Un año viejo termina...
A veces me pregunto que tanto aprendí de ese año, que tanta experiencia disfruté y como fui con cada uno de mis amigos.
Con Bro fue realmente un dolor de cabeza, sus giras y sus firmas de autógrafos eran realmente insoportables ademas de tener que soportar tipas que se cuelgan de su cuello como si fuera una copa de oro pulido. ¡Solo es Bro!
Es el mismo sujeto amante del jugo de manzana, presumido y caprichoso, es el tipo que ama en secreto a su mejor amigo que ya no ve en años. Es el mismo que me crió y que me enseñó parte de lo que he aprendido por experiencias. Pero sin dudar no lo cambiaría por nada.
Roxy, otra persona que realmente me molesta cuando está ebria. Siempre intentando seducirme, pero cuando está en sus cinco sentidos me ve como su hermano. A veces no la entiendo, sin embargo, me ha enseñado mucho. Su amistad la valoro y su gran esfuerzo de estar siempre optimista me ayuda a creer que yo también podría hacerlo.
Jane, mi mejor amiga. Siempre esta nerviosa y entusiasta, es como ver a una niña en un parque de diversiones. Su lado maduro siempre me da una sensación cálida, como el de una madre cuidando a su hijo; Es realmente adorable. Siempre se preocupa por su apariencia y quiere igualar la sensualidad de Roxy, pero no entiende que con solo su sonrisa ya cautiva a medio mundo. Es de las pocas chicas en que le puedo decir que es preciosa tal como es.
Jake, ese English... Me ha dado más de lo que yo podría haber pedido. Me ha dado su compañerismo, su amistad, sus experiencias, sus defectos y la manera en que ve al mundo. Nunca lo he visto rendirse o al menos solo a la comida. Con solo verlo me llena de energia, lo suficiente como para poder sentirme vivo.
Por tanto tiempo me ha notado como un amigo, en este año viejo me dio incluso miedo confesarle lo que sentía por él. Como hacía vibrar mi cuerpo con tan solo el roce de sus dedos, como me hacía palpitar el corazón con una de sus sonrisas y como me enloquecía al escuchar su voz.
Tanto he aprendido de ellos, tanto e disfrutado de su presencia que ahora que es mi ultimo año de vida tengo tanto coraje de dejarlos.
Tiempo atrás tuve un problema que parecía pequeño en el momento, no le tomé importancia pero ahora esta enfermedad mata cada parte de mi sistema. Ya no puedo estar de pie ya que es demasiado agotador, mis pulmones ya no funcionan como deberían, cada que como es sentir aserrín podrido en mi boca y es tan asqueroso que he dejado de comer.
Por los ultimos meses he estado en camilla viendo como mis amigos y familia vienen de visita, desde la hora de entrada hasta la última hora de visita estan conmigo, incluso me fastidia verlos todos los días pero cuando se van, es cuando mas me siento solo y olvidado.
Miro hacía la ventana, es 31 de diciembre y la noche se aproxima. Le dije a Bro que hiciera una fiesta en la casa con todos, que disfrutaran de una buena comida. Que ya no necesitaban ir a verme morir.
Una nostalgia me invadió, imaginé a todos cenando y disfrutando de un nuevo año que se aproxima con nuevos amores y nuevas experiencias. Me senté un poco en la cama viendo hacía la ventana más cercana. Las luces de los edificios y casas iluminaban la noche como miles de estrellas y una de ellas debería ser mi hogar. Cerre los ojos y suspiro esperando que ellos también me recuerden.
—¿Puedo... Pasar?
—... Jake —apenas pude decirlo con voz fuerte, él se encaminó hacía mi cama con unas rosas blancas adornadas de un listón verde. Las dejo sobre mis piernas y me miró con una voz y sonrisa quebradiza.
—Feliz año nuevo, Dirk...
—¿No deberías estar en la fiesta?
—Una fiesta no es divertida si no estas— antes de terminar de hablar sus mejillas fueron manchadas por lágrimas gruesas que brotaban de sus hermosos ojos.
—Hey, no llores. Sólo me iré a un lugar mejor
—Dirk... — cayó ante mi y comenzó a llorar como un bebé— no quiero perderte..!
—Jake... Siempre me has gustado— al fin lo dije, mis lagrimas se desbordaron sin previo aviso. Fue un sentimiento reconfortante pero después todo se vino abajo— No.. No quiero morir...
Los dos lloramos abrazados por un par de minutos y después nos separamos pero nuestras manos se abrazaron. Jake se subió a mi cama y sé acostó a mi lado mientras veiamos como la noche se hacía más pesada y hermosa.
—Ya casi es año nuevo, Dirk
—Deberiamos besarnos... —Lo dije en broma pero al parecer Jake estaba de acuerdo.
Escuchamos a los doctores y enfermeras dando la cuenta regresiva desde 10.
Al nueve tomo mi mano
Al ocho tuve su mejilla y la acaricié
Al siete el me sonrió con lagrimas en los ojos
Al seis dijo mi nombre
Al cinco dije su nombre
Al cuatro me dio un "Te amo"
Al tres le dije "Te amo"
Al dos nos acercamos lentamente
Al uno unimos nuestros labios en un suave beso.
Todos gritaban "Feliz año nuevo" pero para mi era el último. Fue el último momento más feliz de mi vida, a lado de la persona que amaba y cayendo en el profundo sueño en su cálido pecho.
Hubiera querido confesarme mucho antes para poder estar con él más tiempo y ahora solo podré atesorar este momento hasta que el final llegué.
—Te doy mi corazón English...
—Y yo el mio, Strider...
Eran las 12:13 de la mañana, Jake estaba abrazando a Dirk cuando de pronto una de las máquinas en que estaba unido empezó a sonar, su corazón se había detenido. Jake se asustó y sintió a Dirk frío, cuando lo miró, una sonrisa se dibujaba en sus ahora frios labios. Rápidamente English llamó a enfermeras y doctores para poder reanimar a su único amor. No funcionó, lo dieron por muerto a las 12:30 de la mañana del primero de enero.
Jake tuvo tiempo para darle algo a Dirk que siempre fue suyo, su corazón.