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Stronger por Broknyouth

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Notas del fanfic:

Este fic es parte de un reto o algo así, ah. No creo sea muy largo, ya está casi terminado así que iré actualizándolo en lo que transcurran los días. 

Unos cuantos gritos y golpes se escucharon alrededor. La profesora de ciencias, una mujer de apróximadamente cuarenta y tantos años se acercó de prisa después de que una chica le informara. Kim Jongin, uno de los alumnos más tranquilos de su clase, estaba aferrado y sacudiendo el cabello de Byun Baekhyun, otro estudiante suyo. El primero estaba encima del segundo mientras jalaba y este, en su defensa, se mantenía golpeando y con los dientes clavados en el hombro de quien no le soltaba. La escena no era para nada la de un par de hombres luchando, eran un par de críos revolcándose en un aparente ataque de rabia. La gente ni se acercaba a separarlos, los que no reían solo metían más leña al fuego o grababan como si de una gracia se tratara.

Pasaron unos treinta minutos y los dos salvajes se encontraban en la sala del director. Jongin era alumno de segundo año de secundaria y Baekhyun de tercero. Aunque ambos lucían desaliñados y maltratados, el más joven era un desastre debido a su cabello largo y desordenado. El otro solo tenía un par de rasguños y el ceño fruncido a más no poder. Estaban sentados el uno al lado del otro y no concurría ni un solo sonido entre ellos, por lo menos hasta que Jongin empezó a hipar y claramente reprimir su llanto. Baekhyun miró sus lentes favoritos quebrados, los cuales reposaban regazo, cerca de sus manos y logró relajar su expresión en cuanto notó que se abría la puerta.

Eran sus padres.

En vez de parecer preocupado, demostró cierto alivio, descansando la posición de sus hombros. Su piel era muy clara y por eso podían verse mejor los leves golpes en su cara, a diferencia de Jongin, que era de piel morena y recibió la mayoría de los golpes en su mucho más delgado cuerpo. Había algo que le tenía inquieto aún y es que podía reconocer que el otro no le dio ni un solo ataque yendo serio ¿Le tenía lástima el maldito?

El de tercero pasó con sus representantes donde el director y Jongin, se quedó solo en la sala de espera. Temía porque su madre no fuera a llegar pero esta sí lo hizo. Abrió fuerte la puerta y apenas le vio, le brindó un fuerte abrazo seguido de un sermón. Ella siempre le pareció bipolar o algo parecido, la verdad su conocimiento sobre temas de personalidades o psicología era bastante escazo. La señora le observó con cuidado y tomó su rostro, preguntando "¿qué te hicieron? Me dijeron que tú empezaste la pelea" y el muchacho solo resopló y desvió sus ojos. ¿Por qué su madre preguntaba eso? Era obvio.

Ese Byun llevaba molestándolo desde que entró a primer año de secundaria y bueno, el vaso soportó la última gota antes de derramar el agua.

—Él botó mi bandeja de comida por la ventana.

Y no era la primera vez que algo como eso ocurría, lo que sí era nuevo esta oportunidad, era que Jongin había reaccionado. Tal vez porque había un detalle de más.

A veces uno da demasiadas vueltas para llegar al mismo sitio. Jongin no tenía mucha confianza con su madre y no la culpaba por eso tampoco. Ella trabajaba mucho, al igual que su padre y por eso mismo ninguno compartía mucho tiempo juntos. Estaba acostumbrado a guardarse sus líos para sí. Era un niño tranquilo en casa y casi nunca llamaba la atención a pesar de que era el hijo menor y único varón.

Su madre pasó con él a la dirección y ya sentados los dos, ella le explicó la razón del comportamiento de su hijo al director. El jovencito la escuchaba en el fondo pero no estaba allí. Su vista se mantuvo en la ventana, podía ver a la mayoría de los estudiantes del primer turno retirarse, despreocupados, cada uno en sus cosas tontas por seguro cuando, a la imagen en movimiento se le agregó, de pronto, un chico alto que claramente se fijaba donde él estaba.

"¿Cómo estás?"

Ponía el cartel que llevaba el joven, hecho de un papel arrancado de algún cuaderno y trazado con marcador negro, resaltando entre el resto que solo avanzaba, a excepción de un par que le miró al cruzarle por un lado.

Él levantó su dedo pulgar, extendió el dedo índice y cerró el resto de su mano derecha, haciendo un gesto que expresaba perfectamente "estoy bien" y junto a su leve sonrisa, no hizo falta otra cosa para que Chanyeol dejara de preocuparse.

Park Chanyeol se llamaba el mejor amigo de Jongin. Era el más alto de su clase y también era conocido como el más torpe. A pesar de eso, tenía talento para muchas cosas; podía tocar el piano y estaba aprendiendo guitarra, era bueno estudiando y conversaba mucho, cantaba, y le gustaba bailar —aunque eso último no le saliera tan bien—. Era un buen chico, tal vez demasiado y por eso solían meterse mucho con él. También había nacido con unas grandes orejas y eso ayudaba a sus atacantes a inventar apodos más creativos con cada día que se llevaban los años.

Y Jongin, no soportaba eso.

Él no destacaba tanto, no era tan social y no tenía muchos talentos. Era perezoso para estudiar así que era un milagro que estuviera entre los primeros de la clase cuando hasta se dormía durante estas. Faltaba al club de arte casi siempre y su risa era molesta, o eso decían muchos.

El caso era que con todas esas diferencias y más, Chanyeol era su mejor amigo. Y él creía con firmeza que merecía ser tratado mejor por la gente de su colegio.

Siendo que no eran de los populares recibían burlas seguido, pero el de apellido Kim pocas veces se afectó por ello. Lo que realmente le sacaba de lugar era cuando se aprovechaban de la buena fe del Park.

"Ayúdame con la tarea."

"Préstame dinero."

"¿Puedes hacer el trabajo tú, verdad?"

Eran las típicas frases que empezaban a colmar al adolescente de catorce años de edad. Los demás no se aprovechaban de él, ya sabían que se negaba o simplemente pasaba de sus insistencias, mas Chanyeol siempre estaba ahí aceptando ayudarles y aunque en sí no era su asunto, le preocupaba. Le preocupaba que poco a poco se fuera haciendo peor.

Las únicas cosas que Jongin hacía con suficiente pasión eran comer y bailar, por eso mismo las clases de baile eran las únicas que nunca se perdía. Cuando los de su salón se enteraron que iba a ballet y también a jazz y rompieron en carcajadas, él les respondió siguiéndoles la corriente y haciendo chistes sobre su propia persona. Ellos no lograban atrapar su sentido del humor y mucho menos su personalidad.

Era algo flaco, su cabello ondulado y largo y practicaba ballet, así que podía parecer que el chico fuese afeminado pero, él no dudaba de su masculinidad. Si alguna vez le llegaban a decir algo al respecto, él se reía junto a ellos y el resto se daba cuenta al instante de que no era alguien fácil de fastidiar.

Entonces ¿qué cosa tan grave pasó como para que Jongin rompiera los lentes de Baekhyun de un golpe en la cara?El de anteojos se había metido con Chanyeol, por supuesto.

Al salir del colegio por fin, su madre le avisó que pasarían por el supermercado antes de llegar a casa. Detuvo el carro en frente de lugar nombrado y le pidió la acompañara, él se negó, aseguraba que podía esperar en el auto si solo tenía que comprar un par de cosas.

Cuando se quedó solo, volteó a mirar a los lados antes de sacar su celular. Estaba repleto de llamadas de Chanyeol y eso no le extrañaba del todo. Le devolvió el gesto y le llamó también, quedándose conversando con el más alto por teléfono.

—No puedo creer que en verdad hayas peleado con Baekhyun ¡él es mucho más grueso que tú!

—¿Tú crees que estaba pensando entonces? ¡Fue espontáneo! Habló y de pronto el puño estaba frente a su cara.

—¿Qué te dijo como para hacerte enojar tanto?

—...

—¿Jonginnie?

—No lo recuerdo muy bien, solo sé que me hizo enojar.

—Jajá, a otro con ese cuento. Desde que te conozco nunca peleaste con nadie... cuando me enteré realmente quedé wow porque no me lo creí.

—Ja... Jajá... de verdad no debí hacerlo. Él me mordió y la verdad es lo que más me duele todavía...

—Qué loco. Yo creí que Baekhyun no sería de esos.

—Dices eso porque te gusta.

—¿Qué? ¡No! Solo dije que me parecía bonito, no se trata de eso...

El tono del más alto y mayor se notó nervioso, pero Jongin, desapareciendo la tensión que se creaba a través del teléfono, lanzó una risa y finalizó con un "es broma, es broma. Mi madre se acerca, así que te hablo después." Y antes de que Chanyeol respondiera, colgó y cerró su celular para guardarlo en su mochila. Resulta que su madre aún no regresaba, él solo decidió sería mejor cortar la conversación ahí.

Ya sabía que Chanyeol gustaba de Baekhyun, incluso si este no se atrevía a decírselo. Lo conocía y el brillo en sus ojos cuando lo miraba o hablaba de su persona lo confirmaba todo. Sí, Chanyeol era gay, o bisexual, lo que fuera que fuese pero le gustaba un chico y a colmo era quien más lo molestaba a él en el colegio.

Es que para empezar, Baekhyun comenzó molestarlo cuando notó que Chanyeol estaba tonto por él, esa era su teoría. No sabía el porqué, aunque sí sabía que ese tipo no le correspondía de la misma manera a su amigo y se sentía ¿frustrado? Le molestaba mucho, le irritaba.

Baekhyun no era un muchacho malo del todo, pero tenía fama de que con 15 años ya había deshecho y hecho en la zona del colegio. Y cuando vio cómo lanzaba su almuerzo por tercera vez en la ventana para después decirle "pídele comida al idiota del orejón" algo en su cabeza hizo click y no se aguantó las ganas de meterle un golpe en medio de sus molestas gafas. Evitó pensar en que podía tratarse de un impulso reprimido incluso si, siendo sincero consigo mismo, Jongin no se reconocía por haber actuado de esa forma. Porque si muchos molestaban a Chanyeol, por lo menos Baekhyun no le daba ese tipo de tratos. El mayor se metía con él a escondidas, con toda una meticulosa hipocresía que Jongin no sabía desenmascarar. Aparecía en su salón de clases cuando no quedaba casi nadie o se lo encontraba saliendo del baño.Mientras estaba con Chanyeol, sonreía y coqueteaba a los dos como si de verdad gustara de alguno de ellos, luego cuando les tocaba encontrarse sin él, el de anteojos actuaba de horrores.

Nunca mencionó nada porque no quería parecer alguien chismoso o cizañero conociendo los sentimientos de su amigo y ahora estaba harto. Quería a Chanyeol. Lo quería demasiado. Tanto como para ya no saber si lo que sentía era frustración y preocupación o frustración y celos por culpa de Baekhyun.

Y seguía harto.

Esa noche se fue a dormir temprano, como si estuviera físicamente cansado, conveciendo a su cerebro de que el único dolor que estaba sintiendo era el de la mordida en su hombro.Los días pasaron y todo volvió a la normalidad. Luchaba por no dormise en clases y por el momento nadie se metía con su almuerzo. Chanyeol empezó a reunirse de nuevo con él para comer, a veces estar en salones distintos se los complicaba. El resto de sus compañeros se ponían a hablar con ellos para pasar el rato.

No discutieron más sobre la pelea. Cada uno sabía cuando otro no quería tocar un tema; así como cuando Chanyeol evitaba el tema de 'gustar' incluso si era obvia su situación. Un día de esos, Jongin recibió una carta de sobre amarillo en su casillero y la sorpresa en su expresión fue grande al darse cuenta de que era una confesión. Jongdae, un hyung del club de arte lo felicitó por ello, ya que justo venía acompañándole.

—Pero no dice de quién es. —Hizo un puchero con sus labios y Jongdae se rió al instante, dándole un leve golpe en la espalda luego.

—Es porque es una admiradora secreta, tienes que esperar la próxima carta, hombre. —Él debía saber al respecto, la novia actual de Jongdae se le declaró con cartas si era que recordaba bien.

Le parecía increíble de alguna manera. Nunca creyó que alguien como él tuviera oportunidad de enamorar a alguien sin siquiera intentarlo. Podría haberse emocionado más de lo debido solo por pensar en ser querido así, de esa forma ¿Quién era él para hacerse el indiferente? Le daba curiosidad y si tan solo pudiera haberle dado una respuesta a esa persona, lo habría hecho.

Más tarde se lo comentó a Chanyeol y este pareció emocionarse más que él mismo.

—¿Quién podrá ser?

—No lo sé. No hablo con muchas chicas...

—No luces muy alegre aun cuando se te ha confesado alguien, ¿qué pasa contigo?Su mejor amigo estaba acostado en la colchoneta a su lado. De vez en cuando organizaban reuniones como esa, se daban menos que en el pasado pero se seguían dando. Veían películas y jugaban videojuegos si es que Jongin no se dormía antes de hacer alguna de las dos cosas.

—Es que no sé quién es y temo que sea una chica que no conozca o que no me guste para nada. O quizá, quién sabe, una broma pesada.

—¿Desde cuándo eres tan pesimista?

—...Creo que me estoy haciendo viejo. Últimamente me duele la espalda y ya no me agrada tanto el cereal dulce. Aaah.—Se quejó como si fuera un anciano y resoplaron por tan mal chiste, acabando por reírse de todas formas.

Era agradable estar así, era agradable poder pasar tiempo con la gente que te agrada y tú sientes que agradas. Chanyeol siguió hablando y notó algo tarde que el anfitrión de la reunión ya andaba por el quinto sueño. Se levantó con pereza para apagar la luz y con una pequeña sonrisa se acomodó en la colchoneta y se arropó para dormir, igual que el otro.

A la mañana siguiente desayunaron en casa de Jongin y fueron al colegio juntos. En el camino Jongin recordó que, como de costumbre, no había hecho la tarea —puede que lo haya recordado antes y dejado para última hora, también—. Avisó que tendría que adelantarse y se puso en ello al salir corriendo. A Chanyeol casi le da un infarto cuando vio cómo por poco al moreno se lo lleva un autómovil negro mientras iba cruzando la calle frente a él.

—¡Ten cuidado, por Dios!—Gritó mientras lo veía alejarse, el moreno solo movió sus manos y continuó apurado hasta desaparecer.

Él habría llegado al colegio unos quince minutos o más después de quien por poco fue atropellado. Caminó por los pasillos que iban algo vacíos a pesar de la hora y se regresó hasta la zona de los casilleros para retirar cierto libro, uno de matemáticas que tenía que devolver a la biblioteca ese día. Iba buscando sus llaves cuando se percató de que alguien estaba ahí.

Quiso saludar, pero lo que veía le cortó la acción.

Se trataba nada más y nada menos que de Byun Baekhyun, dejando un sobre con absoluto cuidado en el casillero de Jongin. Se quedó congelado. Al parecer el mayor no se percató de su presencia y se fue corriendo antes de que pudiera él reaccionar y decir algo al menos.

Escuchó sus pasos distanciarse por el pasillo y fue cuando él pudo acercarse a su propio casillero.

No lo entendía, si lo que había visto era lo que creía ¿acaso Baekhyun en verdad gustaba de Jongin? ¿Le hacía el favor a alguien? ¿O de verdad estaba buscando molestar a su best friend? Como si de un viejo gruñón se tratara, arrugó el ceño y su nariz, y entonces notó, que algo en su pecho también lo hacía.

Nadie más estaba allí y agradeció lo mismo.

Era joven, jodidamente joven y una situación tan simple le explotó la cabeza gracias a su imaginación.

No era como si debiera hacer algo al respecto tampoco, ¿o sí debía? Sacó el libro y se quedó parado allí mismo, como si los casilleros fueran a hablarle y responder sus dudas. Debía irse, el timbre estaba a punto de sonar y él tenía cosas que hacer así que...

Quería hablar con Jongin en esos momentos, y ya lo haría en cuanto pudiera, se dijo.


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