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ETERNAL (HunHan) por Koneko Kim

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-LuHan, despierta, se hace tarde.


Una palmada en mi hombro me sobresalta. Me levanto de golpe y la cabeza comienza a dolerme. Abro los ojos y lo primero que veo es una habitación con un enorme poster del Capitán América, no es la mía.


-Deberías tomar una ducha, estás hecho un desastre.


Tao sigue moviendose de un lado a otro, se ha terminado de cambiar.


Salgo de la cama para dirigirme al baño.


-¿Por qué estoy en tu casa? - Le pregunto antes de meterme a duchar.


Miro su expresión a través del espejo, una sonrisa cargada de sarcasmo.


-¿Bromeas?


Lo miro de mala gana y la sonrisa desaparece.


-De acuerdo, no te enfades. - Se acomoda el cabello. - Te pusiste muy ebrio y casi tienes sexo con Kai en pleno bar, te sentiste mal y saliste a tomar aire. Te encontré tirado en el callejón trasero del bar y te traje a mi casa. Insististe en venir porque no querías escuchar los regaños de tu padre.


Recuerdo haber salido pero no haber visto a Tao. Tengo un vago recuerdo, aunque no es muy claro. Supongo que bebí demasiado.


-De todas maneras tendré que lidiar con los regaños de mi padre. - Me quito la camiseta y la dejo sobre la silla junto a la puerta del baño. - Debió imaginarse lo peor cuando no me escuchó llegar.


-Pero nadie te quita lo gozado. - Vuelve a reir.


-Sin duda, bien gozado.


Me meto al baño y me apresuro a ducharme. La idea de usar la ropa de Tao no me agrada, sin embargo quiero que el día termine pronto y llegar a dormir toda la tarde. El agua comienza a mojar mi cuerpo y un dolor punzante atraviesa mi cabeza. Me sostengo del azulejo para no caer por el dolor.


-¿Quién eres?


-Alguien que te ha estado esperando por mucho tiempo.


Mentira. Tao no me trajo hasta aquí. Puedo recordar el callejón, al hombre que me atacó y a él... ayudándome.


Otra punzada recorre mi cabeza.


-¿Por qué? Yo no te he hecho nada, no te conozco.


-Nos conocemos y es lo único que necesitas saber.


Después de eso se detuvo frente a la casa de Tao y bajó para abrir la puerta del asiento trasero. Se acercó a mí como si estuviera preparándose para atacar a su presa.


-¿Qué es lo que quieres?


Me tomó de la cintura y me acercó a él hasta que su boca estuvo cerca de mi oido.


-Venganza. Te he esperado por dos siglos sólo para vengarme por tu traición.


Después de eso perdí el conocimiento.


No estoy loco, no estoy loco. Él quiere confundirme. Sé lo que vi, es real, lo recuerdo, pero ¿Por qué quiere vengarse de mí? No lo conocía hasta hace dos días que llegó a la escuela. Él me asusta. Pero quiero respuestas.


***


-¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué hay policias en la escuela?


Tao es el primero en preguntar. Toda la escuela es un caos y los policias se encuentran por todos lados.


-Encontraron muerta a la señorita Park. Al parecer algún loco le drenó la sangre.


Tao y yo nos miramos sin creerlo. Vimos a la señorita Park en el mismo bar al que fuimos. Se encontraba platicando con el barman y ahora está muerta.


-Están interrogando a todos los que estuvieron anoche en el bar.


-Casi todos los de nuestra clase estuvieron ahi y los de segundo...


Veo salir de la oficina de la directora Jung a KyungSoo. Él está esperándolo cerca de los casilleros. KyungSoo se abraza a él y es hasta ese momento que noto que ha estado llorando.


Había olvidado lo cercano que era a la señorita Park. Al grado que Tao y yo llegamos a pensar que tenían un romance, hasta que descubrimos que era gay igual que nosotros.


-Ahora regreso. - Informo a Tao.


Quiero hablar con el nuevo, tengo que saber qué es lo que está pasando. Estoy a unos pasos de ellos, cuando soy interceptado por mi 'novio'.


-Me tenías preocupado. - Me abrazá tan fuerte que siento que va a partirme en dos y no de la manera en que me gusta que lo haga. - Anoche desapareciste sin decir nada y luego lo de la señorita Park...


-Estoy bien. - Lo alejo con un poco de sutileza - Tao me llevó a su casa, se me pasaron bastante las copas.


- Pudiste pedirme que te llevara, no desaparecer de esa manera.


-JongIn, no empieces, estoy bien - Vuelvo a buscar al nuevo y al bobo KyungSoo y no hay rastro de ellos.


-Esta bien, sólo no te vayas sin decirme antes. - Me abraza por los hombros. - Vamos, nos han pedido que nos formemos para el interrogatorio.


Volteo a mirarlo y trato de poner mi mejor cara. No es que no lamente la muerte de la prefecta, sólo que necesito hablar con el nuevo.


***


Después de dos largas horas formado para ser interrogado, me siento demasiado hastiado como para ver a alguien. A JongIn para ser exacto. No he conocido a alguien más empalagoso y cursi que él.


Dos intentos fallidos y una mentira trillada, me dan la oportunidad de huir de mi dulce novio. La azotea es el lugar más tranquilo que conozco, nadie sube allí a menos que tenga llave y yo tengo la que le robé al conserje.


Abro la puerta cuidadosamente y el aire frío golpea mi rostro. El cielo esta nublado y pareciera que sabe que hoy es un día triste para la escuela.


Camino hasta donde está el asiento improvisado que trajimos Tao y yo. Mi corazón comienza a latir rapidamente cuando veo comodamente sentado al nuevo. Me acerco sigilosamente hasta quedar frente a él. Al parecer no se ha dado cuenta de mi presencia. Su cabello negro le queda perfecto con su blanca piel. Muevo su pierna con mi pie para asegurarme de que esté despierto y sus ojos se abren lentamente sin llegar a mirarme.


-Sé que ayer estuviste conmigo en el callejón, me llevaste a casa de Tao y algo hiciste con él porque mi amigo me dio una versión diferente de lo que pasó.Quiero la verdad y no intentes confundirme.


Su semblante sigue sin inmutarse.


- ¿Acaso esta es tu nueva forma de conquistar? -Se ríe- Porque creéme, no me atraen los ebrios que se inventan historias.


Este hijo de...


-Para empezar, fuiste tú quien se acercó a mí anoche, ese loco trató de matarme. Después desperté en tu auto y me dijiste que nos conociamos. Por muy ebrio que hubiera estado en otras ocasiones, jamás olvidaría a alguien como tú. No recuerdo haberte conocido hasta que llegaste aquí.


-Ahora comprendo a lo que se refieren tus compañeros cuando dicen que eres 'especial'. -Se incorpora para mirarme. - Tienes el ego demasiado grande y un poco de locura. Te sugiero visites a un psiquiatra.


Mi cuerpo reacciona antes que mi mente y me lleva a sentarme a horcajadas sobre el imbécil que tengo enfrente.


-Te crees muy gracioso ¿no?- Mi cara está demasiado cerca de la de él. Dios, sino quisiera saber la verdad de todo esto, juro que me lo comería a besos.


-Lo ves, si desde un principio me hubieras dicho que esto es lo que buscabas, nos habriamos ahorrado tantas palabras. - Sus manos se posan sobre mis caderas y mi respiración se acelera.


Concéntrate LuHan.


-No eres mi tipo, no te emociones. Sólo quiero la verdad. -Coloco las manos sobre la barda. - ¿Por qué quieres vengarte de mí? ¿Por qué dices que me has esperado por dos siglos? ¿Por qué dices que nos conocemos?


-Demasiadas preguntas, LuHan. - El agarre en mis caderas se intensifica.


-No vas a irte hasta que me respondas. - Trato de lucir intimidante, aunque mi acelerado corazón y mi errática respiración no están ayudándome.


-Estabas ebrio, el alcohol te ha confundido. -Su ronca voz me estremecer.


-No. Sé lo que ví, sé lo que escuché y sé que tratas de verme la cara de imbécil que no tengo. Así que deja de intentarlo, dime la verdad, acabemos con tu estúpido juego.


-Bien. Veo que es inútil tratar de ocultarlo - Desliza una de sus manos por mi espalda hasta colocarla sobre mi nuca.


-Entonces aceptas que lo que recuerdo es verdad. - Le afirmo.


-Si. Lo sabrías de todas maneras. - Su mano me acerca más a su cara. - Quiero que sufras un poco antes de que termine contigo- Su mirada adquiere un brillo que logra asustarme. - Porque te aseguro que lo haré, antes de que ellos lo hagan y ya que estás tan dispuesto a saber, lo haré a mi manera. - Acerca sus labios a los míos. - Una cosa a la vez ¿Estás de acuerdo?


Mi instinto de supervivencia es nulo en mi cuerpo, porque a pesar de que está amenazándome quiero saber qué fue lo que le hice para que reaccione de esta manera.


-Sí. - Susurro a milímetros de sus labios. - Aceptaré lo que sea que tengas preparado para mí. - Lo miro fijamente y él hace lo mismo. Ese brillo se intensifica y me siento exitado.


-Tenemos un trato. - Su otra mano me atrae hacia su cuerpo y estoy tan cerca de él que no puedo evitar gemir. - Eres la reencarnación de la persona que me convitió en lo que soy.


¿Reencarnación? Bah. ¿Ahora quien es el loco?


-Y según tú ¿Qué es lo que eres? - Me rio nerviosamente.


-Una cosa a la vez, ese es el trato.


- No recuerdo haber cerrado ningún trato.


-Pero estás a punto de hacerlo.


Su boca se impacta sobre la mía y la frialdad de sus labios me ponen los vellos de punta. Su beso es brusco y mentiría si dijera que no me está gustando. De repente me muerde y el sabor metálico comienza a fluir.


-Te amo SeHun... Llévame contigo... Te mentí, nunca te amé y no me arrepiento de lo que hice...


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