momento de verlo en la cocina.- Y ¿Me dirás de donde me conoces?- pregunte lo más amable posible, para poder obtener una respuesta y no asustar al chico.
No te diré.- dijo mientras preparaba el desayuno.- Es algo que tienes que recordar tu.- continuó con una sonrisa.- Si recuerdos un pequeño fragmento de ese momento te diré lo que ocurrió.
Me pides demasiado.- dije mientras me acercaba al sofá.- Tengo mucho tiempo bebiendo y eso hace que mi memoria falle.- dije ya sentado en el sofá, leve mis manos a mi rostro y con mucho esfuerzo trate de recordar al menos su nombre pero por más que lo intentaba no lograba resultados positivos y eso me hacía enojar un poco.
Entonces tendrás que dejar de beber, si quieres que tu cerebro regrese a su funcionamiento normal.- dijo mientras colocaba los platos sobre la mesa.- Ven a desayunar.
Para ser un chico delgado y pequeño era muy valiente -a pesar de que lo salve de morir golpeado- pero no podía quedarme con esta duda -¿Quién es Christian?-. Al terminar de desayunar, recogí los platos para después empezar a lavarlos. No es muy común en mi hacer "tareas domésticas" pero no podía seguir viviendo en esa casa y no hacer mi parte, aunque el haber realizado esa pequeña tarea me hizo sentir que ya estaba acostumbrado, cuando termine me dirigí al sofá, al sentarme coloque mis manos en mis rostro otra vez y trate de recordar Christian -No podía ser de un bar, ni mucho menos de alguna pelea- me dolía la cabeza de solo tratar de recordar a las personas de mi pasado.-
¿Quieres un té o una cerveza?- dijo Christian desde la cocina.
¿Tienes cerveza?- pregunte.- ¿Creí que no era lo tuyo las bebidas fuertes?
Yo no, pero tu si.- respondió mientras se acercaba a mí con un bote de cerveza.- Ayer compre algunas cuando salí de la escuela.- continuó diciendo.- No sé si cambiaron tus gustos pero compre la que siempre… Traías a casa.
Tome el bote y le di un trago grande, era lo más refrescante que había probado desde que llegue a esa casa -No es que odie el té que hace el chico- pero me sentía seco sin mi bebida preferida, era extraño pero al ver la marca del bote me di cuenta que era la que siempre compro – cuando no voy a un bar- me sentí feliz al ver esa marca pero no sabía por qué –talvez sea que alguien se molesta en saber lo que me gusta- pero como siempre mi cerebro no dio respuesta a esa felicidad repentina.-
Gracias, esta es mi preferida.- dije mientras sonreía.- Si compras más, no saldré de tu casa jamás.- continúe diciendo.- B-bueno lo digo en broma.
Si comprar esto hará que te quedes más tiempo.- dijo mirando hacia la ventana.- Mi mayor deseo es que te quedes a mi lado.
Me sonroje al oír eso y le di otro trago a la cerveza -¿Porque sigue diciendo eso?- por una parte era extraño oír eso pero, me hizo sentir feliz al oír esas palabras, alguien quería que me quedara a su lado y aunque era un chico quien lo decía algo me decía que estaba bien.-
Me gustas Kasio.- dijo Christian.- Me gustas mucho, tal vez te incomode esto pero desde la primera vez que te vi me enamore.- continuó diciendo, se alejó de la ventana bajo su mirada al suelo y se paró frente a mi evitando verme a los ojos.- Y cuando te alejaste de mi lado sentí como algo se rompía en mi.- luego de decir eso comenzó a llorar.
Oye espera.- dije sorprendido.- No me iré, deja de llorar, me quedaré contigo.
Christian levantó su rostro y sonrió, me acerque a él y limpie esas lágrimas, al darme cuenta de lo que dije y lo que estaba haciendo una imagen de repente apareció en mi cabeza, pero fue algo fugaz que solo se quedó la sensación de que algo de esto ya había pasado.-
Gracias.- dijo Christian.
Sonrió el chico y sin decir algo más se dirigió a su cuarto, ver la sonrisa de este chico hizo que mi corazón se acelerara y más al oír lo que siente el por mí -¿Que debería hacer?- no podía hacer mucho más que cumplir mi palabra y quedarme con él, no deje de pensar en su declaración y solo me recosté en el sofá. Ya ha paso un mes desde que me mude con Christian, al principio solo era para que el chico se sintiera seguro pero con el paso del tiempo este lugar se comenzó a llenar con mis cosas hasta que se hizo formal mi estadía con él, si alguien llegara y preguntara porque lo hice creo que lo único que diría es “No lo sé”.-
¿Dónde está mi ropa?- dije molesto al salir de la ducha.
La estoy lavando.- dijo Christian desde la cocina.- Y la otra parte la tire a la basura.
¿¡Que!? ¿Por qué?- dije aún más molesto.
Porque estaba sucia.- respondió el chico.
Preguntaba por la que tiraste.- dije tratando de no gritar.
Estaba muy rota.- respondió el chico.- Pero ahí deje ropa que tenía guardada.
Salí molesto envuelto en toalla, no podía dejar que él se saliera con la suya, además conociendo al muchacho la ropa no es de mi estilo.-
Quiero mi ropa de antes.- dije en cuanto llegue a la sala.- No aceptaré otra cosa.
No has visto la ropa.- dijo Christian molesto saliendo de la cocina.- Pruébatela y luego puedes...
Al mirarme Christian se sonrojo y bajo la mirada, ya había notado que le daba pena mirarme sin ropa, para eso dejaba ropa lista para cuando salía de bañarme pero era divertido ver como se apenaba el chico con solo mirarme un rato así.-
¿Qué?- dije mientras me acercaba a él.- ¿Te molesta verme así? ¿Quieres que me quite la toalla?
¿Qué estás diciendo?- dijo Cristian.- Ponte algo de ropa hombre, pescaras un refriado.
¿Seguro que quieres que me vista?- dije ya estando frente a él.- o ¿Prefieres que hagamos algo más?- continúe, mientras acercaba mi rostro al suyo.- Porque puedo hacerte sentir bien, si tú me dejas.
Christian cerró sus ojos y apretó los puños, era claro que él deseaba que lo besara, me acerqué más hasta que mis labios se encontraron con los suyos, me aleje un poco y al verlo tranquilo aun con los ojos cerrados, no me pude contener y lo volví a besar pero esta vez fue con mucha más pasión, lo acerque a mí y sin pensarlo abrace al chico, metí la mano a su pantalón y acaricie su miembro, trato el chico de resistirse al sentir mi mano.-
E-espera.- dijo.- Aun… No estoy listo.- dijo con dificultad, no saco mi mano pero trataba de alejarme de sus labios para poder hablar más claro.
Ya no aguanto más.- dije mientras lo acostaba en el sofá.- Te quiero
Al oír esas palabras el chico dejó que continuara, ya nada me impedía que el chico y yo nos hiciéramos uno, tire mi toalla y la acción comenzó.